Aprendiendo a Vivir (Privado)

Visitaba el mundo humano una vez mas, buscaba aprender mas de los humanos en la actualidad y tal vez asi poder mesclarme mejor entre ellos la proxima vez, pero no era muy bueno para eso, tanto años viviendo y conviviendo con espectros a los que no les interesaba en lo mas minimo socializar causaba que cualquiera se volviera igual que ellos en aquel aspecto, y ahora aquello habia probocado que me cansara de la multitud que hiba y venia por el centro de comercios.

No tarde en encontrar un lugar aislado, me acercaba al mar, en un dia nublado y frio, nadie andaba por aquellos lugares con aquel clima tan triste, y al mismo tiempo uno de mis favoritos, pense que seria agradable si comenzaba a llover, hacia mucho tiempo que no sentia la lluvia. Cuando mi zapato se enterro en la arena me detube de golpe. Mire mis pies y decidi quitarmelos y llevarlo en las manos. Y tras unos pocos pasos ya se sentia bien sentir la arena fria bajo los pies.

Deje caer mi cuerpo quedando sentado y no tarde en recostarme por completo, aunque el clima era frio, era calido comparado con Cocytos, sonrei de lado, el viento movio aquel mechon que siempre cubria mi ojo derecho, al parecer todo una tormenta quebraria el cielo dentro de poco...

Las olas dejaron de golpear de la misma manera... pero el viento soplaba con la misma decision que antes, algo extraño sucedia en el ambiente, levante mi espalda de la arena, hacia mucho tiempo que mi cabello no se encontraba atado o sujeto por el casco de mi sapuri, mis ojos se perdieron en la perfecta union del agua y la arena, en aquel constante tironeo de la una y la otra por ver quien ocupa mas territorio.

Cuando mis ojos se asombraron al ver como aquella perfecta linea abstracta se rompia por la figura de un humano, desde donde me encontraba era una mancha blanca para mis ojos, me puse de pie y me acerque caminando despacio. Talvez se trataba de algun deportista extremo de esos que andaban sobre sus tablas sobre las olas, la gente moderna ya no sabia que inventar con tal de llamar la atencion...

Pero algo hacia ruido con aquella figura, su manera de vestir no era la adecuada, a unos metros ya parecia un frio cadaver devuelto por el mar... acaso mi trabajo era lo que me habia traido hasta aqui? aveces el destino actuaba de forma extraña, mis ojos cambiaron tan solo un segundo, permitiendo ver su alma, aun se encontraba ahi, y se veia muy lejos de caer en mis manos... talves... talves debia salvarlo?

Apresure mi paso, si estaba inconciente se deberia tratar de un golpe, pero no habia sangre a su alrededor, entonces solo podia tratarse de agua! el habia tragado mucha agua, llegue a su lado y me arrodille, tape su naris y acerque mi rostro a su boca para saber si estaba respirando, y sin dudarlo un segundo... golpee su estomago con fuerza, eso deberia ser suficiente para que el agua abandone su cuerpo y asi ponerse mejor...

Fue un descuido o un deseo desmedido de que algo completamente nuevo me pasara, no lo sabia pero aquel niño me empujo con fuerza haciendo que pierda el equilibrio, y pasando a estar sobre mi algo comenzo a arrastrame hacia el mar.. En el inframundo era conocido por la fuerza de mi brazo derecho, el brazo de la bestia alada que le daba nombre a mi sapuri, pero solo sonrei, y deje que mi cuerpo sea jalado al mar.

Comense a sentir pinchasos como si agujas se clavaran en mis piernas mientras eran tironeadas, los ojos del joven me llamaron la atencion, me agradaba la gente con ojos raros, para ser pequeño de cuerpo habia demostrado tener fuerza, y aquella trampa merecia un aplauso...

sus palabras las pude oir con claridad en todo momento, hablaba extraño pero crei entender a que se referia, supongo que si supiera de donde vengo comprenderia el tambien que hablar con los muertos era la opcion con mayor porcentaje en mi trabajo.

