I used to roll the dice [Jade]

-No me pertenece, pero me acompaña a donde vaya y usualmente lo dejo andar libre en Rodorio…

Peculiar…

Una personita se agregó a la pequeña reunión que teníamos Natasha, mi gato y yo, y nótese que me refiero al gato de manera posesiva, aunque todavía no puedo decidir si aquello es cierto, me pertenecerá? Hasta ahora ha sido así. No importa, aquí lo principal es que tenía una acompañante más en esta noche, una que no parecía ser peligrosa a simple vista, me llamaban la atención su cabello blanco el cual asimilaba al mío en color, sus ojos que asimilaban un tono peculiarmente rojizo, me daba la sensación de que ella podría ser una copia de mi pero en versión femenina y sin que la gente la considere loca o se ponga a comer a otras personas.

-O quizá si me pertenece y simplemente no me di cuenta.- agregue, respondiendo amablemente a su pregunta. Era extraño… lo primero que haría en una situación como esta seria levantarme de mi asiento y empezar a indagar sobre ella, tomar sus medidas y determinar si se convertiría en mi próximo bocadillo, pero con ella no me daba esa sensación. La miraba y todo lo que veía era inocencia en su más pura expresión, o al menos esa era mi impresión, no se veía como alguien que lastimaría una mosca por el acto de hacerlo, pero tampoco se veía como una persona débil de la que te podías aprovechar, ella tenía algo de especial, ese algo que la hacía peculiar desde el primer momento que puse mis pupilas sobre su piel.

-Quieres jugar con él?- Zampa me entendía, o al menos quería creer eso, en cuanto dije aquellas palabras se libró de mí y brinco al suelo a darle vuelta a la chica de pelo blanco, frotándose contra sus tobillos. –Parece que le gustas.- estaba siendo lo más amable posible, más amable que con ninguna otra persona que haya conocido recientemente, sin embargo no había una sonrisa en mi rostro, no había una expresión que dejara ver cómo me sentía, mi cara era un canas en blanco esperando al primer trazo de pintura que diera a relucir el caos emocional que rondaba en mi cabeza eternamente, pero no… no en este momento.

-Parece que le gustas.- Natasha me agarro del brazo con fuerza, a lo que solo la mire de reojo un tanto fastidiado por las cosas aleatorias que a veces se me podían escapar de mis pensamientos. –Tu…- devolví mi mirada a la chica de la que aún no sabía su nombre, que se supone que hacia aquí a esta hora?. -…estas perdida, verdad?- fue lo primero que se me ocurrió, a esta hora no pasa nadie por este lado, no hay nada interesante que ver y la mayoría temen a los lugares tétricos como este.

-No debes confiar en cualquier persona que te encuentras en la calle, sabes…- bueno, teóricamente no estábamos en la calle si no en uno de los parques de mala muerte que tenía Rodorio, pero creo que entendió el mensaje. La veía y solo notaba a una chica indefensa, nerviosa? No se notaba miedo por lo muy ocupada que andaba con el gato, y yo porque estaba pensando en estas cosas? Porque es un parque, en medio de la noche, no hay nada mejor que hacer.

-Hasta el hombre más tranquilo, podría resultar ser…- hice una pausa dramática, agregando suspenso a la frase. -… una bestia hambrienta.- finalice con una risita en voz baja.

Aun no… aun no decidía que haría con ella. Me levante de mi asiento, dejando a Natasha ocupar por completo la banca ya que aprovecho para acostarse. –Y lo peor es que terminaste en el peor de los lugares, un parque totalmente oscuro y desolado.- Zampa abandono a su nueva amiga conforme yo daba pasos alrededor de su pequeño cuerpo, posándose tiernamente sobre mi cabeza, haciéndose lugar en mi cabello aferrándose como podía para no perder el balance y caerse.

