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Una “cálida” bienvenida [Privado // Kami]

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Mensaje por Jack Unterweger Dom Oct 19, 2014 3:22 pm

No mucho después de la curiosa experiencia que tuve con la heraldo del inframundo me encontraba recostado sobre mis propios brazos en el techo de la segunda esfera de cocytos, a salvo del frio mortal solamente gracias a la protección de mi surplice que se mantenía llena de intermitentes brillos violetas a pesar de la falta de una fuente de luz como tal. Mi mente estaba hecha un lío, sumida en disertaciones varias sobre la razón exacta que me había llevado a revelarme contra Pandora para finalmente dejarla con vida.  

¿Qué tiene de especial esa mujer?” era el pensamiento más recurrente. Incluso comparándola con Júpiter, mi anterior objetivo, la impresión que tenía de ella se notaba difusa… es decir, definitivamente quería verla convertida en una hermosa pila de cenizas, pero algo me orillaba a posponer el agónico proceso tanto como fuera posible, la reconocía como a una víctima, como a un material especial, si, pero también como a una artista digna de participar con su propio “trabajo” en la exposición prometida al rey negro en una medida preocupantemente similar. ¿Lealtad? No, eso solo se lo debía a Hades. ¿Pero entonces?

Eso me encontraba intentando descifrar cuando en forma de un ruido espectral algunas de las llamas que mantenía dispersas por distintos lugares de la tierra de los muertos regresaron a mí, alocadas y especialmente ruidosas, anunciando que “alguien vivo” que no era portador de una surplice o siquiera de un rango en el ejército de Hades estaba sospechosamente cerca de la entrada al inframundo en Yomotsu. Lo curioso es que no era la primera ocasión en que sucedía, pues hacía un par de horas algo similar había acontecido, más a quien luego identifiqué como nigromante se había adelantado y luego la presencia extranjera se había esfumado de mi jurisdicción junto con la suya. Esta vez, sin embargo, no dejaría que nadie me ganara la primicia y todavía algo “encendido” por lo que había vivido mientras curaba mis heridas, con un impulso simple pero efectivo me puse de pie.

Con solo desearlo se abrió ante mi entonces el entramado espacio temporal, fijando coordenadas en la famosa colina por donde cada alma difunta debía de pasar para llegar a su morada final, y tras reacomodar mi yelmo distintivo que de paso ocultaba bajo una cortina de oscuridad parte mi rostro ingresé al recién formado portal. De esta forma en cuestión de un parpadeo mi alrededor pasó de ser el último tramo del reino de Hades a ser la porción más provincial de este, básicamente la frontera con un mundo ya en los límites entre la vida y la muerte.

Como siempre, la visión de la mítica colina de Yomotsu era un cuadro digno sin duda de ser pintado por el más grande de los artistas: almas casi deformes arrastrándose hasta donde alcanzaban a llegar los ojos, tierra oscura y pútrida, colores de desesperación y temor que tan bien le sentaban a todo ser vivo. El viento, bastante menos frio que en cocytos pero aun así lejos de ser cálido me sentó como una brisa veraniega, agradable.

Más no había llegado ahí para ir de vacaciones, eso lo tenía bien presente, así que apenas terminé con aquel primer análisis visual enseguida me dispuse a agudizar mi vista dejando que mis orbes resplandecieran en rojo aun tras la oscuridad proyectada por el casco que llevaba para en cuestión de segundos escanear la zona sin gran dificultad, después de todo especialmente en el inframundo no había nada que escapara de los ojos inquisitivos de uno de los tres jueces.

Pronto mi desarrollado sentido visual dio con la figura autora del sentimiento de extrañeza y por si eso no fuera poco llegó hasta mi alrededor llevado gentilmente por el viento de la muerte un olor que estaba lejos de ser el de un cadáver…  

- ¡Hey tú! – exclamé sin moverme un centímetro de mi posición, confiando en que si por la lejanía que nos separaba mi voz no era suficiente para alcanzarle, sí que lo serían las ansias asesinas que exudaba de manera natural.
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Mensaje por Carrie Weiss Lun Oct 20, 2014 7:03 pm

- ¡Hop, hop hop!

Hacía aquel ruido casi divertida mientras daba grandes saltos para bajar esa enorme montaña. Las suelas de sus tenis converse de color rosa  no se adherían del todo bien en aquellas estalagmitas de roca pero gracias a "Snake Dexterity" es que podía tener un equilibrio perfecto. Portaba unos jeans azul cielo y una playera sin mangas y cuello alto, con un par de bolsas al frente. Un ropaje sumamente casual en un entorno tan lleno de muerte. En los hombros llevaba las dos correas de su caja de Pandora, brillando en un hermoso dorado, con el símbolo de Scylla grabado en sus laterales. Sin embargo algo discordaba en su traje y eran las escamas doradas que portaba desde los tobillos hasta las rodillas y un par de pedazos sobre las muñecas.

- ¡Fiu! No es chisme eso de que hay que bajar al inframundo...

Su cabello lacio y negro se movió de un lado a otro mientras veía todas esas almas en pena, muy abajo de donde ella se encontraba. Había ido sola ya que Samui no había querido ir bajo argumentos muy validos. Pero ella no era de las que se quedan sentadas esperando a que el destino acierte una flecha. ¡Le gustaba formar su propio camino, con sus manos! Sus ojos color carmín se pasearon por el lugar mientras aspiraba profundamente, hinchando su ya exuberante pecho, como si quisiera admirar el ambiente de donde se encontraba... Grave error, olía como a muerto mezclado con viejo y polillas.

- ¡Agn! ¡Cof cof cof!

Tosió escandalosamente mientras se doblaba hacía adelante, pensando que realmente era un aire nauseabundo. Pero entonces algo llamó su atención... O más bien un sonido "¡Hey tú!". Miró alrededor mientras se señalaba a sí misma como preguntando sin palabras "Yo, yo?"... Y entonces sintió un aura verdaderamente asesina provenir de por algún punto de abajo... Se puso seria un segundo pero muy probablemente sería alguna especie de guardián... Era su labor tener esas intenciones. ¡Debería hablar con él para calmar los ánimos! Se colocó la mano sobre los ojos para cubrirse el sol... Cosa que no había y localizo la susodicha figura.

- ¡¡Ohayooooooooooooooooooooooooooooooo!!

