Inesperado Reencuentro [Privado //+18]

Afrodita parcialmente había tomado control del cuerpo pero seguía la mortal sintiendo y siendo consciente de lo que pasaba, mientras que la mujer disfrutaba de la sensación que Sinuhe le proporcionaba, más por el tamaño que tenía, ahora no era necesario que apretara su vagina para darle más placer, aunque de todas formas empezaba a apretar con su vagina tomando apoyo del cuerpo de Sinuhe, al escuchar sus palabras sonrió y contestó.


-Este cuerpo te pertenece, puedes hacer  lo que te plazca con el....- mientras tanto empezaba a gemir por la sensación aunque permanecía el dolor en su vagina. Sus manos empezaron a acariciar el cuerpo del joven  lentamente mientras sentía como aquel se le acercaba y le besaba.


Shlainn estaba un poco confundida, y Afrodita gozaba con lo que estaba pasando, fue que accedió a cambiar de posición  y dejó que aquel le tomara como quisiera.


Ya en cuatro, la chica esperaba por su amante,  empezando a gemir al sentir como este le penetraba, pero todavía había algo de dolor, no tanto como en la primera penetración pero a Afrodita le estaba molestando demasiado el que Shlainn estuviera intranquila, pues dentro de ella sentía dolor, vergüenza y nerviosismo.


Cansada Afrodita tomó el control del cuerpo, minimizando a la mortal fue que aquel aumentó las embestidas  y sintiendo el apretón en su nalga, y como le jalaba el cabello la dama empezó a gemir más fuerte.


-Soy tuya Sinuhe... mi cuerpo te pertenece... márcalo como quieras... pon tu sello de que tu me tomaste... – gemía sin parar mientras sostenía apoyo con sus manos en la manta, trataba de agachar un poco la cabeza lo que hacía jalar su cabello pero no le molestaba, pues empezaba a mover sus caderas para que las penetraciones fuesen más rápidas.


-No te detengas... no disminuyas Sinuhe... adoro cuando eres salvaje... te vuelves un tigre...!! – continuaba gimiendo cerrando los ojos mientras procuraba apretar con su vagina.


“Esto es tan delicioso...  no importa que rompa la vagina de esta chica...“

Habia sido demasiado intenso como la estaba tomando a la joven, pero entendí que Afrodita había tomado el control cuando desato su cintura para hacer mas placentero el movimiento y con aquellas palabras solo dejo que mi bestia tomara el control de mi mente y comenzara a penetrarla sin tener cuidado alguno, era una necesidad de autosatisfaccion para acabar lo antes posibles usando la vagina de aquella chica.

Te voy a dejar marcada... Dije mientras la mano que sujetaba su cola se libero para darle una nalgada en la misma área, ¿Esto es lo que te gusta no es asi? Dije mientras la penetraba intensamente y dejaba mi mano marcada en aquella nalga. Poco a poco fui olvidándome de Slhainn y comprendía que la que realmente me hacia sentir bien era Afrodita.

Solté su cabello para tomar su cintura con firmeza frenando por completo mis movimientos, Te dare todo lo que tengo. Y así con mi fuerza fui llevando su cintura hacia mi miembro mientras este entraba directamente en ella haciendo que desapareciera por completo dentro de ella. Aumente el ritmo de mis embestidas que lograban ser violentas y rápidas, sin control dejaba que toda la fuerza fuese utilizada para penetrar aquella chica.

Cada embestida era un gemido de ambos que gozábamos como locos ante mi nuevo cuerpo. En un frenesi constante de embestida comencé a sentir que pronto acabaría dentro de ella, la tome del brazo para traer su espalda hacia mi y la sujete de los pechos fuertemente mientras descontroladamente buscaba seguir penetrandola para acabar dentro de ella. Por ultimo deje que toda aquella descarga fluyera por la punta de mi pene y quedara en su interior.

Mi respiración se encontraba agitada igual que la de ella, pero todavía sin sacar mi miembro dentro de ella empece a besar su cuello y a apretar sus pechos, No la saques, quiero llenarte con mas de mi leche. decia aquellas cosas obscenas mientras me dedicaba a seguir tocando su cuerpo. Comenzaba a sentir que neceistaba mas de ella para saciar mi apetito sexual, pero definitivamente me prohibía hacerlo por su ano pues tenia miedo de lastimarla seriamente.

