Upon pillars of salt and pillars on sand [Priv.]
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Upon pillars of salt and pillars on sand [Priv.]
Un pequeño respiro, una bocanada de aire.
Quería algo de eso luego de embarcarme en un viaje con un horizonte incierto, no lo digo literal obviamente, pero era como veía mi relación con Anastasia, la sirena que despertó mi interés.
Y que mejor lugar para hacerlo que una playa un tanto desolada, la gente venía a este sitio regularmente eso sí, pero hoy no había nadie a pesar del buen clima que hacía. Yo tampoco venia acorde a la ubicación, venia un tanto más… elegante? Una camisa remangada rayada de tonalidad celeste, unos pantalones un tanto costosos, pero venia descalzo para dejar que la fastidiosa arena se colara entre mis dedos.
Y entonces, que se me pasaba por la cabeza? Mi vida, o trozos de ella.
Yo solía tener amigas, una de la cual soy totalmente indiferente, otra que aun llevo en mi corazón, a medias, pero aun la llevo. Cada vez que las recuerdo me fijo en esos detalles pequeños de los que no me habré dado cuenta en un principio.
Ninguna se juntaba conmigo por el simple hecho de que les caía bien, puede que nunca haya sido un amigo para ellas, con lo rápido que me cambiaron en la situación mas critica empiezo a creer que nunca lo fui. Yo solo era una herramienta, no? Yo tenía dinero, y de buena voluntad les regale cosas cuando no tenía que hacerlo, a una más que la otra.
A Natasha le di cuadros de mi producción, sí, yo solía pintar cuadros porque realmente no tenía mucho que hacer, pero ya no lo hago. Cuantos habrán sido? Recuerdo que una vez le di cuatro o cinco como regalo de navidad, solo recibí un simple gracias pero eso me hizo muy feliz. en total puede que hayan sido un máximo de diez. Uno de ellos me gusto bastante que le termine llamando “My precious treasure”, mote que más adelante le di a ella, aunque en secreto.
A la otra? No le di mucho realmente, ella tenía la potestad de pasearse por mi casa y dar órdenes como si fuese la dueña, le di prendas, ropa, dinero, pero nada más.
Ellas estaban conmigo solo porque yo tenía dinero, cierto? Era lo más probable.
Suspire un tanto resignado ante el posible hecho de que mis amistades podrían haber sido la farsa más grande en mi vida, y que realmente no tuve a nadie de mi lado todo este tiempo, no hasta que llego Anastasia.
Patee la arena irritado ante la idea de que mi teoría fuese cierta, grave error, termine cubriendo mi rostro en el momento que el aire soplo en mi contra y la arena se esparció lo suficiente como para intentar filtrarse a mis ojos. No podía dejar de pensar que vida más mierda habré tenido en aquel entonces, y que todo mi mal se debía a un extremado caso de mala suerte.
Sin embargo, ellas no fueron las únicas “amigas” en mi vida, aunque solo las reconozco a ellas.
Estaban los familiares de los criados, chicos decentes con los que me llevaba muy bien, fueron los que me enseñaron un poco más sobre lo que es socializar, gente a las que les mentí continuamente haciéndoles creer que era alguien que no soy, escondiéndome tras una máscara que les hacía ver a una persona totalmente diferente a la que habitaba en mi corazón, pero era todo lo que hacia para ser aceptado por ellos, ellos eran mis amigos después de todo.
Lo bueno de ellos es que no parecían interesados en las cosas que podía o no darles, no sé qué veían en mí como para tratarme como su igual honestamente, y no puedo evitar pensar lo muy feliz que me hacían.
Recuerdo a la pequeña Vicky, ella al igual que yo pintaba cuadros, pero a diferencia de mi esa era su pasión, su vida, y soñaba con ser una artista reconocida algún día, me pregunto si lo logro. Me trataba como a su hermano pequeño, me ahogaba con sus abrazos y me babeaba la cabeza sin razón alguna. Yo hice que se enojara muchas veces, así como ella hizo que yo me irritara. Con el paso del tiempo nuestro contacto se fue haciendo casi nulo, y juro que a veces simplemente prefería ignorar los mensajes que le mandaba por la red social del momento. Lo sabía, porque eran tan amables de avisarte cuando la otra persona vio tus mensajes o no.
Y eso me hace pensar que no solo era ella, Sandra hacia lo mismo, inclusive la misma Natasha, aunque ella siempre tenía un pretexto.
Me cruce de brazos, las cosas de las que uno podría darse cuenta en un sitio como estas me sorprendían, o quizá uso demasiado mi imaginación y no disfruto de las cosas buenas de la vida? Mire hacia un lado, no había nada más que arena, juraba que había visto alguien por el rabillo de mi ojo, algo atrás de mí.
Yo no fui perfecto en esa época, no lo soy ahora tampoco, cometí muchos errores y desearía con mucho gusto que existiesen las maquinas del tiempo, solo para decirle a mi yo del pasado que no sea tan pendejo, pero, los volvería a cometer. A pesar de eso, yo busque el perdón de todos, y a mi parecer lo había conseguido, incluso la ves que decepcione a Natasha. Ella siguió sonriendo después de eso, aunque daba la sensación de que las cosas nunca fueron lo mismo.
Quiero pensar que detrás de sus sonrisas y caricias no había nada más que pura bondad, perdón, pero es imposible. Algo en mi cabeza me decía que ella sentía odio, desprecio hacia a mí, mi sola presencia le aborrecía, me quería lejos y no quería hacer más que ignorarme, pero no lo hizo… no hasta el último segundo, mi tesoro más preciado podría haberme tomado como el ser más estúpido.
Si la vida en esta realidad se tratara de ser un muñeco con capacidad de transformarse en humano, que la gente quiere comprar, y ser capaz de elegir quien te puede comprar, me estaría arrepintiendo desde lo más profundo de mi alma el haber dejado que Natasha me comprara, fue mi más grande error, y se reconocerlo.
Yo solo quería un poquito de atención, quería ser escuchado así como yo escuchaba, quería ser respetado de la misma forma en que yo los respetaba, yo… yo quería ser aceptado y querido, que me enseñaran a hacer lo mismo con ellos.
-Uh?- volví a mirar hacia el mismo sitio y luego me voltee hacia atrás, seguía teniendo la leve sensación de que alguien se estaba escondiendo a mis espaldas, pero yo tenía demasiada pereza como para ponerme a jugar al gato y el ratón, no tenía hambre.
Y pensar que yo los consideraba mis amigos, me pregunto si mi existencia tenia algún significado para ellos.
Quería algo de eso luego de embarcarme en un viaje con un horizonte incierto, no lo digo literal obviamente, pero era como veía mi relación con Anastasia, la sirena que despertó mi interés.
Y que mejor lugar para hacerlo que una playa un tanto desolada, la gente venía a este sitio regularmente eso sí, pero hoy no había nadie a pesar del buen clima que hacía. Yo tampoco venia acorde a la ubicación, venia un tanto más… elegante? Una camisa remangada rayada de tonalidad celeste, unos pantalones un tanto costosos, pero venia descalzo para dejar que la fastidiosa arena se colara entre mis dedos.
Y entonces, que se me pasaba por la cabeza? Mi vida, o trozos de ella.
Yo solía tener amigas, una de la cual soy totalmente indiferente, otra que aun llevo en mi corazón, a medias, pero aun la llevo. Cada vez que las recuerdo me fijo en esos detalles pequeños de los que no me habré dado cuenta en un principio.
Ninguna se juntaba conmigo por el simple hecho de que les caía bien, puede que nunca haya sido un amigo para ellas, con lo rápido que me cambiaron en la situación mas critica empiezo a creer que nunca lo fui. Yo solo era una herramienta, no? Yo tenía dinero, y de buena voluntad les regale cosas cuando no tenía que hacerlo, a una más que la otra.
A Natasha le di cuadros de mi producción, sí, yo solía pintar cuadros porque realmente no tenía mucho que hacer, pero ya no lo hago. Cuantos habrán sido? Recuerdo que una vez le di cuatro o cinco como regalo de navidad, solo recibí un simple gracias pero eso me hizo muy feliz. en total puede que hayan sido un máximo de diez. Uno de ellos me gusto bastante que le termine llamando “My precious treasure”, mote que más adelante le di a ella, aunque en secreto.
A la otra? No le di mucho realmente, ella tenía la potestad de pasearse por mi casa y dar órdenes como si fuese la dueña, le di prendas, ropa, dinero, pero nada más.
Ellas estaban conmigo solo porque yo tenía dinero, cierto? Era lo más probable.
Suspire un tanto resignado ante el posible hecho de que mis amistades podrían haber sido la farsa más grande en mi vida, y que realmente no tuve a nadie de mi lado todo este tiempo, no hasta que llego Anastasia.
Patee la arena irritado ante la idea de que mi teoría fuese cierta, grave error, termine cubriendo mi rostro en el momento que el aire soplo en mi contra y la arena se esparció lo suficiente como para intentar filtrarse a mis ojos. No podía dejar de pensar que vida más mierda habré tenido en aquel entonces, y que todo mi mal se debía a un extremado caso de mala suerte.
Sin embargo, ellas no fueron las únicas “amigas” en mi vida, aunque solo las reconozco a ellas.
Estaban los familiares de los criados, chicos decentes con los que me llevaba muy bien, fueron los que me enseñaron un poco más sobre lo que es socializar, gente a las que les mentí continuamente haciéndoles creer que era alguien que no soy, escondiéndome tras una máscara que les hacía ver a una persona totalmente diferente a la que habitaba en mi corazón, pero era todo lo que hacia para ser aceptado por ellos, ellos eran mis amigos después de todo.
Lo bueno de ellos es que no parecían interesados en las cosas que podía o no darles, no sé qué veían en mí como para tratarme como su igual honestamente, y no puedo evitar pensar lo muy feliz que me hacían.
Recuerdo a la pequeña Vicky, ella al igual que yo pintaba cuadros, pero a diferencia de mi esa era su pasión, su vida, y soñaba con ser una artista reconocida algún día, me pregunto si lo logro. Me trataba como a su hermano pequeño, me ahogaba con sus abrazos y me babeaba la cabeza sin razón alguna. Yo hice que se enojara muchas veces, así como ella hizo que yo me irritara. Con el paso del tiempo nuestro contacto se fue haciendo casi nulo, y juro que a veces simplemente prefería ignorar los mensajes que le mandaba por la red social del momento. Lo sabía, porque eran tan amables de avisarte cuando la otra persona vio tus mensajes o no.
Y eso me hace pensar que no solo era ella, Sandra hacia lo mismo, inclusive la misma Natasha, aunque ella siempre tenía un pretexto.
Me cruce de brazos, las cosas de las que uno podría darse cuenta en un sitio como estas me sorprendían, o quizá uso demasiado mi imaginación y no disfruto de las cosas buenas de la vida? Mire hacia un lado, no había nada más que arena, juraba que había visto alguien por el rabillo de mi ojo, algo atrás de mí.
Yo no fui perfecto en esa época, no lo soy ahora tampoco, cometí muchos errores y desearía con mucho gusto que existiesen las maquinas del tiempo, solo para decirle a mi yo del pasado que no sea tan pendejo, pero, los volvería a cometer. A pesar de eso, yo busque el perdón de todos, y a mi parecer lo había conseguido, incluso la ves que decepcione a Natasha. Ella siguió sonriendo después de eso, aunque daba la sensación de que las cosas nunca fueron lo mismo.
Quiero pensar que detrás de sus sonrisas y caricias no había nada más que pura bondad, perdón, pero es imposible. Algo en mi cabeza me decía que ella sentía odio, desprecio hacia a mí, mi sola presencia le aborrecía, me quería lejos y no quería hacer más que ignorarme, pero no lo hizo… no hasta el último segundo, mi tesoro más preciado podría haberme tomado como el ser más estúpido.
Si la vida en esta realidad se tratara de ser un muñeco con capacidad de transformarse en humano, que la gente quiere comprar, y ser capaz de elegir quien te puede comprar, me estaría arrepintiendo desde lo más profundo de mi alma el haber dejado que Natasha me comprara, fue mi más grande error, y se reconocerlo.
