Hay hombres que solo quieren ver el mundo arder [Privado]
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Hay hombres que solo quieren ver el mundo arder [Privado]
La figura del astro rey moría lentamente tras la línea de horizonte, dejando en sus últimos momentos de vida incontables haces de luz rojiza, que, como atados por el destino, no tardarían en extinguirse también… pues era el momento de las sombras, del brillo plateado. A su vez, en perfecta sincronía con el espectáculo celeste, el cantar de las aves locales era reemplazado por el de los grillos, los músicos por excelencia de las horas sin sol. Más la aparente tranquilidad reinante en aquella escena fue de pronto interrumpida por el eco de horribles lamentos:
“¡Por favor señor, tenga piedad de mí!, no quería ensuciar la cubierta ¡se lo juro!...”
Lamentos de desesperación, súplicas de piedad, la voz de aquel que había proferido esas palabras era sin duda la de alguien que rogaba por su vida, pero el lugar parecía desierto, ¿de dónde podrían venir?... pronto, la respuesta apareció en forma una extraña nave que surcaba el cielo, tan enorme que, ahí por donde pasaba, era capaz de ocultar la luz reflejada por la naciente luna, proyectando en su lugar una sombra monstruosa, digna de alguna aberración concebida en las profundidades del infierno.
“Perdóneme… se lo ruego…”
Una vez más, la voz del desgraciado se hizo audible, pero sus palabras fueron reemplazadas casi enseguida por un grito aterrador, de agonía, y el sonido propio de las llamas al consumir algo , luego, una risa tan enloquecida como macabra, robó el foco de atención.
Era pues, que, tripulando aquel navío oscuro, viajaban cerca de una veintena de hombres, todos portando extrañas armaduras, similares a esqueletos de metal oscuro, y precisamente uno de ellos había sido al autor de tan penoso espectáculo auditivo, solo que ahora nunca más podría volver a emitir ningún ruido, pues su existencia había servido como alimento para una enorme fogata que ardía en una superficie justo en medio del barco, … ahora, la única pregunta que quedaba era: ¿qué clase de sádico o loco habría sacrificado a uno de sus hombres solo por manchar la cubierta de su barco?... aquí es donde entro yo.
Permanecía pues, postrado en un elegante trono negro metálico, no muy lejos de la hermosa exhibición ígnea, pero alejado por una plataforma de aquella chusma que miraba con morboso temor como la vida de su igual terminaba en cenizas, quizá implorando mentalmente no ser víctimas de un destino similar…quizá… pero, ¿qué importaba?, ellos no eran más que basura, soldados rasos, nada irreemplazable, seguro podría divertirme torturándolos a todos hasta mi hartazgo y aun así no tendría repercusión alguna, solo serían una estadística más del conflicto eterno entre deidades… pero no hoy, hoy tenía ganas de probar un sabor diferente, más fresco, algo que no apestara de antemano a muerto por tener que pastorearlos siempre… y el lugar más adecuado para encontrar ese sabor era el mundo humano, que tantos placeres me había ya proporcionado durante la etapa de mi vida en la que todavía era ignorante, ¡solo imaginar lo que podría hacer ahora con todas mis nuevas capacidades me hacía excitarme!
Ahora solo era cuestión de esperar un poco hasta llegar al pueblo más cercano, y entonces la diversión comenzaría… - Oigan inmundos - farfullé molesto, me asqueaba solo de hablar con inferiores como ellos, - en vez de estar parados ahí, mejor regresen a sus puestos… o terminarán como él…-, y, dirigiendo mi dedo índice hacia la fogata, sonreí de manera intimidante… eso sería suficiente para atizar al ganado, después de todo, no era la primera que me veían incinerar a uno de ellos.
Así, tal y como predije, mi actitud y mis palabras los hicieron temblar, y en un momento todos comenzaron a correr de un lado hacia otro, torpes, parecían ratas tratando de escapar de un tigre, pero solo así se podía tratar de manera efectiva con la gente: por medio de miedo.
Con celeridad, pronto cada uno de esos contenedores vivientes de combustible estuvo en su lugar predeterminado; la mayoría se había concentrado en torno a alguno de los 10 cañones que poseía mi acorazado, pero también había un vigía y otros más que solo esperaban, atentos, a que yo les asignara alguna tarea…
“¡Un pueblo a las tres en punto!”
Esas palabras fueron música para mis oídos, FINALMENTE NOS HABÍAMOS TOPADO CON UN OBJETIVO.
Con un chasquido de mis dedos, di la orden de comenzar los preparativos para la fiesta, y, por primera vez durante el viaje, me puse de pie, abandonando mi asiento, cosa que al parecer puso aún más tensos a mis hombres… jaja, pobres idiotas.
Caminé tranquilo por el piso de tablones negros, descendí de mi tarima y, haciendo una indicación con la mano, llamé al suertudo vigía a que bajara a la proa, donde me detuve.
- Hoy eres lo más cercano a un hombre que ha pisado esta nave, después de mi claro. Tu hallazgo hará que esta noche se vuelva divertida, y tú, mi amigo, tendrás tu merecida recompensa - palabras dichas con total sinceridad, mientras posaba mi diestra sobre su hombro, como muestra de reconocimiento… el fantasma no cabía en él mismo.
Oculté el ámbar de mis ojos bajo mis párpados y le sonreí cálidamente, luego, en total oposición a mi comportamiento, apreté con gran fuerza su hombro, con mi diestra que aún descansaba sobre él, y, haciendo gala de gran potencia física, lo levanté con suma facilidad, ante el asombro de los otros, y personalmente lo lancé al interior de uno de mis cañones, acompañado del sonido de sus alaridos de terror, - tu premio será convertirte en el primero en tocar en tierra, ¿no estás orgulloso? - dije entre psicóticas carcajadas, al tiempo que desde el interior de mi ser comenzaron a generarse cientos de partículas lumínicas, rojas como el fuego que tanto me gustaba, y, encaminadas por mi voluntad, se concentraron en el interior del cañón, fundiéndose con la carne del afortunado hasta crear una especie de esfera escarlata, una munición.
Por un momento, el aire de volvió más denso, sofocante, y ni uno solo de los que me acompañaban se atrevió a hacer o decir nada, solo el sonido tintineante de mi cosmos espectral prevalecía… la distancia que faltaba para que estuviéramos justo sobre aquel pueblo se acortaba más y más.
- FEATHEERRR… -
Mi voz se hizo omnipresente en el navío, mis cosmos creció, más violento, más terrible, y una cegadora luz roja rodeo la artillería que tenía frente a mí, provocando que su mecanismo para dispara comenzara la cuenta regresiva…
-… ¡¡¡BLAST!!!-
Y, con un sonoro estallido, la bala contenida fue disparada a gran velocidad, más sin embargo, suspendiéndose en el aire a mitad de su camino, fue cuando reveló su verdadera forma: una lluvia de cientos, de plumas ígneas, que cual misiles, descendieron sin piedad sobre aquel asentamiento de inocente, amenazando con darles una muerte dolorosa, horrible… repentina.
- JAJAJA, ¡ESTA NOCHE HABRÁ BANQUETE! -
“¡Por favor señor, tenga piedad de mí!, no quería ensuciar la cubierta ¡se lo juro!...”
Lamentos de desesperación, súplicas de piedad, la voz de aquel que había proferido esas palabras era sin duda la de alguien que rogaba por su vida, pero el lugar parecía desierto, ¿de dónde podrían venir?... pronto, la respuesta apareció en forma una extraña nave que surcaba el cielo, tan enorme que, ahí por donde pasaba, era capaz de ocultar la luz reflejada por la naciente luna, proyectando en su lugar una sombra monstruosa, digna de alguna aberración concebida en las profundidades del infierno.
“Perdóneme… se lo ruego…”
Una vez más, la voz del desgraciado se hizo audible, pero sus palabras fueron reemplazadas casi enseguida por un grito aterrador, de agonía, y el sonido propio de las llamas al consumir algo , luego, una risa tan enloquecida como macabra, robó el foco de atención.
Era pues, que, tripulando aquel navío oscuro, viajaban cerca de una veintena de hombres, todos portando extrañas armaduras, similares a esqueletos de metal oscuro, y precisamente uno de ellos había sido al autor de tan penoso espectáculo auditivo, solo que ahora nunca más podría volver a emitir ningún ruido, pues su existencia había servido como alimento para una enorme fogata que ardía en una superficie justo en medio del barco, … ahora, la única pregunta que quedaba era: ¿qué clase de sádico o loco habría sacrificado a uno de sus hombres solo por manchar la cubierta de su barco?... aquí es donde entro yo.
Permanecía pues, postrado en un elegante trono negro metálico, no muy lejos de la hermosa exhibición ígnea, pero alejado por una plataforma de aquella chusma que miraba con morboso temor como la vida de su igual terminaba en cenizas, quizá implorando mentalmente no ser víctimas de un destino similar…quizá… pero, ¿qué importaba?, ellos no eran más que basura, soldados rasos, nada irreemplazable, seguro podría divertirme torturándolos a todos hasta mi hartazgo y aun así no tendría repercusión alguna, solo serían una estadística más del conflicto eterno entre deidades… pero no hoy, hoy tenía ganas de probar un sabor diferente, más fresco, algo que no apestara de antemano a muerto por tener que pastorearlos siempre… y el lugar más adecuado para encontrar ese sabor era el mundo humano, que tantos placeres me había ya proporcionado durante la etapa de mi vida en la que todavía era ignorante, ¡solo imaginar lo que podría hacer ahora con todas mis nuevas capacidades me hacía excitarme!
Ahora solo era cuestión de esperar un poco hasta llegar al pueblo más cercano, y entonces la diversión comenzaría… - Oigan inmundos - farfullé molesto, me asqueaba solo de hablar con inferiores como ellos, - en vez de estar parados ahí, mejor regresen a sus puestos… o terminarán como él…-, y, dirigiendo mi dedo índice hacia la fogata, sonreí de manera intimidante… eso sería suficiente para atizar al ganado, después de todo, no era la primera que me veían incinerar a uno de ellos.
Así, tal y como predije, mi actitud y mis palabras los hicieron temblar, y en un momento todos comenzaron a correr de un lado hacia otro, torpes, parecían ratas tratando de escapar de un tigre, pero solo así se podía tratar de manera efectiva con la gente: por medio de miedo.
Con celeridad, pronto cada uno de esos contenedores vivientes de combustible estuvo en su lugar predeterminado; la mayoría se había concentrado en torno a alguno de los 10 cañones que poseía mi acorazado, pero también había un vigía y otros más que solo esperaban, atentos, a que yo les asignara alguna tarea…
“¡Un pueblo a las tres en punto!”
Esas palabras fueron música para mis oídos, FINALMENTE NOS HABÍAMOS TOPADO CON UN OBJETIVO.
Con un chasquido de mis dedos, di la orden de comenzar los preparativos para la fiesta, y, por primera vez durante el viaje, me puse de pie, abandonando mi asiento, cosa que al parecer puso aún más tensos a mis hombres… jaja, pobres idiotas.
Caminé tranquilo por el piso de tablones negros, descendí de mi tarima y, haciendo una indicación con la mano, llamé al suertudo vigía a que bajara a la proa, donde me detuve.
- Hoy eres lo más cercano a un hombre que ha pisado esta nave, después de mi claro. Tu hallazgo hará que esta noche se vuelva divertida, y tú, mi amigo, tendrás tu merecida recompensa - palabras dichas con total sinceridad, mientras posaba mi diestra sobre su hombro, como muestra de reconocimiento… el fantasma no cabía en él mismo.