Entendi que no estaba solo, que algo mas era lo que me arrastraba mientras el intentaba mantenerme inmovil, y lo confirme con su ultima frase, en cuanto mis oidos entraron dentro del agua pude oirlas, eran voces suaves como susurros, voces dulces, hipnoticas podria decirse, preguntaban que era lo que queria? no podia entender con exactitud...

Mire a mi apresor a los ojos, veria de que estaba hecho, sonrei y el blanco de mis ojos se torno negro como el fondo del oceano, clave mi ojos en los suyos, y comense a ver el color de su alma con dificultad, los colores se mesclaban, su alma era tan diferente como sus ojos entre si.

Pude ver que no moriria ese dia, pero sabia que yo tampoco lo haria. En cuanto mis brazos tocaron el agua subrieron el mismo destino que mis piernas, pero hasta ese momento no tenia intencion de moverme, podia jusgar que por la escasa luz que habia fuera del mar, me encontraba a unos 3 metros de la superficie, si lograba ponerme de pie solo tendria un metro de ascenzo, movi mi brazo derecho bajo el agua, algo hizo fuerza para que no lo hiciera, pero no tenia la suficiente fuerza para detenerme. Mi mano paso de estar tenza a posarse sobre el rostro de mi captor... - que eres? - dije tragando agua por hablar, torpe de mi parte, no sabia cuanto podia soportar debajo del agua aun ayudandome de mi cosmos pero hablar seguramente acortaria ese tiempo....

El joven aflojo su agarre, y los dulces susurros se convirtieron en chillidos molestos, al parecer a su compania no le habia gustado la decicion.

Me dio aire con sus labios y me llevo a la superficie, al salir afuera toci un poco, estabamos lejos de la orilla y las demas criaturas nadaban en circulos a mi alrededor, me mantuve flotando por el movimiento de mis pies, el agua no estaba precisamente calida aquel dia, y mi tez clara se volvio mas clara aun...

Mire mis brazos, uno tenia marcas de dientes en punta mientras que el otro salia ileso... ellos mordian fuerte, - humano? - rei - hace tiempo que deje de ser humano - agite un poco mas las piernas para poder mantenerme con mayor estabilidad, - no puede morir lo que ya no tiene alma - sonrei, mire como nadaba a mi alrededor, mirandolo, calculando...

Y con un simple pensamiento de mi mente en algun lugar este mundo y el mio se volvieron uno liverando llamas violetas, que acudieron a mi golpeando mi espalda, habia hecho cientos de adaptaciones a mi sapuri y esta era una de ellas, cinturones apretaron mi pecho y solo las alas de mi sagrada armadura vinieron a mi, y sin dudarlo mi mano derecha (la mas rapida y fuerte), sujeto el antebrazo del joven... y con un batir de las alas nos impulsamos varios metros en el aire - disculpa, comenzaba a marearme de observar el giro de cada una de tus compañeras - volvi a batir mis alas para mantenerme en el aire - porque no vamos de regreso a la arena? o a algun lugar mas... neutral? - dije mientras lo sujetaba con mayor cuidado, realmente no buscaba lastimarlo..

Vole hasta la orilla y baje en la arena nuevamente, mis alas se cerraron pero permanecieron en mi espalda - Zombie?, no lo habia pensado de esa manera - Guarde mis manos en los bolsillos y mire hacia el mar, alli se encondian criaturas que jamas habia visto antes, y eso me despertaba un sentimiento extraño, de a poco me daba cuenta de que queria conocer nuevos lugares y cosas.

Buscar nuevos retos, pense para mi mismo, mire al joven, sus ojos habian cambiado de colores?? talvez sus ojos reaccionaban a sus emociones... eso era posible?? mis ojos volvieron a la normalidad.

- Cuentame mas de ellas - pedi al joven, mis ojos se perdieron en el mar - de donde eres enano? -
segui interrogando, yo habia visto a ese chico cambiar frente a mi y no me habia dado cuenta hasta aquel momento..