Yo solo quería un poquito de atención, quería ser escuchado así como yo escuchaba, quería ser respetado de la misma forma en que yo los respetaba, yo… yo quería ser aceptado y querido, que me enseñaran a hacer lo mismo con ellos.
-Uh?- volví a mirar hacia el mismo sitio y luego me voltee hacia atrás, seguía teniendo la leve sensación de que alguien se estaba escondiendo a mis espaldas, pero yo tenía demasiada pereza como para ponerme a jugar al gato y el ratón, no tenía hambre.
Y pensar que yo los consideraba mis amigos, me pregunto si mi existencia tenia algún significado para ellos.
Nessark- 90
Re: Upon pillars of salt and pillars on sand [Priv.]
Mucho tiempo en Atlantis, en la seguridad de su ahora hogar, no había nada que más deseara ella en este mundo que proteger aquella paz y tranquilidad, sabía que su Señor Poseidón permitiría que ella saliera al exterior, quizá por curiosidad o para explorar, eran libres de ir por el mundo, pues aquél magnífico Emperador los estaría siempre vigilando, él tenía el único fin de proteger bajo su manto a todo aquél que le guardara lealtad, por lo menos esa era la idea que ella tenía. Tampoco cuestionaría a su dios para saberlo, salió de su Pilar y caminó por el ancho camino de Atlantis, observando las ciudades y a su gente tan bondadosa, saludó "alegremente" claro, si consideras que solo alza la mano o hace un gesto con su gorra. Tenía que encontrar paz, se sentía perturbada luego de lo ocurrido con su "camarada". Dejó que sus pensamientos la guiaran, perdida en aquellas vagas sensaciones y situaciones que parecían rondar por su cabeza, ¿en qué piensa?
Finalmente termina por encontrar la forma de abandonar el manto de Poseidón y emerge del agua, curiosamente su ropa no se encuentra mojada, después de todo, no viste tela. Deshace sus botas y las convierte en brazaletes, estira su cuerpo, decide sentir la arena casi como una primera vez bajo sus pies, una cálida sensación, como si el sol se hubiera ocultado en aquél manto. Su cuerpo suena cuando realiza un simple movimiento, sigue estirándose y es que realmente necesitaba salir del mar, observa a los lados y nota lo ancho que es el reino marino, toma aire y luego sopla suavemente, en sus manos estaba la vida de cientos de personas y no descansaría hasta erradicar cualquier enemigo. Sigue posando su vista al mar, el ir y venir de las olas le trae recuerdos, pensamientos nuevos son formulados, siente curiosidad.
>>Son tonterías << concluye y al dar dar la espalda a su hogar, nota la presencia de dos personas, la primera insignificante y la segunda extraña, gira su vista discretamente, encuentra a un hombre con su mismo color de cabello, pero no la molesta, lo que la tiene intranquila es aquél hombre que parece escondido, lentamente se acerca y observa que este tiene a una niña entre sus brazos, parece asustado y cuando observa a la niña, esta lo está aún más pero pareciera que lo está de él >>Oye, suéltala...<< le dice, el hombre la observa y se rehusa, la chica forsejea y Kai alza un brazo y concentra su cosmos >>Crimson snake<< aquellos brazaletes parecen evaporarse al tiempo que hay un ligero temblor, el hombre tiene miedo o eso identifica cuando las serpientes emergen de la arena y lo asustan, soltando a la niña, quien con horror observa el ataque, con el hombre "destruido", la mujer nota la "inocencia" de la niña, le tiende la mano, jamás lastimaría a una persona inocente >>¿Estás bien?<< le pregunta, pero aquella muchacha no le dedica otra cosa que una mirada de terror, rechaza la mano de la albina y huye, corre, se aleja y se pierde.
Kai se inmuta y dedica una ligera mueca de fastidio, se acerca al cadáver del hombre y lo examina, no encuentra nada útil y no lo considera digno de pertenecer a su colección. Hace su cabello a un lado y camina por la arena, llega a una roca partida, se sienta, no se encuentra tan cerca del muchacho con su mismo color de cabello, pero podría decirse que está a casi dos metros, su atención está puesta en el mar, reflexiona y piensa, trata de ordenar sus pensamientos, tiene curiosidad, siente molestia y frustracción >>¿Por qué...?<< es lo único que de sus labios brota, quizá por un cuestionamiento que no comparte o quizá por el comportamiento que no pudo comprender de la chica que "rescató".
Apenas y tiene pistas de aquél pasado que ha dejado atrás, saca su libreta de la chaqueta que se ha confeccionado, revisa los puntos escritos y trata de darles sentido: Pasado, tristeza, dolor, suicidio, Nash, Poseidón. Son las únicas palabras que ha escrito, sus únicas pistas; sin embargo, son otras cosas las que le preocupa, sobre todo el hecho de que tenga aquél frío constante en el pecho, el sonido del mar la atrae a la realidad. Lleva las hebras de su cabello hacia atrás, sus brazaletes habían vuelto a ella, se saca el sombrero y forma anillos con la materia que formaban aquél bien, sin darse cuenta suspira; cae en cuenta de que el joven con el que comparte la playa podría ser una amenaza, pero parece alguien que como ella está de paso en la Playa, despierta cierta curiosidad pero se mantiene al margen, cierra los ojos para sentir la brisa. Se relaja.
>>¿Amigo o enemigo?<< pregunta ella, finalmente y resignándose; tenía una paz qué proteger y aunque la respuesta le era indiferente, ya que un enemigo podría hacerse pasar por un aliado o viceversa, tenía que tenerlo vigilado, después de todo, este hombre estaba muy cerca a Poseidón, por el mar.
Finalmente termina por encontrar la forma de abandonar el manto de Poseidón y emerge del agua, curiosamente su ropa no se encuentra mojada, después de todo, no viste tela. Deshace sus botas y las convierte en brazaletes, estira su cuerpo, decide sentir la arena casi como una primera vez bajo sus pies, una cálida sensación, como si el sol se hubiera ocultado en aquél manto. Su cuerpo suena cuando realiza un simple movimiento, sigue estirándose y es que realmente necesitaba salir del mar, observa a los lados y nota lo ancho que es el reino marino, toma aire y luego sopla suavemente, en sus manos estaba la vida de cientos de personas y no descansaría hasta erradicar cualquier enemigo. Sigue posando su vista al mar, el ir y venir de las olas le trae recuerdos, pensamientos nuevos son formulados, siente curiosidad.
>>Son tonterías << concluye y al dar dar la espalda a su hogar, nota la presencia de dos personas, la primera insignificante y la segunda extraña, gira su vista discretamente, encuentra a un hombre con su mismo color de cabello, pero no la molesta, lo que la tiene intranquila es aquél hombre que parece escondido, lentamente se acerca y observa que este tiene a una niña entre sus brazos, parece asustado y cuando observa a la niña, esta lo está aún más pero pareciera que lo está de él >>Oye, suéltala...<< le dice, el hombre la observa y se rehusa, la chica forsejea y Kai alza un brazo y concentra su cosmos >>Crimson snake<< aquellos brazaletes parecen evaporarse al tiempo que hay un ligero temblor, el hombre tiene miedo o eso identifica cuando las serpientes emergen de la arena y lo asustan, soltando a la niña, quien con horror observa el ataque, con el hombre "destruido", la mujer nota la "inocencia" de la niña, le tiende la mano, jamás lastimaría a una persona inocente >>¿Estás bien?<< le pregunta, pero aquella muchacha no le dedica otra cosa que una mirada de terror, rechaza la mano de la albina y huye, corre, se aleja y se pierde.
Kai se inmuta y dedica una ligera mueca de fastidio, se acerca al cadáver del hombre y lo examina, no encuentra nada útil y no lo considera digno de pertenecer a su colección. Hace su cabello a un lado y camina por la arena, llega a una roca partida, se sienta, no se encuentra tan cerca del muchacho con su mismo color de cabello, pero podría decirse que está a casi dos metros, su atención está puesta en el mar, reflexiona y piensa, trata de ordenar sus pensamientos, tiene curiosidad, siente molestia y frustracción >>¿Por qué...?<< es lo único que de sus labios brota, quizá por un cuestionamiento que no comparte o quizá por el comportamiento que no pudo comprender de la chica que "rescató".
Apenas y tiene pistas de aquél pasado que ha dejado atrás, saca su libreta de la chaqueta que se ha confeccionado, revisa los puntos escritos y trata de darles sentido: Pasado, tristeza, dolor, suicidio, Nash, Poseidón. Son las únicas palabras que ha escrito, sus únicas pistas; sin embargo, son otras cosas las que le preocupa, sobre todo el hecho de que tenga aquél frío constante en el pecho, el sonido del mar la atrae a la realidad. Lleva las hebras de su cabello hacia atrás, sus brazaletes habían vuelto a ella, se saca el sombrero y forma anillos con la materia que formaban aquél bien, sin darse cuenta suspira; cae en cuenta de que el joven con el que comparte la playa podría ser una amenaza, pero parece alguien que como ella está de paso en la Playa, despierta cierta curiosidad pero se mantiene al margen, cierra los ojos para sentir la brisa. Se relaja.
>>¿Amigo o enemigo?<< pregunta ella, finalmente y resignándose; tenía una paz qué proteger y aunque la respuesta le era indiferente, ya que un enemigo podría hacerse pasar por un aliado o viceversa, tenía que tenerlo vigilado, después de todo, este hombre estaba muy cerca a Poseidón, por el mar.
- AD:
- Crimson snake: El cosmos de Kai se condensa a su alrededor, empieza a llamar las partículas del agua que existen en el ambiente y estas se mezclan con la sangre de los enemigos que con mucho cariño guarda y colecciona, estos se mueven gracias a su cosmos en la tierra y ella al activar el ataque genera unas serpientes rojas como tentáculos que danzan en el aire para atacar al enemigo.
Kai- 438
Re: Upon pillars of salt and pillars on sand [Priv.]
Un altercado?
Hubo algo que interrumpió mi momento de reflexión, como sospeche si había gente en el área, pero mi ubicación no me dejaba poner los ojos sobre ellos efectivamente. Intente ignorar todo el altercado, pero el olor a sangre pudo mas y me llamo la curiosidad. No era que tuviese hambre como para ponerme salvaje en un momento, pero un bocadito… un pequeñito no vendría mal.
No, no puedo ponerme sucio o puedo incomodar a Ani cuando vuelva a casa.
Cuando creí que podría ignorar lo que pasaba a mi alrededor, una voz femenina me dirigió unas palabras, era la misma persona que había manifestado su cosmos hace unos momentos, no sé cuál era la historia detrás de los motivos, pero era una asesina al igual que yo, una persona que servía a algunos de los bufones de circo que entretienen con eso de las guerras santas, a cual le serviría? Ojala pudiese saberlo sin necesidad de preguntarle.
Le mire, lo primero en lo que me fije fue en su cuerpo, su rostro daba la impresión de que era una chica amargada pero con ese físico lo empezaba a dudar. Obviamente no se comparaba en nada con el que ya tenía a mi disposición, la sirenita rubia, pero eso no le quitaba puntos. Me lleve el dedo a la boca, mi cara demostraba una expresión un tanto atontada, como si fuese alguna clase de retrasado. –No tengo hambre, así que no soy tu enemigo.- pronuncie aquellas palabras, aunque mi mente estaba un tanto ida, supongo que respondía por inercia.
-Amigo?- fue en modo de pregunta, si ella accedía entonces no había ningún problema y podríamos seguir con nuestras vidas normales, ella sería una más de mis amigas, lo más probable es que no compartamos nada de tiempo juntos ni generemos memorias especiales, pero no me importaba, yo quería amigos.
-Ne, déjame conocerte mejor.- recapacite un poco, y me le acerque con una sonrisa de oreja a oreja. Lo primero que hice fue acercar mi nariz a su cuello para percibir su perfume, detrás de su esencia femenina podía sentir un leve olor a océano, aunque lo obvio es que todo el lugar huele de esa forma.
-Ehh que bien hueles- soné impresionado, luego junte nuestras mejillas, frotándolas una contra la otra, deleitándome con la suavidad de su piel. A diferencia de Anastasia, esta no era tan suave, no sabía cómo explicarlo pero sabía diferenciar entre la piel de alguien que trabaja duro por algo y la de una persona delicada por la que hacen todo, era más fácil de entender si comparabas las manos de un hombre ostentoso y las de un obrero, las mías eran tan suaves como las del primero, mientras que la piel del obrero era… dura? No era para nada suave.