¿Como quieres que te llene de vuelta? Decia mientras cambiaba de lado del cuello pero esta vez besando, lamiendo intensamente a su vez que dejaba aquellas marcas rojas que ella habia dejado en mi tambien. Mi mano fue hasta si vagina y ademas de que mi miembro ya la llenaba por completo, le meti dos dedos mas que se fueron moviendo para su interior, Vamos, dime que es lo que quieres de mi y te lo daré...

Afrodita disfrutaba del movimiento de caderas que Sinuhe le estaba haciendo, pronto el dolor se volvió placer extremo y ella también empezó a moverse, le sonrió cuando sintió la nalgada más fuerte y de forma juguetona le dijo.

-¿Me vas a castigar Sinuhe?... he sido una chica muy mala – había lujuria en sus palabras mientras le veía con un rostro de placer y ternura al mismo tiempo, una combinación muy rara pero que aquella disfrutaba.


Se dejó tomar del brazo y levantó su torso para que quedara pegado al de Sinuhe, podía sentir como el semen iba incrementándose mientras se iba inflamando un poco su vientre por tanto líquido blanco proveniente del pene del chico, la mujer le miró de reojo mientras se relamía los labios con deseo.

A pesar de estar algo cansada,  y de que su respiración estuviese agitada, la mujer no estaba del todo satisfecha, así que cuando sintió como aquel le besaba y le penetraba con sus dedos a pesar de no haber retirado su grueso pene, la mujer empezó a gemir fuertemente, mientras que sus manos iban  hacia atrás, tomando parte de la cabeza y las caderas de Sinuhe para tomar un apoyo.


-Déjate guiar por lo que haré... – contestó la mujer a la petición del hombre, sonriendo, separó un poco las piernas con dificultad y se fue girando junto al cuerpo del hombre para acomodarse, luego usando su peso hizo que aquel se recostara en la manta sin que ella dejara libre el pene.


Ya estaba sentada sobre el dándole la espalda, retiró la mano de Sinuhe y con cuidado fue girando para quedar frente a frente.

-Así está mejor... – dijo mostrando un rostro de placer.


Tomando apoyo en el pecho del hombre, la mujer fue levantando sus caderas para ir liberando el pene pero solo hasta llegar a la punta, que permanecía dentro de ella, y de golpe se sentó provocando que el pene entrara con fuerza y chocando con su matriz.


-Me encantas Sinuhe... me encantas en todos los sentidos... – la mujer se inclinó para que el rostro quedara cerca de la oreja del hombre.

-Ahora me toca consentirte...- la mujer le susurró mientras le mordía la oreja, y ahora iniciaba sus movimientos con fuerza y rapidez, Afrodita tomó las manos de Sinuhe y las posicionó en sus senos para que aquel se divirtiera con ellas, mientras más aumentaba las embestidas más gemía de placer.

Sin darnos cuenta de nuestro alrededor, el sol se fue ocultando en el horizonte y dejando que la luna nos iluminara levemente mientras seguíamos aquel acto de lujuria tan intenso, la unica mujer que hasta el momento habia logrado enloquecer mis sentidos y ponerme como una bestia ante su cuerpo. Es una lastima que no tenga mas corazon para amar, sino te hubiese hecho mia para siempre.

Las estrellas cubrieron el cielo y solo el sonido de la marea que se elevaba un poco mas hacia nosotros era lo único que se podía escuchar. Sus palabras me quitaron una sonrisa y cuando fue el momento me deje hacer por ella y me recoste en la manta, sus manos en mi pecho podian sentir mi respiracion, pero mi pene en su interior no abandonaba fuerzas, seguia tan intenso y grueso como venia siendo.

Yo sabia que ahora era Afrodita la que dominaba, era la que me importaba escuchar gemir porque lograba hacer que enloqueciera de placer. Vi como sus caderas se elevaban y la fuerte penetración vino con algo de dolor que llegue a asimilar a tiempo, tome sus pechos como me los indicaba ella y la deje hacerme lo que gustara.