Gritó por lo alto mientras agitaba el brazo animada. Sonrió ampliamente y comenzó a bajar en su encuentro, dando saltos por las rocas y toda superficie donde pudiera posarse. Finalmente llegó hasta colocarse algunos metros lejos de aquel hombre pelirrojo que miró sorprendida... Esa armadura negra era realmente hermosa, con ese brillo casi sobrenatural. Asintió contenta y se señaló a sí misma, con una agradable sonrisa gatuna.

- ¿A mí me hablabas? Jejeje
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Mensaje por Jack Unterweger Mar Oct 21, 2014 11:25 am

De forma tan impredecible como lo hacía el viento aciago de Yomotsu la persona recién llegada fue “saltando” desde su posición hacia mí, revelando con su cercanía que no solo su actitud sino también su aspecto resaltaban de una manera prácticamente bizarra en aquella escena normalmente libre de las impurezas del mundo terrenal. A su presentación frente a mi siguió una voz chillona y estridente de la que antes ya había tenido una especie de prueba cuando exclamó algo que no pude distinguir claramente, pero que retumbó como una molesta campana en mis oídos a pesar de estar acostumbrado a gran variedad de gritos… por suerte luego dejó lugar de nuevo en el espacio auditivo al hermoso coro de lamentos de fondo presente de manera natural en donde nos encontrábamos, pero de aquello tampoco pasó mucho antes de que el foco de atención lo robara para sí el resonar metálico de mi andar, que apresurado me llevó por el terreno irregular hasta conseguir asesinar la distancia ya acortada de antemano por mi interlocutora.

- Si, a ti te hablaba – expuse con mueca seria y quizás hasta malhumorada a diferencia de la de inusitada diversión que mantenía la chica extraña, recorriendo su figura voluptuosa cubierta de ropas comunes con mis orbes inquisitivos que lentamente volvían a la normalidad, tornándose amarillentos. Incluso, para no perder algún detalle, mi caminata se convirtió en un trayecto circular alrededor de ella que antes de terminar de recorrer una vuelta de 180° se detuvo súbitamente al encontrarme de frente con aquel objeto en su espalda que sobresalía ya desde antes, pero que hasta ese momento no había podido identificar del todo bien. Una de las famosas cajas de Pandora.

… ¿Será una nueva soldado? “pensé, pero la figura que se mostraba grabada en la cara frontal del contenedor no era la de ninguna criatura asociable a las estrellas del mal, ni terrestres ni celestes… aunque debo aceptar que si tenía cierto aire monstruoso o quimérico, algo que inevitablemente me recordó a la surplice de Vidd o hasta a la mía, aunque en menor medida. Sin embargo lo que definitivamente echó mi creencia por la borda fue el repentino brillo dorado que percibí como un golpe casi cegador… la segunda cosa que me molestaba claramente de ella y también la prueba irrefutable de que no era de los nuestros. – Aghh, ¡esas cosas! – bramé molesto mientras apartaba mis ojos que se habían posado en una de sus muñecas, reaccionando como si el encuentro visual con el “adorno” que llevaba me causara una especie de alergia o repulsión de no poca magnitud.

- ¿Quién demonios eres y qué haces aquí? – volví a parlar aunque esta vez notoriamente molesto, todavía sin devolverle la mirada pero sin duda más atento con mis otros sentidos a lo que ella tuviera que decir o hacer. También, de manera prácticamente automática a mis palabras siguió el tintinear de pequeñas partículas rojizas, que aunque escasas, comenzaban a generarse en torno a mí y a elevar de forma lenta pero progresiva la temperatura en el ambiente gracias a una fuerza inentendible para los seres comunes, pero que para gente con entrenamiento sin duda sería clara señal de mi naturaleza explosiva.
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Mensaje por Carrie Weiss Jue Oct 23, 2014 1:46 pm

La persona que estaba frente a ella era bastante peculiar... Su cabello era pelirrojo y su porte bastante imponente y presentía que la armadura no era la única en darle esa apariencia tan grande... Como si fuese alguien realmente orgulloso, de un rango muy superior al de ella. ¿De verdad era un simple guardia? Presentía que se había topado con algo más que eso. Bueno, no era tonta, sabía que se había ido a meter al inframundo... El sitio donde sobraban los chismes de crueldad y demás.

- Jejeje hola.

Aunque esa risa salió más nerviosa de lo que hubiese querido no lo perdió de vista conforme le daba toda la vuelta, como un lobo al acecho. No despegó los pies de la tierra árida, sino que solamente giró la cabeza y parte del cuerpo, de un lado a otro mientras lo observaba hasta que se posó de nuevo frente a ella con esa cara mal humorada. ¿Será que tenía problemas estomacales? Luego el estreñimiento pone a uno de malas y hasta nervioso. Pero entonces él se vio repelido por algo... Miró hacía sus muñecas y levantó la mano para ponerla frente a ambos.

- ¿Esto? Es mi muñequera... ¿Hay algún problema con ella o eres alérgico a lo brillante? Como una especie de vampiro...

Por un momento se perdió pensando que quizás todos los habitantes del inframundo eran... ¡Cosas terroríficas! Como momias, vampiros, hombres lobos, constructos de la ciencia, quimeras, dragones... Puso cara de miedo pero luego regresó a la realidad al escuchar su pregunta. Abrió la boca para responder pero el cosmos que comenzó a emanar aquella persona le erizó el cabello de la nuca. Aún peor cuando cuando esas pequeñas partículas rojizas hicieron su aparición, como las brazas que se elevaban de una fogata. Dio un salto hacía atrás, alejándose del juez.

- ¡Ey, calma tu impetú! Mi nombre es Kami y vengo buscando información acerca de... alguien. ¡Quisiera hablar con alguna persona a cargo! Mis intenciones no son malas y pido la paz por la alianza que existe entre el inframundo y el reino de Poseidón.

Se soltó las correas de los hombros y dejó caer la caja, la cual resonó pesadamente levantando algo de polvo. Le miró con sus ojos carmesí y sonrió de lado, mostrándole una mirada afilada por unos segundos.

- Así que pórtate bien si no quieres comenzar algo que no podrás terminar... Colorado.
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Mensaje por Jack Unterweger Jue Oct 23, 2014 6:26 pm

¿Alianza” fue lo primero que me vino a la mente al escucharla, pues si bien sabía que estábamos en una época complicada por cierta cosa que les había sucedido tanto a mi señor como a dos de sus hermanos mitológicos, no estaba al tanto de otras muchas situaciones de relevancia, cosas que quizás habrían podido influir para cambiar un poco la respuesta que di enseguida.

