[Libre] Las puertas del Olimpo

por **Pandora** Mar Jul 08, 2014 7:31 pm

Por fin habían llegado al Olimpo, después de que su señor Hades le facilitara el acceso. Había decidido venir lo más pronto posible y sin chistar, se embarcó en la visita del mismo. Era obvio que sus ojos se sorprendieron ante lo que veía. El majestuoso reino de los dioses, la inspiración para muchos sueños humanos... El objetivo ilusorio de soñadores y otros seres patéticos y sus absurdas metas. Y aquí estaba ella... Quien algún tiempo fue una humana normal. El poder de su señor le había permitido aspirar y llegar a donde nadie se paraba tan fácilmente.

- Um... Demasiada luz y color.

Dijo en un suspiro. Realmente el ambiente no le gustaba nada. Estaba acostumbrada al silencio del inframundo, al frío que siempre acompaña como una sombra a la muerte. Y cuando se encontraba en la tierra gustaba de irse a Siberia o a un sitio frío y alejado. En cambio aquí se respiraba una falsa tranquilidad. Se acomodó el vestido negro que portaba, largo hasta tobillos pero con una abertura lateral más arriba de los muslos. Un escote pronunciado dejaba ver su collar de piedras púrpuras. Miró a su acompañante con una media sonrisa.

- ¿Estás listo? Quien sabe quien nos pudiera recibir... O quizás podamos pasar sin problemas. El sitio luce... Muerto. Como me gusta.

Sus tacones negros comenzaron a resonar por el lugar, específicamente en la piedra decorativa de aquel jardín, previo a la entrada del Olimpo, bien alerta a cualquier cosmos o presencia. Les rodeaba una pared de árboles y flores, además de algunas avecillas felices. Que sitio tan desagradable...

por **Takeshi** Vie Jul 18, 2014 10:45 pm

De pronto, en medio de aquella escena, un diminuto fuego amarillo tiene lugar a apenas algunos pasos de donde tan orgullosamente se posan los tacones altos de Pandora. Tal como una brasa avivada por el aire, se convierte rápidamente en un torbellino rojo que crece como atizado por un látigo inclemente.

El torbellino se aleja algunos metros hasta que una forma se comienza a gestar en el centro de éste. De un tono aún más intenso si es posible, la forma del herrero olímpico se describe a la perfección. De pronto, con esa misma rapidez que se formó, el torbenillo retorna a la forma de una brasa, que se extingue.

Takeshi posa sus ojos rojos sobre ella. La analiza. Aquella mujer tiene la belleza de lo indómito; como la tormenta, como el vendaval. Y sin embargo no tiene los destellos divinos de todos los moradores del Olimpo; además, no la recuerda de la última reunión que tuvo lugar en el Reino de Zeus.

Empero, comparte la responsabilidad de velar por el bienestar del reino de su padre, tal como los demás Dioses que moran en él. Finalmente, despeja sus dudas y dice:

- Mi nombre es Hefesto, soy el dios que todo lo puede reparar, amo y señor del metal - se esucha de sus labios con claridad, mientras el dorado de su armadura refulge orgullosamente - ¿Quién eres y cuál es tu propósito en este sagrado lugar? - inquiere, con voz neutral, carente de cualquier entonación.

Mientras tanto, el clima se torna terriblemente cálido y el cielo se ennegrece... Suavemente, la ceniza comienza a caer del cielo como un llanto oscuro que todo lo cubre.

por Ludvik Dom Jul 20, 2014 2:01 am

Off:

** Nada pasaba desapersivido a mi vista en este terreno olimpico, aquello que estraba y salia... los pensamientos de quienes alli habitaban me eran conocidos aunque no siempre deseara que asi fuera, por eso aquella vos femina resulto muy particular... no se trataba efectivamente de ninguno de los dioses ni de ningun guerrero olimpico. Finalmente la presensia de hefesto descartaba la posibilidad de que se tratara de uno de sus guerreros, dejando la puerta abierta a algo mucho mas interesante que no dejaria pasar.

Habia pensando con anterioridad como reaccionar ante una situacion similar, sabia que quienes me deseaban ver muerto se moverian con astucia y si se mostraban asi seria para probocar algo... de todas formas el no podia exponer a sus guerreros, no al menos hasta tener una idea clara de lo que alli estaba sucediendo. Mi semblante estaba tranquilo, observar por ultima vez la foto que guardaba desde hacia ya un tiempo me ayudo a animarme finalmente a actuar de la manera que creia correspondiente. Me mire al espejo entonces y mi figura era identica a la de aquella imagen... que no era la mia, sino la de un personaje que habia cruzado en mi vida de humano, alguien que realmente era digno de ser re creado.