En aquel momento aproveche para pasar mis manos hacia su espalda, a pesar de que llevara su vestimenta puesta podía sentir sus músculos, no tan prominentes como los de un hombre pero ahí estaban, el cuerpo entrenado de una mujer peligrosa que en cualquier momento se podría mostrar agresiva ante mi falta de tornillos. Mi curiosidad me llevo hasta su culo, una mano para cada glúteo. –Y estas bien ejercitada…- y faltaba algo más, mi área favorita, pero esta vez lo haría de una manera distinta.
Baje mi cabeza hacia su pecho y me presione contra ella. –Wa, que hermosos latidos.- era mi pretexto para ver qué tan acolchados eran sus senos, ella se daría cuenta, yo encajaba en el perfil de un depredador sexual cualquiera y lo más probable era que ya me considerada escoria, un enemigo más, pero a quien carajo le importaba lo que pensara cuando a mi me gustaba hacer lo que me diera la gana. –Impresionante.- finalice, separándome de ella lentamente, torciendo mi cabeza hacia un lado y cambiando mi sonrisa inocente a una macabra, mostrando mis afilados dientes.
-Pero yo no nací ayer, a cuál de los supuestos dioses le lames los pies?- amenazador? Quizá, no esperaba una reacción dócil de su parte, pero tampoco creí que fuese a ponerse a la ofensiva por una pregunta como esa. –Amiguita…-
Hubo algo que interrumpió mi momento de reflexión, como sospeche si había gente en el área, pero mi ubicación no me dejaba poner los ojos sobre ellos efectivamente. Intente ignorar todo el altercado, pero el olor a sangre pudo mas y me llamo la curiosidad. No era que tuviese hambre como para ponerme salvaje en un momento, pero un bocadito… un pequeñito no vendría mal.
No, no puedo ponerme sucio o puedo incomodar a Ani cuando vuelva a casa.
Cuando creí que podría ignorar lo que pasaba a mi alrededor, una voz femenina me dirigió unas palabras, era la misma persona que había manifestado su cosmos hace unos momentos, no sé cuál era la historia detrás de los motivos, pero era una asesina al igual que yo, una persona que servía a algunos de los bufones de circo que entretienen con eso de las guerras santas, a cual le serviría? Ojala pudiese saberlo sin necesidad de preguntarle.
Le mire, lo primero en lo que me fije fue en su cuerpo, su rostro daba la impresión de que era una chica amargada pero con ese físico lo empezaba a dudar. Obviamente no se comparaba en nada con el que ya tenía a mi disposición, la sirenita rubia, pero eso no le quitaba puntos. Me lleve el dedo a la boca, mi cara demostraba una expresión un tanto atontada, como si fuese alguna clase de retrasado. –No tengo hambre, así que no soy tu enemigo.- pronuncie aquellas palabras, aunque mi mente estaba un tanto ida, supongo que respondía por inercia.
-Amigo?- fue en modo de pregunta, si ella accedía entonces no había ningún problema y podríamos seguir con nuestras vidas normales, ella sería una más de mis amigas, lo más probable es que no compartamos nada de tiempo juntos ni generemos memorias especiales, pero no me importaba, yo quería amigos.
-Ne, déjame conocerte mejor.- recapacite un poco, y me le acerque con una sonrisa de oreja a oreja. Lo primero que hice fue acercar mi nariz a su cuello para percibir su perfume, detrás de su esencia femenina podía sentir un leve olor a océano, aunque lo obvio es que todo el lugar huele de esa forma.
-Ehh que bien hueles- soné impresionado, luego junte nuestras mejillas, frotándolas una contra la otra, deleitándome con la suavidad de su piel. A diferencia de Anastasia, esta no era tan suave, no sabía cómo explicarlo pero sabía diferenciar entre la piel de alguien que trabaja duro por algo y la de una persona delicada por la que hacen todo, era más fácil de entender si comparabas las manos de un hombre ostentoso y las de un obrero, las mías eran tan suaves como las del primero, mientras que la piel del obrero era… dura? No era para nada suave.
En aquel momento aproveche para pasar mis manos hacia su espalda, a pesar de que llevara su vestimenta puesta podía sentir sus músculos, no tan prominentes como los de un hombre pero ahí estaban, el cuerpo entrenado de una mujer peligrosa que en cualquier momento se podría mostrar agresiva ante mi falta de tornillos. Mi curiosidad me llevo hasta su culo, una mano para cada glúteo. –Y estas bien ejercitada…- y faltaba algo más, mi área favorita, pero esta vez lo haría de una manera distinta.
Baje mi cabeza hacia su pecho y me presione contra ella. –Wa, que hermosos latidos.- era mi pretexto para ver qué tan acolchados eran sus senos, ella se daría cuenta, yo encajaba en el perfil de un depredador sexual cualquiera y lo más probable era que ya me considerada escoria, un enemigo más, pero a quien carajo le importaba lo que pensara cuando a mi me gustaba hacer lo que me diera la gana. –Impresionante.- finalice, separándome de ella lentamente, torciendo mi cabeza hacia un lado y cambiando mi sonrisa inocente a una macabra, mostrando mis afilados dientes.
-Pero yo no nací ayer, a cuál de los supuestos dioses le lames los pies?- amenazador? Quizá, no esperaba una reacción dócil de su parte, pero tampoco creí que fuese a ponerse a la ofensiva por una pregunta como esa. –Amiguita…-
Nessark- 90
Re: Upon pillars of salt and pillars on sand [Priv.]
La mujer sentada sobre esa piedra se quedó esperando respuesta, claramente percibió los ojos del joven que se encontraba cerca, lo miró de reojo empezó la lectura del joven, los dedos en aquella boca y la tonta expresión que tenía, escuchó esas palabras "hambre", entendió y concluyó que al parecer él atacaba personas por hambre, lo que significaba que se las...comía. Alguien que obviamente no quiere tener cerca de la gente de Atlantis, lo siguiente que pronunció hizo que ella alzara una ceja, no estaba interesada en la gente de la "superficie" por lo que no respondió en ese momento, además tenía que empezar con su justicia, juzgando a las personas para saber si estas eran merecedoras de la infinita misericordia divina del Gran Emperador del mar, Poseidón, su salvador.
>>¿Qué?<< fue lo que ella dijo suavemente mientras cruzaba las piernas y apoyaba un codo en estas, este sostuvo una mejilla, parpadeó un par de instantes y deshizo el gesto para notar que el chico se acercaba con una sonrisa, lo miró un tanto "amenazante", pues no comprendía por qué éste se le acercaba. Pero actuar con cautela era lo que ella mejor hacía, pensar antes de actuar. No parecía tener malas intensiones, además ella podría patearle el trasero si se le antojaba, aunque eso podría generar un conflicto, problema del que personalmente se encargaría. No le gustaba que invadieran su espacio personal, algo que ella valoraba muchísimo, pero cual presa fuera se matuvo quieta, sintió el aliente del chico sobre su piel y no se movió, aunque lo tuviera tan cerca no sentía ningún tipo de "emoción", lo miraba de arriba a abajo, tratando de entender la extraña pero enigmática personalidad del hombre que estaba frente a ella. Ignoró el "cumplido", se mantuvo en silencio hasta que sintió la piel del chico contra su mejilla, sintió repulsión por alquien que apenas y conocía fuera tan familiar con ella, entonces solo por un breve instante su mente formuló la alocada idea de que quizá él "supiera" quién era ella y que por eso parecía ser tan cercano, mas estos pensamientos fueron censurados al sentir aquellas manos sobre su espalda.
>>Oye...<< lo llamó, nadie había tocado antes su cuerpo de esa manera excepto quizá sus compañeros Marinos, pese a que el joven era cálido o por lo menos su tacto lo era, se sintió completamente invadida, pero cuando pensó que no podría ser peor sintió las manos del chico sobre una zona "prohibida", es decir, solo un hombre en esta tierra tenía cierto "permiso" de tocarla como le viera en gana y precisamente el que tenía delante no era esa persona, además de eso, el tacto pese a ser cálido no le inspiraba mayor emoción "placentera", solo la hizo erizar de molestia >>Tú....<< susurró ella con cierta molestia en su voz, empezó a pensar qué sería mejor "Clavarle una estaba en todo su cuerpo, congelarlo en un bello y miserable ataúd de hielo, explorar cada orificio de su cuerpo con las serpientes o los tentáculos, sepultarlo debajo del mar o simplemente..." sus pensamientos se vieron interrumpidos, pues el albino había "sumergidose" en su escote, inclusive haciendo una alución a latidos, que por supuesto la mujer sabía que no tenía. Respiró tratando de calmarse, ¿por qué se le había acercado? ¿sería solo un depravado? ¿cómo lo destruiría por aquella ozadía?
Tenía la mano hecha un puño, la otra sobre su muslo enterraba ligeramente las uñas, realmente estaba molesta. Pero toda aquella ira se desvaneció en cuanto él hizo un comentario sobre los dioses "Así que está enterado" pensó. De alguna forma u otra encontró más que ofensivo el hecho de que pensara que ella "lamía" y que no era lealtad, se sintió cuestionada, se puso de pie y apenas dio unos pasos para "regalarle" una bella y muy sonora bofetada al muchacho >>Que te quede claro<< dijo ella y le sujetó de las ropas >>Podría haber ignorado tu falta de tacto al haberme tocado de esa manera, pero no voy a permitir que cuestiones los motivos por el que sirvo a mi dios<< el agarre que ella tenía hizo que acercara aquellos rostros. Su mirada irradiaba coraje y rabia >>No vuelvas a hacerlo, Albino<< lo soltó casi con asco y molesta.
Acomodó su cabello y lo hizo a un lado, caminó en dirección contraria, estaba molesta, pero empezó a respirar para tranquilizarse. Meditó muchas cosas, siguió caminando y se detuvo, formó un asiento de hielo rojo y se sentó, cerró los ojos y empezó a reflexionar escuchando las olas, por la presencia del albino estaría atenta pero más que nada deseaba poder pensar y encontrar la solución a su problema.
Pensar en el predicamento que tenía, Nash en el mar, sus compañeros y toda su vida bajo las aguas y el manto de Poseidón; su lealtad completa y sincera a aquél hombre que la había acogido tan cálidamente luego de haber despertado sin recuerdos, pensar y tratar de entender quién era y cuál era su propósito ahora, actualmente y quién fue alguna vez, qué la obligó a terminar en el que ahora era su hogar.
>>¿Qué?<< fue lo que ella dijo suavemente mientras cruzaba las piernas y apoyaba un codo en estas, este sostuvo una mejilla, parpadeó un par de instantes y deshizo el gesto para notar que el chico se acercaba con una sonrisa, lo miró un tanto "amenazante", pues no comprendía por qué éste se le acercaba. Pero actuar con cautela era lo que ella mejor hacía, pensar antes de actuar. No parecía tener malas intensiones, además ella podría patearle el trasero si se le antojaba, aunque eso podría generar un conflicto, problema del que personalmente se encargaría. No le gustaba que invadieran su espacio personal, algo que ella valoraba muchísimo, pero cual presa fuera se matuvo quieta, sintió el aliente del chico sobre su piel y no se movió, aunque lo tuviera tan cerca no sentía ningún tipo de "emoción", lo miraba de arriba a abajo, tratando de entender la extraña pero enigmática personalidad del hombre que estaba frente a ella. Ignoró el "cumplido", se mantuvo en silencio hasta que sintió la piel del chico contra su mejilla, sintió repulsión por alquien que apenas y conocía fuera tan familiar con ella, entonces solo por un breve instante su mente formuló la alocada idea de que quizá él "supiera" quién era ella y que por eso parecía ser tan cercano, mas estos pensamientos fueron censurados al sentir aquellas manos sobre su espalda.
