(Flashback)Luego de la "gran" reunión....(Dante)

Había pasado un día ya desde que se había efectuado la tan afamada reunión dorada junto a nuestra diosa Athena, las cosas habían ido muy mal en cuanto a nuestro encuentro, muchas voluntades divergentes con distintos puntos de vista los cuales no alcanzaban a entrelazarse los unos con los otros, solo unos pocos confiábamos entre nosotros, y por lo general éramos aquellos que tuvimos un maestro como santo dorado con el cual formamos un lazo maestro-alumno luego de pasar a ser parte de la hermandad dorada. Nada era como lo había imaginado, tenía dudas de si podría de alguna forma ayudar a que los 12 constelaciones del zodíaco mas poderosas pudiéramos estar en armonía, apoyándonos los unos a los otros como si fuésemos hermanos de toda la vida...claramente era una meta difícil de realizar, pero tenía fe en que lo podría lograr, después de todo no era el único que al parecer quería eso.

Lo que sí, estaba algo afectado por lo que ocurrió en la reunión, pude ver por primera vez el porqué mi maestro llevaba la personalidad que lo hacía ser "Dante" el santo de Libra, si el no despertaba constantemente a los caballeros ninguno se inmutaba o trataba de siquiera contactar con el otro, visitar algún templo ajeno para conocerse, entrenar juntos ni nada, ni siquiera mediar una simple palabra. Como todos dormían en lo profundo veían mal que Dante hiciera de las suyas, claro, yo concordaba en ciertos aspectos en los cuales mi maestro debería estar mas equilibrado, después de todo era Libra....pero, habían otras cosas con las cuales concordaba con el y era que todos estábamos cada uno en su planeta, en vez de las 12 casas doradas parecían los 12 planetas distantes....tan así era mi visión del santuario ahora, había confiado en el que Akroma había sido entrenado por mi, pero igualmente me llevé una decepción de su parte, al parecer no había captado las lecciones que le había dado y actuó tal y como mi maestro lo hizo....estaba avergonzado con Athena y con el resto, sabrían que era alumno del santo caótico y maestro del que le sigue la corriente, al final era el que estaba en medio de ambos...pero no se me ocurría nada para ayudar.

-Tal vez....si entreno pueda llevar mejor esto....-

Me dirigí hacia los alrededores del santuario donde habían grandes bosques en los cuales podía entrenar mi físico al límite, y de esa forma lograr mejorar en mis propias habilidades...aunque esta vez lo usaría mas bien para despejar mi mente y estar mas tranquilo en mi interior...después de todo, cada aspecto negativo que se presentara, aquel lado lleno de ira dentro de mi se manifestaría cada vez más....y aquellos relámpagos carmesí saldrían a buscar el verdadero significado de su color....

Al menos podía contra-arrestar toda aquella confusión que se arremolinaba dentro de mi pecho con la tranquilidad que me brindaba la naturaleza que rodeaba al santuario, después de todo por mas que no estuviera en el exuberante jardín de rosas de Píscis, lo demás que había para ofrecer a la vista del turista era bastante....normal y tranquilizador?, así lo veía yo al menos desde mi punto de vista. La refrescante brisa que soplaba meciendo las hojas de los árboles y arbustos multicolores los cuales, poco a poco empezarían a perder su brillo debido al otoño próximo, lograba darme nuevos aires de motivación para aquel entrenamiento que tenía pensado hacer el día de hoy como un simple "calmante" de los nervios que tenía por todo lo sucedido el día anterior. Caminaba dubitativo por las escalinatas que descendían en el Santuario, realmente no podía creer todos los escalones que eran para llegar con la diosa Athena, supuse al principio de mi llegada al Santuario que era como para hacer apariencia y mostrar que todas las 12 casas estaban ordenadas según su signo, una mas arriba y lejana que la anterior....pero ahora veía que eso también servía para retrasar a los enemigos de su llegada con Athena-sama, además de desmotivarles a continuar en su camino hacia lo más alto del Santuario puesto que primero deberían pasar por cada una de las 12 casas doradas con sus guardianes.