Talvez eso que el hacia con sus piernas era algo que me podria enseñar, seria realmente sorprendente tener una habilidad asi... sonrei por mis ideas de niño, hacia tiempo habia perdido aquella imaginacion - Té y pastel entonces? la ciudad esta lejos, pero si comenzamos a caminar, talvez lleguemos antes del anochecer - Indique con la mano hacia donde habia que caminar, y me dispuse a comenzar a patear arena en esa direccion, estaba empapado de pies a cabeza con agua salada y seguramente no tardaria en comenzar a apestar, sin contar como las botas se estropearian al punto de tener que arrojarlas a la basura, pero realmente aquello perdio importancia, y el Té no sonaba tan mal.. ademas aun debia robarle dinero a algun civil para poder pasar, y si encontraba a alguien que debiera morir aquel dia, tal vez podria quedarme con su ropa tambien...

Mis alas nos permitieron movernos por el aire, y llegar a la costa nuevamente, desde el aire pude ver del otro lado de la calle costera, había una pequeña tienda de un estilo similar a una cabaña de tablones.

Descendí en la arena, la lluvia no cesaba, de hecho cada vez caía con mas fuerza, deje a mi acompañante con cuidado, - entonces eres una sirena? – era la primera vez que una sirena aparecía en mi camino, de todas formas no tenia misión en contra de aquel reino, por lo que pensé que no habría inconveniente de ser amigable con aquel chico…

Mis alas se cerraron y regresaron con el resto de la armadura a donde pertenecían, no creí volver a necesitarlas, mi calzado estaba arruinado, así que simplemente me deshice de el los.

Atravesé la calle despacio, nadie andaba por ahí en aquel momento, la tienda estaba cerrada, así que podíamos olvidarnos del resguardo, pero a un lado de la puerta se encontraban diferentes maquinas expendedoras, el viento se volvía frio, así que decidí por ambos al comprar dos latas de café, extendí una para el – cuidado, esta caliente – le advertí.

Tras abrir la lata, apoye mi espalda contra las tablas de la pared, y me deje caer hasta quedar sentado bajo el techo que sobresalía cubriéndome de la lluvia, estaba completamente empapado, tal vez había debido de detenerlo antes de que me metieran en el agua – Mi nombre es Vidd – dije tranquilo, el se había presentado antes y seria descortés de mi parte si no hacia lo mismo, - porque me dices Zombie? Acaso alguna parte de mi se esta descomponiendo y no me di cuenta? – me observe con cuidado, hacia mucho tiempo ya que tenia aquel cuerpo y había pasado por demasiadas peleas ya, tal vez no lo había notado..

Al no encontrar nada a simple vista, supuse que seria por otra razón, pero aun la desconocía , bebí del café nuevamente – tal vez debamos esperar a que la lluvia pare para ir por la torta y el té no te parece? – realmente no me molestaba caminar bajo la lluvia, pero no podía decidir por los dos, con la mano le hice una seña por si quería sentarse a un lado.

Reí cuando arrojo repetidas veces la lata por el aire – te lo advertí – dije aun con una sonrisa, no pude evitar perderme un momento en la hermosa vista del mar picado, las olas golpeaban con fuerza, podía notarse que la tormenta que venia seria grande… eso me agradaba

Aun podía oírlo – entonces conoces mas gente del inframundo? – eso me llamaba la atención, me preguntaba de quien se trataba aunque había posibilidades de que no sea alguien que yo conociera, después de todo había pasado todo mi tiempo trabajando en solitario para el inframundo. Jamás había tenido un compañero en si.

- ¿comprar ropa? – me mire de arriba abajo, ciertamente estaba empapado, y ya no tenia calzado, pero dudaba tener tanto dinero, de hecho dudaba si me alcanzaría para 2 cafés mas.
No sabia con certeza si podría enfermar. Pero quien lo podía decirlo con exactitud.

Me puse de pie, y revise mis bolsillos, al parecer tenia algunos billetes en uno, pero….. estaban a punto de destruirse, después de todo habían estado en aquel bolsillo desde antes de que me metieran al mar. – que problemático es esto – si era rico?? Volví a reír, aquel joven me agradaba – apuesto a que te quemarías la boca – reí nuevamente.