Oculté el ámbar de mis ojos bajo mis párpados y le sonreí cálidamente, luego, en total oposición a mi comportamiento, apreté con gran fuerza su hombro, con mi diestra que aún descansaba sobre él, y, haciendo gala de gran potencia física, lo levanté con suma facilidad, ante el asombro de los otros, y personalmente lo lancé al interior de uno de mis cañones, acompañado del sonido de sus alaridos de terror, - tu premio será convertirte en el primero en tocar en tierra, ¿no estás orgulloso? - dije entre psicóticas carcajadas, al tiempo que desde el interior de mi ser comenzaron a generarse cientos de partículas lumínicas, rojas como el fuego que tanto me gustaba, y, encaminadas por mi voluntad, se concentraron en el interior del cañón, fundiéndose con la carne del afortunado hasta crear una especie de esfera escarlata, una munición.
Por un momento, el aire de volvió más denso, sofocante, y ni uno solo de los que me acompañaban se atrevió a hacer o decir nada, solo el sonido tintineante de mi cosmos espectral prevalecía… la distancia que faltaba para que estuviéramos justo sobre aquel pueblo se acortaba más y más.
- FEATHEERRR… -
Mi voz se hizo omnipresente en el navío, mis cosmos creció, más violento, más terrible, y una cegadora luz roja rodeo la artillería que tenía frente a mí, provocando que su mecanismo para dispara comenzara la cuenta regresiva…
-… ¡¡¡BLAST!!!-
Y, con un sonoro estallido, la bala contenida fue disparada a gran velocidad, más sin embargo, suspendiéndose en el aire a mitad de su camino, fue cuando reveló su verdadera forma: una lluvia de cientos, de plumas ígneas, que cual misiles, descendieron sin piedad sobre aquel asentamiento de inocente, amenazando con darles una muerte dolorosa, horrible… repentina.
- JAJAJA, ¡ESTA NOCHE HABRÁ BANQUETE! -
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Off: El Feather Blast es solo para hacer drama y poner más peso a la trama, NO es un ataque que afecte realmente la pelea y fue permitido por Mordeth por esas mismas razones :v
Última edición por Jack Unterweger el Dom Mar 16, 2014 8:40 pm, editado 2 veces
Jack Unterweger- SSES - Moderador
- 430
Re: Hay hombres que solo quieren ver el mundo arder [Privado]
El caballero de Sagitario, quien cumplía con su rutina de siempre, pulir su armadura en el techo de su templo, era una rutina que otros considerarían aburrida, pero para él era una de las cosas que más adoraba hacer, en especial con la belleza del atardecer, los rayos rojizos caían sobre la brillante armadura haciéndola resplandecer con aun más fuerza. Sonreía mientras hacia la banal tarea y una leve brisa acariciaba su frente, alzo la vista para encontrarse con el sol que debería estarse ocultando, y en su lugar encontró una figura que le hizo tener escalofríos. Las pupilas se dilataron, el corazón le dio un vuelco, la garganta se le hizo un nudo.
Una enorme nave de batalla surcaba el cielo, era negra como la noche que estaba por reinar en el cielo, de ella se emanaba un cosmos en verdad siniestro y en verdad enorme, el caballero de Sagitario estaba asustado, pero no tenía tiempo para estarlo, coloco su mano izquierda sobre la armadura la cual en un destello de luces se incorporó a su cuerpo, brillaba magnifica como siempre, su fiel compañera. Las alas doradas se desplegaron, Akroma corrió hasta el borde del techo y dio un salto con todas sus fuerzas, el viento lo elevo como a un ave, ya dominaba el vuelo a la perfección. Su cuerpo se envolvió en una esfera de luz dorada, su cosmos comenzó a arder, su velocidad aumento a la de la luz, y de pronto ya no estaba en su templo, estaba en el pueblo que tanto conocía y amaba: Rodorio.
La escena que ahí se llevaba a cabo dejo descanterando al santo de sagitario, el fuego se extendía por las calles, había cadáveres que las adornaban, el olor a piel chamuscada le dio arcadas, pero no podía pararse a observar, era un caballero dorado, tenía que proteger a la gente que aún estaba con vida. Dirigió su vuelo a la nave voladora de la cual se emitía un peculiar brillo, se alzó por encima de ella a una sorprendente velocidad, los tripulantes lo verían como un destello dorado, desde arriba podía observarlos, la tripulación rondaba cerca de los veinte, la mayoría con similares armaduras negras, todos con rostros fáciles de olvidar, pero había uno, con una armadura imponente, seguramente era la fuente de aquella malévola risa y seguramente era también de donde emanaba aquel gigantesco cosmos.
La sangre del caballero comenzó a arder mientras que sus azules ojos observaban desde arriba aquella figura envuelta en la armadura de color oscuro, algo dentro de él se aceleró, su cosmos estallo, se vio en vuelto de nuevo en un aura dorada, la velocidad de la luz fue de nuevo su medio de transporte, con el cosmos cargado en su pierna derecha aterrizo en aquella nave, aplastando el cuerpo de uno de los soldados esqueletos, este dejo escapar un grito de dolor, no estaba muerto, pero seguramente no podría pelear.
No era difícil imaginar quien era el líder de aquella banda, el caballero dio un paso para acercarse a él y dejar de pisar a aquel desafortunado solado raso. Lo examino de pies a cabeza, no hacía falta ser un genio para saber que era igual si no es que más poderoso que los caballeros dorados, pero Akroma no podía permitirse dudar.
-Este pueblo está bajo mi protección. Dense la vuelta y les perdonare la vida a ti y a tus hombres. Quédense...
El caballero de sagitario apretó con fuerza su puño, de él un leve resplandor emano, golpeo con fuerza uno de los cañones del barco, destrozándolo por completo, su mirada llena de furia calvada siempre en los ojos ámbar del juez del infierno.
-Y los destruiré a todos ustedes.-
La armadura dorada brillaba incluso bajo el manto de la noche, el resplandor de las llamas negras que danzaban salvajes en la cubierta era el encargado de eso, pero nada brillaba tanto como los ojos azules del caballero, el fuego que los hacia brillar venia de su interior, era su cosmos que estaba a punto de estallar.
Una enorme nave de batalla surcaba el cielo, era negra como la noche que estaba por reinar en el cielo, de ella se emanaba un cosmos en verdad siniestro y en verdad enorme, el caballero de Sagitario estaba asustado, pero no tenía tiempo para estarlo, coloco su mano izquierda sobre la armadura la cual en un destello de luces se incorporó a su cuerpo, brillaba magnifica como siempre, su fiel compañera. Las alas doradas se desplegaron, Akroma corrió hasta el borde del techo y dio un salto con todas sus fuerzas, el viento lo elevo como a un ave, ya dominaba el vuelo a la perfección. Su cuerpo se envolvió en una esfera de luz dorada, su cosmos comenzó a arder, su velocidad aumento a la de la luz, y de pronto ya no estaba en su templo, estaba en el pueblo que tanto conocía y amaba: Rodorio.
La escena que ahí se llevaba a cabo dejo descanterando al santo de sagitario, el fuego se extendía por las calles, había cadáveres que las adornaban, el olor a piel chamuscada le dio arcadas, pero no podía pararse a observar, era un caballero dorado, tenía que proteger a la gente que aún estaba con vida. Dirigió su vuelo a la nave voladora de la cual se emitía un peculiar brillo, se alzó por encima de ella a una sorprendente velocidad, los tripulantes lo verían como un destello dorado, desde arriba podía observarlos, la tripulación rondaba cerca de los veinte, la mayoría con similares armaduras negras, todos con rostros fáciles de olvidar, pero había uno, con una armadura imponente, seguramente era la fuente de aquella malévola risa y seguramente era también de donde emanaba aquel gigantesco cosmos.
La sangre del caballero comenzó a arder mientras que sus azules ojos observaban desde arriba aquella figura envuelta en la armadura de color oscuro, algo dentro de él se aceleró, su cosmos estallo, se vio en vuelto de nuevo en un aura dorada, la velocidad de la luz fue de nuevo su medio de transporte, con el cosmos cargado en su pierna derecha aterrizo en aquella nave, aplastando el cuerpo de uno de los soldados esqueletos, este dejo escapar un grito de dolor, no estaba muerto, pero seguramente no podría pelear.
No era difícil imaginar quien era el líder de aquella banda, el caballero dio un paso para acercarse a él y dejar de pisar a aquel desafortunado solado raso. Lo examino de pies a cabeza, no hacía falta ser un genio para saber que era igual si no es que más poderoso que los caballeros dorados, pero Akroma no podía permitirse dudar.
-Este pueblo está bajo mi protección. Dense la vuelta y les perdonare la vida a ti y a tus hombres. Quédense...
El caballero de sagitario apretó con fuerza su puño, de él un leve resplandor emano, golpeo con fuerza uno de los cañones del barco, destrozándolo por completo, su mirada llena de furia calvada siempre en los ojos ámbar del juez del infierno.
-Y los destruiré a todos ustedes.-
La armadura dorada brillaba incluso bajo el manto de la noche, el resplandor de las llamas negras que danzaban salvajes en la cubierta era el encargado de eso, pero nada brillaba tanto como los ojos azules del caballero, el fuego que los hacia brillar venia de su interior, era su cosmos que estaba a punto de estallar.
Re: Hay hombres que solo quieren ver el mundo arder [Privado]
Gritos, el sonido del fuego desbastándolo todo… que hermosa canción para mis oídos. Me apresuré a inhalar el humo profundamente ¡nada mejor que el olor de carne carbonizada, realmente me hacía sentir vivo!, reí de manera infantil, incluso me sonrojé, estaba desbordando de júbilo por primera vez en mucho, mucho tiempo… lo siguiente era asegurarme de que este regocijo se mantuviera durante todo el tiempo posible, pero, sorpresivamente, un destello dorado cruzó el cielo, trayendo consigo a una especie de guardián alado… una mosca en la sopa.
Su llegada fue, cuando menos, ruidosa, aunque debo de aceptar que por un momento pensé que tendría potencial, cuando, sin mostrar piedad, aplastó contra el piso a uno de mis gusanos, más luego me di cuenta que seguía vivo ¡qué desperdicio!
Pero, lo que realmente me hizo fruncir el ceño, fueron las palabras que, con tanta osadía, se atrevió a balbucear.
- Así que este lugar está bajo tu protección…. ya veo, ya veo -, dije de forma sarcástica, si bien intentaba mantenerme estoico, el hecho de que rompiera uno de mis preciados cañones casi me llevó a explotar -….-, apreté mis dientes, mis ojos se clavaron en él, la tropa de esqueletos, que para variar estaban muertos de miedo, comenzaron a correr al ver mi estado, chocando unos contra otros en medio de su desesperación… y con su amenaza, llegué al colmo.
- ¡Tú, maldito! - recriminé – no tienes la menor idea de en qué te estás metiendo… pero debo aceptar, que eres el humano más interesante que he visto, si es que eso es un cumplido… al menos tienes cojones …- una mueca maliciosa se dibujó en mi rostro… no debía dejarme llevar por la ira, solo arruinaría esta noche que aún podía salvar…
Comencé entonces a caminar hacia él, dejando que la brisa me golpeara de frente con su frio aliento, a la par que los rayos de la luna, posada sobre nosotros, se combinaban en particular danza con los destellos de mi fogata, creando numerosas sombras en la cubierta de mi barco y numerosos brillos en mi armadura oscura, mi surplice.