- Te llevaré con alguien, pero primero necesito saber quién eres en verdad… no solo tú nombre – expuse mientras le devolvía la mirada con clara desconfianza a pesar de sus palabras, tratando deliberadamente de ignorar sus brazaletes y tobilleras para posar mis ojos en lo que verdaderamente me importaba: el contenido de la caja de Pandora que instantes antes había dejado caer de manera sonora y poco cuidadosa, levantando una nube de polvo que más parecía de cenizas dada su coloración negruzca.

No obstante, mi forzado acto de serenidad se vio inevitablemente disuelto cuando las últimas palabras que me había dirigido hasta entonces alcanzaron mis oídos, siendo las oraciones de la chica tan punzantes para mí que no pude evitar fruncir mi seño y dedicarle una mirada claramente agresiva con aquellos ojos que resplandecían en ámbar desde dentro de la oscuridad del yelmo de Garuda. - ¿Portarme bien?, ¿algo que no podré terminar? – menté casi gritando con una actitud claramente maniática, distinta en muchos sentidos a la desconfianza inicial, pues tanto mi voz más gutural como mi rostro ensombrecido denotaban ahora una clara reacción de ofensa.

A la vez, de forma totalmente sincronizada con mi estado de ánimo las partículas que danzaban en torno a mí, luchando por no ser llevadas como ascuas por el viento indolente, tomaron un brillo más agresivo, se encendieron como si poseyeran fuerza vital propia, y por ello también fue que el ascenso de temperatura a nuestros alrededores fue más notable e intenso… como si alguien hubiese prendido súbitamente la calefacción dentro de un lugar cerrado. Entonces, junto con el crecimiento de dicho espectáculo, surgió de pronto en el escenario un coro de espectrales lamentos que parecían provenir de la nada y que creaban un particular contraste con lo antes descrito al entonar una melodía capaz de helar la sangre; eran las voces de aquellos que por diversas razones habían sucumbido a mis llamas y que después de muertos habían pasado a la posteridad como parte de mi grabación macabra… ¡arte!

- Más te vale no provocarme si realmente vienes aquí en son de paz…- sugerí mientras me cubría el rostro con una de mis manos como si estuviera sufriendo un gran dolor o a punto de entrar en crisis, dando pistas sin embargo de una mueca retorcida tras mi palma.
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Mensaje por Carrie Weiss Mar Oct 28, 2014 1:59 pm

Así que el sujeto pedía que le demostrara que en realidad era quien decía ser... Pensó un poco mientras colocaba uno de sus dedos en los labios, como si de verdad se lo estuviera planteando... Pero no, la verdad es que no. Sonrió ampliamente mientras le miraba de arriba abajo. ¿Quién era ese sujeto como para pedir identificaciones? Debía bastarle con su nombre y todo lo que había dicho previamente.

- A ti no tengo que rendirte cuentas... No eres quien.

Pero entonces su cuerpo se puso en guardia automáticamente al escuchar sus gritos maniáticos. ¡Oh! Se topó con un delicadito de esos a los que no puedes decirle demasiado antes de que exploten. Un "mecha corta" como les decían sus padres. Observó con cuidado las ascuas de fuego que se encendían alrededor de los dos. Sin duda estaba frente a un loco pendenciero que además tenía síndrome del Dr. Jeckill. Sonrió suavemente mientras bajaba la mirada, con su rostro oscurecido por la sombra de su cabello.

- Esta bien... Te daré lo que buscas... Una confirmación de mi identidad...

Levantó la mirada mientras sus ojos naturalmente carmesíes brillaban con intensidad, sonriendo ampliamente, feliz, en una expresión un tanto bizarra en aquél sitio del Iframundo. La caja de Pandora se abrió de golpe con un sonido metálico, dejando a plena vista la escama de Scylla bien armada con algunos pedazos faltantes. Una bestia con una hermosa mujer encima. Movió el brazo hacía un lado. Con esa simple orden la armadura salió disparada hacía ella, hasta que su cuerpo se vio rodeado con la escama, de un hermoso dorado que iluminaba hasta el rincón más cercano. Sus bordes eran afilados, mostrando motivos animales. Incluso su casco era de una forma bastante aguzado.

- ¡Ven aquí entonces!

Exclamó en un grito casi festivo. Se notaba como una niña divertida que esperaba le lanzaran un balón. Le llamó con los dedos, esperando en guardia.
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Mensaje por Jack Unterweger Mar Oct 28, 2014 4:12 pm

Aunque pudiera parecer lo contrario, la respuesta de la que ahora vestía tan particular armadura hizo que mi mueca fuera adornada por una sonrisa abierta y sincera, extrañamente similar a la suya y es que después de todo finalmente estábamos hablando en el mismo idioma. Fue así que ante su invitación no dudé en contenerme más y dispuesto a comprobar de primera mano la identidad de aquellas placas doradas que la cubrían con su molesto brillo comencé a alejarme de ella caminando hacia atrás con pasos que me guiaban fácilmente incluso en el terreno roñoso.

¿Será una de ellos?” pensaba al tanto que mantenía mis ojos pardos clavados sobre ella, examinando su coraza que no podía evitar que por sus horribles matices me recordara en cierta forma a la del mártir de Rodorio… salvo que la presente se notaba un tanto menos “angelical” y su dueña era más acida en carácter en comparación al que después reencontré bajo el manto de Júpiter, luchando por otra causa.

De esa forma, cuando consideré que la distancia interpuesta entre la extraña y yo era de nuevo amplia y suficiente, el espectáculo lumínico que me había seguido desde sus orígenes se arremolinó en torno a las suelas de mis botas, cancelando la negrura del metal inframundano con el brillo incesante de sus átomos carmesí, los cuales como pequeñísimas estrellas sangrantes comenzaron a reunirse hasta condensarse y formar lo que se miraba similar a galaxias en miniatura bajo mis pies…

- Que así sea… - exclamé entonces estirando ambos brazos hacia los costados de forma que casi formaba una cruz, más luego de que alcanzaran la totalidad de su tamaño en esa posición inmediatamente los contraje, poniéndolos ante mí a manera de “X” como si intentara cubrirme de algo, pero la combustión incesante de mi energía cósmica en la base donde estaba de pie reveló otras intenciones, así grité: - ¡BURST IMPULSE! - y enseguida el brillo escarlata que me sostenía aceleró su actividad hasta formar una potente colisión de energía que me disparó cual bala de cañón en salvaje arremetida directamente contra la humanidad de la chica, envuelto en el mismo fuego propulsor.