>>Oye...<< lo llamó, nadie había tocado antes su cuerpo de esa manera excepto quizá sus compañeros Marinos, pese a que el joven era cálido o por lo menos su tacto lo era, se sintió completamente invadida, pero cuando pensó que no podría ser peor sintió las manos del chico sobre una zona "prohibida", es decir, solo un hombre en esta tierra tenía cierto "permiso" de tocarla como le viera en gana y precisamente el que tenía delante no era esa persona, además de eso, el tacto pese a ser cálido no le inspiraba mayor emoción "placentera", solo la hizo erizar de molestia >>Tú....<< susurró ella con cierta molestia en su voz, empezó a pensar qué sería mejor "Clavarle una estaba en todo su cuerpo, congelarlo en un bello y miserable ataúd de hielo, explorar cada orificio de su cuerpo con las serpientes o los tentáculos, sepultarlo debajo del mar o simplemente..." sus pensamientos se vieron interrumpidos, pues el albino había "sumergidose" en su escote, inclusive haciendo una alución a latidos, que por supuesto la mujer sabía que no tenía. Respiró tratando de calmarse, ¿por qué se le había acercado? ¿sería solo un depravado? ¿cómo lo destruiría por aquella ozadía?
Tenía la mano hecha un puño, la otra sobre su muslo enterraba ligeramente las uñas, realmente estaba molesta. Pero toda aquella ira se desvaneció en cuanto él hizo un comentario sobre los dioses "Así que está enterado" pensó. De alguna forma u otra encontró más que ofensivo el hecho de que pensara que ella "lamía" y que no era lealtad, se sintió cuestionada, se puso de pie y apenas dio unos pasos para "regalarle" una bella y muy sonora bofetada al muchacho >>Que te quede claro<< dijo ella y le sujetó de las ropas >>Podría haber ignorado tu falta de tacto al haberme tocado de esa manera, pero no voy a permitir que cuestiones los motivos por el que sirvo a mi dios<< el agarre que ella tenía hizo que acercara aquellos rostros. Su mirada irradiaba coraje y rabia >>No vuelvas a hacerlo, Albino<< lo soltó casi con asco y molesta.
Acomodó su cabello y lo hizo a un lado, caminó en dirección contraria, estaba molesta, pero empezó a respirar para tranquilizarse. Meditó muchas cosas, siguió caminando y se detuvo, formó un asiento de hielo rojo y se sentó, cerró los ojos y empezó a reflexionar escuchando las olas, por la presencia del albino estaría atenta pero más que nada deseaba poder pensar y encontrar la solución a su problema.
Pensar en el predicamento que tenía, Nash en el mar, sus compañeros y toda su vida bajo las aguas y el manto de Poseidón; su lealtad completa y sincera a aquél hombre que la había acogido tan cálidamente luego de haber despertado sin recuerdos, pensar y tratar de entender quién era y cuál era su propósito ahora, actualmente y quién fue alguna vez, qué la obligó a terminar en el que ahora era su hogar.
Kai- 438
Re: Upon pillars of salt and pillars on sand [Priv.]
Eso no fue del todo inesperado.
-Pff…- seguí sonriendo como si nada hubiese pasado, con una marca roja en mi rostro la cual desaparecí al instante para no tener que lidiar con esa clase de imperfecciones sobre mi piel, le toque y la trate como a cualquiera de las chicas con las que me topaba, pero se preocupa más por lo que un humano como yo tengo que decir al respecto de su dios.
-Ji… jiji….jijiji…JIAHAHAHAHAHAHA- me lleve las manos al estómago y empecé a reírme como un estúpido, era un tanto macabro la melodía en el que lo hacía, incluso tenía ya lagrimas preparadas para brotar, lágrimas de alegría. –Vamos, te toco el culo, las tetas y en todo lo que piensas es en lo que tenga o no que decir acerca del dios al que le sirves.- dije entre risas, respirando como pudiese después de algunas palabras.
-HAAAAAAAAAAAHAAAAHAAHAAAHAAA- poco a poco me fui calmando al ponerme de rodillas en el suelo, respire hondo y elimine esa mueca de retrasado que llevaba pintada en mi cara. –Es que acaso lamer los pies es poco para ti? Que quieres que diga? “A cual dios le lames las bolas?”- yo ya no estaba alegre, más bien irritado por la reacción que la guerrera atrevida tomo en mi contra.
-Pero sabes, los amigos no se tratan de esa maldita forma.- fruncí el ceño y me levante del suelo automáticamente, no era mi amiga, no era mi enemiga, que carajos haría con ella?
-Pero ya enserio, la curiosidad me mata… a cuál te le inclinas de espalda alegremente?- provocarla, si, quería provocarla y entretenerme con ella, era muy bueno haciendo eso y me divertía mas cuando querían liberar tensión agrediéndome físicamente, como ese caballero que no soporto que me comiera a la mujer embarazada frente a él.
-Se trata de Hades? Nop, los espectros no se dedican a salvar chicas en peligro, menos en una playa.- automáticamente elimine esa opción. Ella se había alejado mucho así que me le acerque levitando, poniéndome frente a sus ojos a una distancia precavida, no era por mi seguridad, era por la suya. –Atena? NO LO CREO, porque por la forma en la que hablaste parece ser que sirves a un hombre.- gire mi cabeza 180 grados y luego me voltee para darle la espalda, solo para seguir pidiendo mirarla de frente.
-Poseidón?...- reí con solo pronunciar ese nombre, él era diferente a los demás, diferentemente igual. –Bingo? Si? Alo? Dime dime dime dime…- repetí “dime” tantas veces que llegue a perder la cuenta, pero lo dije al menos cinco largos minutos.
Me detuve. –Que jodida tolerancia tienes, te e jodido lo suficiente para que abras la jodida boca, pero tu cara solo suplica a que no me detenga y que te siga jodiendo.- retorne mi cabeza a su ángulo original, al rato esto causaba cierto ardor en mi garganta. –Neee maldita amargada, me recuerdas a cierto caballero de mierda.- mi incremento en el uso de palabras un tanto agresivas tenía que ver con lo delicada que era mi condición mental, podía pasar de feliz, a triste, a enojado y a excitado en cuestión de cinco segundos sin ninguna explicación.
-Su nombre era… No lo sé… llamémosle basura.- me tape la boca y deje que escuchara una pequeña risita, en verdad no recordaba su nombre, lo que si recordaba era su armadura. –Basura de dragón marino, un jodido guerrero de película, no creo que fuese lo suficientemente fuerte para ganarla en un mano a mano a Chuck Norris, pero era lo suficientemente temerario como para agredir a un dios…- al decir dios apunte el dedo hacia mi persona, porque no importaba cuantas veces negara, ni que tan bien tapara el sol con el pulgar, no había forma de ocultar el hecho de que yo era una de esas deidades.
-Le perdone la ofensa sin embargo, porque yo a diferencia de los otros dioses.- deje de levitar y aterrice sin problema alguno. –Tengo los pies sobre la tierra, o eso me gusta pensar.- aquí volvía el yo dócil, el inofensivo que no le haría daño siquiera a una mosca. -Cada vida es valiosa, y todas las personas tienen un futuro, no?- ladee la cabeza y le sonreí, aun recordaba esas molestas palabras, nunca influyeron en mi vida pero supongamos que lentamente puso peso en mi casi inexistente conciencia.
-No te agrado, cierto?- me expresión cambio a tristeza, era lo que sentía hasta la membrana. Puse los ojos de gato apaleado, y una lagrimita se escurrió por mi mejilla sigilosamente. –Yo solo quería ser tu amigo.- le replique.
___
Disculpa el lenguaje vulgar en exceso, es parte del personaje
-Pff…- seguí sonriendo como si nada hubiese pasado, con una marca roja en mi rostro la cual desaparecí al instante para no tener que lidiar con esa clase de imperfecciones sobre mi piel, le toque y la trate como a cualquiera de las chicas con las que me topaba, pero se preocupa más por lo que un humano como yo tengo que decir al respecto de su dios.
-Ji… jiji….jijiji…JIAHAHAHAHAHAHA- me lleve las manos al estómago y empecé a reírme como un estúpido, era un tanto macabro la melodía en el que lo hacía, incluso tenía ya lagrimas preparadas para brotar, lágrimas de alegría. –Vamos, te toco el culo, las tetas y en todo lo que piensas es en lo que tenga o no que decir acerca del dios al que le sirves.- dije entre risas, respirando como pudiese después de algunas palabras.
-HAAAAAAAAAAAHAAAAHAAHAAAHAAA- poco a poco me fui calmando al ponerme de rodillas en el suelo, respire hondo y elimine esa mueca de retrasado que llevaba pintada en mi cara. –Es que acaso lamer los pies es poco para ti? Que quieres que diga? “A cual dios le lames las bolas?”- yo ya no estaba alegre, más bien irritado por la reacción que la guerrera atrevida tomo en mi contra.
-Pero sabes, los amigos no se tratan de esa maldita forma.- fruncí el ceño y me levante del suelo automáticamente, no era mi amiga, no era mi enemiga, que carajos haría con ella?
-Pero ya enserio, la curiosidad me mata… a cuál te le inclinas de espalda alegremente?- provocarla, si, quería provocarla y entretenerme con ella, era muy bueno haciendo eso y me divertía mas cuando querían liberar tensión agrediéndome físicamente, como ese caballero que no soporto que me comiera a la mujer embarazada frente a él.
-Se trata de Hades? Nop, los espectros no se dedican a salvar chicas en peligro, menos en una playa.- automáticamente elimine esa opción. Ella se había alejado mucho así que me le acerque levitando, poniéndome frente a sus ojos a una distancia precavida, no era por mi seguridad, era por la suya. –Atena? NO LO CREO, porque por la forma en la que hablaste parece ser que sirves a un hombre.- gire mi cabeza 180 grados y luego me voltee para darle la espalda, solo para seguir pidiendo mirarla de frente.
-Poseidón?...- reí con solo pronunciar ese nombre, él era diferente a los demás, diferentemente igual. –Bingo? Si? Alo? Dime dime dime dime…- repetí “dime” tantas veces que llegue a perder la cuenta, pero lo dije al menos cinco largos minutos.
Me detuve. –Que jodida tolerancia tienes, te e jodido lo suficiente para que abras la jodida boca, pero tu cara solo suplica a que no me detenga y que te siga jodiendo.- retorne mi cabeza a su ángulo original, al rato esto causaba cierto ardor en mi garganta. –Neee maldita amargada, me recuerdas a cierto caballero de mierda.- mi incremento en el uso de palabras un tanto agresivas tenía que ver con lo delicada que era mi condición mental, podía pasar de feliz, a triste, a enojado y a excitado en cuestión de cinco segundos sin ninguna explicación.
-Su nombre era… No lo sé… llamémosle basura.- me tape la boca y deje que escuchara una pequeña risita, en verdad no recordaba su nombre, lo que si recordaba era su armadura. –Basura de dragón marino, un jodido guerrero de película, no creo que fuese lo suficientemente fuerte para ganarla en un mano a mano a Chuck Norris, pero era lo suficientemente temerario como para agredir a un dios…- al decir dios apunte el dedo hacia mi persona, porque no importaba cuantas veces negara, ni que tan bien tapara el sol con el pulgar, no había forma de ocultar el hecho de que yo era una de esas deidades.
-Le perdone la ofensa sin embargo, porque yo a diferencia de los otros dioses.- deje de levitar y aterrice sin problema alguno. –Tengo los pies sobre la tierra, o eso me gusta pensar.- aquí volvía el yo dócil, el inofensivo que no le haría daño siquiera a una mosca. -Cada vida es valiosa, y todas las personas tienen un futuro, no?- ladee la cabeza y le sonreí, aun recordaba esas molestas palabras, nunca influyeron en mi vida pero supongamos que lentamente puso peso en mi casi inexistente conciencia.
-No te agrado, cierto?- me expresión cambio a tristeza, era lo que sentía hasta la membrana. Puse los ojos de gato apaleado, y una lagrimita se escurrió por mi mejilla sigilosamente. –Yo solo quería ser tu amigo.- le replique.
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Disculpa el lenguaje vulgar en exceso, es parte del personaje
Nessark- 90
Re: Upon pillars of salt and pillars on sand [Priv.]