- ¿Qué te parece si mando este barco de regreso, con todos mis subordinados? – le sugerí con tono conciliador al detenerme a unos pasos de él, pues mi mente alocada tenía una idea más interesante, - pero no te confundas, yo me quedaré… - agregué con una sonrisa, y después, con total naturalidad, giré mi cuerpo, para poder ver hacia abajo y contemplar el paisaje que había causado, - si, definitivamente me quedaré… ¿no te parece hermosa la vista? – y, sin esperar respuesta de su parte, di un pequeño salto, que me situó en el borde de la nave, entre el piso de madera y el vacio, y, después di un nuevo brinco, pero que esta vez sirvió para impulsarme…
Fue así que, en caída libre, me lancé como bala desde mi navío hacia aquel pueblucho agonizante, confiado que los estúpidos esqueletos servirían al menos para conducir la nave de regreso y que, al darse cuenta de la situación, el guardián dorado me siguiera…
Su llegada fue, cuando menos, ruidosa, aunque debo de aceptar que por un momento pensé que tendría potencial, cuando, sin mostrar piedad, aplastó contra el piso a uno de mis gusanos, más luego me di cuenta que seguía vivo ¡qué desperdicio!
Pero, lo que realmente me hizo fruncir el ceño, fueron las palabras que, con tanta osadía, se atrevió a balbucear.
- Así que este lugar está bajo tu protección…. ya veo, ya veo -, dije de forma sarcástica, si bien intentaba mantenerme estoico, el hecho de que rompiera uno de mis preciados cañones casi me llevó a explotar -….-, apreté mis dientes, mis ojos se clavaron en él, la tropa de esqueletos, que para variar estaban muertos de miedo, comenzaron a correr al ver mi estado, chocando unos contra otros en medio de su desesperación… y con su amenaza, llegué al colmo.
- ¡Tú, maldito! - recriminé – no tienes la menor idea de en qué te estás metiendo… pero debo aceptar, que eres el humano más interesante que he visto, si es que eso es un cumplido… al menos tienes cojones …- una mueca maliciosa se dibujó en mi rostro… no debía dejarme llevar por la ira, solo arruinaría esta noche que aún podía salvar…
Comencé entonces a caminar hacia él, dejando que la brisa me golpeara de frente con su frio aliento, a la par que los rayos de la luna, posada sobre nosotros, se combinaban en particular danza con los destellos de mi fogata, creando numerosas sombras en la cubierta de mi barco y numerosos brillos en mi armadura oscura, mi surplice.
- ¿Qué te parece si mando este barco de regreso, con todos mis subordinados? – le sugerí con tono conciliador al detenerme a unos pasos de él, pues mi mente alocada tenía una idea más interesante, - pero no te confundas, yo me quedaré… - agregué con una sonrisa, y después, con total naturalidad, giré mi cuerpo, para poder ver hacia abajo y contemplar el paisaje que había causado, - si, definitivamente me quedaré… ¿no te parece hermosa la vista? – y, sin esperar respuesta de su parte, di un pequeño salto, que me situó en el borde de la nave, entre el piso de madera y el vacio, y, después di un nuevo brinco, pero que esta vez sirvió para impulsarme…
Fue así que, en caída libre, me lancé como bala desde mi navío hacia aquel pueblucho agonizante, confiado que los estúpidos esqueletos servirían al menos para conducir la nave de regreso y que, al darse cuenta de la situación, el guardián dorado me siguiera…
Jack Unterweger- SSES - Moderador
- 430
Re: Hay hombres que solo quieren ver el mundo arder [Privado]
Su amenaza había cumplido su objetivo, o eso fue lo que pensó al ver la reacción de los soldados esqueletos, no fue hasta sentir la mirada de Garuda clavarse en el que comprendió, no se asustaron del caballero de sagitario, se asustaron de su propio jefe, había hecho más de lo que creía al destruir uno de sus cañones. ¿Cómo era posible? ¿En serio le importaba más un objeto que uno de sus soldados? Sus palabras demostraban ira, furia, Akroma apretó los puños para ahogar el temor que estaba por invadirle, pero todo el temor se convirtió en determinación al ver la cara de maldad que tenía dibujada el juez del infierno, a cambio, el caballero de sagitario dibujo un rostro amenazante, con el ceño fruncido siempre clavado en su oponente.
El juez envuelto en su armadura negra se acercó, con cada paso el ritmo cardíaco de le aceleraba al joven caballero, una propuesta salió de su boca, podía deshacerse del barco y los esqueletos, se quedaría a solas con el juez. No le dejaron responder, antes de eso se lanzó a la punta del barco. Akroma pondero un momento, no sabía si en verdad podría destruir el navío y aun así, preservar las vidas del pueblo era más importante.
-¡Ya oyeron, llévense esto de aquí!-
Anuncio a los guerreros esqueleto, esperando que siguieran las ordenes de su jefe. Dejo que la luz de la luna lo bañara por un momento, aspiro una bocanada de aire, corrió por la cubierta y salto con fuerza, sus alas doradas se desplegaron y el viento lo elevo. El ángel de oro había tomado vuelo una vez más. La vista le pareció lejos de hermosa, el solo recordar el olor de los muertos cocinándose le provocaba arcadas, el humo salía de todas partes y se escuchaba el sonido de las llamas que devoraban más de una vivienda. El santuario ya habría envidado ayuda, caballeros y centinelas que ayudaran a los heridos, pero ninguno sería capaz de hacerle frente al juez del infierno. No, esa tarea era sola para el caballero de oro.
-Si no te vas, te sacaremos a patadas.-
Pronuncio mientras apoyaba su mano en el pecho de sagitario, podía escuchar el alma de su armadura, conocia el poder de los jueces del infierno, pero a diferencia del santo que la vestía no había ni una pizca de temor en ella, algo que de alguna manera reconforto a su portador. No fue difícil ubicar a su oponente, incluso en medio de la noche las estrellas y la luna bañaban de luz el pueblo, haciendo brillar la armadura.
-¡Garuda!-
Exclamo, reconocía la armadura de dibujos e historias, el ave con tres ojos en el casco. Un torbellino de emociones se apodero de él, miedo, emoción, rabia, podría dejarlo salir todo en este combate. El cosmos del caballero estallo de manera salvaje así como lo era el, su brazo se vio envuelto en un aura dorada, electricidad surgía de su puño, extendió el brazo, el sonido del trueno cayendo del cielo se escuchó a lo largo y ancho del cielo nocturno junto con el rugir del caballero dorado, de la figura del mismo emano la misma luz que la de un rayo la cual salió despedida en forma de ráfagas de energía eléctrica en dirección del Juez del infierno. El nombre de la primera técnica que había aprendido, la técnica que llevaba consigo el orgullo de los antiguos caballeros que llevaba.
ATOMIC. THUNDERBOLT.
Off: Edito porque no puse la técnica en spoiler :v
El juez envuelto en su armadura negra se acercó, con cada paso el ritmo cardíaco de le aceleraba al joven caballero, una propuesta salió de su boca, podía deshacerse del barco y los esqueletos, se quedaría a solas con el juez. No le dejaron responder, antes de eso se lanzó a la punta del barco. Akroma pondero un momento, no sabía si en verdad podría destruir el navío y aun así, preservar las vidas del pueblo era más importante.
-¡Ya oyeron, llévense esto de aquí!-
Anuncio a los guerreros esqueleto, esperando que siguieran las ordenes de su jefe. Dejo que la luz de la luna lo bañara por un momento, aspiro una bocanada de aire, corrió por la cubierta y salto con fuerza, sus alas doradas se desplegaron y el viento lo elevo. El ángel de oro había tomado vuelo una vez más. La vista le pareció lejos de hermosa, el solo recordar el olor de los muertos cocinándose le provocaba arcadas, el humo salía de todas partes y se escuchaba el sonido de las llamas que devoraban más de una vivienda. El santuario ya habría envidado ayuda, caballeros y centinelas que ayudaran a los heridos, pero ninguno sería capaz de hacerle frente al juez del infierno. No, esa tarea era sola para el caballero de oro.
-Si no te vas, te sacaremos a patadas.-
Pronuncio mientras apoyaba su mano en el pecho de sagitario, podía escuchar el alma de su armadura, conocia el poder de los jueces del infierno, pero a diferencia del santo que la vestía no había ni una pizca de temor en ella, algo que de alguna manera reconforto a su portador. No fue difícil ubicar a su oponente, incluso en medio de la noche las estrellas y la luna bañaban de luz el pueblo, haciendo brillar la armadura.
-¡Garuda!-
Exclamo, reconocía la armadura de dibujos e historias, el ave con tres ojos en el casco. Un torbellino de emociones se apodero de él, miedo, emoción, rabia, podría dejarlo salir todo en este combate. El cosmos del caballero estallo de manera salvaje así como lo era el, su brazo se vio envuelto en un aura dorada, electricidad surgía de su puño, extendió el brazo, el sonido del trueno cayendo del cielo se escuchó a lo largo y ancho del cielo nocturno junto con el rugir del caballero dorado, de la figura del mismo emano la misma luz que la de un rayo la cual salió despedida en forma de ráfagas de energía eléctrica en dirección del Juez del infierno. El nombre de la primera técnica que había aprendido, la técnica que llevaba consigo el orgullo de los antiguos caballeros que llevaba.
ATOMIC. THUNDERBOLT.
Off: Edito porque no puse la técnica en spoiler :v
- :v Tecnica en Spoiler:
- Relámpago Atómico: Consiste en concentrar grandes cantidades de cosmos en uno de los puños. El cosmos es proyectado mediante pequeñas corrientes eléctricas, y la descarga resultante se concentra en varias bolas de energía eléctrica a la velocidad de la luz que produce una explosión atómica a escala reducida al contacto.
Re: Hay hombres que solo quieren ver el mundo arder [Privado]
Descendía con rapidez hacia mi objetivo, cual ave rapaz que está a punto de atrapar a su presa, cuando, para mi complacencia, pude ver como mi provocación había surtido efecto: el hombre vestido con esa horrible armadura dorada se había lanzado tras de mí, incluso pude escuchar cómo me amenazaba… - ¡rayos! -, exclamé con felicidad, no sabía si por suerte o por destino, la noche presente cada vez era más perfecta para mí, como un puzzle debidamente acomodado o una víctima en un oscuro callejón… lo que fuera, una vez más había resultado benéfico para mí, pues, con el autonombrado guardián cazándome, podríamos alejar la pelea de mi hermoso acorazado, no lo dañaríamos más, y, en cambio, ¡podría seguir destruyendo aquel pueblucho de quinta!, ¡a eso se le llama matar dos pájaros de un tiro, joder!