Me acerque a la maquina expendedora del café… solo monedas, mire la segunda, leí en vos alta – refrescos frutales … - acepta billetes, sonreí alegrado y sin pensarlo dos veces con mi mano atravesé la pequeña puerta metálica que me separaba del dinero, dentro pude sentir los billetes entre mis dedos, los sujete y retire la mano, todos de baja denominación, conté rápido, no sabia hacia cuanto habían retirado el dinero la ultima vez, pero era bastante, con el pie le di un empujón a la maquina y esta dejo caer una lata, al retirarla mire la etiqueta – uva y frambuesas? – mire a mi nuevo acompañante y le lance la lata, - tu rostro, no parece ser amigo de lo amargo – le sonreí – entonces? Vamos a honrar el pueblo con nuestra presencia?? – dije con gracia..

Aquel chico era mas que curioso, y realmente podía considerárselo una compañía agradable, ahora con dinero y listos para partir hacia el pueblo, todo se volvería mas interesante. Al llamarme mendigo me quede pensando un buen rato, acaso vestía tan mal? Pensé para mi mismo.

Promesas de pastel, eso si que era nuevo para mi, reí, solo eso podía hacer ante aquel pedido, - lo prometo, y debes saber que jamás rompo una promesa, tendremos pastel aunque tenga que arrasar media ciudad para que nos lo den – reí con mas fuerzas, me sentía distendido, podía bromear junto con el sin problemas.

Baje los escalones de madera, y cuando fui a indicarle que caminemos sentí un fuerte tirón del pelo, - aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhh!!!! Que haces!!!?? – entendí que no se trataba de un ataque, estaba claro, pero que demonios había sido eso!!?, me di vuelta rápido y clave mis ojos en el mientras me frotaba la cabeza, el se disculpo enseguida pero aun así sus ideas eran demasiado raras – Claro que es de verdad!!, te imaginas lo ridículo que seria ser un caballero del inframundo y usar peluca?! -

La diferencia de estaturas era considerable, y sin pensarlo puse mi mano en su cabeza frotando con fuerza su cabello para molestarlo se lo desparrame un poco mas de lo que ya estaba – caminemos enano – dije llevando ambas manos a mis bolsillos y comenzando a caminar por la orilla del asfalto.

Realmente solo sabia en que dirección ir, pero no tenia ni idea de la distancia y mucho menos el tiempo que nos llevaría todo aquel recorrido.. Un poco jugando y un poco para pasar el tiempo comencé a patear una pequeña piedra, mi semblante volvió a ser serio, costearíamos el mar después de todo así que era muy posible que sus amigas estuvieran cerca u observando – las sirenas pasan mucho hambre Cyril? – pregunte curioso, quien sabe, tal vez podía hacer algo por el después de todo…

Sus intento de justificar que no era enano, era casi tan comprensible para mi como para él el hecho de que yo no era un zombie.

La gente comenzaba a aparecer en el camino, eso solo significaba que estábamos mas cerca del pueblo, el comenzó a caminar sobre el muro de concreto, lo que me dio mas gracia, la gente nos miraría como un par de locos de seguro, nunca había encajado bien en la sociedad y junto con el, definitivamente éramos piezas de otro rompecabezas.

Cuando la gente se alejo un poco, y me asegure de que ya no me veían, una flama se encendió en la palma de mi mano, aun bajo la lluvia, el fuego era constante. Y aquellas gotas que lo tocaban se evaporaban al instante…

Con la misma técnica con la que podía convertir mi cuerpo en llamas, convertí aquel fuego en una pequeña canica violácea, se veía opaca y de poca importancia… - mira esto Cyril – con el pulgar e índice de mi mano apunte con la canica sobre el mar, y con solo un pensamiento una llama dio un giro sobre las olas a una altura mas que considerable, y tres cuerpos se pudieron ver caer con claridad entre las aguas… - ellos son personas enviadas a mi en el inframundo, mi tarea es decidir que sucederá con su cuerpo y alma, seleccionar un castigo digno de sus pecados, no se trata de carne podrida, son recién llegados – mire a mi acompañante de reojo y extendí mi mano a su acense para que tomara la canica – solo tres por día, entendido? -

Aquellas eran unas criaturas hermosas, y el me agradaba, en cuanto a los humanos, ellos se lo habían ganado por no saber vivir sus vidas sin causar daños a otros.. el ser juez me permitía decidir el castigo que sea necesario, y al fin y al cabo volverían al inframundo, sin un alma que quemar pero volverían.