Continué con mi trayecto por aquella escalinata, adentrándome cada vez más en la naturaleza del Santuario, poco a poco iba llegando a aquel lugar el cual usaba normalmente para entrenar mi físico a todo dar, ya podría relajarme mientras me distraía con aquello en vez de seguir dándole vueltas a lo que había ocurrido...solo un poco más. Pero algo llama mi atención inesperadamente antes de siquiera estar a varios metros de aquel lugar, un cosmos familiar que parecía estar entrenando justo en el lugar que iba a ocupar, solo tuve que centrarme unos instantes deteniendo mi marcha para darme cuenta de quien era aquel cosmos tan encendido como un volcán....se trataba de nada más ni nada menos que mi maestro, Dante de Libra. Era oportuna la reunión entre maestro y alumno luego de lo que había pasado en la reunión hace tan poco tiempo, pero una idea pasó por mi mente tan rápida y fugaz como los rayos que yo lanzaba a la velocidad de la luz, la idea de que podría aprovechar ahora para conocer aún mejor a mi maestro estando él sin la presión de los demás santos dorados a su alrededor sino que estaría aquel a quien entrenó con dureza.

Me acerqué lo suficiente como para poder observar que este se encontraba entrenando con sus propias armas doradas, todas le atacaban simultáneamente y él posicionando sus manos como si estuviera luchando boxeo, iba defendiéndose, contra-atacando como si fuera una bestia liberando su apasionada furia en el combate. Suspiré levemente liberando una pequeña sonrisa antes de intervenir, conociendo a mi maestro las presentaciones formales estaban de más. Así, iría a lo bruto a su escena presentándome a mi estilo.....aprovechando que gracias al punto ciego de Dante, una de las armas doradas, mas específicamente su escudo estaba por golpearle yo fui usando aquella velocidad estelar que tanto había entrenado para dirigirme tan rápido como un rayo de luz carmesí hacia su defensa, pateando el escudo lejos evitando así que este golpeara al caballero dorado.

-Le importa si me uno a la fiesta?, Maestro Dante-

Mencioné demostrando un tanto de confianza en mis palabras y acciones, mostrando un perfil serio pero determinado a entrenar en lo que estaba haciendo el otro caballero, puesto que había sido mi idea original venir a este lugar, en primera instancia.

La persistente caminata que llevaba finalmente me había llevado hasta algo que podría ser exactamente lo que estaba buscando ese día, una distracción de todo lo que estaba sintiendo conforme reflexionaba acerca de la reunión con mis camaradas, encontré nada mas ni nada menos que a mi maestro Dante de Libra quien estaba exigiéndole mucho a su cuerpo al luchar contra todas las armas doradas al mismo tiempo. Por fortuna había llegado en un momento oportuno puesto que una de sus tan preciadas compañeras estaba por golpearle en la cabeza y si no hubiese sido por mi este se hubiese dañado de gravedad al no portar su armadura. En fin, había salvado a mi maestro de su propio ataque y este que estaba frustrado por haber fallado en ese pequeño aspecto, lanzó luego una carcajada seguida de unas palabras típicas de él, haciendo notación de mi anterior comportamiento en la reunión comparándolo con mi actitud actual.

-Mahatma Ghandi? jaja, por algo soy el León Dante, por mas que mi voluntad sea proteger de vez en cuando debo descargarme en algo, sea entrenando o luchando contra un enemigo no?, así mantendré afilados esos colmillos y garras característicos de mi constelación, para poder seguir protegiendo eso que valoro.....por otra parte, la gran bestia del combate se estaba por dejar golpear por una de sus propias armas? jeje-

Respondí con gracia y un tono burlesco su comentario a mi maestro quien ya se hallaba nuevamente con ánimos para continuar con aquello que el hacía. Luego simplemente hizo alusión a su típica rutina de romper cosas mencionando irónicamente que no había hecho nada malo a ninguno de los otros once templos además del suyo, puesto que todos en el Santuario le tenían cierto rencor a Dante por su forma de ser y de hacer las cosas caóticas cuando se suponía debía ser el caballero que equilibrara las cosas. Aún con todo eso encima el se las arreglaba para mantener su fidelidad al Santuario y sobretodo a la diosa Athena, una de las cosas por lo cual podía admirar a mi maestro quien también portaba una fuerte convicción de lo que era vivir la vida de un caballero.