A mi avance, los lamentos de las almas que siempre me acompañaban iban subiendo de intensidad, temerosas o tal vez sufriendo por el hambre notable que ya deporsí tenía mi fuego, pero que al momento de entrar en combate se avivaba hasta su límite, insaciable…

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Mensaje por Carrie Weiss Jue Oct 30, 2014 2:02 pm

Le miró alejarse con esa sonrisa divertida. ¿Un peleador nato? ¡Sin duda sería bastante divertido! A pesar de ser una chiquilla común gustaba de las emociones fuertes, por eso jamás había podido quedarse quieta en un sólo sitio. Se rió suavemente sin poder contener ese jubilo que se albergaba en su pecho. Ojalá ese pelirrojo fuera fuerte de verdad... Pero quizás esa cuestión fue respondida más rápido de lo que esperaría. Aquellas partículas calientes que se estaban arremolinando alrededor de él se encendieron en poderosas llamas que acudían al llamado del Juez.

- ¡Ohhh...! ¡Jajajaja creo que olvidé preguntarte tu nombre!

Exclamó casi en un grito, deleitándose con ese cosmos tan asesino y ardiente que emanaba su contrincante. Pudo verlo, pudo sentir el calor a su alrededor. Odiaba esa sensación térmica pero para ella, ese fuego que emanaba Garuda era solamente eso... Un fuego común, ignorante del poder que se concentraba entre las llamas que podría hacer rival al cero absoluto. Extendió ambas manos hacía él, abriendo los dedos, como si quisiera detenerlo, cosa que sin duda haría.

Dejó que se acercara con ese impulso que el burst le daba. Una enorme cantidad de cosmos se concentró en ambas manos justamente en el momento en que recibía a Jack, haciendo que absorbiera gran parte del daño, acumulándolo en la escama del brazo derecho. Sus pies bien fijos en el suelo se vieron empujados más de un metro por la fuerza del embiste, tratando de resistir un poco más en el sitio que quedara. Sin embargo ese proceso fue doloroso, si bien había absorbido gran parte del cosmos, esas llamas eran especialmente ardientes. Apretó los dientes mientras cerraba un ojo ante la presión del calor alrededor de ella.

- ¡¡Un-bear-able Upercut!!

Su brazo derecho le soltó, contactando un gancho poderoso en su oponente, como parte final de su técnica. Intentó darle en la quijada para levantarlo, para poco después intentar alejarse aunque fuese un par de saltos.

- ¡Tsk!

Dolía. Dolía bastante. Aún así intento mantener la compostura, esperando con todos los sentidos en alerta. Pero no pudo evitar romper un poco la postura al agitar sus manos por todos lados, tratando de que el ardor de detener casi casi a una bola de fuego se detuviera.

- ¡Atetetetetetete!

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Mensaje por Cosmos Jue Oct 30, 2014 3:42 pm

¡Bienvenidos de nuevo! Les deseo la mejor de la suerte a ambos y espero que se diviertan en esta pelea.

Iniciaré el análisis de la pelea por el primer jugador que posteó:

Jack:

Tu nivel de rol es muy alto, tienes una habilidad de ambientación genial cuando se trata de la oscuridad y de los deseos maniáticos de tu personaje y de verdad provocas que el lector se sumerja en el Infierno, sin embargo, en algunos de tus párrafos me da la impresión de que te pierdes, o por lo menos el hilo de lo que estabas diciendo. Otras veces he visto que no utilizas comas para separar ideas y como resultado tienes una narración muy larga que es difícil de procesar. Todos esos detalles se corrigen con una revisión de tus turnos.

El segundo punto que quiero comentarte es el ataque. Relee tus primeros turnos, son muy buenos pero cuando se trato del ataque me dio la impresión que le dedicaste muy poco tiempo, muy poco detalle. Quiero pensar que se debe a que es apenas un estado inicial de la pelea, pero me gustaría ver el nivel que tienes también reflejado en la descripción de tus ataques.

Nota:

Kami:

Me gusta tu estilo. Es liviano y fácil de leer sin dejar por ese hecho de ser rico en detalles, sin embargo noto que te cuesta seguir la secuencia con tu contrario. Lo anterior tiene relación con el segundo punto que quiero comentarte. Eres muy buena cuando se trata de descripción del personaje  así como de sus reacciones, sin embargo eres poco descriptiva cuando se trata del ambiente, de la ubicación de la pelea. Hay una parte en el tema en donde Jack hace gala de las voces que grabó de las personas que murieron en sus llamas, me hubiera gustado ver una reacción relacionada con ese tópico.

Por otra parte, tu contraataque resultó corto en cuanto detalles. Quiero pensar que también se debe a que es una etapa temprana de la pelea y en cuanto se desarrolle más el nivel de ataques y defensas incrementará. Pero, te invito a que revises tu contraataque, si bien es cierto te empujó el ataque ¿qué efectos tuvo en el escenario? ¿Cómo se ve el rastro de tus botas en el suelo del Infierno? ¿Qué sientes cuando oyes el grito agónico de las almas en pena? ¿Cómo es el dolor después de recibir el ataque? ¿Cómo se ve ese uppercut que va directo hacia la quijada de Jack? ¿Es un simple golpe o va reforzado con cosmos? Son muchos los detalles que pueden enriquecer tu contraataque y que  te invito los integres.

Nota:


¡Hagan arder su cosmos!
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Mensaje por Jack Unterweger Vie Oct 31, 2014 12:43 pm

Súbitamente mi  fuego se arremolinó en forma de cosmos alrededor de la mano de la marina y como si esta hiciera uso de ello para lograr una propulsión similar a la que yo había tomado, respondió a mi embestida con un gancho bajo que golpeó con fuerza la parte inferior de mi mentón, aprovechando que era de las pocas partes de mi anatomía que las plumas de Garuda no alcanzaban a cubrir. El impacto me produjo un dolor agudo e intenso que no hizo más que aumentar cuando mis dientes se vieron forzados a chocar una hilera contra la otra a consecuencia de la energía concentrada, y fue también gracias a esto que la chica a pesar de la diferencia de tamaños y complexiones físicas logró arrancarme del piso con una facilidad asombrosa, mandándome a volar de regreso por el camino que ya antes había recorrido…

No obstante, incluso aunque fui presa total de tan inesperada contraofensiva, la siempre pendiente estrella maligna que auspiciaba mi existencia como uno de los tres jueces malditos me prestó las alas metálicas de su forma terrenal para poder ejercer resistencia en pleno aire, logrando un aterrizaje que si bien no fue perfecto por mi aturdimiento sí que me salvó de estamparme violentamente contra la alfombra rocosa de Yomotsu y de paso levantó como consecuencia directa una nube de polvo rancio que sirvió como cortina de suspenso antes del inicio de la siguiente escena.