Había pasado un tiempo mirando el piso fijamente, no era sociable en el inframundo, y eso me dejaba algo confuso, ¿porque me volvería “amigable” en el mundo de los humanos? Al levantar la vista, pude notar que mas gente pasaba por nuestro lado, la mayoría con paraguas en sus manos y el que no corría cubriéndose con algún abrigo o un periódico, Cyril tenia razón en aquello, no sabían disfrutar de algo tan hermoso como la lluvia, algo que no había de donde yo venia, pero cada que pisaba el mundo humano aparecía repentinamente. Tal vez el cielo lloraba por mi presencia en aquel mundo, sonreí.

Poco a poco comenzaron a aparecer tiendas entre las pequeñas casas, seguramente en poco tiempo llegaríamos al centro donde se encontraba la aglomeración de tiendas.

El me daba un obsequio a cambio del mío, era extraño recibir obsequios, y mas de aquella clase, había podido sentir como el agua llenaba mi cuerpo de adentro hacia afuera, todo se volvía muy raro, me explico rápido y claro de que se trataba, sonreí, aquello era genial, simplemente genial.

Una señora demostró su disgusto ante nuestra presencia, pero eso no nos importaba, aunque debo de admitir que mientras cyril le sacaba la lengua yo revisaba mentalmente la lista de gente que debía partir de este mundo al mío.

No avanzamos mucho mas antes de llegar al centro comercial del pueblo, los locales se veían coloridos con sus carteles luminosos y sus ostentosas publicidades pegadas por doquier, yo era mas amigo de lo sombrío, monocolor si podía elegir, pero no me desagradaba aquel lugar, era extraño, supongo que era parte del sabor de lo nuevo, algo que no puedes juzgar hasta terminar de ver.

Me detuve en la primer vidriera de ropa masculina, mi rostro se reflejaba superponiéndose sobre un maniquí, era una tienda de trajes, nunca me había puesto uno, y no empezaría hoy, seguí caminando, la mayoría parecían tiendas casuales o “hippies” según yo, ropa llena de colores, demasiados para mi, difícil de creer que un tipo que tenia el pelo Verde azulado, sonreí ante mi propio pensamiento, ya encontraría algo.

Y después de pocos minutos la vi, una tienda con leds rojos en sus vidrios, y un cartel colgante con colmillos donde “la sangre” de las puntas se podía ver brillar a una cuadra de distancia, ¿que clase de lugar era ese? Me pregunte. Una frase en la puerta me llamo la atención “ vístete como el mismo demonio”, no pude evitarlo, apoye mi mano en aquella puerta vidriada y entre sin pensarlo mas, dentro una pareja se encontraba detrás del mostrador, ellos tenían mas negro encima que la mismísima pintura de las paredes de aquel lugar, ropa de algún material que no era ni cuero ni goma, pero se veía tan grueso como el primero y tan brillante como el segundo.

Comencé a pensar que se trataba de dos locos, el hombre con un chaleco lleno de cadenas y pelo largo, ella con ropa ajustada y unas suelas en sus botas mas grandes de las que jamás había visto, ambos llenos de tachas puntiagudas desde los pies hasta la cabeza y con sus ojos delineados en negro, pero claro que no era algo sutil si no que parecía que lo habían hecho con una brocha de pintor, - que andas buscando niño? – dijo el hombre con vos carrasposa, yo lo mire de manera extraña estaba claro que esa no era su vos normal, ambos me miraban raro, - no son de por aquí no? – pregunto la dama, mientras miraba la ropa colgada  me pregunte que sucedería si decía la verdad frente a esta pareja tan especial – no, por mi parte vengo del inframundo, en cuanto a el, bueno el viene del fondo del mar, verdad? -