Solo soltando una leve risa fue lo que dí como una concisa respuesta a sus palabras observando que este se alejaba unos cuantos pasos indicándome con una ligera mirada las armas doradas que se hallaban esparcidas por el lugar, como invitándome a tomar las que gustara para un combate venidero....me estaba provocando a pelear?, era la primera pregunta la cual sin necesitar respuesta se había manifestado en mi cabeza.

-Entonces esta vez podré usar una de las legendarias armas de Libra, pues, la que va mas con mi estilo....doble espada-

Decía emocionado por poder portar una de las herramientas de combate que solo Libra, el Patriarca o Athena podían autorizar su uso para el combate, realmente parecía un niño pequeño el cual había conseguido un nuevo juguete con el cual jugar. Pisé ambas espadas logrando hacer un movimiento de palanca que las levantara del suelo haciéndolas rotar en el aire para tomarlas con ambas manos, postrando sus filos dorados hacia abajo el de la izquierda, y por detrás de mi hombro y nuca el derecho apuntando hacia un costado.

-La última vez en nuestro entrenamiento yo empecé atacando así que, esta vez comienza tu Dante-

Esta vez mencioné su nombre y no el prefijo de "Maestro" simplemente porque en un entrenamiento como este quería que fuéramos iguales y no uno mas que el otro....esta sería la segunda vez que me batiría en duelo con mi maestro, pero ahora yo tenía el nivel suficiente para estar a su altura además de ya estar totalmente preparado, con mi mente centrada en el combate y los sentidos al máximo para comenzar. Esbocé una ligera sonrisa esperando el movimiento de Dante sintiendo esa creciente emoción ardiente que solo se podía sentir justo antes de iniciar un combate....

El viento soplaba cada vez mas fuerte, dando paso a la pelea que estaba a punto de realizarse en los alrededores del santuario entre Maestro y Alumno, en la cual en este caso siendo yo el alumno, esperaba poder demostrarle a mi contrincante que había mejorado desde la última vez que habíamos entrenado juntos, superando no solo las expectativas de mi maestro, sino que también las mías. Esto seguramente me serviría no solo para mejorar en el combate sino también para conocer un poco mas acerca de Dante de Libra, a quien aún siendo su alumno no sabía mucho de él ya que no fueron muchas las veces en las que cruzamos caminos desde que me ascendieron a caballero de Athena, por eso esta oportunidad no podía perderla para nada. Me acomodé un poco mi cabello usando una de mis muñecas, ya que mis manos estaban ocupadas por las espadas doradas y así mi expresión cambió a una bastante seria frunciendo el ceño, esto si me lo tomaría como un entrenamiento fuerte, si no daba mi máximo progresivamente entonces no podía esperar estar a la altura de él.

-Vamos, que subestimarme no te servirá esta vez Maestro, jeje-

Por alguna razón la sangre dentro de mi empezaba a correr cada vez con mas violencia, estando ante la presencia de Dante los viejos instintos de combate que habían dormido todo este tiempo en la paz del Santuario comenzaban a abrir los ojos hacia quien fuese mi oponente, como si con solo sentir el cosmos salvaje de Libra reviviera a mi otro yo, aquel que ama la lucha para fortalecerse cada vez más. Ahora me sentía mas listo que antes, estando a total disposición para la pelea me quedaba esperar la respuesta de mi maestro para iniciarla, pero este antes de hacer nada menciona algo....interesante, que le daba un mejor sentido al combate. Sonreí de lado manteniéndome en mi posición esbozando un leve "hmph", para responderle.