- Jack… Jack de Garuda… - salió entonces como respuesta dada por mi voz gutural y jadeante a la pregunta de la chica en los instantes que precedieron al desvanecimiento de aquella polvareda, confirmando que yo seguía ahí dentro. Si bien la marina había evitado una presentación “clara” cuando yo la había demandado, en mi caso era poco probable que negara mi identidad una vez que la pedían… más aun después de comprobar personalmente las capacidades de la extranjera, pero eso por ningún motivo debía tomarse como una señal de honor o respeto, no… la única razón por la que yo revelaba esa información al completo era por una especie de manía intrínseca a mis aires de artista… una suerte de deseo enfermizo por dar a conocer mi firma, fuera con simples palabras como las presentes o usando el calor de mi fuego para grabarla en la piel y alma de quien alcanzara, si era necesario.

Acto seguido, con una coordinación que bajo ningún concepto podría ser natural, las estrellas rojas a escala volvieron a reunirse alrededor de mi ser, terminando de apartar el polvo restante que aun danzaba guiado por el viento seco para en su lugar dejar una estela carmesí acompañada de la dulce melodía de lamentos espectrales, misma que enriquecía el brillo corrupto de mi surplice con numerosos destellos hermosos a la vista pero sin duda extremadamente peligrosos para quien se atreviera a tocarlos, pues con el avance de la lucha la temperatura de estos aumentaba cada vez más y así lo hacía también su acción abrasadora en el entorno. Por mi parte, yo continuaba inmóvil y a consecuencia del impacto reciente con un delgado hilo de sangre corriendo por un lado de mi boca, más todavía con esa macabra sorna representada por una sonrisa deforme.

Para ese momento, la distancia que mediaba entre ambos de nuevo había vuelto a ser notable, quizás un poco menos que anteriormente pero aun así tendría que dar unos cuantos pasos si quería llegar una vez más hasta ella, por suerte, mi repertorio ofensivo no se limitaba a ataques de corto alcance y dispuesto a aprovechar ese hecho, tras un breve lapso de concentración en que mi semblante se oscureció, invoqué las partículas cósmicas que flotaban en las cercanías de modo que se aglomeraran en las puntas de mis dos dedos índices hasta formar una pareja de cúmulos esféricos perfectamente uniformes, los cuales terminaron por lucir como un par de soles carmesí en miniatura que sin embargo ardían a una temperatura ridículamente alta…

- ¿No te gusta el calor? - hablé una vez más, cuestionando con ironía a mi oponente ante el hecho de que sus quejas y curiosos movimientos denunciaban claramente su incomodidad tras haber recibido con las manos un impacto directo de mi fuego, pues aunque su maniobra fuese acompañada con su manto cósmico propio y respaldada por la protección de sus placas doradas, ¡mis llamas estaban lejos de ser comparables con las simples brasas anaranjadas que la humanidad había aprendido a controlar a duras penas!… por ello debía marcar aún más la diferencia entre esas flamas indignas y las que podían competir con el frio absoluto de la muerte, hacerlo una y otra vez hasta que quedara patente la profunda desesperación que podía provocar usando mi alma como comburente y de paso apagar esa actitud tan exasperante que la mujer seguía empecinada en mantener.

Si… debo convertirla en arte

Con aquellas palabras como una especie de mantra en mi pensar fue que las perfectas circunferencias que mantenía aun en las falanges superiores de mis índices empezaron a convulsionarse con remarcable furor, deformándose como si de un momento a otro fueran a explotar; así mismo, la atmósfera de la entrada a la tierra de los muertos se vio afectada por un aumento repentino en la temperatura que ya deporsí había estado subiendo, adquiriendo una sensación cada vez más sofocante que sin duda predicaba junto a las voces inquietas que coreaban cada una de las acciones antes descritas, el inevitable advenimiento de un nuevo estallido cósmico.

Mis orbes quedaron fijos entonces sobre la anatomía de mi objetivo, adquiriendo en sus pupilas el mismo carmesí que habitaba en mi aura combativa y que simbolizaba los ojos de Garuda, pues de esa manera podrían enfocar a la chica con agudeza superior incluso a la mira más precisa de un francotirador, y una vez que tal despliegue estuvo terminado extendí ambos brazos hacia el frente, disponiendo mis manos de manera que simularan armas de pólvora, terminando con mis preparativos.

Solamente al llegar ese momento fue que de nuevo pude externar mis palabras, salvo que en esta oportunidad  salieron en forma de una exclamación grave, que siendo más similar a un rugido de alguna bestia sacada de las más oscuras profundidades del averno que a una voz humana, hizo retumbar los alrededores:

- ¡GARUDA COLT!

Logrando tras esa sola orden que las esferas de cosmos que había formado se descompusieran de nuevo para adquirir la forma de una ráfaga de numerosas balas incendiarias, violentas y despiadadas que en cuestión de instantes minimizaron la distancia, amenazando no solo la integridad física de la marina, sino también la de todo lo que la rodeaba, pues las más desesperadas convirtieron en prematuramente en cenizas los obstáculos con los que se encontraron y las que sobrevivieron el tramo suficiente para llegar casi frente a ella quemaban el aire con una voracidad que bien podrían parecer fantasmas hambrientos buscando alimentarse de la carne ajena.

Acompañando al zumbido proveniente de mis balas que ahora imperaba, mi risa maniática llenó momentáneamente el campo de batalla.  

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Mensaje por Carrie Weiss Lun Nov 03, 2014 3:48 pm

Fue una sensación hasta cierto punto placentera... El sentir como un golpe conecta correctamente en el cuerpo del enemigo. Pudo escuchar como la quijada del oponente tronaba con suavidad y eso provocó que su piel se enchinara... Incluso los nudillos le dolieron por la fuerza en que lo había lanzado. Sonrió con autosuficiencia cuando le vio salir volando, prácticamente, dejando por un momento de lado el dolor de sus brazos ante el fuego inclemente. Realmente fue increíble que pudiera contra atacar de acuerdo a la diferencia de tamaños... Y Cosmos.