El tiempo habia cambiado... era hora de moverse.

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** Unas pisadas rigidas y sonoras se hisieron escuchar en la sala principal donde la imagen final de la doncella oscura confirmarian las sospechas del joven regente del olimpo. Mi imagen se hiso notoria entonces para las 2 (o 3) personas que se encontraban en aquella entrada del olimpo, guiada por el choque de las botas metalicas con el suelo y la armadura con el matiz coloro caracteristico de aquel reino sagrado que se identificaba como la constelacion de Pluton, representante del rincon mas alejado del universo.

Mi mirada ya no era la de un hombre dulce, poseia la sombra bajo los ojos de alguien que ya estaba cansado... de alguien a quien el mundo habia aburrido por demasiado tiempo, que no era facil de leer si deseaba imperantamente morir o solo matar a quienes estuvieran a su alrededor. Su porte no era perfecto, a pesar de eso podia notarse su altura y la seguridad en la mirada, una pequeña barbilla se hacia presente denotando una edad mayor y su cabello oscuro y desorganisado terminaba por darle un aspecto misterioso y sombrio. Ignorando estos detalles me arodille en medio entre la muchacha y el dios de la forja.

││ Esta muchacha es una invitada del señor Zeus, le ruego disculpe mi demora en venir a resivirla. Tengo una autorisacion escrita en puño y letra por su padre señor Hefesto, en la misma me asigna para que la escolte. Mi nombre es Kuro de Pluton, ││

Levanto entonces mi mirada y le entrego a mi hijo un pequeño papiro blanco sellado por un cordon rojo que contiene en su interior una resumida nota escrita por puño y letra previamente a transformarme en el guerrero de ploton. Mis ojos le observaron un instante, con respeto y seguridad... sin bajar la mirada un solo instante y luego se giraron hacia la muchacha, la observe con detenimiento y me acerque a ella haciendo un ademan con la mano

││ Sin embargo la invitacion excluye a cualquier otra persona que la acompañe, en el caso de que alguien mas venga como escolta puedo sugerirle que espere aqui. Solo puedo ofreser la coordialidad acorde a la situacion en la que nos encontramos... tras ser atacados por sorpresa por Hades anteriormente ││

Mi mirada era intensa, mis ojos dilatados parecian observarlo todo y no estar concentrado en nada, pero el idioma corporal hablaba por si solo de alguien algo cinico y preparado, de una persona que actuaba mejor desde las sombras... era entendible entonces por aue en este momento Zeus ubiera elegido a alguien asi para un tipo de tareas especiales. Tras escuchar la respuesta de la dama volvi a girarme a Hefesto realizando una pequeña reverencia nuevamente.

││ Le ruego señor Hefesto que asigne un guardian en esta entrada para asegurarse de que ningun otro ser ronde libremente en el interior del olimpo. La mayoria de mis compañeros se encuentran en misiones alrededor del mundo... seria de mucha ayuda eso en este momento ││

Camine entonces pasando al lado del hombre, esperando a que la muchacha me siguiera de manera metodica, no pensaba perder tiempo ni tampoco entrar en su juego de elecciones, las cartas serian echadas y me encargaria de poner las reglas de juego como sea.**

por **Pandora** Mar Jul 22, 2014 12:23 am

Se detuvo de golpe al sentir ese cosmos, ese fuego que literalmente se manifestaba como tal, primero como si fuera una pequeña braza escapada de una forja para después evolucionar a una llamarada imponente y abrazadora. La mujer retrocedió algunos pasos, quedándose tranquila pero en total alerta. ¿Un guardián? Al parecer así era ya que la presentación ardiente terminó por descubrir un hombre alto y delgado, de cabellos castaños. Ambos se observaron, mientras él sacaba sus conclusiones ella podía sentir un cosmos divino. Parecido al de su señor en poder solamente, además de esa armadura dorada.

- Me honra saberme merecedora de la presencia del herrero de Olimpo. Mi nombre es Pandora, heraldo del gran amo y señor del Inframundo, Hades.

