Un minuto de silencio (Vidd)
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Un minuto de silencio (Vidd)
- Spoiler:
Hasta aquel momento no había tenido tiempo para detenerme a pensar, más mi partida silenciosa no era más que una pequeña lista de tareas por realizar y que debía terminar, estar en la tierra tenia sus objetivos, el principal era sentir la voz de aquel rayo robado, pero no era el único, debía encontrar algunas hierbas que solo crecían en ciertos lugares, los venenos que creaba no todos podía producirlos por mi misma, muchos eran preparaciones a la antigua y el tercer y quizás la tarea mas dolorosa era la que ahora llevaba bajo mi brazo, sostenía con fuerza sus cenizas, las había pedido a Ludvik para poder despedirme adecuadamente, con mi otra mano sujetaba las riendas del corcel negro en el que cabalgaba, podía ir a pie pero prefería ese modo de moverme a tener que usar mis habilidades, era inmortal, era fuerte, pero por momentos me gustaba aparentar que no era nada de eso, tan solo una simple bruja, que guiada por el susurro de los arboles rojos a mi lado me iban indicando por donde ir, el caballo detuvo su paso cuando le indique con una señal al tirar de las sogas.
El bosque no estaba en silencio pero al pisar el suelo callo, observando quien era aquella mujer que venia a visitarlo luego de tantos años, cada rama, cada corteza, conocía mi cuerpo, mi alma y la fuerza de estas porque era allí donde había pasado gran parte de mi vida entrenando con él, maestro, amigo... dios y ahora cenizas y recuerdos que no se marcharían tan pronto, dejando una herida que ninguna pócima podía curar. Iba vestida de negro, una camisa, unos pantalones ajustados, unas botas largas y sobre todo aquello una capa color carmín, del mismo tono que los arboles que me rodeaban, aparte la capucha de mi cabeza.
- cuanto tiempo... - susurre al viejo roble frente a mi, mis dedos le acariciaron y sus ramas se agitaron, el viento paso travieso a través de la tela de la capa jugando con esta. Me arrodille frente al árbol y por fin deje el pequeño cofre en el suelo, estaba envuelto en sedas negras, sonreí con amargura, estaba segura de que a él le agradaría volver a estar en aquel bosque en vez de en algún lugar en el Olimpo, suspire, sentí que mi pecho pesaba, el dolor de las heridas en combate no eran nada comparadas con la perdida de un amor que partía sin que pudieses despedirte adecuadamente, pero estaba tranquila, sabia que no había perdido ni un solo momento con él y que cada memoria era agradable, atesorada toda dentro de aquel pequeño cofre.
Mire hacia arriba, las raíces del árbol se movieron bajo mio, como si me estuviese animando o empujando a que hiciera lo que debía hacer, no quería realmente, era como dejar partir algo que no deseaba soltar pero era lo que debía de ser, desenvolví el cofre y tomándolo con delicadeza lo abrí, murmure una dulce despedida y entonces el viento como si supiese lo que debía de hacer arranco del cobre todas las cenizas, invitándolas a volar a su lado, por siempre en aquel bosque, gire sobre mis pasos siguiendo el recorrido de estas hasta que desaparecieran, ahora solo eran lagrimas las que quedaban, pero me sentí bien, como si mis hombros dejaran de pesar y por un momento creí escuchar su voz pronunciar mi nombre.
- lo se... es hora de dejarte partir, peleare hasta el final siempre, es una promesa, cuando el día llegue volveremos a vernos amigo... - entonces el bosque que estaba en silencio volvió a agitarse y los sonidos regresaron enseguida envolviéndome, como si el tiempo que se había detenido volviera a avanzar con normalidad, solté un suspiro, secando las lagrimas con la manga ancha de mi camisa.
Leliana- 244
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Su figura era fácil de reconocer para mi, tantos encuentros la habían grabado en mi retina... o en mi cabeza.
La mire de lejos, parecía rendir honor a alguien caído, el viento soplo de repente y su capa se movió al ritmo de las hojas. Espere de pie a varios metros, ella abrió un pequeño cofre que traía consigo y el viento se encargo de esparcir su contenido por el bosque.
Mi mente titubeo un momento entre el pasado y el presente, y solo después de terminada la despedida me anime a acercarme a ella, - acaso me estas siguiendo? – dije tranquilo, mis manos estaban en mis bolsillos, pero las moví rápidamente frente a mi – tranquila, no busco pelea -
Me detuve junto a un árbol y recosté mi espalda sobre este. – un amigo? – señale con confianza que nunca me dio el pequeño cofre, - me imagino que no debe ser fácil – voltee mi rostro y me detuve a ver como las hojas carmesí se blandían haciendo aquel sonido tan tranquilizador empujadas por el viento.