Las olas del mar, olas que de alguna u otra forma parecían calmarla, traian con el movimiento algo de paz, sensación que ella disfrutaba mucho, pero en algún punto de quiebre el mar le trajo una sensación de miedo, como si su vida se extinguiera por un breve instante, esto lo relacionó directamente al hecho de que le dijeran que para haber acabado en Atlantis tuvo que suicidarse, algo que no terminaba de aceptar por el hecho de aquella marca y gélida sensación en el pecho, respiraba lentamente, ignorando todo lo que ocurría a su alrededor, escuchaba el movimiento a su alrededor.
Por un instante, solo un pequeño instante llegó a un lugar recóndito de su mente, un destello en medio de aquella oscuridad en la que se veía envuelta, unos ojos dorados como los de ella que la miraban con "ternura" si tuviera que calificarlo, unos brazos, unos labios, un calor que la envolvía; mas todo aquél recuerdo fue relegado, se desvaneció como las huellas cerca a la orilla, como si el mar se lo tragara todo. La risa del joven albino no fue del todo ignorada y esto interrumpio la paz a la que estaba llegando, tomó aire y lentamente abrió los ojos para observar al ser que estaba "cerca", lo notó reirse, no mostró reacción alguna, simplemente lo dejó ser, anotando cada gesto y cada cambio en las intesiones del muchacho; pero ciertamente estaba ofuscada aunque quisiera calmarse, cada palabra era un motivo más por el que deseaba ella empezar a atravesar el cuerpo del chico con su hielo rojo. Finalmente tomó una decisión y una sonrisa se formó en sus labios, una delgada pero "feliz" sonrisa. El chico le reprendió sobre la "forma" en la que se trataba a sus amigos, ciertamente ella no tenía ni un solo amigo, solo compañeros de armas o por lo menos para ella era así, un ser incapaz de formar vínculo profundo alguno, más que lealtad y actuar con honor, así lo veía aquella General.
>>¿Y tú? ¿Tienes muchos amigos, no?<< cuestionó lentamente, entonces lo dejó hablar, proseguir, lo escuchó y puso toda su atención en él, aunque le pareció gracioso que el chico no se hubiera dado cuenta de que servía al Gran Soberano del Mar, puesto que emergió del agua, supuso que el tipo había estado demasiado distraido, eso hablaba mucho de lo que él veía y no notaba. En cuanto escuchó el nombre de "Athena" ella sintió un escalofrío por todo su cuerpo y sintió la necesidad de escupir por ese mención, esto despertó interés, al parecer una pieza más en su rompecabezas afloraba. Sacó su libreta y lo anotó, poco a poco averiguaría su origen y los motivos que la empujaron. Aunque, podría seguir con su vida normal y seguir sirviendo sin cuestionamientos a Poseidón, algo le decía que debía conocer su pasado.
Guardó su libreta y escuchó cómo era que el tipo se reía, no expresó ni molestia ni alegría, nada la descubriría, incluso se cuestionó sobre aquél anterior acto, ¿por qué salvar a un terrestre? Ella solo tenía compromiso con los ciudadanos de Atlantis, se cruzó de piernas y apoyó el mentón sobre su mano que apoyaba el codo sobre el muslo elevado. Evalúaba, no era una persona cualquiera, el albino que tenía en frente era algo "especial", no sabía en qué categoría ponerlo, se detuvo a pensar, seguía sonriendo, entre todas las cosas disfrutó de las expresiones faciales inusuales que este tenía, estaba fascinada con aquellos cambios de humor, si había algo que le interesaba era aquello.
"Basura de Dragón marino" escuchó, no mostró ni asombro o algo, simplemente tenía esa sonrisa y lo observaba, por las descripciones pensó en su compañero Nash pero podría tratarse de otra persona que pudo haber tomado la armadura antes de él, en realidad no le importaba mucho lo que hablaran de sus compañeros, aunque si se trataba de Nash tendría sentido, pues antes le había dicho que defendería al débil sin importar de dónde viniera, algo que había despertado sospechas de traición y que por esto lo mantendría vigilado >>Un dios...vaya<< dijo ella con un tono suave, sin ser agresivo o menospreciandolo, solo que no le sorprendía ese tipo de "actitudes" por parte de otras deidades, pues confiaba en que la única y verdadera persona que trataba a los demás como iguales era Poseidón, no podría existir otro ser más magnífico y celestial que su Emperador. Dato curioso era aquél poder que este parecía tener, levitar o quizá flotar; aunque gracioso le parecía su comentario sobre los demás dioses, no mostró en ninguna parte de su cuerpo que eso le causara gracia, se empezó a cuestionar sobre qué sentimientos o emociones el albino le proporcionaría.
Cuando este volvió a la "normalidad", pues notó el cambio no solo por su tono sino su lenguaje corporal inclusive había cambiado "Cada vida es valiosa, y todas las personas tienen un futuro, no?" eso le sonó extrañamente familiar, de sus labios brotaron >>Esas personas tenían sueños y una vida por delante<< lo observó un tanto reflexiva, ¿qué estaba ocurriendo? Le dedicó una dura mirada, tratando de unirlo a su razonamiento. Ese hombre podría tener respuestas pero, ¿cómo sacárselas? Es más, ni si quiera ella misma estaba segura de ello. Pero la pregunta que él hizo le pareció extraña, ¿en verdad buscaba su amistad o agrado? Una lágrima, algo que no había observado antes en su máxima expresión de tristeza, sintió ligero ardor en sus mejillas, el dolor y la tristeza...en ese muchacho eran perfectos. Tronó los dedos en cuanto se puso de pie y la superficie en la que se encontraba se deshizo y "caminó" hacia ella para convertirse en pulseras alrededor de sus tobillos. Se acercó al muchacho y tomó su rostro, notaba aún fresca y casi extinta lágrima, acercó sus labios y bebió aquél dolor, un suave gesto. Lo soltó lentamente y no pudo evitar morderse el labio inferior, aquello había sido intenso, ese sabor salado fruto de un profundo sentimiento.
>>Yo no tengo amigos, ¿serás mi amigo?<< preguntó ella sin mucha importancia, se alejó levemente y estiró su cuerpo, no tenía ganas de luchar ni de empalar al tipo, solo aquella lágrima había arreglado todo, aunque internamente quería verlo llorar para seguir provando aquél sentimiento tan amargo. Deslizó lentamente la yema de sus dedos por los labios fríos, tratando de obtener quizá nuevamente el sabor de las lágrimas pero era inútil, tomó aire y siguió estirándose, relajada se giró para ver de frente al albino que había dejado atrás >>¿Cuál es tu nombre?<< preguntó, se inclinó sobre sus rodillas para alcanzar el rostro del chico y acariciar su mejilla con cierto anhelo "Esos ojos..." pensó.
Presionó las mejillas del chico con cierta fuerza pero sin lastimarlo, aunque para ella era una especie de nueva persona, un muchacho de la superficie que no solo era eso sino además era un dios >>Soy Kai << parpadeó un par de segundos. Le tomó del brazo más próximo y lo atrajo a su cuerpo, lo estrujó contra ella, intentando hacer algo que había aprendido y entendido con el tiempo, su mente no recordaría pero quizá su cuerpo sí, lo estrujó con fuerza, su piel quizá reconocería aquella familiaridad, pero era ne vano, no parecía funcionar, lo soltó y pateó la arena algo frustrada, corrió entonces hacia el mar y se quedó cerca a la orilla, el agua tocó su piel, quería arrastrarla de vuelta a Atlantis.
>>Oye, ¿por qué quieres amigos? Las personas siempre velarán por ellas y finalmente te abandonarán, no importa cuánto te dediquen amor o lo eso que buscas, siempre te abandonan tarde o temprano, quieran o no quieran, siempre estarás solo, entonces, ¿por qué molestarte en conseguirlos?<< preguntó, doblando su cuerpo hacia atrás ligeramente, su ropa volvía a cambiar teniendo ahora un vestido y varias pulseras en sus tobillos. Entoncers el recuerdo de aquél nombre de la diosa que había mencionado regresó "Athena", se volvió a estremecer y esta vez no se aguantó y escupió en la arena, ¿por qué? Ni si quiera ella sabía a qué se debía su acción, simplemente ese nombre le generó aquello: repulsión.
___
No te preocupes, comprendo.
Por un instante, solo un pequeño instante llegó a un lugar recóndito de su mente, un destello en medio de aquella oscuridad en la que se veía envuelta, unos ojos dorados como los de ella que la miraban con "ternura" si tuviera que calificarlo, unos brazos, unos labios, un calor que la envolvía; mas todo aquél recuerdo fue relegado, se desvaneció como las huellas cerca a la orilla, como si el mar se lo tragara todo. La risa del joven albino no fue del todo ignorada y esto interrumpio la paz a la que estaba llegando, tomó aire y lentamente abrió los ojos para observar al ser que estaba "cerca", lo notó reirse, no mostró reacción alguna, simplemente lo dejó ser, anotando cada gesto y cada cambio en las intesiones del muchacho; pero ciertamente estaba ofuscada aunque quisiera calmarse, cada palabra era un motivo más por el que deseaba ella empezar a atravesar el cuerpo del chico con su hielo rojo. Finalmente tomó una decisión y una sonrisa se formó en sus labios, una delgada pero "feliz" sonrisa. El chico le reprendió sobre la "forma" en la que se trataba a sus amigos, ciertamente ella no tenía ni un solo amigo, solo compañeros de armas o por lo menos para ella era así, un ser incapaz de formar vínculo profundo alguno, más que lealtad y actuar con honor, así lo veía aquella General.
>>¿Y tú? ¿Tienes muchos amigos, no?<< cuestionó lentamente, entonces lo dejó hablar, proseguir, lo escuchó y puso toda su atención en él, aunque le pareció gracioso que el chico no se hubiera dado cuenta de que servía al Gran Soberano del Mar, puesto que emergió del agua, supuso que el tipo había estado demasiado distraido, eso hablaba mucho de lo que él veía y no notaba. En cuanto escuchó el nombre de "Athena" ella sintió un escalofrío por todo su cuerpo y sintió la necesidad de escupir por ese mención, esto despertó interés, al parecer una pieza más en su rompecabezas afloraba. Sacó su libreta y lo anotó, poco a poco averiguaría su origen y los motivos que la empujaron. Aunque, podría seguir con su vida normal y seguir sirviendo sin cuestionamientos a Poseidón, algo le decía que debía conocer su pasado.
Guardó su libreta y escuchó cómo era que el tipo se reía, no expresó ni molestia ni alegría, nada la descubriría, incluso se cuestionó sobre aquél anterior acto, ¿por qué salvar a un terrestre? Ella solo tenía compromiso con los ciudadanos de Atlantis, se cruzó de piernas y apoyó el mentón sobre su mano que apoyaba el codo sobre el muslo elevado. Evalúaba, no era una persona cualquiera, el albino que tenía en frente era algo "especial", no sabía en qué categoría ponerlo, se detuvo a pensar, seguía sonriendo, entre todas las cosas disfrutó de las expresiones faciales inusuales que este tenía, estaba fascinada con aquellos cambios de humor, si había algo que le interesaba era aquello.
"Basura de Dragón marino" escuchó, no mostró ni asombro o algo, simplemente tenía esa sonrisa y lo observaba, por las descripciones pensó en su compañero Nash pero podría tratarse de otra persona que pudo haber tomado la armadura antes de él, en realidad no le importaba mucho lo que hablaran de sus compañeros, aunque si se trataba de Nash tendría sentido, pues antes le había dicho que defendería al débil sin importar de dónde viniera, algo que había despertado sospechas de traición y que por esto lo mantendría vigilado >>Un dios...vaya<< dijo ella con un tono suave, sin ser agresivo o menospreciandolo, solo que no le sorprendía ese tipo de "actitudes" por parte de otras deidades, pues confiaba en que la única y verdadera persona que trataba a los demás como iguales era Poseidón, no podría existir otro ser más magnífico y celestial que su Emperador. Dato curioso era aquél poder que este parecía tener, levitar o quizá flotar; aunque gracioso le parecía su comentario sobre los demás dioses, no mostró en ninguna parte de su cuerpo que eso le causara gracia, se empezó a cuestionar sobre qué sentimientos o emociones el albino le proporcionaría.