-Me parece buena la idea, de esa forma podremos conocer mejor al otro...al principio creía que solo usabas la cabeza para pelear pero veo que me equivoqué, también tienes tus momentos de gloria en otras cosas Dante-

Algo de prepotencia en mi voz tal vez?, seguramente lo generaba su presencia, que por mas que se mostrara relajada yo sabía muy bien que debajo de eso había una gran bestia que superaba con creces la voluntad de combate de cualquiera que yo haya conocido hasta ahora, alguien contra quien podía medirme sin contenerme. El toma el bastón dorado sin intenciones de iniciar la pelea dando el primer golpe, así que al ver que se negaba nuevamente a actuar, no tuve otra mas que iniciarlo yo mismo al asunto. Di los primeros pasos hacia mi maestro lento y seguro, caminando con un aura bastante tranquila en mi entorno que contrastaba con la de él, para entonces aligerar el paso conforme me iba acercando, posicionando una espada delante de mi de forma diagonal y la otra detrás dejándola preparada para un contra-ataque si fuese necesario...el combate, iniciaba ahora!!

Off: Soundtrack del combate

Vida 800
Cosmos 800

Contra-ataques: 0/2
Técnica Definitiva: 0/1

** Las condiciones se asentaron en aquel momento con el consentimiento del muchacho protector del quinto templo, quien a medida que estaba cerca de su maestro comenzaba a contagiarse de su carácter altanero y decidido... no por ninguna razón era el único que llegaba a entender un poco de la forma de pensar del peligris. Dante le observo unos instantes, justamente porque era el único que entendía era el único que podría responder las preguntas que el tenia para hacer... especialmente una de ellas le rebotaba en la mente distrayéndole de su forma común de ser, había algo raro en su persona, probablemente culpa de tantos pensamientos serios.

~~ Me parece a mí o estas tratando de copiarme, ¿Tan admirable es tu maestro? ~~

Su mano derecha apretó con fuerza la vara dorada, todo era sobre él, todo en este mundo giraba en torno a sus deseos y sueños... eso era, un ser egocéntrico que quería cubrirlo todo con su cosmos. Apretó los dientes y frunció el ceño a la vez que aquel rabioso poder emergió de su cuerpo y comenzó a expandirse a su alrededor absolutamente inestable, como si se tratara de una llama dorada que se encendía en cada instante. Sus pies marcaron el suelo en un rápido movimiento que le impuso hacia el frente separándose de su posición inicial, abandonándola sin mirar atrás... al igual que esos pensamientos que venían molestándolo desde la propia reunión.

~~ ¡¡Atento!! ~~

El viento guiaba sus pasos a la vez que un chispeando fulgor aumentaba la velocidad de sus pasos dejando una estela de energía estática en su camino acelerando enormemente la distancia recorrida. Su brazo derecho entonces comprimió sus músculos buscando una mayor fuerza y lanzo un movimiento horizontal en dirección a su alumno buscando impactar con la barra dorada el pecho del joven, era un movimiento bastante simple... pero realizado a una gran velocidad podía ser efectivo, quizás detectable para un guerrero como Kurama.

Dante sabia esto y con un simple movimiento de su muñeca logro que la barra dorada se subdividiera en tres partes unidas por una cadena del mismo color oro provocando de esta manera que el golpe abarcara una mayor distancia. Como si esto no fuera suficiente era consciente de que trataría de bloquear con sus espadas doradas, un simple pensamiento dificultaría esta situación y bloquearía al menos un instante este plan para el leonino, cuando el peligris utilizara su control sobre las armas para que estas realizaran un movimiento opuesto.

" Lo siento... pero necesito esta respuesta para poder luchar tranquilo "

Pensamientos que quedaron en la mente del guerrero a la vez que su mano izquierda, oculta detrás de su cuerpo, actuaba independientemente lista para anteponerse a una futura situación adversa. El pensamiento en su mente era claro, pero aún más clara era su forma de actuar en el campo de batalla, formulo su pregunta entonces, con cierta confianza en que el golpe, por mayor o menor margen, asestaría en su adversario.