Sí, Kami acababa de darse cuenta la diferencia de cosmos con su oponente. Ese ataque no solamente había servido para herirla sino que se había convertido en una carta de presentación bastante informativa. Además de lo obvio  -como que ese hombre era bastante irascible- pudo estremecerse ante esa aura tan enorme y asesina. ¿Por qué eran tan diferentes sus niveles? No es como si ella fuese un soldado común y corriente... ¿De verdad había tanta diferencia? Miró por un segundo sus manos envueltas en esas llamas que brillabancon una intensidad casi de irrealidad. ¿Era algo más allá de un simple fuego? Al agitar las manos logró consumir todo rastro del mencionado pero se miró las palmas chamuscadas... Una capa de piel quemada las rodeaba, desde esos dedos largos y pálidos hasta el dorso. Aun así, los nudillos de la escama y las muñequeras se encontraban brillantes como siempre, aunque algo sucias de cenizas.

- Pff… Eres fuerte… Jack de Garuda.

Dijo mirándole con una enorme sonrisa. Acaba de presentarse después de una demostración de sus alas de ángel caído, logrando caer de forma casi… normal. La cortina de polvo apestoso que se levantó le dio unos segundos de descanso, lo suficiente como para pensar todas sus posibilidades. Debía hacer un poco más de tiempo ya que estaba planeando una especie de estrategia. Siendo sinceros, peleando así terminaría perdiendo. Debía ser más inteligente… O quizás más astuta.

- Pero aunque seas fuerte… ¡Escúchame atentamente! – Y le guiñó el ojo apenas la cortina marrón se despejó con el viento podrido del Yomotsu - ¡Yo seré quien te derrote! ¡Scylla te demostrará el verdadero dolor de la derrota!

Pero él no se daba ni un segundo antes de continuar la pelea. No era que lo admirase, no tenía los suficientes elementos para llegar a esa conclusión tan apresurada sino que se veía notablemente sorprendida por ese ímpetu casi contagioso. Y quizás hubiera pensado que sería un buen compañero de batallas sino fuera por esas ansias asesinas que despedía tan sólo de fijarse en los ojos carmesí. Claro que le daba miedo…  Su corazón no latía rápidamente sólo del rush de adrenalina… Después de todo ella no era sádica ni nada que se le pareciera aunque le gustasen las peleas y la emoción de ese tipo.

El poco polvo que quedaba se vio disperso por aquél destello carmesí. Una serie de gemidos le acompañaron en todo momento. Ya lo había escuchado con anterioridad pero eso no significaba que el impacto disminuyera aunque fuera un poco. Su cuerpo femenino comenzó a temblar suavemente. Ojalá hubiera sido por la emoción, pero el miedo era el responsable. Intentó disimularlo lo más que pudo mientras comenzaba a concentrar el cosmos en sus brazos, los cuales levantó hacía el juez con las palmas extendidas. Sí… Él era peligroso. Podía sentirlo y verlo en cada acción que daba… También veía que no tenía muchas probabilidades a favor.

- Claro que no me gusta… Yo soy… Más bien alguien de frío.

Dijo con una leve sonrisa mientras una gota de sudor se atrevió a bajar por su frente hasta su sien, terminando por resbalar la mejilla y el mentón. La temperatura había aumentado peligrosamente y supuso que si no fuera a su escama ahora estaría sufriendo estragos al respecto. Sin embargo, también notó que él comenzaba a acumular esas partículas calientes en sus dedos. ¿Qué iba a intentar ésta vez? Intentó concentrarse mientras su cosmos de color verde comenzaba a arremolinarse alrededor de las manos, como un suave viento esmeralda.

Sin embargo, él fue más rápido. Toda aquella energía incandescente pareció explotar en sus dedos de un momento a otro. Kami apretó los dientes nerviosa. ¡Si se defendía iba a perder la oportunidad de atacarlo como había pensado! Además, desistir de ello significaría que solamente defendería o esquivaría de ahora en adelante, hasta agotarse o que la suerte corriera en su contra. ¡Sabía que no tendría otra oportunidad! Su respiración se aceleró tratando de tomar más aire. Debía pensar. ¡¡Piensa, Kami, PIENSA!!

- ¡¡¡KYAAAAAAAA!!!

Las balas ardientes que se habían dispersado alrededor de ella levantaron rocas y polvo, con el retumbar de la tierra quejándose por el brutal ataque. Sumado a esto los gritos de la mujer y la risa maniática de Garuda inundaron la zona, llenándola de un ambiente tétrico. Su cuerpo se convulsionó al recibir de lleno las balas, trastabillando hacía atrás por la fuerza del impacto. Sus escamas resistieron pero el calor de un par atravesaron de forma limpia el dorado de la armadura, sintiendo el ardor en un hombro y en la clavícula. Comenzó a caer hacía atrás… No dolía. Ardía. Quemaduras indescriptibles eran provocadas por el calor de la armadura, la cual se había encendido en un dorado casi naranja. Comenzó a oler a piel y carne quemada, encontrándose prácticamente dentro de un horno que además se adhería a su piel.

Pero entonces lanzó su pie derecho hacía atrás, usándolo para sostenerse antes de caer. Usando una tremenda fuerza de voluntad, tratando de alejar el dolor aunque fuese unos segundos, se enderezó, con los brazos elevados al cielo, mientras su rostro era deformado por la angustia del calor, por las quemaduras que se estaban extendiendo hasta su cuello y quijada, con la piel roja y la carne viva.

- A-aún… no… ¡¡BIG TORNADO!!

Extendió los brazos hacía Jack, lanzando su último ataque… El ataque definitivo. Se había exprimido la poca vida que poseía para terminar con él ahora que estaba casi vulnerable. Confiaba en ello. Era su último recurso y si no funcionaba… estaría perdida. Dos ráfagas de viento se vieron expulsadas de sus brazos y puños, hasta que se juntaron en un enorme tornado verdezco que se dirigió furioso al caballero del Inframundo. Sin embargo no impactó, sino que le rodeó para comenzar a elevarlo, atrapándolo en el vacío de su centro, girándolo de un lado a otro con intenciones de despedirlo por los aires después de que el cosmos de su existencia le causara daño.

No alcanzó a ver lo que sucedía, siguiendo su trayectoria primera para caer de espaldas al suelo, levantando más polvo. Rápidamente la escama abandonó su cuerpo para posarse en forma totémica, brillando incandescente. Boca arriba como estaba miraba la oscuridad de la profundidad de lo que era Yomotsu. Su ropa se había pegado a su piel por el efecto del calor, uniéndose a la quemadura. Su respiración se volvió entrecortada ante el tremendo dolor que estaba experimentando… Hasta que su propio cuerpo le mostro piedad, desconectándola para caer inconsciente. Se alegró internamente… Estaba a punto de entrar en pánico ante el aroma de su propia carne quemada.