Me regocijé en mi propia malicia, y me regocijé aún más con la determinación de mi oponente, después de todo las victimas con miedo eran divertidas sí, pero lo eran incluso más aquellos que se resistían, que me hacían esforzarme más, creativamente hablando… por lo cual, como consecuencia natural, directa, el brillo escarlata de mi alma, mis cosmos, comenzó a manar de mi cuerpo, dando paso a un millar de estrellas rojizas que invadieron el cielo a mis alrededores, tintineando y danzando con fervor, listas para arder cuando fuera mi voluntad…
- ¡Vamos, patéame si quieres, que yo me aseguraré de hacerte algo mucho peor! – mi voz más que audible, imponente y sin pizca de temor… o de cordura, fue proferida hacia aquel que venía a unos cuantos metros de mí… más a su vez, el defensor de los inútiles preparaba por su parte algo que se veía interesante, pues al igual que yo, él había sido rodeado por un brillo cósmico, aunque de molesto color amarillento, dando paso a la creación de una especie de rayos eléctricos…entonces lo escuché decir el nombre de aquella técnica…
La hermosa negrura de la noche pasó por un momento a segundo plano para dar paso al resplandor color oro de una ráfaga eléctrica que arremetía contra mí, y, que, dada la cercanía, no tardó mucho e impactarme de lleno, arrancándome no pocos gritos… ¿debí haberme defendido?… NO, la mejor manera de evaluar al tipo, si era algo más que palabras, era comprobar con mi propio ser la fuerza de su ataque…
- ¡Jaja, así que eres de esta manera! - exclamé apenas pude, - espléndido, de verdad espléndido… - aunque agregar eso no hacía falta, pues era obvio el daño que había recibido, consideré adecuado felicitar a aquel que me había provocado choques más contundentes que la silla eléctrica, ¡incluso había hecho que brotara sangre de mi piel chamuscada!, todo ese dolor se sentía genial, más, si lo mimaba mucho podría hacerse falsas ideas de superioridad, y eso no era algo que me agradara, - ahora es mi turno… -
Entonces, respondiendo a mi determinación, a mis pensamientos, las incontables partículas de energía cósmica que me rodeaban, comenzaron a arremolinarse en torno a mis manos, describiendo trazos concéntricos hasta terminar perfectamente condensadas, como si el final de mis brazos fueran un par de antorchas de fuego rojo, ardiendo con gran altivez, al compás del viento nocturno; solo cuando esos preparativos estuvieron completados, la posición de mis manos cambió, imitando la forma de una especie de pistola, y con ella también la forma de mis flamas, pues toda esa energía que antes se había reunido, se concentró aún más, creando una pequeña esfera carmesí en la punta de cada uno de mis dedos índices …
- ¡GARUDAAAA COLT! – al tiempo que enunciaba tal nombre estiré mis brazos hacia el frente, liberando así un ataque en forma de disparos o balas ígneas, al más puro estilo western, pero claro, con mi propia marca, que, de forma impiadosa, cruzaban la distancia que nos separaban, amenazando al ángel…mientras tanto, el suelo se encontraba cada vez más cerca.
Me regocijé en mi propia malicia, y me regocijé aún más con la determinación de mi oponente, después de todo las victimas con miedo eran divertidas sí, pero lo eran incluso más aquellos que se resistían, que me hacían esforzarme más, creativamente hablando… por lo cual, como consecuencia natural, directa, el brillo escarlata de mi alma, mis cosmos, comenzó a manar de mi cuerpo, dando paso a un millar de estrellas rojizas que invadieron el cielo a mis alrededores, tintineando y danzando con fervor, listas para arder cuando fuera mi voluntad…
- ¡Vamos, patéame si quieres, que yo me aseguraré de hacerte algo mucho peor! – mi voz más que audible, imponente y sin pizca de temor… o de cordura, fue proferida hacia aquel que venía a unos cuantos metros de mí… más a su vez, el defensor de los inútiles preparaba por su parte algo que se veía interesante, pues al igual que yo, él había sido rodeado por un brillo cósmico, aunque de molesto color amarillento, dando paso a la creación de una especie de rayos eléctricos…entonces lo escuché decir el nombre de aquella técnica…
La hermosa negrura de la noche pasó por un momento a segundo plano para dar paso al resplandor color oro de una ráfaga eléctrica que arremetía contra mí, y, que, dada la cercanía, no tardó mucho e impactarme de lleno, arrancándome no pocos gritos… ¿debí haberme defendido?… NO, la mejor manera de evaluar al tipo, si era algo más que palabras, era comprobar con mi propio ser la fuerza de su ataque…
- ¡Jaja, así que eres de esta manera! - exclamé apenas pude, - espléndido, de verdad espléndido… - aunque agregar eso no hacía falta, pues era obvio el daño que había recibido, consideré adecuado felicitar a aquel que me había provocado choques más contundentes que la silla eléctrica, ¡incluso había hecho que brotara sangre de mi piel chamuscada!, todo ese dolor se sentía genial, más, si lo mimaba mucho podría hacerse falsas ideas de superioridad, y eso no era algo que me agradara, - ahora es mi turno… -
Entonces, respondiendo a mi determinación, a mis pensamientos, las incontables partículas de energía cósmica que me rodeaban, comenzaron a arremolinarse en torno a mis manos, describiendo trazos concéntricos hasta terminar perfectamente condensadas, como si el final de mis brazos fueran un par de antorchas de fuego rojo, ardiendo con gran altivez, al compás del viento nocturno; solo cuando esos preparativos estuvieron completados, la posición de mis manos cambió, imitando la forma de una especie de pistola, y con ella también la forma de mis flamas, pues toda esa energía que antes se había reunido, se concentró aún más, creando una pequeña esfera carmesí en la punta de cada uno de mis dedos índices …
- ¡GARUDAAAA COLT! – al tiempo que enunciaba tal nombre estiré mis brazos hacia el frente, liberando así un ataque en forma de disparos o balas ígneas, al más puro estilo western, pero claro, con mi propia marca, que, de forma impiadosa, cruzaban la distancia que nos separaban, amenazando al ángel…mientras tanto, el suelo se encontraba cada vez más cerca.
Off: Edito para agregar la técnica
- Técnica:
- Garuda Colt: Jack imita con sus manos la forma de una pistola, concentrando su cosmos en las puntas de sus dedos índices, para luego, tal como si se tratara de balas incendiarias, dispararlas a gran velocidad contra el enemigo.
Jack Unterweger- SSES - Moderador
- 430
Re: Hay hombres que solo quieren ver el mundo arder [Privado]
Lamento la tardanza, una de mis personalidades le dio un retraso mental y se tardó en tomar las riendas de este combate, por lo que ahora la tomare yo, otra personalidad del gran cosmos.
Akroma
Fue un buen post para ser el primero que haces en un ambiente de combate, aunque a veces me perdía entre las palabras. Y es que hubo líneas, no muchas, pero las hubo en las que o había una palabra de más, o faltaba una palabra, o la idea no estaba del todo completa. Por ese aspecto del post no pierdes muchos puntos que digamos porque mi mente me permite traducir lo que quisiste decir en tales líneas, pero después la descripción de la técnica, para mi gusto podías haber descrito un poco más en ella y hacerla más imponente afectando al ambiente que les rodea, es solo mi humilde opinión.
Jack
Nuevamente expreso lo muy bueno que era el post, para ser tu primera vez en el ámbito del combate en este foro. Tu post estaba muy bien narrado, pero lo único que me molesto eso si era la sobrecarga de comas (,) que aplicaste en la narración. Digo, no soy un experto en el lenguaje español o en el uso del punto y la coma, pero estoy muy seguro de que no se emplea a cada cinco palabras, no sé si me entiendes. Sé que querías que se entendieran mejor, pero había pausas que no eran necesarias. Con respecto a la técnica, si, estaba un poco más descrita que la de tu contraparte dorada, pero creo que también podrías haber usado el ambiente para hacer más imponente la técnica.
Quiero recordarles que ambos están en un pueblo, a pesar de que Akroma quiere defenderlo y Jack destruirlo, inevitablemente tiene que sufrir algo de daños o no sería para nada realista. Pueden hacer uso de el para enriquecer sus narraciones, no tengan miedo.
Mucha suerte.
Estadisticas:
Akroma:
800 (Cosmos base) - 100(Costo del ataque) = 700 (Cosmo restante)
Jack:
800(Cosmos base) - 200(Daño recibido) - 100(Costo del ataque) = 500 (Cosmo restante)
Akroma
Fue un buen post para ser el primero que haces en un ambiente de combate, aunque a veces me perdía entre las palabras. Y es que hubo líneas, no muchas, pero las hubo en las que o había una palabra de más, o faltaba una palabra, o la idea no estaba del todo completa. Por ese aspecto del post no pierdes muchos puntos que digamos porque mi mente me permite traducir lo que quisiste decir en tales líneas, pero después la descripción de la técnica, para mi gusto podías haber descrito un poco más en ella y hacerla más imponente afectando al ambiente que les rodea, es solo mi humilde opinión.
- La nota:
- Calificación: 8
Jack
Nuevamente expreso lo muy bueno que era el post, para ser tu primera vez en el ámbito del combate en este foro. Tu post estaba muy bien narrado, pero lo único que me molesto eso si era la sobrecarga de comas (,) que aplicaste en la narración. Digo, no soy un experto en el lenguaje español o en el uso del punto y la coma, pero estoy muy seguro de que no se emplea a cada cinco palabras, no sé si me entiendes. Sé que querías que se entendieran mejor, pero había pausas que no eran necesarias. Con respecto a la técnica, si, estaba un poco más descrita que la de tu contraparte dorada, pero creo que también podrías haber usado el ambiente para hacer más imponente la técnica.
- La nota:
- Calificación: 8
Quiero recordarles que ambos están en un pueblo, a pesar de que Akroma quiere defenderlo y Jack destruirlo, inevitablemente tiene que sufrir algo de daños o no sería para nada realista. Pueden hacer uso de el para enriquecer sus narraciones, no tengan miedo.
Mucha suerte.
Estadisticas:
Akroma:
800 (Cosmos base) - 100(Costo del ataque) = 700 (Cosmo restante)
Jack:
800(Cosmos base) - 200(Daño recibido) - 100(Costo del ataque) = 500 (Cosmo restante)
Cosmos- 276
Re: Hay hombres que solo quieren ver el mundo arder [Privado]
El ataque impacto, había sido un rotundo éxito, pero Garuda pronto demostró ser un adversario implacable, su piel chamuscada y humeante, había recibido el ataque de lleno, todo su cuerpo debería sentirse entumecido, su mente debería sentirse atemorizada, pues su cuerpo se hubiese reducido a cenizas de no ser por aquella armadura que portaba. La técnica heredada de su primer maestro, una técnica que había practicado miles de veces hasta perfeccionar, y aquel hombre, aquel monstruo la había recibido y reído tras hacerlo.
No sabía que sentir, quizás enojo, furia, odio, pero no. Su corazón se llenó de una macabra alegría, este no era un oponente al que tuviese que tomar a la ligera. No le aplastaría de un golpe como a muchos otros. Aquel hombre no se guardaría ningún golpe como lo había hecho su maestro. Por fin alguien había re encendió la llama que ardía muy en lo profundo del joven caballero. El deseo de combatir se apodero de él. Sus ojos azules expulsaron chispas y una sonrisa confiada se dibujó en su rostro. “Lo había olvidado” pensó.
Esta vez era el turno de Garuda para atacar. Su oponente no defendió así que por orgullo, Sagitario haría lo mismo. El ataque era algo sencillo, balas de fuego salían disparadas de la punta de sus dedos como si fuesen cañones. Sería algo fácil de bloquear, pero la mente del joven caballero no podía estar más alejada de ello.
La primera bala impacto contra la pechera de su armadura, sintió como la misma se calentaba. Pensó que sería fácil de resistir. La siguiente probó lo contrario. La bala le dio a uno de los pocos lugares donde la armadura no lo protegió, esa la sintió, la piel quemándose, el dolor agudo. Era terrible. Alzo el brazo derecho para proteger sus ojos mientras seguía acelerando, recibiendo cada vez más y más balas ígnea. Ninguna fallo.