Cuando este volvió a la "normalidad", pues notó el cambio no solo por su tono sino su lenguaje corporal inclusive había cambiado "Cada vida es valiosa, y todas las personas tienen un futuro, no?" eso le sonó extrañamente familiar, de sus labios brotaron >>Esas personas tenían sueños y una vida por delante<< lo observó un tanto reflexiva, ¿qué estaba ocurriendo? Le dedicó una dura mirada, tratando de unirlo a su razonamiento. Ese hombre podría tener respuestas pero, ¿cómo sacárselas? Es más, ni si quiera ella misma estaba segura de ello. Pero la pregunta que él hizo le pareció extraña, ¿en verdad buscaba su amistad o agrado? Una lágrima, algo que no había observado antes en su máxima expresión de tristeza, sintió ligero ardor en sus mejillas, el dolor y la tristeza...en ese muchacho eran perfectos. Tronó los dedos en cuanto se puso de pie y la superficie en la que se encontraba se deshizo y "caminó" hacia ella para convertirse en pulseras alrededor de sus tobillos. Se acercó al muchacho y tomó su rostro, notaba aún fresca y casi extinta lágrima, acercó sus labios y bebió aquél dolor, un suave gesto. Lo soltó lentamente y no pudo evitar morderse el labio inferior, aquello había sido intenso, ese sabor salado fruto de un profundo sentimiento.
>>Yo no tengo amigos, ¿serás mi amigo?<< preguntó ella sin mucha importancia, se alejó levemente y estiró su cuerpo, no tenía ganas de luchar ni de empalar al tipo, solo aquella lágrima había arreglado todo, aunque internamente quería verlo llorar para seguir provando aquél sentimiento tan amargo. Deslizó lentamente la yema de sus dedos por los labios fríos, tratando de obtener quizá nuevamente el sabor de las lágrimas pero era inútil, tomó aire y siguió estirándose, relajada se giró para ver de frente al albino que había dejado atrás >>¿Cuál es tu nombre?<< preguntó, se inclinó sobre sus rodillas para alcanzar el rostro del chico y acariciar su mejilla con cierto anhelo "Esos ojos..." pensó.
Presionó las mejillas del chico con cierta fuerza pero sin lastimarlo, aunque para ella era una especie de nueva persona, un muchacho de la superficie que no solo era eso sino además era un dios >>Soy Kai << parpadeó un par de segundos. Le tomó del brazo más próximo y lo atrajo a su cuerpo, lo estrujó contra ella, intentando hacer algo que había aprendido y entendido con el tiempo, su mente no recordaría pero quizá su cuerpo sí, lo estrujó con fuerza, su piel quizá reconocería aquella familiaridad, pero era ne vano, no parecía funcionar, lo soltó y pateó la arena algo frustrada, corrió entonces hacia el mar y se quedó cerca a la orilla, el agua tocó su piel, quería arrastrarla de vuelta a Atlantis.
>>Oye, ¿por qué quieres amigos? Las personas siempre velarán por ellas y finalmente te abandonarán, no importa cuánto te dediquen amor o lo eso que buscas, siempre te abandonan tarde o temprano, quieran o no quieran, siempre estarás solo, entonces, ¿por qué molestarte en conseguirlos?<< preguntó, doblando su cuerpo hacia atrás ligeramente, su ropa volvía a cambiar teniendo ahora un vestido y varias pulseras en sus tobillos. Entoncers el recuerdo de aquél nombre de la diosa que había mencionado regresó "Athena", se volvió a estremecer y esta vez no se aguantó y escupió en la arena, ¿por qué? Ni si quiera ella sabía a qué se debía su acción, simplemente ese nombre le generó aquello: repulsión.
___
No te preocupes, comprendo.
Kai- 438
Re: Upon pillars of salt and pillars on sand [Priv.]
Me empezaba a incomodar esta chica.
Ninguna persona, ni una sola, pasa de odiar hasta la medula a un tipo extraño que se encuentra en la playa, para luego abrazarlo. Eso no pasa en las películas, no pasa en la vida, no pasa ni en… en… olvide el nombre de esa estación de televisión por cable…
Me puse a la defensiva e intente repelerla con mis brazos cuando acorto la distancia entre nosotros, inclusive llego hasta el punto de lamer mi lágrima, esta chica necesita ayuda psicológica y no seré yo quien se la provea. –Quiero amigos para no estar solo, no es eso obvio?- me aleje de ella, quería mantener mi espacio personal a pesar de que yo fui el primero en irrumpir el de ella, era cauteloso, sabía que saldría ileso de cualquier intento de agresión pero de todas formas quería evitarlo, mi ropa no es inmortal, mi ropa no se regenera, una rasgadura sería suficiente para no tener un buen pretexto que darle a Anastasia sobre el estado de mi vestimenta.
-No tengo amigos si es lo que preguntas, solo personas que fingen serlo con tal de que yo no los mate.- para mi esa era la verdad absoluta, nadie se asociaba conmigo por voluntad propia, bueno…
Piensa Nessark, piensa, que es este cambio en la posición de ella? Espera… espera… a mí no me importa lo que suceda en la cabeza de ella, para que tanta preocupación?. –No te diré mi nombre ni seré tu amigo, debo recordarte que me agrediste?- cruce mis brazos y le mire con algo de desprecio, me sentía como cualquier otro dios mirando a la escoria humana.
-A mis ojos no eres más que un pedazo de carne parlante, esperando a que me dé la suficiente hambre, deberías empezar a correr pequeña, mi estómago puede rugir en cualquier momento.- sonreí, no tenía nada que obtener de ella, negó mi pedido para mantenerla viva con un falso título de amistad, me pego cuando yo solo quería llegar a conocerla mejor, ella… era una persona estúpida con la que no me quería codear.
-Nunca entenderé a los que luchan en nombre de dioses.- rompí ese prolongado silencio que nos rodeaba, ya que ninguno había dicho algo en cuanto me negué a argumentar sobre la amistad. –Lo hacen porque son seres superiores y se sienten obligados a servir?- clave mi mirada en mi no tan agradable acompañante, aunque era una mirada un tanto vacía, indiferente. –Lo hacen porque sus objetivos son los mismos?- hasta ese momento jamás había pensado sobre cuales eran mis objetivos, digo, vivía mi vida para comer y encontrar placer, no estar solo, pero nunca vi mi existencia después de esos caprichos. –Deben algún favor?- tenía una corazonada de que los motivos de ella eran esos, pero era eso, una suposición sin fundamentos. No me aferraría a esa teoría, pero me sentiría satisfecho sabiendo que acerté. –Sea cual sea el motivo, me intriga la existencia de estos caballeros…- y en lo personal prefería no tener a nadie luchando en mi nombre, no quería involucrarme para nada en conflictos estúpidos, mucho menos ahora que tenía un evidente punto débil del que se podrían aprovechar de mí.
-Tu dios te defendería de la misma forma si alguien habla “mal“ de ti?- quizá debía detenerme y dejar de hacer preguntas, no éramos amigos, no nos agradábamos, ella solo era una molestia tanto como yo lo era para ella.
-The Butcher- dije de repente –Puedes referirte a mí de esa forma.- no era precisamente mi nombre, pero al menos eso debía ser lo suficiente para responder a su pregunta.
Mire mi reloj, apenas seria medio día, realmente no tenía nada que hacer pero tampoco quería perder mi tiempo con una persona desagradable como esta, a donde iría? No sé, pero cualquier lugar era mejor que este en mi mente.
Ninguna persona, ni una sola, pasa de odiar hasta la medula a un tipo extraño que se encuentra en la playa, para luego abrazarlo. Eso no pasa en las películas, no pasa en la vida, no pasa ni en… en… olvide el nombre de esa estación de televisión por cable…
Me puse a la defensiva e intente repelerla con mis brazos cuando acorto la distancia entre nosotros, inclusive llego hasta el punto de lamer mi lágrima, esta chica necesita ayuda psicológica y no seré yo quien se la provea. –Quiero amigos para no estar solo, no es eso obvio?- me aleje de ella, quería mantener mi espacio personal a pesar de que yo fui el primero en irrumpir el de ella, era cauteloso, sabía que saldría ileso de cualquier intento de agresión pero de todas formas quería evitarlo, mi ropa no es inmortal, mi ropa no se regenera, una rasgadura sería suficiente para no tener un buen pretexto que darle a Anastasia sobre el estado de mi vestimenta.
-No tengo amigos si es lo que preguntas, solo personas que fingen serlo con tal de que yo no los mate.- para mi esa era la verdad absoluta, nadie se asociaba conmigo por voluntad propia, bueno…
Piensa Nessark, piensa, que es este cambio en la posición de ella? Espera… espera… a mí no me importa lo que suceda en la cabeza de ella, para que tanta preocupación?. –No te diré mi nombre ni seré tu amigo, debo recordarte que me agrediste?- cruce mis brazos y le mire con algo de desprecio, me sentía como cualquier otro dios mirando a la escoria humana.
-A mis ojos no eres más que un pedazo de carne parlante, esperando a que me dé la suficiente hambre, deberías empezar a correr pequeña, mi estómago puede rugir en cualquier momento.- sonreí, no tenía nada que obtener de ella, negó mi pedido para mantenerla viva con un falso título de amistad, me pego cuando yo solo quería llegar a conocerla mejor, ella… era una persona estúpida con la que no me quería codear.
-Nunca entenderé a los que luchan en nombre de dioses.- rompí ese prolongado silencio que nos rodeaba, ya que ninguno había dicho algo en cuanto me negué a argumentar sobre la amistad. –Lo hacen porque son seres superiores y se sienten obligados a servir?- clave mi mirada en mi no tan agradable acompañante, aunque era una mirada un tanto vacía, indiferente. –Lo hacen porque sus objetivos son los mismos?- hasta ese momento jamás había pensado sobre cuales eran mis objetivos, digo, vivía mi vida para comer y encontrar placer, no estar solo, pero nunca vi mi existencia después de esos caprichos. –Deben algún favor?- tenía una corazonada de que los motivos de ella eran esos, pero era eso, una suposición sin fundamentos. No me aferraría a esa teoría, pero me sentiría satisfecho sabiendo que acerté. –Sea cual sea el motivo, me intriga la existencia de estos caballeros…- y en lo personal prefería no tener a nadie luchando en mi nombre, no quería involucrarme para nada en conflictos estúpidos, mucho menos ahora que tenía un evidente punto débil del que se podrían aprovechar de mí.
-Tu dios te defendería de la misma forma si alguien habla “mal“ de ti?- quizá debía detenerme y dejar de hacer preguntas, no éramos amigos, no nos agradábamos, ella solo era una molestia tanto como yo lo era para ella.
-The Butcher- dije de repente –Puedes referirte a mí de esa forma.- no era precisamente mi nombre, pero al menos eso debía ser lo suficiente para responder a su pregunta.
Mire mi reloj, apenas seria medio día, realmente no tenía nada que hacer pero tampoco quería perder mi tiempo con una persona desagradable como esta, a donde iría? No sé, pero cualquier lugar era mejor que este en mi mente.
Nessark- 90
Re: Upon pillars of salt and pillars on sand [Priv.]
De pie y firme observando el mar, ignorando por breves y escasos segundos la presencia del joven albino, pensando en las cosas que tenía por hacer, reflexionando levemente sobre lo que había hecho antes, ¿qué le ocurría? No evitó empezar a morderse el pulgar algo consternada, mas detuvo esto en cuando escuchó la voz del joven, ella se giró y lo observó "Estar solo, ¿no es mejor? Sin vínculos ni relaciones, la soledad que jamás te traicionará, ¿por qué quiere eso? Quizá porque busca fortaleza" se preguntó ella. Notó que se alejaba, no lo culpaba, incluso ella lo quería lejos; tomó aire y empezó a estirarse, había tomado maña aquello. Entendió que la amistad de la que él gozaba era en realidad "miedo", parpadeó un par de instantes "¿Miedo? Puedo conseguir hermosas expresiones con eso pero, ¿miedo para conseguir vínculos? Nash, ¿me tiene miedo?" se susurró mentalmente.