Tenía quemaduras de tercer grado por todo el cuerpo. Desde los muslos, las caderas, el torso, cuello y mandíbulas, sin olvidar los brazos. En la clavícula y hombro tenía dos agujeros, los cuales sangraban profundamente, mojando su playera de sangre.

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Cosmos - Vida:  565 - 350 (Daño) - 300 (AD): -85 (Final)

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Mensaje por Cosmos Miér Nov 05, 2014 8:08 pm


Dado que en el presente combate uno de los jugadores se ha quedado sin cosmos será mi última intervención y declararé un ganador.

Jack:

Tu nivel mejoró respecto del turno anterior, realizaste de mejor forma la descripción de tu ataque; tu fuerte es la personalidad de tu personaje y como se afecta su entorno. Me gusta su descontrol y su actitud maniática es contagiosa. La evolución de la escena me pareció muy bien planeada. Empero, aún tienes algunos problemas para determinar en dónde poner o no una coma y al final de tu turno me da la impresión que te cuesta narrar el cierre. Son detalles que se pulen por práctica.

Nota:

Kami:

Mejoraste tu nivel de narración comparada con el anterior. Seguiste la escena que describió tu rival en el turno anterior de forma coherente y lógica. El extracto en donde recibiste el ataque me pareció al mismo nivel que el ataque, fue descriptiva y bastante ilustrativa.

Sin embargo el final no estuvo a la altura de tus capacidades. Cuando se trata de un ataque definitivo el nivel de narración debe ser superior a la media del roler, debido a que consiste en su último recurso, en su última oportunidad y ciertamente en este tema no le diste el desarrollo necesario, ya que dicha técnica se parece a un ataque directo y no uno definitivo, es por eso la nota.

Nota:

Declaratoria de ganador:


Por diferencia de dos puntos, el ganador del presente combate es Jack, por lo que en estricto cumplimiento a lo establecido en la reglas de combate el ganador automáticamente subirá dos niveles mientras que el perdedor ganará un nivel. Por favor entren en contacto con alguno de los miembros del staff para que dicha experiencia forme parte de sus perfiles.

Declaratoria de daño:

Jack: Debido a que recibió una técnica definitiva y un contraataque el nivel de daño acumulado a tu armadura será grave, por lo que deberá ser reparada antes de poder volver a combatir, al igual que tu personaje deberá ser curado.

Kami: Debido a que recibiste un ataque directo y utilizaste un contraataque el daño acumulado a tu armadura será medio, sin embargo al haber sido golpeada de la forma en la que narraste deberás realizar un tema de curación para tu personaje.

Cierre y comentarios:

Quedan en aptitud de continuar con el tema de la forma en la que deseen, ya que uno de los jugadores me hizo saber que  tenían algo en mente. El combate oficial culmina en este post, sin embargo, Jack queda a obligado a narrar el efecto de la técnica definitiva de Kami, ya que ésta no es esquivable.

Ojalá hayan disfrutado de esta breve pelea, como miembro del staff les agradezco que se arriesguen a pelear y mantengan vivo el foro. Felicitaciones a ambos.

....Y recuerden... ¡HAGAN ARDER SU COSMOS!
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Mensaje por Jack Unterweger Vie Nov 07, 2014 12:09 pm

Mi expresión se llenó de enfermo regocijo cuando las molestas palabras ajenas fueron por fin acalladas… o más bien sustituidas por un grito agudo y extenso, arrancado de la chica extranjera gracias a mis caricias ígneas. Sin embargo, a pesar de que el sonido de su lamento era algo hermoso incluso para mis exigentes oídos, lo que en ese momento me resultó embriagante en verdad, no fue otra cosa sino el olor cada vez más intenso de su piel ardiendo vivazmente bajo aquella armadura de placas doradas que, siendo antes su principal defensa, ahora debería sentirse como una terrible pero inexpugnable prisión abrazadora…

Llegado a tal punto de exaltación estética, probablemente lo esperable y lógico según mi retorcida visión sería haberla atacado de nuevo, una y otra vez… arremetiendo sin piedad como buen artista inspirado que era yo en ese justo instante, tratando de extender su agonía y, por tanto, su valor como pieza exquisita… más la visitante de ultra mar tenía sus propios planes y no tardó demasiado en comunicarlos, a pesar de su presumible sufrimiento.

Fue entonces que con una determinación que la hacía realmente interesante y hasta bella como pieza, la pelinegra invocó en torno a su anatomía femenina lo que parecían olas formadas de viento fúrico y energía condensada, un espectáculo totalmente diferente a todo lo que ambos habíamos ofrecido antes, más imponente… lo que enseguida me recordó a la mil veces maldita arremetida de Júpiter en casa de Cáncer y a mi primer trabajo a gran escala, en Rodorio. Así, mis mandíbulas se tensaron con una sorna corrupta, mueca que demostraba sin lugar a preguntas inoportunas un deleite envilecido ante mi sospecha de lo estaba por venir...

El viento frio del inframundo, mientras tanto, afectado por la colisión de las voluntades de ambos se convulsionaba sin precedentes, arrastrando por igual con su aliento tierra, cenizas y hasta pedazos de las víctimas colaterales que irremediablemente caían sin poder resistirse ante nuestra sola estancia en aquel lugar planeado para ser solo de transición entre los mundos y no una zona de guerra como en la que se había convertido. Así mismo, los lamentos espectrales que estaban atados a mi voluntad por los siglos de los siglos parecían también querer escapar…

Tontos, saben que eso es imposible” repetía en mi cabeza como si de hecho me pudieran escuchar y entender desde su encierro conceptual, pues incluso yo sabía que el despliegue de la que para mí era una anónima en cuanto a su rango, no sería algo fácil de esquivar o intentar parar, no con mi agotamiento creciente. Entonces, el cambio de postura de la chica y las palabras que exclamó con voz que hizo más eco aún que sus gritos, terminó por confirmar mis más terribles sospechas…

- ¡VAMOS, RECIBIRÉ TU DETERMINACIÓN! – contesté bramando aunque no pude confirmar si mis palabras habían logrado alcanzarla, pues al tiempo que la última sílaba abandonaba mi boca, el movimiento definitivo de Scylla salió disparado desde su palmas juntas, formando una feroz tempestad eólica de tono similar al esmeralda que devoró con aún más efectividad que mis balas incendiarias toda la distancia interpuesta entre su invocadora y yo… no solo provocando la ruptura del piso y el llanto de las almas que se extinguían junto con mis llamas por tan monstruoso soplido, sino también rodeándome con preocupante celeridad para finalmente cerrar sus fauces y lanzarme hacia arriba con total facilidad en una demostración de poderío que pocas veces se podría sentir en la vida, y mucho menos sobrevivir para contarlo…