-¡Débil!- Exclamo mientras aceleraba el vuelo.-Débil ¡Débil! DÉBIL-
El dolor se apodero de su cuerpo, serpenteaba a través de las extremidades y volvía al pecho. Pero podía soportarlo. “Solo un poco más” pensó. No podía parar, tanto su objetivo como el suelo estaban cada vez más cerca. Concentro su cosmos en su puño, una vez más emitió leves descargas eléctricas y se vio envuelto en un aura dorada, estaba a un paso de Garuda y ambos a pocos metros del suelo. Solo tenía que lanzarse.
-¡Te tengo!-
Exclamo mientras se lanzaba sobre su oponente. Su brazo izquierdo busco el cuello del juez mientras que alzaba el puño derecho al cielo. Este se ilumino, emitía descargas eléctricas y un aura dorada. El sonido de los truenos caer se volvió a escuchar, retumbando a lo largo y ancho del cielo nocturno.
-ATOMIC. PUNCH.-
Grito a todo pulmón para lanzar su puño derecho contra pecho del juez. Si impacto o no, no le quedó claro. Lo siguiente que supo fue que se estrelló contra el suelo, dio varias vueltas en él y quedo tendido. Su cuerpo estaba aún adolorido y humeante de la técnica que recibió para lanzar su ataque kamikaze. Intento levantarse pero apenas se puso en pie, le fallaron las piernas. Cayo entonces de rodillas, buscando con la vista entre aquel infierno de humo y fuego al causante de sus heridas.
-¿Lo logre?-
Pregunto al aire dudoso. Sus ojos azules nunca perdieron el brillo y de su rostro nunca se borró aquella sonrisa confiada.
OFF:
Tecnica en spoiler :v
No sabía que sentir, quizás enojo, furia, odio, pero no. Su corazón se llenó de una macabra alegría, este no era un oponente al que tuviese que tomar a la ligera. No le aplastaría de un golpe como a muchos otros. Aquel hombre no se guardaría ningún golpe como lo había hecho su maestro. Por fin alguien había re encendió la llama que ardía muy en lo profundo del joven caballero. El deseo de combatir se apodero de él. Sus ojos azules expulsaron chispas y una sonrisa confiada se dibujó en su rostro. “Lo había olvidado” pensó.
Esta vez era el turno de Garuda para atacar. Su oponente no defendió así que por orgullo, Sagitario haría lo mismo. El ataque era algo sencillo, balas de fuego salían disparadas de la punta de sus dedos como si fuesen cañones. Sería algo fácil de bloquear, pero la mente del joven caballero no podía estar más alejada de ello.
La primera bala impacto contra la pechera de su armadura, sintió como la misma se calentaba. Pensó que sería fácil de resistir. La siguiente probó lo contrario. La bala le dio a uno de los pocos lugares donde la armadura no lo protegió, esa la sintió, la piel quemándose, el dolor agudo. Era terrible. Alzo el brazo derecho para proteger sus ojos mientras seguía acelerando, recibiendo cada vez más y más balas ígnea. Ninguna fallo.
-¡Débil!- Exclamo mientras aceleraba el vuelo.-Débil ¡Débil! DÉBIL-
El dolor se apodero de su cuerpo, serpenteaba a través de las extremidades y volvía al pecho. Pero podía soportarlo. “Solo un poco más” pensó. No podía parar, tanto su objetivo como el suelo estaban cada vez más cerca. Concentro su cosmos en su puño, una vez más emitió leves descargas eléctricas y se vio envuelto en un aura dorada, estaba a un paso de Garuda y ambos a pocos metros del suelo. Solo tenía que lanzarse.
-¡Te tengo!-
Exclamo mientras se lanzaba sobre su oponente. Su brazo izquierdo busco el cuello del juez mientras que alzaba el puño derecho al cielo. Este se ilumino, emitía descargas eléctricas y un aura dorada. El sonido de los truenos caer se volvió a escuchar, retumbando a lo largo y ancho del cielo nocturno.
-ATOMIC. PUNCH.-
Grito a todo pulmón para lanzar su puño derecho contra pecho del juez. Si impacto o no, no le quedó claro. Lo siguiente que supo fue que se estrelló contra el suelo, dio varias vueltas en él y quedo tendido. Su cuerpo estaba aún adolorido y humeante de la técnica que recibió para lanzar su ataque kamikaze. Intento levantarse pero apenas se puso en pie, le fallaron las piernas. Cayo entonces de rodillas, buscando con la vista entre aquel infierno de humo y fuego al causante de sus heridas.
-¿Lo logre?-
Pregunto al aire dudoso. Sus ojos azules nunca perdieron el brillo y de su rostro nunca se borró aquella sonrisa confiada.
OFF:
Tecnica en spoiler :v
- Puño Atomico:
- Puño Atomico: Similar al relámpago atómico, pero este no es un ataque a distancia, concentrando toda la energía que normalmente se lanza, en el puño, si este impacta tiene un poder destructivo mucho mayor al del relámpago atómico.
Re: Hay hombres que solo quieren ver el mundo arder [Privado]
Aquel golpe colmado del espíritu combativo del ojiazul impactó de lleno en mi pecho, provocándome un dolor, si cabe, aún más intenso que su ataque anterior. La sensación de su energía electrizante invadió todo mi ser y convulsionó mi espíritu… como si a través del daño pudiera sentir la determinación del susodicho héroe.
Ni siquiera tuve tiempo de responderle, pues de inmediato fui proyectado los pocos metros que faltaban para estrellarme con violencia en el asqueroso suelo del pueblo, levantando una densa nube de polvo que ocultó toda visiblidad, mientras yo permanecía inmóvil, tendido en el piso…
- Ese sujeto… -dije, más el volumen de mi voz era apenas audible, - …ese sujeto… - volví a parlar, pese a que por el poderoso impacto lo más probable era que varios de mis huesos estuvieran rotos… pese a que la herida en mi pecho dificultaba cada vez más mi respiración, aun así, todo lo que tenía en mi mente en ese preciso instante era ”ESE SUJETO.”
¿Estaba loco por darle tanta importancia? Tal vez. ¿Estaba siendo apresurado? Probablemente… pero lo cierto era que no podía evitarlo, al fin había encontrado alguien lo suficientemente interesante para convertirse en una de las piezas que tanto buscaba, al fin alguien para ser parte de mi gran obra, ¡y no lo dejaría ir!
De ese pensamiento fue que pude finalmente sacar fuerzas para lentamente reincorporar mi humanidad, más, en el proceso, pude darme cuenta de cómo mi estado físico estaba más comprometido de lo que creía… cosa que me hizo esbozar una sonrisa de insana felicidad, de masoquismo exacerbado, al tanto que el color ámbar natural de mis ojos se tornaba en un carmesí intenso solo comparable con el color de mis llamas…
- ¡Cierto! – exclamé, pues por un momento me había olvidado de lo que nos rodeaba, de lo que me había atraído a este lugar en un principio ¡vaya que podía ser distraído! mira que incluso dejar que pasara desapercibido el característico olor de los cuerpos carbonizados, de las basuras humanas al fundirse, que tonto…
Por supuesto, una vez que volví a estar consciente de esto no fue de gran dificultad para mi contemplar mi puesta en escena, aún tras la polvareda que la ocultaba, ya que no solo mi cosmos había despertado cuando lo había hecho la estrella maligna, sino también el tercer ojo que me permitía ver más allá de lo que nunca hubiera pensado; el paisaje era hermoso, el caos y la devastación danzaban en perfecta sincronía con las llamas, los gritos de terror y dolor eran la más grandiosa música de fondo, pero todavía faltaban los toques finales… más ahora me encontraba en una disyuntiva.
- Umm, ¿debo matarlo o terminar con este pueblo primero? – pensé, retirando mi yelmo cornamentado que presentaba una que otra grieta y manchas de mi propia sangre a consecuencia del encuentro, como si con eso fuera mágicamente a refrescar mis ideas. Si me concentraba demasiado en mi peculiar enemigo podría volver a perder mi enfoque original; por otro lado, si dedicaba mis esfuerzos a destruir por completo aquel chiquero, el de la armadura dorada podría llamar refuerzos y volverse una molestia…
- ¿Qué debo hacer, qué debo hacer? -, aún seguía pensándolo, comparando opciones mientras me movía en círculos, pero no podía darme el lujo de tardar mucho más… al final, la solución era obvia: - ¿y por qué no ambos? -.
En fin, ahora que ya todo había sido dicho, ahora que mi mente ya había trazado el boceto de mi ejecución definitiva… de mi respuesta a la voluntad del otro, faltaba solo la parte teatral, la del espectáculo. Para ello nuevamente tiré de la energía cósmica que podía despertar con solo desearlo, más en esta ocasión su elevación se dio de manera lenta, progresiva, casi como si intentara medir su crecimiento con la más prudente de mis facetas…
Emergí así de entre las tinieblas de la nube de tierra, rodeado de un aura cada vez más encendida de luz rojiza, incandescente, que daba la impresión de ser una más de las llamas que ardían por todos lados, al tanto que la temperatura se sentía cada vez más abrazadora y, de manera fascinante, el ambiente era teñido a ese mismo ritmo de color escarlata, como preparando la antesala al infierno.
Localicé entonces al guardián quien parecía también estar intentando encontrarme, - Hey amarillo, estoy por aquí – expresé burlón, levantando los brazos por arriba de mi cabeza, cruzándolos ahí para imitar la forma de una “X” - y más vale que estés atento - añadí, al tiempo que el aura que me cubría parecía volverse extrañamente inestable, convulsionándose, dando giros erráticos, dibujando de forma enigmática y antinatural la figura de la mitológica ave antropomorfa patrona de mi estrella: Garuda.
- …porque ¡te mostraré mi acto definitivo! –
Y tras esas palabras que retumbaron entre el mármol destruido a nuestro alrededor, finalmente la mayor muestra de mi ”burst” comenzó; una a una mis venas se fueron exaltando y los músculos de todo mi cuerpo se tensaron, dejando que el calor generado desde mi interior fluyera libremente en forma de terribles llamaradas rojizas concentradas en torno a mi ser, y que, solo después de extender mis brazos, ahora hacia los lados, fueron disparadas cual onda de choque, dejando a su paso solo la negrura de los objetos carbonizados…
-¡¡¡GARUDAAA ERUPTIOOON!!!-
Ahora el infierno había sido liberado...
Ni siquiera tuve tiempo de responderle, pues de inmediato fui proyectado los pocos metros que faltaban para estrellarme con violencia en el asqueroso suelo del pueblo, levantando una densa nube de polvo que ocultó toda visiblidad, mientras yo permanecía inmóvil, tendido en el piso…
- Ese sujeto… -dije, más el volumen de mi voz era apenas audible, - …ese sujeto… - volví a parlar, pese a que por el poderoso impacto lo más probable era que varios de mis huesos estuvieran rotos… pese a que la herida en mi pecho dificultaba cada vez más mi respiración, aun así, todo lo que tenía en mi mente en ese preciso instante era ”ESE SUJETO.”
¿Estaba loco por darle tanta importancia? Tal vez. ¿Estaba siendo apresurado? Probablemente… pero lo cierto era que no podía evitarlo, al fin había encontrado alguien lo suficientemente interesante para convertirse en una de las piezas que tanto buscaba, al fin alguien para ser parte de mi gran obra, ¡y no lo dejaría ir!