Se llevó una mano al pecho y se inclinó suavemente en señal de respeto y en prueba que venía en paz, sin su armadura, sin su arma, sin intenciones violentas. Miró de reojo como el ambiente cambiaba. Al menos le gustaba más nublado que ese soleado cursi. Apenas se estaba enderezando cuando unas pisadas firmes irrumpieron el lugar, acompañadas de un tintineo metálico. El recién llegado era un hombre maduro, de porte elegante y digno, con una armadura que a primera vista pareció salvaje ante los ojos de Pandora... Pero lo que más llamó su atención fue esa mirada... ¿Cansada? Sólo fue un momento, un momento fugaz que dio paso al misticismo y lo enigmático.

- ¿Um?

Escuchó atenta lo que decía, argumentando que ella era una invitada, además del nombre del caballero. Que curioso y que detalle el hecho de que su armadura se rigiera bajo Plutón. Sonrió suavemente, sin demostrar en ningún momento sorpresa o confusión. Nadie sabría que iría y aquél recibimiento sólo significaba una cosa. Era conveniente, y a la vez peligroso. Le miró a los ojos, notando esa intensidad que intimidaba.

- Entiendo. No debe preocuparse por eso, mi presencia en éste santuario de los dioses es meramente social, sin ningún tipo de perjuria o daño a los habitantes del mismo. - Miró a su acompañante y guardaespaldas. - Por favor, espérame aqui. Sé amable.

Miró con cierta intensidad al hombre que le acompañaba y luego regreso la mirada a ambos anfitriones. Escuchó con atención lo que se decían. ¿Así que la mayoría estaba en misiones? ¿Tendría que ver con lo mencionado con su señor? Sonrió suavemente mientras sus tacones volvían a resonar en aquel jardín, pasando por un lado de Hefesto, mirándole de reojo con una expresión de autentica astucia. Seguiría al caballero de Plutón hasta donde la guiase.

por Tymep Mar Jul 22, 2014 1:34 pm

-Estoy listo.-

Nuestra llegada al olimpo fue casi que inmediata, después de haber recibido las ordenes por parte de Hades de venir aquí, aunque honestamente le había quitado un poco de mi atención en medio de sus diálogos, por lo que desconocía que se supone que hacíamos en este sitio.

No paso mucho tiempo desde nuestra llegada, apareció un hombre que se identificó como Hefestos, amo y señor del metal, y no pude evitar pensar en aquel género musical que algunos humanos disfrutan el cual comparte el mismo nombre, un dios con buen don para tocar guitarras y crear acordes pesados, eso sonaba gracioso si se le veía de esa manera. Pero por supuesto, era solo un pensamiento irrelevante al tema, y debía tomar con seriedad a quien se encontraba en este sitio.

Me mantuve firme a un lado de Pandora, esperando que ella le respondiera de alguna forma pero la aparición de otro hombre no la dejo decir nada. Era un guerrero de Zeus que en resumen solo había venido a apartarla de mi lado y dejarme esperándola aquí con este tipo extraño, a lo que no tuve más alternativa.

-Aquí la espero mi señora.- le respondí algo resignado, viéndola partir junto al guerrero divino. En lo que ambos abandonaron este sitio, me senté de piernas cruzadas sobre el pasto verde del olimpo, ignorando en su totalidad la presencia de Hefestos con quien me habían dejado, se supone que era mi vigilante o yo vigilante de él, mientras menos tuviésemos que interactuar mejor sería todo esto.

Aunque a decir verdad, este sitio se veía un tanto diferente a la última vez que vine aquí, me preguntaba también que había sido de la diosa del día, esa a la que envié a este sitio después de haberle retirado la memoria y algo de ese poder que la identificaba como una divinidad. Cierto, este tipo de aquí enfrente era el dios al que Etsu servía en estos momentos, recién recordaba que la tenia de protegida, me pregunto qué habría sido de ella.

Estaba claro que la espera no iba a ser para nada placentera.

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No posteo hasta que sea importante y necesario.

por **Takeshi** Jue Ago 07, 2014 2:52 pm

La súbita aparición del guerrero de Zeus le produjo molestia. Si Zeus tenía conocimiento de la llegada del Heraldo de Hades ¿por qué demoraría tanto? Y sin embargo, aún le hervía la sangre por dentro por la muerte de Roma... Podía esperar pacientemente y vigilar al acompañante de Pandora, pero esa opción era definitivamente aburrida.