Sonreí  espaldas de ambos mortales, mientras tomaba un chaleco que parecía de jean, pero como era de esperar de aquella tienda, era negro, tome un pantalón de la misma tela, tenia varios tajos en las piernas pero eso no me molestaba, el rostro de la pareja se quedo perplejo ante mi respuesta – porque me miran así? Acaso quieren que juzgue sus almas justo ahora?! – dije en tono enojado, solo jugaba con ellos, pero podía ser divertido, mi mano se volvió huesuda y blanca, y señale al hombre detrás del mostrador – te burlas de mi mortal?! -

Ambos se pusieron obvia y notoriamente nerviosos y retrocedieron, una voz graciosa y temblorosa salió esta vez de los labios de aquel hombre, - disculpe señor oscuro! Realmente lo lamentamos, verdad amor? Lo lamentamos mucho – como si se tratase de un coro de la mujer afirmaba de fondo – porque no se lleva eso? Lo que quiera, llévese lo que quiera! Usted y su amigo!! Lo que deseen es gratis -

Sonreí de oreja a oreja, - escuchaste? Ahí algo aquí que te guste? – yo volví a mirar la tienda, y a la ropa ya seleccionada agregue un par de borsegos, que al parecer eran el único tipo de calzado que tenían en aquel lugar, pero al menos los que me llevaría aunque bañados en hebillas no poseían tachas. Tomando mis nuevos obsequios entre en un vestidor y cambie mi ropa, aun me faltaba una camisa o algo que usar debajo del chaleco, pero aun quedaban tiendas por ver.

Cyril mostro gran felicidad cuando le dije que podía llevarse lo que quería, de donde yo venia la gente era juzgada por aquello bajo el nombre de Robo, pero dudaba que el supiera que aquello era realmente una mala acción, de todas formas era mi responsabilidad y se trataba de un obsequio de aquella agradable pareja, sonreí por dentro. Cuando Salí del vestidor el decidió entrar con su ropa nueva, al salir parecía todo un punk miniatura, me agradaba su compañía, le di dos palmadas en la cabeza y le dije que le quedaba muy bien, era la verdad después de todo.


Con ropa nueva para ambos salimos de aquel lugar, al fin y al cabo había terminado tomando una remera negra de entre las q tenían a la venta y me la puse mientras caminaba por la vereda. Debía de haber algún café por aquí cerca, o algún lugar donde pudiéramos comer pastel y tomar una buena taza de Té o Café, al final solo fueron tres cuadras lo que caminamos, cuando vi en un segundo piso un Café que atendía en una terraza, le señale a mi compañero donde íbamos mientras cruzaba la calle, la entrada se encontraba a un lado de lo que parecía un local de vienes raíces, debíamos subir una escalera de muy pocos escalones para llegar al segundo piso.

Se trataba de un local muy pequeño, con dos o tres mesas, una gran barra con pasteles y postres, y una inmensa maquina de café expreso, una cocina pequeña se podía ver por una abertura rectangular en la pared. Y una puerta vidriada llevaba a las mesas ubicadas al aire libre, la lluvia había cesado y si prestabas atención desde aquella terraza podía verse parte de la costa, como supuse que le gustaría aquella vista no dude en salir y tomar asiento en una de las mesas.

El lugar se encontraba vacio hasta el momento, pero si el clima mejoraba tal vez podríamos ver una o dos parejas llegar.

Una mesera se acerco a la mesa y dejo las cartas y sin mucha espera se retiro, supuse que nos daría tiempo para elegir algo de aquellas listas, y como me había ahorrado un buen dinero en la ropa podríamos usar todo en aquel café sin preocuparnos por el presupuesto.

Tras mirar varias veces la carta llame a la mesera y ordene una porción de pastel de frutas y una taza de té, mire a Cyril y le hice seña con la cabeza de que pidiera lo que quiera, cruce mis manos detrás de mi cabeza y mire al mar con fijación – como es que terminaste en ese lugar?? – dije casi sin pensar a donde llevaría esa pregunta.

Todo lo que decia parecia ser cierto, no es como si fuera a ponerme a controlar si los padres habian o no llegado a mi mundo el dia que dijera que habia sucedido, eso seria una estupidez y si no podia confiar en mis instintos nada tendria sentido ya.