De ese pensamiento fue que pude finalmente sacar fuerzas para lentamente reincorporar mi humanidad, más, en el proceso, pude darme cuenta de cómo mi estado físico estaba más comprometido de lo que creía… cosa que me hizo esbozar una sonrisa de insana felicidad, de masoquismo exacerbado, al tanto que el color ámbar natural de mis ojos se tornaba en un carmesí intenso solo comparable con el color de mis llamas…
- ¡Cierto! – exclamé, pues por un momento me había olvidado de lo que nos rodeaba, de lo que me había atraído a este lugar en un principio ¡vaya que podía ser distraído! mira que incluso dejar que pasara desapercibido el característico olor de los cuerpos carbonizados, de las basuras humanas al fundirse, que tonto…
Por supuesto, una vez que volví a estar consciente de esto no fue de gran dificultad para mi contemplar mi puesta en escena, aún tras la polvareda que la ocultaba, ya que no solo mi cosmos había despertado cuando lo había hecho la estrella maligna, sino también el tercer ojo que me permitía ver más allá de lo que nunca hubiera pensado; el paisaje era hermoso, el caos y la devastación danzaban en perfecta sincronía con las llamas, los gritos de terror y dolor eran la más grandiosa música de fondo, pero todavía faltaban los toques finales… más ahora me encontraba en una disyuntiva.
- Umm, ¿debo matarlo o terminar con este pueblo primero? – pensé, retirando mi yelmo cornamentado que presentaba una que otra grieta y manchas de mi propia sangre a consecuencia del encuentro, como si con eso fuera mágicamente a refrescar mis ideas. Si me concentraba demasiado en mi peculiar enemigo podría volver a perder mi enfoque original; por otro lado, si dedicaba mis esfuerzos a destruir por completo aquel chiquero, el de la armadura dorada podría llamar refuerzos y volverse una molestia…
- ¿Qué debo hacer, qué debo hacer? -, aún seguía pensándolo, comparando opciones mientras me movía en círculos, pero no podía darme el lujo de tardar mucho más… al final, la solución era obvia: - ¿y por qué no ambos? -.
En fin, ahora que ya todo había sido dicho, ahora que mi mente ya había trazado el boceto de mi ejecución definitiva… de mi respuesta a la voluntad del otro, faltaba solo la parte teatral, la del espectáculo. Para ello nuevamente tiré de la energía cósmica que podía despertar con solo desearlo, más en esta ocasión su elevación se dio de manera lenta, progresiva, casi como si intentara medir su crecimiento con la más prudente de mis facetas…
Emergí así de entre las tinieblas de la nube de tierra, rodeado de un aura cada vez más encendida de luz rojiza, incandescente, que daba la impresión de ser una más de las llamas que ardían por todos lados, al tanto que la temperatura se sentía cada vez más abrazadora y, de manera fascinante, el ambiente era teñido a ese mismo ritmo de color escarlata, como preparando la antesala al infierno.
Localicé entonces al guardián quien parecía también estar intentando encontrarme, - Hey amarillo, estoy por aquí – expresé burlón, levantando los brazos por arriba de mi cabeza, cruzándolos ahí para imitar la forma de una “X” - y más vale que estés atento - añadí, al tiempo que el aura que me cubría parecía volverse extrañamente inestable, convulsionándose, dando giros erráticos, dibujando de forma enigmática y antinatural la figura de la mitológica ave antropomorfa patrona de mi estrella: Garuda.
- …porque ¡te mostraré mi acto definitivo! –
Y tras esas palabras que retumbaron entre el mármol destruido a nuestro alrededor, finalmente la mayor muestra de mi ”burst” comenzó; una a una mis venas se fueron exaltando y los músculos de todo mi cuerpo se tensaron, dejando que el calor generado desde mi interior fluyera libremente en forma de terribles llamaradas rojizas concentradas en torno a mi ser, y que, solo después de extender mis brazos, ahora hacia los lados, fueron disparadas cual onda de choque, dejando a su paso solo la negrura de los objetos carbonizados…
-¡¡¡GARUDAAA ERUPTIOOON!!!-
Ahora el infierno había sido liberado...
- Habilidad(es):
- Tercer ojo: Auspiciado por Garuda, Jack posee un “tercer ojo” simbólico, que le otorga una visión aumentada, capaz de percibir objetos y personas a grandes distancias y de ver a través de obstáculos no sólidos como niebla o humo, también se vuelve más resistente a las ilusiones ópticas. Cuando activa esta habilidad sus ojos se vuelven de un color rojo brillante.
“Burst”: Es un tipo de piroquinésis exclusiva en Jack, que le permite manipular una especie de fuego carmesí, comparable solo con las llamas del inframundo, pues a diferencia del fuego normal, resulta mucho más destructivo y difícil de extinguir, y solo puede ser creado y potenciado ocupando como combustible el cosmos y la voluntad del juez (aunque él use como pretexto el “alimentarlo” para lanzarle todo lo que tenga a la mano). Cuando arde a plenitud, rivaliza con el cero absoluto de los usuarios de hielo.
- Técnica:
- Garuda Eruption: Al usar este ataque, el aire se torna seco, abrazador, y el ambiente se tiñe de un intenso color rojo, mientras que la mítica figura de Garuda se manifiesta a las espaldas de Jack, quien, a su vez, levanta sus brazos, cruzándolos en forma de “X” por encima de su cabeza, y, tras elevar su cosmos al límite, los extiende hacia los lados en un rápido movimiento, liberando una potente onda de choque que ahoga entre un mar de llamas carmesí a todo lo que esté dentro de su rango. En este punto, su “Burst” alcanza su máxima potencia.
Jack Unterweger- SSES - Moderador
- 430
Re: Hay hombres que solo quieren ver el mundo arder [Privado]
Akroma: Mientras leía tu post sentí como si estuvieses apurando las cosas, no sé si fui yo que al haberlo leído dos veces sintió que podías haber dado un poco más, o que escribiste de manera tal que los eventos los narraste como si hubiesen sucedido secuencialmente en cuestión de meros minutos. Sentí que flojeaste en tu ataque, la descripción era mucho más corta que la del ataque anterior, quizá si hubieses explicado como durante el recibiendo del ataque de Jack ibas concentrando cosmos, la forma en la que el cosmos fluía por tu cuerpo para llegar ahí, la manera en la que se hacía notar la acumulación por un aura colorada, etc etc, inclusive podías haber hecho énfasis en lo dificultoso que debió de haber sido el efectuar la técnica con tanto daño recibido, porque vamos, por más que quieras decirle al otro que su ataque era débil, tu debiste sentir daño. Quiero recordarte que no luchas contra un plata o bronce, tienes enfrente a un Juez, alguien a tu nivel estadísticamente. Esperare más de ti la próxima vez.
Jack: Bien, el número de comas descendió desde el ultimo post y eso es bueno, pero no me gustó mucho el hecho de que habiendo recibido todos los ataques del caballero dorado, aun te sigas moviendo como si los ataques solo hubiesen sido un puño a las costillas y una patada en los testículos, así fue como vi yo que actuabas ante tanto daño acumulado. Ahora, a diferencia de él, tu utilizaste un ataque definitivo el cual es algo que exige mucho del cuerpo, exige mucho cosmos, pero tú lo ejecutaste como si fuese un ataque directo más. Junto a eso, sentí un poco corta la descripción del ataque pero no me quejo tanto de eso.
Estadisticas: Me reservare el hecho de hacer los calculos y solo decirles que ambos llegaron a 0, debido a que en este turno Akroma por su parte utilizo un ataque directo (100) y recibio la definitiva inesquivable (600). Por parte de Jack, uso el cosmo que le quedaba para la definitiva (300).
Sobre los puntajes, ustedes no necesitan que les anuncie quien fue el ganador, hagan los calculos dependiendo de las notas que hayan ganado.
Quiero sugerirles que continuen con el tema para cerrarlo apropiadamente, a pesar de que el combate duro mucho menos de lo que espere por que ambos tienen un espiritu de masoquista rebozando dentro de ustedes. Y cuando salgan de aqui, haganlo como dos caballeros que llegaron a 0 de cosmos y dejen de tratar esos daños como si fueran cortaditas (asi fue como percibi que lo hacian).
Mucha suerte en sus futuros combates, yo me retiro.
- La nota:
- Calificación: 7
Jack: Bien, el número de comas descendió desde el ultimo post y eso es bueno, pero no me gustó mucho el hecho de que habiendo recibido todos los ataques del caballero dorado, aun te sigas moviendo como si los ataques solo hubiesen sido un puño a las costillas y una patada en los testículos, así fue como vi yo que actuabas ante tanto daño acumulado. Ahora, a diferencia de él, tu utilizaste un ataque definitivo el cual es algo que exige mucho del cuerpo, exige mucho cosmos, pero tú lo ejecutaste como si fuese un ataque directo más. Junto a eso, sentí un poco corta la descripción del ataque pero no me quejo tanto de eso.
- La nota:
- Calificación: 8
Estadisticas: Me reservare el hecho de hacer los calculos y solo decirles que ambos llegaron a 0, debido a que en este turno Akroma por su parte utilizo un ataque directo (100) y recibio la definitiva inesquivable (600). Por parte de Jack, uso el cosmo que le quedaba para la definitiva (300).
Sobre los puntajes, ustedes no necesitan que les anuncie quien fue el ganador, hagan los calculos dependiendo de las notas que hayan ganado.
Quiero sugerirles que continuen con el tema para cerrarlo apropiadamente, a pesar de que el combate duro mucho menos de lo que espere por que ambos tienen un espiritu de masoquista rebozando dentro de ustedes. Y cuando salgan de aqui, haganlo como dos caballeros que llegaron a 0 de cosmos y dejen de tratar esos daños como si fueran cortaditas (asi fue como percibi que lo hacian).
Mucha suerte en sus futuros combates, yo me retiro.
Cosmos- 276
Re: Hay hombres que solo quieren ver el mundo arder [Privado]
No necesito oír su voz para ubicarlo. Aquel cosmos inmenso que se acumulaba era fácil de notar. Akroma volteo para hallar a un juez sin casco, una mirada carmesí que congelo su cuerpo y aquella enorme masa de cosmos que bailaba enloquecida en el cielo nocturno. “Con un ataque así podría… Mierda” Había estado ignorando el lugar en el que peleaban. Los refuerzos del santuario ya habían llegado y habían evacuado a la mayoría. Pero siempre estaba esa anciana escondida. El niño atrapado en los escombros. El gato en el árbol. Siempre quedaba ALGUIEN.
-No puedo permitirlo.-
Se levantó con las piernas aun temblorosas. Todo su cuerpo dolía. “Para esto me querías” pensó. “Soy el único lo suficientemente estúpido para hacer esto”. Su cosmos ardió. No podía detener el ataque del juez y estaba claro que no podía esquivarlo. Pero hay más de una forma de ganar. Todo el cuerpo del muchacho se vio rodeado de un aura dorada. Brillaba más que cualquier estrella del cielo, solo superado por aquel resplandor rojo que crecía salvaje sobre Garuda. Tardo una fracción de segundo en moverse. A la velocidad de la luz. Se paró justo delante de su oponente. Cruzo sus brazos frente a su rostro y antes de poder decir palabra, recibió el ataque.
-¡No perderé!.-
La lógica era simple. La onda de choque comienza en un punto y se expande, si choca con algo al inicio deja de expandirse. Akroma literalmente convirtió su cuerpo en una pared. El fuego le abrazo como un amante caprichoso que buscaba devorarlo. Su piel comenzaba a tostarse y a expedir ese olor tan característico que le provocaba deseos de devolver el desayuno. La armadura se calentó y se resquebrajo en ciertas áreas, todo su cuerpo estaba ardiendo y aquellos pequeños lugares donde la armadura no lo protegía se comenzaban a ennegrecer. “Aguanta” Penso, su mente está buscando como loca una manera de bloquear el dolor. Penso en su entrenamiento. Penso en la reunión de los doce. Busco entre todos sus recuerdos pero solo uno logro apaciguar el dolor. Un relajante aroma que había olfateado en los cinco picos de rozan. “Mi destino” pensó “Mi destino lo decido yo.”