Ella escuchó aquella declaración de "no amistad" y le causó gracia, compartir un vínculo con ese sujeto le parecía irreal, ¿cómo querer establecer una amistad con alguien que invadió su espacio personal de esa manera? Claro, sin mencionar la "ofensa" que recibió, notó la mirada de desprecio y la gozó, no esperaba comprensión ni amistad de "seres terrestres", le daban igual aunque la tristeza que podía percibir en el chico le resultaba "interesante" casi enfermizamente. Por otro lado, sabía que se trataba de un dios, pues él mismo lo había confesado, ¿un dios que busca amigos? Más que curioso le parecía...extraño, ¿por qué un ser tan poderoso va a querer tener "debilidades"? Finalmente, los vínculos -y esto lo sabía- hacían débiles a las personas, por eso ella trataba de evitarlos o mantenerlos a la raya. Llevó una mano a su mejilla observándolo con mucho interés, ¿realmente la estaba subestimando? Sabía que podría darle batalla si tomaba en serio la situación, no había nada que la detuviera a enfrentarlo y quizá demostrarle que nunca hay que menospreciar a otro, por lo menos no en batalla, ¿mataría a ese dios? Posiblemente no, finalmente ellos reencarnan una y otra vez, pero sabía que se sentiría muy bien sentir cómo la sangre caliente del contenedor se deslizaría en sus manos, amaba poder sentir el sabor de la muerte en su piel, un secreto que jamás revelaría, pues aquél sádico aspecto debía mantenerse oculto. Pese a esto, no pudo evitar que sus ojos brillaran de emoción.
Un ser peculiar, que lloraba, se molestaba, reía y enloquecía; lo examinaba, en silencio para dejar que la otra persona se explicara, entonces escuchó sus cuestionamientos y se preguntó "¿Debo responder? ¿Puedo responder? ¿Quiero responder? ¿Para qué?", ladeó un poco su cabeza y trató de pensar, pero ciertamente la curiosidad de querer seguir viendo los cambios de humor en el chico la inspiraban a seguir hablándole, ¿amistad? No, ella no deseaba aquellos vínculos, aunque podría interactuar con el chico más tiempo, evaluó entonces la posibilidad. Percibió tranquilamente la mirada indiferente del muchacho, se sentía realmente curiosa.
>>Quizá, Butcher, estás viéndolo de la manera equivocada, no sé con quiénes te habrás topado anteriormente, quizá con algún sirviente de Hades o algún tonto de...ella<< no iba a pronunciar aquél nombre que le causaba tanta repulsión >>Lucho al lado de Poseidón, nosotros los Generales Marinos protegemos Atlantis, él nos brinda su poder para poder cumplir ese cometido, luchar para mantener la paz de nuestra gente, Poseidón no es como los demás, él jamás iniciaría una guerra que expusiera al reino marino; no nos importa lo que pase aquí...en tierra, viven muchas personas y tienen a sus propios "protectores", si ellos no saben cuidarlos no es nuestro problema<< miró sus manos sin darle mucha importancia al referirse a los terrestres >>Todos los integrandes de la Armada nos unimos a su causa por voluntad propia, nos ofreció su mano y ayuda, nos gusta nuestro hogar, amamos a nuestra gente y por eso luchamos; proteger a quienes amas no está mal, Poseidón jamás nos daría una orden tan descabellada como ir a matar a inocentes<< le dijo ella y entonces acomodó su cabello.
>>Si quieres ponerlo en simple, nosotros luchamos con el poder que él nos presta para proteger nuestro hogar, si alguien amenazara a los tuyos, ¿te quedarías con los brazos cruzados? Dime, ¿no defenderías tu hogar? ¿no defenderías a quienes amas? Si no lo haces finalmente te quedarás solo porque estos morirán; desperté un día sin recordar nada y él me acogió sin preguntar, me brindó ayuda y ahora Atlantis es mi hogar, lucharé para protegerlo,porque es todo lo que tengo y no permitiré que lo destruyan<< se confesó, entonces tomó aire y prosiguió >>Poseidón no nos ve como sus marionetas, si así fuera nos enviaría a realizar "cosas" como seguramente lo hacen los demás, él; sin embargo, prefiere que permanezcamos en el mar para poder protegernos, más que un ser superior o un comandante o una autoridad, él es nuestro...amigo; no sé cómo explicartelo, pero algo dentro de mí me dice que puedo confiar en él, ¿no tienes a alguien en quién podrías confiar casi ciegamente? Sé que si alguien ofende a uno de los nuestros él lo defendería, pues somos...una familia << incluso ella sintió algo en su corazón, aquél gélido órdano que yacía congelado en su pecho. Saber y reconocer aquellas palarbas como suyas, creía realmente realmente en ello; no solo era algo que ella deseaba decir sino era algo en lo que realmente creía y solo al manifestar esas palabras pudo darse cuenta de lo que realmente Atlantis y toda esas personas representaban para ella.
Observó el mar y tuvo por breves momentos una cálida mirada >>No espero que lo comprendas, pero esa es la verdad, quizá no me creas pero la atmósfera que "respiramos" en el mar es muy diferente a la superficie, ¿no sería hermoso un mundo lleno de paz? Así no tendríamos que preocuparnos por aquello que amamos, pues ahora mismo en la guerra que existe podría morir en estos momentos aquello que apreciamos, ¿miedo? Sí, como todos; el miedo y los vínculos pueden hacernos débiles...lo sé, pero también...soy consciente que nos puede hacer más fuertes, pues nos brinda un objetivo, un motivo por el cuál avanzar<< un breve instante, parecía haber recuperado la calidez que había tenido hace mucho tiempo, aquella misma alegría e ilusión que irradiaba antes de que sucediera "eso". Pero solo era una ilusión, pues la realidad era otra, no podía reconocer ni sentir verdaderos sentimientos. Solo era una mujer con ideas y creencias, seguridad y recuerdos difusos.
>>Soy Kai, significa mar<< le dijo ella, mirando aún el horizonte >>Si atacas mi hogar te convertirás en mi enemigo, no me subestimes, puedes ser un dios pero también soy un guerrero y uno muy bueno<< se giró para darle la cara >>Dime, ¿eres un dios tan desalmado que no se preocupa por los suyos?<< no sabía si sería un dios menor o mayor, si tendría caballeros o no.
Pese a que había venido a la Playa para reflexionar sobre el destino que tenía, investigar y tratar de encontrar pistas sobre su pasado pero el albino la había absorbido.
Ella escuchó aquella declaración de "no amistad" y le causó gracia, compartir un vínculo con ese sujeto le parecía irreal, ¿cómo querer establecer una amistad con alguien que invadió su espacio personal de esa manera? Claro, sin mencionar la "ofensa" que recibió, notó la mirada de desprecio y la gozó, no esperaba comprensión ni amistad de "seres terrestres", le daban igual aunque la tristeza que podía percibir en el chico le resultaba "interesante" casi enfermizamente. Por otro lado, sabía que se trataba de un dios, pues él mismo lo había confesado, ¿un dios que busca amigos? Más que curioso le parecía...extraño, ¿por qué un ser tan poderoso va a querer tener "debilidades"? Finalmente, los vínculos -y esto lo sabía- hacían débiles a las personas, por eso ella trataba de evitarlos o mantenerlos a la raya. Llevó una mano a su mejilla observándolo con mucho interés, ¿realmente la estaba subestimando? Sabía que podría darle batalla si tomaba en serio la situación, no había nada que la detuviera a enfrentarlo y quizá demostrarle que nunca hay que menospreciar a otro, por lo menos no en batalla, ¿mataría a ese dios? Posiblemente no, finalmente ellos reencarnan una y otra vez, pero sabía que se sentiría muy bien sentir cómo la sangre caliente del contenedor se deslizaría en sus manos, amaba poder sentir el sabor de la muerte en su piel, un secreto que jamás revelaría, pues aquél sádico aspecto debía mantenerse oculto. Pese a esto, no pudo evitar que sus ojos brillaran de emoción.
Un ser peculiar, que lloraba, se molestaba, reía y enloquecía; lo examinaba, en silencio para dejar que la otra persona se explicara, entonces escuchó sus cuestionamientos y se preguntó "¿Debo responder? ¿Puedo responder? ¿Quiero responder? ¿Para qué?", ladeó un poco su cabeza y trató de pensar, pero ciertamente la curiosidad de querer seguir viendo los cambios de humor en el chico la inspiraban a seguir hablándole, ¿amistad? No, ella no deseaba aquellos vínculos, aunque podría interactuar con el chico más tiempo, evaluó entonces la posibilidad. Percibió tranquilamente la mirada indiferente del muchacho, se sentía realmente curiosa.
>>Quizá, Butcher, estás viéndolo de la manera equivocada, no sé con quiénes te habrás topado anteriormente, quizá con algún sirviente de Hades o algún tonto de...ella<< no iba a pronunciar aquél nombre que le causaba tanta repulsión >>Lucho al lado de Poseidón, nosotros los Generales Marinos protegemos Atlantis, él nos brinda su poder para poder cumplir ese cometido, luchar para mantener la paz de nuestra gente, Poseidón no es como los demás, él jamás iniciaría una guerra que expusiera al reino marino; no nos importa lo que pase aquí...en tierra, viven muchas personas y tienen a sus propios "protectores", si ellos no saben cuidarlos no es nuestro problema<< miró sus manos sin darle mucha importancia al referirse a los terrestres >>Todos los integrandes de la Armada nos unimos a su causa por voluntad propia, nos ofreció su mano y ayuda, nos gusta nuestro hogar, amamos a nuestra gente y por eso luchamos; proteger a quienes amas no está mal, Poseidón jamás nos daría una orden tan descabellada como ir a matar a inocentes<< le dijo ella y entonces acomodó su cabello.
>>Si quieres ponerlo en simple, nosotros luchamos con el poder que él nos presta para proteger nuestro hogar, si alguien amenazara a los tuyos, ¿te quedarías con los brazos cruzados? Dime, ¿no defenderías tu hogar? ¿no defenderías a quienes amas? Si no lo haces finalmente te quedarás solo porque estos morirán; desperté un día sin recordar nada y él me acogió sin preguntar, me brindó ayuda y ahora Atlantis es mi hogar, lucharé para protegerlo,porque es todo lo que tengo y no permitiré que lo destruyan<< se confesó, entonces tomó aire y prosiguió >>Poseidón no nos ve como sus marionetas, si así fuera nos enviaría a realizar "cosas" como seguramente lo hacen los demás, él; sin embargo, prefiere que permanezcamos en el mar para poder protegernos, más que un ser superior o un comandante o una autoridad, él es nuestro...amigo; no sé cómo explicartelo, pero algo dentro de mí me dice que puedo confiar en él, ¿no tienes a alguien en quién podrías confiar casi ciegamente? Sé que si alguien ofende a uno de los nuestros él lo defendería, pues somos...una familia << incluso ella sintió algo en su corazón, aquél gélido órdano que yacía congelado en su pecho. Saber y reconocer aquellas palarbas como suyas, creía realmente realmente en ello; no solo era algo que ella deseaba decir sino era algo en lo que realmente creía y solo al manifestar esas palabras pudo darse cuenta de lo que realmente Atlantis y toda esas personas representaban para ella.
Observó el mar y tuvo por breves momentos una cálida mirada >>No espero que lo comprendas, pero esa es la verdad, quizá no me creas pero la atmósfera que "respiramos" en el mar es muy diferente a la superficie, ¿no sería hermoso un mundo lleno de paz? Así no tendríamos que preocuparnos por aquello que amamos, pues ahora mismo en la guerra que existe podría morir en estos momentos aquello que apreciamos, ¿miedo? Sí, como todos; el miedo y los vínculos pueden hacernos débiles...lo sé, pero también...soy consciente que nos puede hacer más fuertes, pues nos brinda un objetivo, un motivo por el cuál avanzar<< un breve instante, parecía haber recuperado la calidez que había tenido hace mucho tiempo, aquella misma alegría e ilusión que irradiaba antes de que sucediera "eso". Pero solo era una ilusión, pues la realidad era otra, no podía reconocer ni sentir verdaderos sentimientos. Solo era una mujer con ideas y creencias, seguridad y recuerdos difusos.
>>Soy Kai, significa mar<< le dijo ella, mirando aún el horizonte >>Si atacas mi hogar te convertirás en mi enemigo, no me subestimes, puedes ser un dios pero también soy un guerrero y uno muy bueno<< se giró para darle la cara >>Dime, ¿eres un dios tan desalmado que no se preocupa por los suyos?<< no sabía si sería un dios menor o mayor, si tendría caballeros o no.