Aquellas penetraciones fueron intensas y llegaban a lo mas profundo. Una de mis manos dejo de tocar su pecho para volver a nalgearla, Mas fuerte, quiero que me destroces, vamos dame mas. Sin tener la intensión mi cintura se movió debajo de ella para buscar mas placer en aquellas penetraciones. Nuestros cuerpos ya estaban transpirando por todo el esfuerzo, aunque yo en esta posicion tenia mas para relajarme y recuperar el aire.

Mis dos manos fueron hasta su cola y separo levemente sus nalgas para dejar que mi pene entraron con mayor libertad. La mire a los ojos y la bese con intensa pasión, como si realmente la estuviese amando por lo que sentía en ese momento, Te llenare con mi leche, dejare todo tu interior caliente con mi ser. Deseaba en ese momento que pudiese acabar, pero necesitaria que ella fuese mas intensa para llegar al climax, ¡¡Mas, quiero mas!! Volvi a nalguear tratando de incentivarla para que vaya mas fuerte, no me importaba si me lastimaba.

Afrodita continuaba con aquel movimiento de caderas, disfrutaba con aquel movimiento y más disfrutaba de como el pene iba entrando y saliendo golpeando violentamente su matriz, esto hacía que Afrodita tuviera pensamientos demasiado pervertidos al grado de querer que el pene del chico entrara totalmente en su útero (una locura pero cuando se excita Afrodita se le ocurren cosas muy raras).


Cuando escuchó la petición de Sinuhe, y al sentir como aquel le abría el trasero... la mujer le sonrió, y de nuevo se relamió los labios.


“Que delicia”


-¿Eso quieres Sinuhe?!!!.... dime que tanto lo deseas... que tanto quieres que te destroce el pene...
La mujer seguía gimiendo, apretó un poco la piel del hombre de donde se sostenía, y tomando una bocanada de aire empezó a moverse aun con más fuerza cayendo bruscamente encima del pene de aquel para que llegara lo más profundo posible dentro de ella.


Esto provocaba aparte del gemido que la mujer estirara su cuello al horizonte y cerrara los ojos disfrutando, por escasos momentos los abrió notando que ya había oscurecido, sonrió al notar aquello porque las horas se pasaban volando con aquel amante, realmente disfrutaba tener sexo con el.
Pronto la mujer tomó otro punto de apoyo,  ahora su torso se había inclinado hacia atrás y el punto de apoyo eran las piernas de Sinuhe, así con esa posición continuó moviéndose lo más fuerte y rápidamente posible, sus fluidos emanaban con intensidad casi empezando a escurrir llegando a manchar  la piel del hombre.


-Te destrozaré el pene... y tú me destrozarás el útero!! – gritó con lujuria al tiempo en que más se movía intensificándolo todo, su respiración se empezó a sentir entrecortada y dificultosa por lo que tuvo que empezar a respirar por la boca para poder mantener la respiración pues por momentos le hacía falta, pero eso no le detenía.

Podía decirse que nos cubría una fresca brisa, pero lo cierto era que el sexo con ella era tan intenso que nuestros cuerpos elevaban la temperatura por lo caliente de los movimientos y las palabras que nos dedicábamos en pleno acto. Quiero que me lo destroces por completo. Intente decir a duras penas mientras las embestidas de Afrodita eran placenteras y dolorosas. La piel de mi pene bajaba y subia acorde a los movimientos de la diosa, pero llegaba a correrla tan atras que provocaba un dolor en la punta de mi miembro.

El calor de su interior y su humedad hacian que valiese la pena el dolor. Con su nueva postura podia verla completamente y al mismo tiempo como entraba y salia de mi miembro, era sorprendente la fuerza con la que se aplicaba. Sigue asi, hazme pedazos. Clave los dedos en la manta y apreté los dientes mientras no podía hacer nada para evitar aquella mezcla de sensaciones que querian arrebatarme un gemido o un grito de dolor.