Eventualmente el ataque termino. Había perdido y recobrado la conciencia en varias ocasiones durante aquel monstruoso espectáculo de poder. Sus brazos cayeron y dejaron ver que la única parte de su cuerpo que no estaba rostizada era el rostro, no obstante este no había estado del todo a salvo. Sus ojos azules recobraron el brillo por unos instantes y sonrío con dificultad. Partes de su piel caían como cenizas al viento y en el mismo desaparecían. En ese momento no sentía dolor alguno. Solo sentía el ardiente deseo de seguir combatiendo con aquel hombre.
-Es mi turno.-
Pronuncio en una voz adolorida y agotada. Ignorante de su propia condición física el caballero alzo su ennegrecido puño derecho y lanzo un gancho contra el juez. Antes de que su puño siquiera impactara cayo con la cara al suelo. Ahí tendido estaba lo que alguna vez fue un magnifico ángel dorado. Su piel chamuscada. Su armadura rota. Su cosmos agotado antes de poder arder al máximo. Su mente luchando por mantenerse consiente. Lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos.
-Ya casi lo lograba. Perdóname. Sagitario.
-No puedo permitirlo.-
Se levantó con las piernas aun temblorosas. Todo su cuerpo dolía. “Para esto me querías” pensó. “Soy el único lo suficientemente estúpido para hacer esto”. Su cosmos ardió. No podía detener el ataque del juez y estaba claro que no podía esquivarlo. Pero hay más de una forma de ganar. Todo el cuerpo del muchacho se vio rodeado de un aura dorada. Brillaba más que cualquier estrella del cielo, solo superado por aquel resplandor rojo que crecía salvaje sobre Garuda. Tardo una fracción de segundo en moverse. A la velocidad de la luz. Se paró justo delante de su oponente. Cruzo sus brazos frente a su rostro y antes de poder decir palabra, recibió el ataque.
-¡No perderé!.-
La lógica era simple. La onda de choque comienza en un punto y se expande, si choca con algo al inicio deja de expandirse. Akroma literalmente convirtió su cuerpo en una pared. El fuego le abrazo como un amante caprichoso que buscaba devorarlo. Su piel comenzaba a tostarse y a expedir ese olor tan característico que le provocaba deseos de devolver el desayuno. La armadura se calentó y se resquebrajo en ciertas áreas, todo su cuerpo estaba ardiendo y aquellos pequeños lugares donde la armadura no lo protegía se comenzaban a ennegrecer. “Aguanta” Penso, su mente está buscando como loca una manera de bloquear el dolor. Penso en su entrenamiento. Penso en la reunión de los doce. Busco entre todos sus recuerdos pero solo uno logro apaciguar el dolor. Un relajante aroma que había olfateado en los cinco picos de rozan. “Mi destino” pensó “Mi destino lo decido yo.”
Eventualmente el ataque termino. Había perdido y recobrado la conciencia en varias ocasiones durante aquel monstruoso espectáculo de poder. Sus brazos cayeron y dejaron ver que la única parte de su cuerpo que no estaba rostizada era el rostro, no obstante este no había estado del todo a salvo. Sus ojos azules recobraron el brillo por unos instantes y sonrío con dificultad. Partes de su piel caían como cenizas al viento y en el mismo desaparecían. En ese momento no sentía dolor alguno. Solo sentía el ardiente deseo de seguir combatiendo con aquel hombre.
-Es mi turno.-
Pronuncio en una voz adolorida y agotada. Ignorante de su propia condición física el caballero alzo su ennegrecido puño derecho y lanzo un gancho contra el juez. Antes de que su puño siquiera impactara cayo con la cara al suelo. Ahí tendido estaba lo que alguna vez fue un magnifico ángel dorado. Su piel chamuscada. Su armadura rota. Su cosmos agotado antes de poder arder al máximo. Su mente luchando por mantenerse consiente. Lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos.
-Ya casi lo lograba. Perdóname. Sagitario.
Re: Hay hombres que solo quieren ver el mundo arder [Privado]
Después de haber finalizado mi reunión con Leia en lo profundo del bosque, tenía todas las intenciones de devolverme al olimpo para seguir con mis asuntos importantes, dormir, comer, y quizá volver a dormir un poco más porque no había mucho que hacer en esos lares, pero algo me había llamado la atención, un choque de cosmos en algún lugar muy cercano el cual me causo mucha curiosidad, ya que ambos cosmos parecían haber estado en el pico de su magnificencia y descendieron rápidamente, como si se hubiese librado un combate de grandes proporciones, y todo lo que quedaba eran dos guerreros agonizantes, iría a revisar, solo para ver qué tan apaleados se encontraban esos.
Hice uso de mis portales dimensionales para ir a aquel sitio, moviendo mi mano para abrir un tunes que conectaría este extremo con el del campo de batalla, al que rápidamente ingrese y lo primero que pude sentir fue calor, como si hubiesen estado jugando con fuego durante todo este tiempo. Quien o que lo hizo? No tengo idea, pero la temperatura no era para nada cómoda con esta ropa.
Cerré el portal con un chasquido, no pude evitar mirar a mi alrededor sin mostrar interés, el pueblo no estaba totalmente dañado como espere que lo estuviese, más si habían señales de fuego en algunas partes, zonas quemadas, gente corriendo de un lado a otro tratando de evacuar el pueblo, uno de esos guerreros había salvado el sitio de un desastre asegurado.
Camine sin rumbo, tratando de que mi camisa blanca no tomara el color de las cenizas, sintiendo el calor dentro de mis zapatos de cuero con cada paso que daba, hasta que divise dos personas, un cuerpo parcialmente calcinado que vestía una armadura de brillo dorado, y otro que se encontraba en pie. Me les acerque tranquilamente, esos definitivamente eran los que hicieron pedazos este sitio. Me detuve al estar perfectamente a un lado del calcinado para mirarle al rostro, la única parte de su cuerpo que no presentaba quemaduras notables, era increíble que no hubiese sufrido daños faciales.
-Tu valor al recibir ese ataque salvo a una gran cantidad de personas. Unos no pudieron sobrevivir, otros si lo hicieron, uno simplemente no puede salvarlos a todos, pero las personas que deben su vida a tus acciones están muy agradecidas supongo, por lo que no tienes que sentir vergüenza en la derrota.- desvié mi mirada hacia otros lados, desabotonando las mangas de mi camisa por la calor, era incomoda enserio, había elegido el atuendo incorrecto para presentarme en este sitio.
-Tu haz de ser el que intento incinerar este pueblo, yo que tu consideraría irme de aquí antes de que lleguen los aliados de este muchacho a terminar contigo.- mis palabras fueron frias, mas llenas de la verdad. –Me sorprende ver que Hades reemplazo a la juez a la que le perdone la vida…- murmure casi que por el simple hecho de hacerlo.
____
Respeto su privacidad como caballeros combatientes medio muertos, pero reafirmo mi autoridad como Mordeth.
PD: Le pedi permiso a Akroma para entrar.
Hice uso de mis portales dimensionales para ir a aquel sitio, moviendo mi mano para abrir un tunes que conectaría este extremo con el del campo de batalla, al que rápidamente ingrese y lo primero que pude sentir fue calor, como si hubiesen estado jugando con fuego durante todo este tiempo. Quien o que lo hizo? No tengo idea, pero la temperatura no era para nada cómoda con esta ropa.
Cerré el portal con un chasquido, no pude evitar mirar a mi alrededor sin mostrar interés, el pueblo no estaba totalmente dañado como espere que lo estuviese, más si habían señales de fuego en algunas partes, zonas quemadas, gente corriendo de un lado a otro tratando de evacuar el pueblo, uno de esos guerreros había salvado el sitio de un desastre asegurado.
Camine sin rumbo, tratando de que mi camisa blanca no tomara el color de las cenizas, sintiendo el calor dentro de mis zapatos de cuero con cada paso que daba, hasta que divise dos personas, un cuerpo parcialmente calcinado que vestía una armadura de brillo dorado, y otro que se encontraba en pie. Me les acerque tranquilamente, esos definitivamente eran los que hicieron pedazos este sitio. Me detuve al estar perfectamente a un lado del calcinado para mirarle al rostro, la única parte de su cuerpo que no presentaba quemaduras notables, era increíble que no hubiese sufrido daños faciales.
-Tu valor al recibir ese ataque salvo a una gran cantidad de personas. Unos no pudieron sobrevivir, otros si lo hicieron, uno simplemente no puede salvarlos a todos, pero las personas que deben su vida a tus acciones están muy agradecidas supongo, por lo que no tienes que sentir vergüenza en la derrota.- desvié mi mirada hacia otros lados, desabotonando las mangas de mi camisa por la calor, era incomoda enserio, había elegido el atuendo incorrecto para presentarme en este sitio.
-Tu haz de ser el que intento incinerar este pueblo, yo que tu consideraría irme de aquí antes de que lleguen los aliados de este muchacho a terminar contigo.- mis palabras fueron frias, mas llenas de la verdad. –Me sorprende ver que Hades reemplazo a la juez a la que le perdone la vida…- murmure casi que por el simple hecho de hacerlo.
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Respeto su privacidad como caballeros combatientes medio muertos, pero reafirmo mi autoridad como Mordeth.
PD: Le pedi permiso a Akroma para entrar.
Mor- 670
Re: Hay hombres que solo quieren ver el mundo arder [Privado]
Atónito mire cómo a costa de su propia integridad el de las alas doradas absorbió para si la mayor parte de mi erupción, haciendo verdadero honor a su puesto como guardián…
- Maldito idiota - pensé, sacrificarse de esa manera por otros era desagradable, me provocaba nauseas… ¿qué ganaría con salvar a todos esos anónimos?... ¿o es que solo así podría sentirse mejor con él mismo?; un claro gesto de molestia reemplazó la sonrisa desbordada que hasta ahora había imperado en mi rostro.
Por supuesto, tras haber sido testigo de tan molesta actuación no me pensaba quedar de brazos cruzados… tenía que encender de nuevo el fuego de mi alma y asegurarme de evaporar todo… ¡TODO!... más, cuando intenté avanzar para darle el golpe final al dorado que había caído a pocos centímetros de golpearme, mi cuerpo no respondió…
Y por si eso no fuera suficiente, para mi mala suerte justo en ese momento otro más apareció; aunque no llevaba armadura visible, por su actitud era fácil notar que no era un simple humano… - mierda - podría tratarse de uno de sus aliados o quizás de un buitre que había sido atraído por el olor a muerte. Incluso cuando comenzó a hablar, los motivos que le llevaron hacia nuestro campo de batalla no parecían del todo claros… más debo admitir que en algo tenía razón: si llegaban refuerzos del enemigo, no era buena idea quedarme ahí. Joder.
Así pues, me obligué a avanzar, aunque cada paso que daba me costaba más trabajo que el anterior, mi respiración era agitada… cada músculo de mi ser sentía como si estuviera a punto de desgarrarse… ahora que mi espíritu combativo se había enfriado podía sentir más claramente las consecuencias de recibir todos los ataques del enemigo, de llevar mi cuerpo al límite para ejecutar mi más grande técnica.
No pude avanzar más que un par metros antes de escupir una bocanada de sangre espesa, mi vista se estaba volviendo borrosa, mi andar tambaleante… - esto no se quedará así… - logré balbucear, más mi mente se nubló enseguida, y me desplomé sobre el suelo ennegrecido.