Pese a que había venido a la Playa para reflexionar sobre el destino que tenía, investigar y tratar de encontrar pistas sobre su pasado pero el albino la había absorbido.
Kai- 438
Re: Upon pillars of salt and pillars on sand [Priv.]
Lo que yo aprendí de los dioses cuando me convertí en uno, no tiene nada de parecido con el perfil que ella me estaba dando de Poseidón. Claro está, yo nunca creí al cien por ciento que todos los dioses eran iguales, pensé en Afrodita como una mujer que recurría a la seducción y al placer para alcanzar sus fines, pensé en Atena como una mujer que balanceaba inocencia y dulzura en el corazón de una guerrera que nunca se pone de rodillas frente al enemigo.
Y podría seguir pensando en cada uno de ellos, que, a pesar de que nunca los e conocido realmente, y no planeaba hacerlo de buenas a primeras, no entendía por qué entonces ha habido tantas guerras santas en el pasado, inclusive puede haber una en desarrollo en estos momentos. Si son así de bondadosos con sus caballeros, porque no pueden serlo con sus iguales y alcanzar la ridícula realidad con la que soñaba la chica frente a mí.
La escuche en completo silencio y una expresión no leíble, vacía, era como si ella le estuviese echando agua a un vaso sin medir la cantidad, pero este nunca se desbordara, no había reacción, ni la más mínima mueca de disgusto, solo me lleve el dedo índice al labio inferior y me perdí entre mis pensamientos y sus palabras.
Proteger a los míos? No es lo que estoy haciendo? Los protejo al no tener nadie quien deba luchar por mí, y la única persona a la que debo proteger le hago un gran favor al no juntarme con los otros dioses a participar de eventos extraños.
-No soy un dios.- dije, contradiciéndome totalmente al momento en el que me categorice como uno, que es cierto, yo soy un dios pero al mismo tiempo no soy un dios, aun me encontraba en esa etapa por la que quiero pensar que todos los recipientes pasan, ese momento en el que no sabes cual es tu identidad frente a los demás, me gustaba creer que el yo humano había muerto, pero no quería dejarme llevar por el hecho de que ahora mi existencia era divina. –Tampoco soy un humano.- aclare.
-No hay una sola posible situación hipotética en la que alguien se meta con “los míos”, eso nunca va a ocurrir.- No, eso no pasaría. A decir verdad me daría algo de miedo verme en una situación parecida en la que Ani se vea en peligro por mi culpa, ella no es lo suficientemente fuerte para defenderse apropiadamente, por ese lado era una carga y ella lo sabía, pero era una carga con la que estaba dispuesto a lidiar.
Me lleve la mano a la cabeza y me la rasque un poco, estaba confundido con esta chica en general. Era de las pocas veces que una mujer me hacía sentir tan incómodo, es muy regia, no sonríe para nada, a simple vista su vida se ve muy centrada en defender ese maldito reino al que pertenece. Es como si esa parte que la hace humana hubiese desaparecido. No, no es que haya desaparecido, como dijo ella confía ciegamente en ese dios, como confías ciegamente en una persona solo por cómo te trata, como puede decir que a el no le interesan las guerras cuando a estado envuelto en conflictos anteriormente.
-Nunca te subestime.- o quizá si lo hice y no me di cuenta. –Solo confió plenamente en mis instintos, como dije, no soy un humano ni un dios, por ende no soy un guerrero que pelea con honor.- mire nuevamente el reloj que llevaba en la muñeca izquierda, viendo el segundero moverse poco a poco. –Dragón marino podría decirte lo mismo…- lo estimaba a pesar de nuestro breve encuentro, porque de las personas a las que le disgusta la forma en la que llevo mi vida, fue de las pocas que parecía querer “darme una lección”.
-Oh, por cierto, se que esto es irrelevante pero si ves a Jade salúdala de mi parte, dile que gracias por no llevarse mi gata.- esa chica que me tope en Rodorio también servía a Poseidón, aunque ella si me caía bien, mucho mejor que… esta… cosa que tenía enfrente…
-Me largo.- Y… me fui así de simple, me teletransporte a Rodorio y de ahí decidiría cual sería mi próximo destino, necesitaba… seguir reflexionando? Quizá.
____
Gracias por el tema, me salgo.
Y podría seguir pensando en cada uno de ellos, que, a pesar de que nunca los e conocido realmente, y no planeaba hacerlo de buenas a primeras, no entendía por qué entonces ha habido tantas guerras santas en el pasado, inclusive puede haber una en desarrollo en estos momentos. Si son así de bondadosos con sus caballeros, porque no pueden serlo con sus iguales y alcanzar la ridícula realidad con la que soñaba la chica frente a mí.
La escuche en completo silencio y una expresión no leíble, vacía, era como si ella le estuviese echando agua a un vaso sin medir la cantidad, pero este nunca se desbordara, no había reacción, ni la más mínima mueca de disgusto, solo me lleve el dedo índice al labio inferior y me perdí entre mis pensamientos y sus palabras.
Proteger a los míos? No es lo que estoy haciendo? Los protejo al no tener nadie quien deba luchar por mí, y la única persona a la que debo proteger le hago un gran favor al no juntarme con los otros dioses a participar de eventos extraños.
-No soy un dios.- dije, contradiciéndome totalmente al momento en el que me categorice como uno, que es cierto, yo soy un dios pero al mismo tiempo no soy un dios, aun me encontraba en esa etapa por la que quiero pensar que todos los recipientes pasan, ese momento en el que no sabes cual es tu identidad frente a los demás, me gustaba creer que el yo humano había muerto, pero no quería dejarme llevar por el hecho de que ahora mi existencia era divina. –Tampoco soy un humano.- aclare.
-No hay una sola posible situación hipotética en la que alguien se meta con “los míos”, eso nunca va a ocurrir.- No, eso no pasaría. A decir verdad me daría algo de miedo verme en una situación parecida en la que Ani se vea en peligro por mi culpa, ella no es lo suficientemente fuerte para defenderse apropiadamente, por ese lado era una carga y ella lo sabía, pero era una carga con la que estaba dispuesto a lidiar.
Me lleve la mano a la cabeza y me la rasque un poco, estaba confundido con esta chica en general. Era de las pocas veces que una mujer me hacía sentir tan incómodo, es muy regia, no sonríe para nada, a simple vista su vida se ve muy centrada en defender ese maldito reino al que pertenece. Es como si esa parte que la hace humana hubiese desaparecido. No, no es que haya desaparecido, como dijo ella confía ciegamente en ese dios, como confías ciegamente en una persona solo por cómo te trata, como puede decir que a el no le interesan las guerras cuando a estado envuelto en conflictos anteriormente.
-Nunca te subestime.- o quizá si lo hice y no me di cuenta. –Solo confió plenamente en mis instintos, como dije, no soy un humano ni un dios, por ende no soy un guerrero que pelea con honor.- mire nuevamente el reloj que llevaba en la muñeca izquierda, viendo el segundero moverse poco a poco. –Dragón marino podría decirte lo mismo…- lo estimaba a pesar de nuestro breve encuentro, porque de las personas a las que le disgusta la forma en la que llevo mi vida, fue de las pocas que parecía querer “darme una lección”.
-Oh, por cierto, se que esto es irrelevante pero si ves a Jade salúdala de mi parte, dile que gracias por no llevarse mi gata.- esa chica que me tope en Rodorio también servía a Poseidón, aunque ella si me caía bien, mucho mejor que… esta… cosa que tenía enfrente…
-Me largo.- Y… me fui así de simple, me teletransporte a Rodorio y de ahí decidiría cual sería mi próximo destino, necesitaba… seguir reflexionando? Quizá.
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Gracias por el tema, me salgo.
Nessark- 90
Re: Upon pillars of salt and pillars on sand [Priv.]
El suave sonido del mar la tranquilizaba, dedicó su atención en el chico, entonces escuchó su voz y la contradicción que "corregía" con la segunda aclaración; ella entonces le dio la espalda y un par de pasos adentrándose en el mar, apenas el agua tocaba sus tobillos y hacían que los brazaletes se movieran, escuchó que el chico confiaba en que no hubiera posibilidad de que se metieran con los "suyos", interrogantes sobre la situación del albino vinieron a su mente y se detuvo un instante pensar qué era esa sensación que tenía en el cuerpo, ¿lo conocía? ¿era una molestia? ¿qué era eso que todo su ser parecía recordar pero que no llegaba a su mente? El agua sobre su piel fue lo que hizo que regresara a la realidad e ignorara quellos molestos pensamientos.
Lo vio, parecía algo confundido pero ciertamente no podría asegurarlo, se limitó a pensar en las cosas que estaban a su alrededor, la brisa del mar, el agua que iba y venía, el sol que alumbraba el sitio; todo eso en conjunto le pareció hermoso y sintió ligera envidia por la superficie, pues debajo del mar no habían esos mismos escenarios, pese a tener ambientes muchísimo más hermosos y variados, no podían ver los atardeceres. Aquellos pensamientos se interrumpieron en cuanto el albino habló, asegurando que no la había subestimado, pero luego justificó el hecho de que hubiera realizado ese comentario antes, el honor durante la lucha le parecía fundamental pero ciertamente cuando viera su vida en peligro se valdría de cualquier artimaña para seguir respirando, eso ella lo sabía perfectamente. Había pasado por alto el hecho de que él estuviera tan pendiente de su muñeca, posiblemente la hora. Pero entonces escuchó que volvía a nombrar al General Dragón Marino, se preguntó si sería Nash o algún antiguo portador, quería ella averiguarlo pero ya había indicado aquél que no recordaba el nombre del muchacho.
>>¿Jade?<< dijo ella, no había conocido a ninguna Jade hasta el momento, quizá sería alguno de los Generales que aún no visitaba, tomaría el encargo para sacarle información a la muchacha, se alzó de hombros y lo vio desaparecer. tomó conciencia del tiempo que había invertido en aquella plática y entonces apuntó en su libre aquellos datos relevantes, la guardó y decidió que tenía que regresar a Atlantis. Asegurándose de que no le quedaba nada más qué recoger, se sumergió y emprendió su regreso, ya en su hogar pensaría un poco más sobre los hechos ocurridos aquella tarde en la playa, otro día regresaría.
__________________________
Gracias por el tema.
Tema Finalizado
Lo vio, parecía algo confundido pero ciertamente no podría asegurarlo, se limitó a pensar en las cosas que estaban a su alrededor, la brisa del mar, el agua que iba y venía, el sol que alumbraba el sitio; todo eso en conjunto le pareció hermoso y sintió ligera envidia por la superficie, pues debajo del mar no habían esos mismos escenarios, pese a tener ambientes muchísimo más hermosos y variados, no podían ver los atardeceres. Aquellos pensamientos se interrumpieron en cuanto el albino habló, asegurando que no la había subestimado, pero luego justificó el hecho de que hubiera realizado ese comentario antes, el honor durante la lucha le parecía fundamental pero ciertamente cuando viera su vida en peligro se valdría de cualquier artimaña para seguir respirando, eso ella lo sabía perfectamente. Había pasado por alto el hecho de que él estuviera tan pendiente de su muñeca, posiblemente la hora. Pero entonces escuchó que volvía a nombrar al General Dragón Marino, se preguntó si sería Nash o algún antiguo portador, quería ella averiguarlo pero ya había indicado aquél que no recordaba el nombre del muchacho.
>>¿Jade?<< dijo ella, no había conocido a ninguna Jade hasta el momento, quizá sería alguno de los Generales que aún no visitaba, tomaría el encargo para sacarle información a la muchacha, se alzó de hombros y lo vio desaparecer. tomó conciencia del tiempo que había invertido en aquella plática y entonces apuntó en su libre aquellos datos relevantes, la guardó y decidió que tenía que regresar a Atlantis. Asegurándose de que no le quedaba nada más qué recoger, se sumergió y emprendió su regreso, ya en su hogar pensaría un poco más sobre los hechos ocurridos aquella tarde en la playa, otro día regresaría.
__________________________
Gracias por el tema.
Tema Finalizado
Kai- 438
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