Agilmente me lance sobre Afrodita quedando solamente de la cintura para abajo sobre la manta y dejando que su espalda sintiera la arena debajo suyo, Ahora es mi turno. De la misma manera imite su movimiento, lleve toda la distancia de mi pene hasta que solo la punta quedara adentro y luego con la fuerza de mi espalda y el envion de mis caderas penetre a la diosa.

Mis manos se colocaron a cada lado de su cabeza, pero una tuvo que sujetarla por debajo de la espalda y arrimando mi torso al suyo para que la envestida no la corriera del lugar. Ahora teniendo su cuerpo con firmeza mis embestidas eran fuertes y profundos, nuestros cuerpos resbalaban entre si por el sudor y la intensidad del calor era una sola. me pones loco Afrodita. Dije mientras pequeñas gotas de sudor caían en la arena volviéndola de un color mas oscura. Mi boca fue hasta su pecho y comence a succionarlo tratando de dejar esa mancha roja que ambos teniamos en el cuello, marcaria todo su cuerpo con mi boca si fuera necesario.

Mi pene temblo dentro de ella y dejo que de nuevo una descarga de semen la llenara. Los dedos de la mano que la sujetaban se clavaron en la piel y yo perfile mi rostro al cielo porque mi espalda se habia arqueado ante la intensidad de la descarga. Me encontraba sobre ella con una respiración muy agitada, jadeando con la boca abierta tratando de tragar aire. No doy mas... Me dolia un poco la punta del pene, pero habia sido demasiado intenso las ultimas penetraciones.

Todavía no me había desprendido del cuerpo de Afrodita cuando me encontraba descansando encima suyo, mi pene todavia se encontraba suyo y sentía como se derretía por los calientes fluidos que desprendía su vagina. Me quede un rato todavia sintiendo su piel mientras dejaba que la brisa secara un poco mi sudor y me daba tiempo a normalizar mi respiración. Es hora de ponernos a trabajar muchacho. Ya te divertiste demasiado. Esa voz de repente apareció en mi cabeza y libere mi pene dejando que saliera todo. Ya vuelvo, déjame que me vista... Todavía podía sentir el aroma a sexo, sudor y otros mas, pero eso no me molesto al ponerme el pantalón, pero deje de lado aquellos accesorios.

Ambas mujeres estaban ocupadas cada una en sus pensamientos, era raro pero mientras el cuerpo de la chica se veía con la mirada ausente, fue que sintió como aquel se retiraba, no había prestado atención a sus palabras pero se incorporó al ver que aquel se vestía.


Cuando vio que aquel tomaba su ropa, al principio Shlainn lo tomó de una manera preocupada, pues sentía un mal presentimiento en cambio Afrodita estaba empezando a ponerse alerta, algo no cuadraba bien.


La chica tomó la ropa que Sinuhe le había traído y luego sintió el cosmos del muchacho, ya no era el que sintió en la isla de Andrómeda ¿Qué ocurría?. Las dudas fueron aclaradas por el mismo joven al decir que Caos era quien deseaba hablar con la Diosa. Esto sorprendió a ambas mujeres, Afrodita se puso más a la defensiva, ahora su carácter estaba endureciéndose mientras que Shlainn tenía un temor muy grande dentro de sí.


“Sabía que algo no estaba bien con este joven pero nunca me imaginé que Caos tuviera que ver en todo esto” – pensó Afrodita.


La mujer dejó la ropa en la manta y se levantó dirigiéndose al mar, no le importaba que las aguas estuviesen oscuras, entró no muy profundo y se sumergió en esas heladas aguas para luego volver ya sin ese olor de sexo.

“Prepárate para cualquier cosa Shlainn, esto no va a terminar bien” – Afrodita le hablaba a Shlainn mientras había llegado a donde estaba el joven, tomó su ropa y se fue vistiendo con delicadeza pero con cierta seriedad en su rostro, cuando estaba vestida y calzada, se acomodó sus cabellos y tomando una postura sensual como las acostumbradas, con una mano recargada en su cintura la mujer habló, pero ahora Afrodita había tomado el control.


Elevó un poco su cosmos para hacerse notar y luego con amabilidad pero también autoridad le dijo.


-Aquí me tienes Caos, ¿Qué es lo que deseas?