El Olimpo era reino con un gobernante ausente, era la inevitable conclusión de Takeshi. En un lugar donde únicamente moran dioses indiferentes, era un espacio dispuesto para la conquista. Esa también era una conclusión terminante. ¿Cuánto tiempo pasaría para que Hades o Poseidón tuvieran las agallas suficientes para tratar de conquistar el Olimpo? Era sólo cuestión de tiempo, la presencia de Pandora en persona delataba el siguiente movimiento.

Takeshi había incursionado infructuosamente en el Averno, había perdido a un guerrero y sabía, en lo profundo, que perdería a otro. Únicamente sería Etsu y él. Había puesto una diana en la espalda de Cyril, pero si ella regresaba con Poseidón la aparente alianza entre ambos dioses la mantendrían a salvo.

No dijo nada. Simplemente se mantuvo en su lugar, siguiendo el curso del caballero y de la dama. Después se percató del desinterés del acompañante de Pandora.

"Si Zeus decidió tomar acciones, mi preocupación sobra... Lo mejor será irnos de aquí" pensó, dirigiéndose a Hefesto, mientras las llamas lo envolvieron.

"No dejes solo al caballero de Zeus... Si Pandora decide entrar en modo ataque no creo que un caballero pueda con un heraldo" replicó la deidad mientras Takeshi encendía su cosmos ígneo, el cual se manifestaba claramente como una danza ardiente de llamas multicolores "Tranquilo, todo irá bien" finalizó.

De su dedo índice una diminuta esfera lumínica se gestó en cuestión de segundos. Se elevó y siguió el trayecto del heraldo. Aquella esfera fungiría como un transmisor, de desaparecer o de detectar una variación en el cosmos, se lo haría saber inmediatamente al forjador del cielo.

- Que disfrutes tu estancia en el Olimpo - murmuró en forma de despedida, mientras su cuerpo se consumió.

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OFF:

Igual, no posteará hasta que sea estrictamente necesario.

por **Akari** Mar Ago 12, 2014 4:05 pm

Debía ir detrás de un cabeza hueca, debía pero no quería de la misma forma cumplir con lo que ella misma había propuesto, puesto que en realidad no había resultado una orden sino una especie de sugerencia no aprobada, además ese sujeto estaba lo suficientemente grandecito como para hacerse cargo de sus relajitos y aunque sus acciones repercutirían en el que era el olimpo, no parecía percibir mayor dificultad en su no tan asombrosa misión Aun la estrella que representaba brillada débil pero permanecía asi que eso era una buena señal ¿o no?.

No obstante sus pasos fueron atraídos hacia las puertas del asombroso olimpo, inercia o lo que fuera sentía que debía aproximarse aun cuando solo quedaban dos personas en ese lugar, el Dios de la forja que parecía no ser precisamente un buen anfitrión y el foráneo pelinegro. No era de extrañarse que el dios se comportara de aquella manera, le concia poco pero lo suficiente como para saber que quiza tendría cosas mas importantes o interesantes que hacer que permanecer en una guardia constante sin siquiera entablar una conversación con el visitante.

Que importaba si era enemigo, por algo estaba en ese lugar aguardando algo lo que fuera y que mejor manera de saberlo es interrogándolo sin recurrir a los métodos violentos que más de uno en ese lugar solían tener. Se aproximó lo suficiente como para ser vista por ambos, deteniendo sus pasos quedando justo de frente del extraño.

Tu ojos…me parecen familiares- miro fijamente tratando de recordar donde había visto un rostro como ese, pero no parecía ser un recuerdo de lo más actual incluso resultaba confuso, esa extraña sensación de que aquella persona era alguien que conocía pero con la incertidumbre de no poder recordarle. – ¿Quién eres y que haces aquí?- cuestiono sin apartar su vista de él, mientras de su mano brotaban dos esferas de luz con las que comenzaría a jugar.- Yo soy Sol, una de las guardianes al servicio de Zeus- musito tranquilamente mientras pasaba de una mano a otra las esferas que simulaban pequeños soles, mientras centraba especial atención en los ojos del pelinegro, esa mirada en definitiva la había visto antes…era similar a la del niño que recordaba que debía buscar…pero sus facciones a su vez eran distintas a las del infante que recordaba además de muy poco probable de que así fuera puesto aquel niño tendría apenas 7 o quizá 9 años por mucho.

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decía libre y no hay pelea, y tengo tiempo libre así que entro a molestar al pollo malvado! (alias Caos).