- Maldito idiota - pensé, sacrificarse de esa manera por otros era desagradable, me provocaba nauseas… ¿qué ganaría con salvar a todos esos anónimos?... ¿o es que solo así podría sentirse mejor con él mismo?; un claro gesto de molestia reemplazó la sonrisa desbordada que hasta ahora había imperado en mi rostro.
Por supuesto, tras haber sido testigo de tan molesta actuación no me pensaba quedar de brazos cruzados… tenía que encender de nuevo el fuego de mi alma y asegurarme de evaporar todo… ¡TODO!... más, cuando intenté avanzar para darle el golpe final al dorado que había caído a pocos centímetros de golpearme, mi cuerpo no respondió…
Y por si eso no fuera suficiente, para mi mala suerte justo en ese momento otro más apareció; aunque no llevaba armadura visible, por su actitud era fácil notar que no era un simple humano… - mierda - podría tratarse de uno de sus aliados o quizás de un buitre que había sido atraído por el olor a muerte. Incluso cuando comenzó a hablar, los motivos que le llevaron hacia nuestro campo de batalla no parecían del todo claros… más debo admitir que en algo tenía razón: si llegaban refuerzos del enemigo, no era buena idea quedarme ahí. Joder.
Así pues, me obligué a avanzar, aunque cada paso que daba me costaba más trabajo que el anterior, mi respiración era agitada… cada músculo de mi ser sentía como si estuviera a punto de desgarrarse… ahora que mi espíritu combativo se había enfriado podía sentir más claramente las consecuencias de recibir todos los ataques del enemigo, de llevar mi cuerpo al límite para ejecutar mi más grande técnica.
No pude avanzar más que un par metros antes de escupir una bocanada de sangre espesa, mi vista se estaba volviendo borrosa, mi andar tambaleante… - esto no se quedará así… - logré balbucear, más mi mente se nubló enseguida, y me desplomé sobre el suelo ennegrecido.
Jack Unterweger- SSES - Moderador
- 430
Re: Hay hombres que solo quieren ver el mundo arder [Privado]
¿De quién era aquella voz? No se trataba del juez y de ningún caballero que conociese. No parecía ser un enemigo así que pudo relajarse y permitirse sonreír de calma por un instante.
“Gracias” escucho decir a otra voz. Esta si la reconocía. Era una voz que había estado callada por un tiempo. Al menos hasta el momento en que aquella horrenda nave apareció en el cielo. Era la voz de su armadura. Un leve destello de luz le envolvió y esta se separó de su cuerpo. Se colocó a su lado en forma de tótem. El arco apuntando al cielo. Incluso dañada era verdaderamente magnifica.
-Parece que Venus tenía razón.- Dejo escapar un gruñido de dolor.-No soy… No soy un ángel dorado.
Intento levantarse apoyándose en sus brazos. Pero antes de levantarse si quiera dos centímetros volvió a caer en el suelo. No le quedaban fuerzas para levantarse. Menos para ir por ayuda. Con todo el esfuerzo del mundo logro darse la vuelta y quedar tendido sobre su espalda la cual ahora estaba descubierta. Lo único que cubría su cuerpo rostizado eran los pantalones que llevaba bajo la armadura. “Dejara marca” Pensó con su característico humor. Los ojos azules se posaron sobre aquella figura que vestía elegante. De ahí debía provenir la voz.
-Garuda. La próxima vez. Te prometo… Seré yo quien venza. No se te ocurra morirte antes de eso-
“Eso si es que sobrevivo” No sabía si Garuda le escuchaba o no. Pero sabía que vivía. Cada una de sus palabras era seguida de un leve gemido adolorido. Las lágrimas habían parado de un momento a otro pero el agua salda que había salido de sus ojos hacia que le picara el rostro. “Necesito ayuda.
-Hey. Tú, el de la ropa cara. P-podrías. ¿Ayudarme? Por favor. Necesito ayuda.-
“Espero que ningún caballero llegue” Pensó. Si bien aquel que estaba tendido en el piso era un verdadero monstruo. Su corazón ansiaba medirse en combate con el de nuevo. Era un monstruo que solo él podía matar.
“Gracias” escucho decir a otra voz. Esta si la reconocía. Era una voz que había estado callada por un tiempo. Al menos hasta el momento en que aquella horrenda nave apareció en el cielo. Era la voz de su armadura. Un leve destello de luz le envolvió y esta se separó de su cuerpo. Se colocó a su lado en forma de tótem. El arco apuntando al cielo. Incluso dañada era verdaderamente magnifica.
-Parece que Venus tenía razón.- Dejo escapar un gruñido de dolor.-No soy… No soy un ángel dorado.
Intento levantarse apoyándose en sus brazos. Pero antes de levantarse si quiera dos centímetros volvió a caer en el suelo. No le quedaban fuerzas para levantarse. Menos para ir por ayuda. Con todo el esfuerzo del mundo logro darse la vuelta y quedar tendido sobre su espalda la cual ahora estaba descubierta. Lo único que cubría su cuerpo rostizado eran los pantalones que llevaba bajo la armadura. “Dejara marca” Pensó con su característico humor. Los ojos azules se posaron sobre aquella figura que vestía elegante. De ahí debía provenir la voz.
-Garuda. La próxima vez. Te prometo… Seré yo quien venza. No se te ocurra morirte antes de eso-
“Eso si es que sobrevivo” No sabía si Garuda le escuchaba o no. Pero sabía que vivía. Cada una de sus palabras era seguida de un leve gemido adolorido. Las lágrimas habían parado de un momento a otro pero el agua salda que había salido de sus ojos hacia que le picara el rostro. “Necesito ayuda.
-Hey. Tú, el de la ropa cara. P-podrías. ¿Ayudarme? Por favor. Necesito ayuda.-
“Espero que ningún caballero llegue” Pensó. Si bien aquel que estaba tendido en el piso era un verdadero monstruo. Su corazón ansiaba medirse en combate con el de nuevo. Era un monstruo que solo él podía matar.
Re: Hay hombres que solo quieren ver el mundo arder [Privado]
“Venus”, aquel nombre fue lo que hizo que el hombre calcinado obtuviese toda mi atención. Donde la conoció? Cuando la conoció? Qué tipo de relación tiene el con mi hermana? Le mire con algo de lastima después de que se separó de su armadura, después pensaría que hacer con él.
-Juez de Garuda, dile a Hades que ya son dos las veces que le he salvado la vida a sus jueces.- le mire con algo de repugnancia, no podía creer lo que estaba por hacer pero es que no tenía tiempo para ponerme a tratar con alguien que ni siquiera podía ponerse en pie por su cuenta, pareciera como que estos tipos nunca consideraron defenderse del ataque rival y simplemente los recibieron de frente, como si eso demostrara que uno es más hombre que el otro.
Di un par de pasos hasta quedar a un lado del espectro, me agache y puse mi mano sobre el cálido suelo, cálido por la alta temperatura del sitio que absorbía. –Buen viaje a donde sea que vayas a quedar.- una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro, un tanto tétrica de hecho, luego abrí un portal dimensional justo debajo del cuerpo del pelirrojo por el cual el cuerpo de este descendió dentro del túnel dimensional, cuyo extremo estaría abierto en alguna parte nevada, ya era cosa de él si quería sobrevivir o no.
Una vez habiendo tratado con eso, este extremo del portal se había cerrado y solo me quedaba lidiar con el otro dorado. –Habiéndote quitado tu armadura asumiré que ha renunciado a ser un caballero dorado, una lástima la verdad, pero creo que esa era la mejor decisión, digo, no es que sea mi asunto pero ninguno de tus compañeros ha bajado, es más, llegue antes que ellos, eso debería decir algo.- me levante para luego caminar hacia el dorado que balbuceo el nombre de mi hermana y me pedía ayuda, lastimosamente no se la podría negar, eso no sería seguir mi sentido de la justicia.
-Te daré una segunda oportunidad para seguir viviendo, lucharas en nombre del dios que Venus protege, seguirás con tus objetivos personales y podrás predicar tu propia justicia, estarás en un lugar en el que no necesitas de esas alas doradas para seguir volando…- Abrí otro portal dimensional debajo de nosotros, de forma que descenderíamos en este suelo, pero en el olimpo estaríamos ascendiendo, era la mejor manera de llevarlo, no me ensuciaba la camisa y no lo lastimaba.
-Estas siendo muy caritativo, no Mordeth? Apuesto a que ese muchacho te terminara mordiendo la mano una vez se establezca en el olimpo, espera y veras…- mi alter ego me daba la idea de dejarlo abandonado a su suerte, más sin embargo no lo escuche, nunca lo hacía después de todo y esta no sería la primera vez.
El portal nos terminó de absorber al espacio dimensional que había creado, se cerró en este extremo y luego comenzamos a ascender rápidamente hacia el olimpo, abandonando el pueblo calcinado que se encontraba a las cercanías del santuario.
-Juez de Garuda, dile a Hades que ya son dos las veces que le he salvado la vida a sus jueces.- le mire con algo de repugnancia, no podía creer lo que estaba por hacer pero es que no tenía tiempo para ponerme a tratar con alguien que ni siquiera podía ponerse en pie por su cuenta, pareciera como que estos tipos nunca consideraron defenderse del ataque rival y simplemente los recibieron de frente, como si eso demostrara que uno es más hombre que el otro.
Di un par de pasos hasta quedar a un lado del espectro, me agache y puse mi mano sobre el cálido suelo, cálido por la alta temperatura del sitio que absorbía. –Buen viaje a donde sea que vayas a quedar.- una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro, un tanto tétrica de hecho, luego abrí un portal dimensional justo debajo del cuerpo del pelirrojo por el cual el cuerpo de este descendió dentro del túnel dimensional, cuyo extremo estaría abierto en alguna parte nevada, ya era cosa de él si quería sobrevivir o no.
Una vez habiendo tratado con eso, este extremo del portal se había cerrado y solo me quedaba lidiar con el otro dorado. –Habiéndote quitado tu armadura asumiré que ha renunciado a ser un caballero dorado, una lástima la verdad, pero creo que esa era la mejor decisión, digo, no es que sea mi asunto pero ninguno de tus compañeros ha bajado, es más, llegue antes que ellos, eso debería decir algo.- me levante para luego caminar hacia el dorado que balbuceo el nombre de mi hermana y me pedía ayuda, lastimosamente no se la podría negar, eso no sería seguir mi sentido de la justicia.
-Te daré una segunda oportunidad para seguir viviendo, lucharas en nombre del dios que Venus protege, seguirás con tus objetivos personales y podrás predicar tu propia justicia, estarás en un lugar en el que no necesitas de esas alas doradas para seguir volando…- Abrí otro portal dimensional debajo de nosotros, de forma que descenderíamos en este suelo, pero en el olimpo estaríamos ascendiendo, era la mejor manera de llevarlo, no me ensuciaba la camisa y no lo lastimaba.
-Estas siendo muy caritativo, no Mordeth? Apuesto a que ese muchacho te terminara mordiendo la mano una vez se establezca en el olimpo, espera y veras…- mi alter ego me daba la idea de dejarlo abandonado a su suerte, más sin embargo no lo escuche, nunca lo hacía después de todo y esta no sería la primera vez.
El portal nos terminó de absorber al espacio dimensional que había creado, se cerró en este extremo y luego comenzamos a ascender rápidamente hacia el olimpo, abandonando el pueblo calcinado que se encontraba a las cercanías del santuario.
Mor- 670
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