Me relamí los labios, será entonces que me la comeré? No… seguía habiendo algo en ella que me obligaba a mantenerme dócil, pero yo lo estaba ignorando por completo, me estaba dejando llevar por mis instintos, debía luchar contra ellos, no? Si… si debía, porque yo no tenía hambre pero al mismo tiempo me urgía sentir el sabor de su sangre en mi paladar.

-Nessark, no lo hagas.- murmuro la chica de cabello purpura, correspondiendo a el conflicto emocional que tenía en mi interior. –Cállate.- respondí, y enseguida su cuerpo se tornó en cuerpo brillante, la hice desaparecer una vez más porque… a pesar de que ella solo hizo eco a mis pensamientos, no me gustaba que me dijera que hacer, no me gustaba que me dijeran que decisiones tomar, prefería hacer eso solo.

-No vas a sentir nada.- murmure, acercándome a sus espaldas y colando mi mano hasta sus senos, agarrándolos con cierta delicadeza, como una mujer merecía ser tratada. Sin embargo, pude sentirlo. Sus latidos… recordé lo que dijo la pelirroja, sueño y un futuro brillante eh…

Sin embargo mi boca se hacía agua, literalmente, tenía saliva escurriéndose, gotas de baba que de una forma y otra terminaron goteando sobre el vestido de mi acompañante, sobre la que mantenía mi boca a unos centímetros de su cuello, y que de seguro sentía mi respiración de una forma un tanto incomoda, y yo percibía el perfume que provenía de ella, era la misma escena con todas las mujeres que habré comido, o mejor dicho con la mayoría, pero es de las pocas en las que me detengo a medio camino. –Pero, eso no te pasara a ti…- murmure un tanto decepcionado, yo en verdad quería darle una mordida.

La solté, quitando rápidamente mis manos de ella y tomando algo de distancia con brevedad para evitar reacciones violentas, y luego limpiar la saliva que se me escurrió utilizando mi camiseta. –No te matare, le agradas a Zampa.- sonreí inocentemente, nada había pasado… cierto? El gato maullaba con normalidad, la chica respiraba, aun, pero Natasha se había ido… ella volvería pronto.

La chica estaba muy entretenida con el felino hasta que este se alejó de ella y aquel misterioso hombre empezó a hablarle advirtiéndole de su falta de desconfianza hacia los demás, pero aquellas palabras hicieron que Jade sintiera escalofríos recorrer su cuerpo como una mala señal.



Tarde fue que reaccionó, ya que ahora aquel hombre de cabellos blancos se había colocado detrás de ella mientras le tocaba el pecho y le hablaba, la chica sentía la respiración de este y las gotas de saliva cayendo encima de ella, se había llenado de miedo en ese instante al igual que se ponía roja de la cara, nunca antes le habían tocado los senos.


Pero en su mente algo pasó, veía su propio reflejo como una sombra y la sombra de aquel pero a cada segundo que pasaba estaba cambiando, fue que dejó de tener esa visión cuando el hombre se alejó de ella.


Se levantó rápidamente mientras empezaba a temblar, sabía que no podía ponerse de esa manera pero nunca antes le había pasado algo similar.
Mirando fijamente a aquel hombre y notar que su acompañante ya no estaba empezaba a unir las piezas una a una.

-Usted... u-usted es un Dios ...- Todavía no podía determinar cuál de todos era, pues sus habilidades no estaban al 100% además en si la que le había advertido había sido el espíritu de su propia escama.


Pero ya analizando bien las palabras del hombre no comprendía algo, iba a lastimarla posiblemente matarla ¿Por qué se detuvo? ¿Realmente fue por su gato? O ¿tenía otro motivo?


“vamos Jade, no te puedes poner tan nerviosa... rayos se supone que soy una representante que mi deber es hablar con los otros Dioses informándole las decisiones del mío y lo primero que hago cuando me entero de una presencia divina es temblar y tener miedo... soy un fracaso” – empezó a pensar la chica.

Un dios?