~~ ¿Que ves en mi accionar Kurama? ~~ **

OFF:

HABILIDADES UTILIZADAS:

Vida 800
Cosmos 800

Contra-ataques: 0/2
Técnica Definitiva: 0/1

Sus pasos eran decididos hacia su maestro, el fulgor del combate había iniciado a invadir su cuerpo poco a poco, empezando por su cuerpo que iba liberando aquella aura rojiza que era mi cosmos, al no portar mi armadura dorada en aquel momento mi cosmos se mostraba tal cual era en la realidad, develando parte de mi verdadero yo, aquel ser pasional que disfrutaba de poner todo de sí mismo en todo lo que hiciera. Claro que alguien como Dante, no solo por ser Dante lograría entender aquel lado de mi, sino también por ser mi maestro y haber estado ahí desde mis inicios como caballero, viendo un poco el progreso que yo llevaba en mis entrenamientos, mejorando cada vez más para formar al Santo de Leo que hoy era con orgullo.

El viento sopló fuertemente para dar inicio al avance de mi maestro quien había liberado ya aquella aura salvaje que lo caracterizaba, aquel ser altanero y bestial que en combate era de las fieras mas salvajes que había, siendo un adversario difícil de combatir, pero predecible en algunos casos, como lo contrario en otros, esta pelea estaba destinada a ser interesante.

-No tienes porqué mencionarlo...-

Posicioné la espada izquierda sobre mi estómago, para ser mas precisos el mango y con el filo apuntando hacia el bastón dorado, sabía muy bien que por mas que estuviera luchando con aquellos artefactos, estos pertenecían a mi maestro por ser parte de su armadura y claramente el podría usarlos en algún momento a su favor. Confiaba de todas formas en que no usaría las armas que yo había elegido en contra de mi voluntad, ya que a pesar de ser alguien fiero en el combate al menos si tenía el sentido del honor y la voluntad, ideales que formaban a un honesto y gran caballero...de todas formas, nunca estaba de más ser precavido. Su movimiento era directo, estando a algunos metros de distancia, lo suficientes todavía como para poder reaccionar a tiempo ante cualquier variable en la pelea, divisé la división del bastón dorado de Dante, el cual se postraba en 3 partes unidas todas a una cadena como núcleo.

-Para el combate sin duda que usa su cabeza...-

Mi objetivo era desviar la potencia principal del golpe de Dante con la espada apoyada en mi, la cual golpearía primero al bastón, y así al efectuarse aquello con un movimiento de mi muñeca de forma instintiva, redirigí levemente la trayectoria del arma dorada, la cual solo lograría golpear a medias mi cuerpo. Pero eso no sería todo, sino que afirmé mi pié de apoyo delantero para girar sobre su eje y así llegar a quedar ágilmente de espaldas a Dante con mi pierna libre en el aire la cual habiéndola levantado en el giro, estaba lista para estirarse con fuerza liberando un fuerte golpe que tenía como objetivo su espalda claro. Aún así, sentí el leve golpe del bastón de oro, pero no dolor, al estar tan encendido era como si mi cuerpo ignorase esos efectos adversos al menos mientras fueran mínimos para poder centrar toda mi capacidad física y mental en la pelea.

-Cumpliendo con la condición, contestaré a tu pregunta...-

Mencioné dándome la vuelta para observar a Dante quien lo mas seguro era que habría recibido mi golpe, para así no ser él, el único en tener la dicha de formular una pregunta.

-Veo a alguien que muchas veces carece de razonamiento lógico, testarudo, arrogante en la mayoría de los casos.....pero, es alguien que se preocupa por sus camaradas, que expresa su voluntad tal cual es sin temor a reprimendas, mostrando así honestidad en cada palabra o acción que haces, Dante.....y ahora, me toca a mi....Dime, ¿Porqué me elegiste como candidato a Santo de Leo?, habían muchos mas esperando antes que yo y con grandes habilidades, pero ¿porqué yo?-

Expresé mirando fijamente a los orbes de mi maestro, preparando mi cosmos para lo siguiente...encendiéndolo un poco mas como si yo fuese una fogata, que en medio de la oscuridad iba cobrando luz, iluminando todo a su paso de una manera progresiva, contraria de la fogata de Dante, la cual de primera se encendía mostrando el salvajismo de su energía.

Off: Vida: 800
Cosmos: 800