Una vez me vi envuelto en aquello, por más que lo intenté, realmente nada pude hacer para evitar que las afiladas lenguas del viento hicieran numerosos cortes limpios en mi cuerpo, arañando mi piel y la tela de mi ropa bajo las plumas de Garuda… pero lo verdaderamente horrible vino una vez llegué al punto máximo de elevación, cuando, con una fuerza mayor a la que me había llevado ahí, fui de nuevo atraído al suelo rocoso de Yomotsu, cayendo con una violencia tal que ni las alas de mi surplice pudieron protegerme. El sonido de mi cabeza azotándose contra el piso fue tan estridente como el crujir de mi armadura que tuvo su momento después, adelantándose a mis huesos, quebrándose como si fuera simple papel…

Ahora bien, no podría determinar con exactitud la cantidad de tiempo que transcurrió, el verdadero estado de mi cuerpo, ni tampoco lo que pasó exactamente con la mujer durante mi subida y posterior aterrizaje forzado, pero en un momento dado, cuando el escenario parecía volver lentamente a su normalidad casi tras el encuentro, desperté agitado y presa de un dolor punzante que se agolpaba sobretodo en mi cabeza pero estaba presente en todo mi ser. Tirado sobre la tierra negruzca que manchaba mi piel haciendo pareja con sangre ya seca y cenizas chiclosas.  Mi respiración salía con dificultad, acompañada además de un olor férrico propio del líquido vital, que concluí había pasado o estaba pasando por mi nariz. Apenas sentía mis extremidades y mucho menos podía moverlas, pero después de un rato logré comprobar que seguían ahí al poder mover mi testa para buscarlas con mis ojos pardos… y entonces la vi a ella.

A unos metros de mí, estaba tirada al parecer en un estado si cabe más lastimero que el mío la guerrera de escamas doradas… ahora ennegrecidas y dispuestas en su forma totémica, pero sin duda en mejor estado que mi coraza, de la cual solo se habían salvado los guanteletes y las botas. La chica no se movía, quizás por inconciencia, lo que realmente me preocupo…

- Jaja… no puede acabar así… - mascullé de forma apenas audible, falto de fuerzas – no puede acabar así… no puede acabar así... – continuaba como una especie de letanía enfermiza, con mis orbes desorbitados y temblorosos, coronando mi mueca deformada por una profunda locura además del daño recibido durante la pelea – ¡NO ME JODAS! – de algún lugar inesperado saqué fuerzas para gritarle, completamente furioso.

¿Cómo se atrevía a hacerme eso?, no podía simplemente dañarme de esa forma, hacerme sentir esa emoción masoquista que me invadía cada vez más y luego morir… no lo permitiría, su partida no podía ser posible, NO DEBÍA SERLO.

Tratando de exprimir aún más mi maltrecho ser, completamente absorto en mis ideas psicopáticas de las que probablemente saqué combustible para moverme, comencé a arrastrarme con mis manos heridas, dejando trozos de mis guantes que terminaron por sucumbir también y gotas de sangre que se fundieron con el suelo en un curioso sendero, incluso partiendo mis uñas al no soportar estas jalar mi peso a través del camino accidentado de rocas, pero eso no era importante para mí, no… lo único en lo que pensaba en ese justo instante era en llegar a ella, jadeando desesperado, temblando de nervios y oscura excitación…

Mientras me acercaba de nuevo el olor de su carne quemada, algo más difuso eso sí, invadía mis fosas nasales con invitante insistencia, haciendo erizar mi piel. De la misma forma, podía percibir la esencia de su sangre que como un tinte natural teñía parte de su ropa, combinándose con una negrura exquisita… la escena ante mí casi era arte en su más puro estado, pero aún faltaba la guinda en el pastel…

Cuando finalmente pude llegar hasta donde estaba, frente a frente con ella, estiré mi diestra en un último esfuerzo, disponiendo mi mano como si quisiera acariciar su piel besada por el fuego, pero que luego reveló mis verdaderas intenciones al tomar la forma de una garra para aprisionar su cuello desnudo.

- Kami… esto aún no se ha acabado, ¿me escuchas? – seguía tratando de hablar con ella sin importar si escuchaba o no, totalmente fuera de mi ya deporsí escasa cordura, y entonces comencé a apretar la zona capturada, logrando encontrar con asombrosa exactitud su tráquea gracias a mis particulares aficiones – eres especial… demasiado valiosa para dejarte ir… - a cada palabra que salía con más o menos trabajo de mi boca seguía un aumento en la intensidad del apretujón a su cuello, haciéndolo tronar de la misma forma en que su último ataque había hecho tronar mi surplice y varios de mis huesos…

Tu… TU SIEMPRE ESTARÁS CONMIGO

Acto seguido un naciente cosmos, que bien podría haber usado para intentar recuperarme un poco, salió de mis dedos para a modo de conducto seguir un camino que sin embargo me agradaba más que la opción curativa: tomar bajo mi propio juicio el alma de la marina y así fundirla con las demás que me seguían, condenándola no una cadena perpetua en alguna de las prisiones del inframundo, sino a una eternidad donde como invitada de honor pasaría a formar parte del coro macabro que hacía única a la danza del fuego de Garuda, mi fuego…

- ¡SERÁS ARTE!

El sonido enloquecido de mi voz retumbó en la escena, pero pronto le siguieron nuevos lamentos que comenzaban a surgir de mi aura invisible como un acompañamiento fantasmal… aunque me estuviera costando tiempo de vida, pues el ritual para poder engullirla y transmutar su sufrimiento en una completa expresión artesanal debía ser completado a cualquier costo, así fuera lo último que hiciera…

De esa manera fue como poco a poco alrededor de nosotros surgieron tan debilitadas como mi fuerza vital las lenguas ígneas de color carmesí, ávidas de incorporar a sus filas la melódica voz de la guerrera, y así, de forma casi automática comenzaron a el acto necesario para consumir la anatomía inmóvil de la mujer y solamente cesaron cuando esta llegó a su máxima hermosura: convertirse en cenizas. Mientras esto sucedía giré para quedar acostado de espaldas y desfallecer una vez más, lleno de heridas, dolor y cansancio, pero sobretodo, de una enfermiza satisfacción que se mostraba en forma de mi siniestra sonrisa...

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Cosmos // Vida: 570 - 600 (Daño recibido) = -30

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