No sé si empezar a odiar ese título, o tomarle cariño por el indebido respeto que este me traía. Digo, cuando la gente se daba cuenta de la esencia de mi cosmos, de a quien representaba, de que se supone que era aquel monstruo que hace que se orinen en las noches cuando tienen pesadillas, tienden a tratarme un tanto más diferente de lo habitual. Es como si no pudiesen decidir si verme como otra persona más que conocen, o una deidad de esas que viste bonito y con adornitos de oro… o al menos así me imaginaba a los demás.

-En teoría lo soy, pero no me gusta ser reconocido como uno.- le aclare de manera innecesaria a la peli plata a la que definitivamente no me comería, otra persona más que gozaba de ese privilegio, y de pura casualidad se trataba de otra mujer, hasta yo mismo puedo notar y al mismo tiempo aceptar que tengo debilidad por ellas. –Pero la verdad es que soy tan humano como tú, un ser imperfecto que come, respira, coge cuando quiere, disfruto de los placeres de la vida y del regocijo que es el arrancarle la vida a los que me quiero comer…- Zampa abandono a la chica y se las arregló para que la tuviese en mis brazos, a lo que solo respondí dándole caricias sobre su pequeña cabeza.

-Y tú? Que se supone que eres tú? Si me dices que eres una humana te arrancare la ropa, porque eso no es a lo que me refiero con la pregunta.- yo lo sabía, ella estaba muerta del miedo, se notaba con la manera en que temblaba y no creo que se fuese a detener en algún momento, o hasta que se sintiera segura. –Una chica se pierde en un parque, al verme deduce que soy un dios, pero, ella no está remotamente cerca de hacerme frente por la manera en que reacciona.- y a pesar de lo amenazadora que podrían sonar mis palabras, yo me manejaba con total tranquilidad, caminando lentamente de un lado a otro alrededor de… -Por cierto, mi nombre es Nessark, cual es el tuyo?- no era que fuese necesario, tratarla con sobrenombres despectivos tampoco era correcto, prefería saber con qué nombre la bautizaron para llamarla de esa manera.

-Y como decía, o eres una humana con un buen sentido de intuición e increíble capacidad de observación, o conoces a algún dios tan bien que trabajas para el.- lo que me llevaría a pensar que de una forma u otra me estaba involucrando en el circo de la guerra santa, ese del que me quería mantener alejado lo más posible.

-Y deberías calmarte, podría hacerte muchas cosas, pero terminar con tu vida está fuera de mi alcance…- no sé si eso le traería paz consigo misma, y la confianza para expresarse con propiedad a la hora de responder, pero yo le estaba siendo sincero y esperaba lo mismo de ella. –Solo quiero ser tu amigo.- confesé, las personas que mantenía viva, o mejor dicho parte de ellas, las mantenía como amigos, respetaba sus vidas, o simplemente los despreciaba lo suficiente como para que el hecho de alimentarme de ellos me diese asco.

Jade no se esperaba la respuesta que aquel extraño le había dado, pero eso era lo suficiente como para calmar su estado de nerviosismo aunque no su sentido de fracaso. Así que escuchó atenta al hombre y a decir verdad a la albina le dio risa parte de la contestación de aquel así que no pudo evitar reírse un poco, aunque trataba de ocultarla con su mano sobre su boca. Hasta que puso atención a la pequeña cosita que había dicho de: “regocijo que es el arrancarle la vida a los que me quiero comer…”

Esto hizo que la chica se asombrara, nunca antes había entablado conversación con una persona que disfrutara comer carne humana, pero todos tienen diferentes gustos y son muy respetables, así que respiró profundo y trató de calmarse de nueva cuenta, hasta que con una sonrisa de amabilidad dijo.

-Es un gusto conocerle... Nessark... Soy Jade Phanthomhive – dijo presentándose al hacer una leve reverencia como era su costumbre, pero luego agachó un poco la mirada y empezó a explicar. – no tiene mucho tiempo que descubrí quien era, soy representante del Dios Poseidón, escama marina de Sirena, pero todavía no siento que me he acoplado a la idea... soy un fracaso como representante pues ni siquiera he visto al Dios al que sirvo, por lo menos ya domino el cosmos si no estaría más perdida de lo que ya estoy- dijo decepcionada.