- entonces el rescato tu alma antes de que caiga en uno de los mios - sonrei, mi trabajo no era el mejor precisamente, debia tomar las almas y condenarlas a uno de los 7 infiernos, sin importar realmente como hayan sido sus vidas, si el hubiera llegado a mis manos... su eterna existencia en el inframundo seria 1000 veces peor que cualquier cosa que le pudo pasar en la vida, reviviria sus pesadillas por los tiempos de los tiempos.

Baje mi mirada, era una persona agradable, y por alguna extraña razon agradesi que alquel dios de los oceanos salvara su ser.

Bebi Té, mientras el deboraba sus pasteles como si no hubiese un mañana, hasta que se atoro y eso me proboco una risa que no pude controlar, - come despacio pequeño, o tendre que llevarte a mi mundo por gloton - comi un poco de pastel, saboree, *delicioso*.

Mantuve mis labios cerrados con aquel pequeño bocado en mi boca, cerre los ojos y senti el sabor, no habia de aquellas cosas en mi mundo. Era una mescla perfecta entre lo agrio y lo dulce, - simplemente perfecta - comi otro troso mas, y deje reposar la pequeña cuchara a un lado del plato cuando devolvio mi pregunta.

- como llegue al inframundo... no es una escusa realmente, pero mi pasado se perdio, ya sabes, de mi mente, se borra, lo pierdo a diario - vivia casi todo el tiempo devorando almas para mantenerme fuerte y eso destruia mis pensamientos, los maleaba y mesclaba con los de las almas que eran mi alimento, cada dia de mi vida era menos persona y mas instintos - como explicarlo, mi alimento es similar al de tus amigas - señale el mar a lo lejos - pero mi mente se fuciona con la de mi alimento, y dia a dia... soy menos... menos yo - si deboraba el alma de un asesino, mi instinto asesino se volvia mas fuerte, si deboraba el alma de una madre que rebosaba de amor, aquel era el sentimiento que se veia afectado - eh muerto mas veces de las que puedo recordar, pero alimentarme como lo hago, me permite volver a otro cuerpo si el mio dejase de existir, un simple ejemplo seria que soy 100 almas, al morir todabia quedan 99, por lo que aun existo, cuando no soy fisico soy fuego, fuego del inframundo, imposible de extinguir - sonrei ampliamente - esa es mi vida, pasado, presente y futuro son uno en mi -

No hablaba de eso con nadie, nunca jamas, cuanto mucho uno o dos antecesores de mi sapuri conocerian mi verdad, mi señor Hades y ahora este niño.

Al notar el cuidado que tenia con su bebida no dude - bebe tranquilo, pediremos otra cuando se acabe si quieres - su compañia era agradable y no me molestaria extenderla mas tiempo.

Terminaba mi porcion con una debocion nunca antes vista, y de el Té solo quedaba la borra en el fondo de la taza.

Mis historia parecia haberle gustado mas de lo que me gustaba a mi mismo - anime? - dudaba saber con exactitud lo que era eso, pero no pediria detalles. Me quedaria con mi supocision de que era una historia buena como para un libro.

Realmente podia pedir otra porcion de aquel pastel y que llenaran mi taza de mas Té caliente, pero podia ver en las miradas de reojo de mi compañero como le molestaban las personas a nuestro alrededor, y era verdad se volvia estresante sentir las miradas de todos los clavadas en uno, pero el camino por la ciudad no habia sido muy diferente que digamos.

Me incline sobre la mesa y toque su mano con la mia - tranquilo, las miradas y susurros no lastiman a los guerreros - sonrei y volvi a mi posicion en la silla, el pidio la cuenta y la joven no tardo en traernos un ticket que podia cubrir con facilidad gracias al dinero ahorrado en la ropa nueva.

Al entregarle el dinero junto con la propina, la joven se retiro y pude distenderme en la silla aun mas, su propuesta sonaba interesante, pero algo me decia que gastaria las suelas de mis nuevos borsegos despues de aquello, - lo divertido suena bien, veamos que tienes -sonrei y me prepare para lo que sea que viniera.