-No soy de este lugar  pero quise recorrerlo para conocerlo, pero no reconocí  después el  camino que un amigo me había enseñado y eme aquí... perdida- dijo mientras se tomaba un mechón de cabello y empezaba a jugar un poco con el – suelo ser nerviosa... es un defecto que he tratado de quitarme pero no he tenido mucho éxito en ello.

Pero luego entró la curiosidad invadiendo a Jade  y no pudo evitar preguntar-Disculpa pero tengo curiosidad, ¿siempre te has alimentado de personas?

-Phatomhive.- repetí su apellido como si fuese un perico, era curioso, único, llamativo, era la primera vez que escuchaba uno así y como iban las cosas supondría que no sería la última vez.

Su pregunta me dio un poquito de gracia, a quien carajo le cabía en la cabeza que uno se pondría a comer carne humana desde que nace? El canibalismo no es algo con lo que se nace, a menos claro que tus padres o el que te cuide, mis criados en mi caso, vayan inculcándotelo como una de las cosas más normales de la sociedad, como si hubiese tanta libertad con ese tema.

-Claro que si.- respondí tratando de convencerla de que era cierto, sonriéndole al mismo tiempo en el que le respondí. –Desde bebe vengo haciendo esto, cambie el chupón por pezones femeninos, mi biberón por licuados de sangre y tripas, mis caramelos fueron los ojos de algún desafortunado, muy bonito verdad?- levante una ceja al final de todo ese palabrería.

-Ahora, espero que no te hayas creído eso la verdad, porque no hay nadie que nazca siendo caníbal.- la saque la lengua, había olvidado que mi objetivo no era mantenerla como chihuahua, nerviosa y asustada, quería que se relajara y me tomara confianza para permitirme confiar en ella, si seguía así una amistad no podía florecer, o si?

-Así que está metida en el circo de la guerra santa uh…- con eso de que trabajaba para Poseidón, tenía otro motivo para no meterle dientes. No me asustaba su estatus como amiguita del dios de los mares, la mataba y la devoraba aquí y nada pasaba, pero me ahorraría el estar con el tipo respirándome la nuca con una posible persecución, con todo y eso de que me le quería mantener lejos a ese asunto. –Y con uno de los bufones mayores de paso…- teniendo en cuenta de que había cuatro caras importantes en todo esto.

-No tiene nada de malo que muestres nervios o miedo, al contrario, es bueno.- lo era? Yo no siento esas cosas con frecuencia, solo en casos especial, no sabría cómo aconsejarle con algo como eso.

-Así que perdida…- la chica no parecía decir mentiras con algo como eso, así que le daría una ayudita para que saliera de aquí a salvo. –Zampa, ve a comer.- la gatita me entendía, y no me extrañaría que supiese todos los rincones de este pueblo de arriba para abajo. –Sigue a la gata, pero no te la lleves o te buscare y te matare.- y hablaba muy enserio, era de lo más preciado que tenía y no me gustaba la idea de confiársela a una extraña así por así, pero tenía la sensación de que ella no era mala. –Ella come fuera del parque, así que si la sigues encontraras la salida.- termine de aclararle a Jade.

-Yo tengo cosas que hacer.- debía calmar mi hambre, y no había mejor manera que irme de cacería, conseguirme un bocadillo y seguir disfrutando de la vida. –Nos veremos en otra ocasión- sonreí amigablemente a mi nueva amiga, otra persona a la que le había perdonado la vida pero en la que se me estaba haciendo complicado confiar, daba igual. Le di las espaldas y desaparecí de su vista haciendo uso de mi habilidad de tele transportación, la distancia no era tan lejana como ella podría creer, pero era la suficiente para empezar a buscar mi cena.

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Salgo del tema
Gracias.