El otoño estaba cerca, al igual que en mi recuerdo, - conoces estos bosques? – hacia tiempo que los recuerdos de mi pasado volvían a mi, recuerdos cortos, segundos, como si fueran sueños mientras aun estaba despierto, y uno de los últimos había sido en aquel bosque, una tumba con una lapida de piedra rustica y oscura, un nombre borroso, pero aquel recuerdo había causado un gran dolor en mi pecho un dolor tan grande había causado curiosidad de saber mas, de recordar aquello por completo.
Hacia mas de 5 horas que estaba dando vuelta cuando escuche los cascos de un caballo, y decidí pedir ayuda, realmente no esperaba encontrarla a ella, pero su presencia me agradaba aunque dudaba decirle aquello alguna vez. – busco un lugar, crees que podrías ayudarme? Puedo pagarte, no mucho pero puedo pagarte -
Me separe del árbol y me acerque, y al estar cerca de ella extendí mi mano para cerrar el trato con un apretón.
La mire de lejos, parecía rendir honor a alguien caído, el viento soplo de repente y su capa se movió al ritmo de las hojas. Espere de pie a varios metros, ella abrió un pequeño cofre que traía consigo y el viento se encargo de esparcir su contenido por el bosque.
Mi mente titubeo un momento entre el pasado y el presente, y solo después de terminada la despedida me anime a acercarme a ella, - acaso me estas siguiendo? – dije tranquilo, mis manos estaban en mis bolsillos, pero las moví rápidamente frente a mi – tranquila, no busco pelea -
Me detuve junto a un árbol y recosté mi espalda sobre este. – un amigo? – señale con confianza que nunca me dio el pequeño cofre, - me imagino que no debe ser fácil – voltee mi rostro y me detuve a ver como las hojas carmesí se blandían haciendo aquel sonido tan tranquilizador empujadas por el viento.
El otoño estaba cerca, al igual que en mi recuerdo, - conoces estos bosques? – hacia tiempo que los recuerdos de mi pasado volvían a mi, recuerdos cortos, segundos, como si fueran sueños mientras aun estaba despierto, y uno de los últimos había sido en aquel bosque, una tumba con una lapida de piedra rustica y oscura, un nombre borroso, pero aquel recuerdo había causado un gran dolor en mi pecho un dolor tan grande había causado curiosidad de saber mas, de recordar aquello por completo.
Hacia mas de 5 horas que estaba dando vuelta cuando escuche los cascos de un caballo, y decidí pedir ayuda, realmente no esperaba encontrarla a ella, pero su presencia me agradaba aunque dudaba decirle aquello alguna vez. – busco un lugar, crees que podrías ayudarme? Puedo pagarte, no mucho pero puedo pagarte -
Me separe del árbol y me acerque, y al estar cerca de ella extendí mi mano para cerrar el trato con un apretón.
Vidd- SSES - Moderador
- 278
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Guarde silencio, aguantando para que el nudo que tenía en la garganta no se convirtiera una vez más en llantos, el caballo que había dejado atrás relincho, pero no le preste atención hasta que lo hizo repetidas veces, entonces me alerte sobresaltándome cuando escuche esa vos, mi instinto fue automático mi cosmos se encendió y las plantas a mi alrededor se convirtieron en armas mortales las raíces salieron de la tierra convirtiéndose en estacas pero se detuvieron a escasos centímetros del cuerpo de Vidd cuando dijo que no venía a pelear, porque iba a creerle? No confiaba en él, ni en nadie del inframundo.
Mi cosmos descendió hasta apagarse pero las plantes no bajaron su guardia porque su guardiana no lo había hecho, en todo momento mi mirada seguía a aquel hombre y como si fuese algo completamente fuera de lugar un cosquilleo apareció en mis labios distrayéndome por unos segundos. EL caballo se había alterado y corrido lejos, no me había dado cuenta hasta que lo busque para irme, por todos los demonios, era enserio?!
- No tengo porque contestarte escoria… - respondí de muy mal humor, cubrí mejor mi cuerpo con la capa carmesí que llevaba puesta, refrescaba porque anochecía, no tenía planeado esto, ni quedarme hasta que oscureciera, maldito caballo, intente llamarlo pero este no apareció por ningún lado, patee el piso enojada.
Lo mire casi asesinándolo con la mirada, estaba de broma si creía que iba a ayudarle, aunque me pagara prefería mil veces matarlo que ayudarlo, todavía no había desaparecido de mi piel las heridas hechas no hace mucho, maldito muerto – tss… primero loca que ayudarte a ti… - comencé a caminar lejos de él, no sabía hacia donde solo me quería alejar de su presencia, no me gustaba me producía cosas extrañas y no quería sentir nada raro – si te mueves un ápice haré que te maten… - le advertí dándole la espalda mientras me alejaba.
Mi cosmos descendió hasta apagarse pero las plantes no bajaron su guardia porque su guardiana no lo había hecho, en todo momento mi mirada seguía a aquel hombre y como si fuese algo completamente fuera de lugar un cosquilleo apareció en mis labios distrayéndome por unos segundos. EL caballo se había alterado y corrido lejos, no me había dado cuenta hasta que lo busque para irme, por todos los demonios, era enserio?!
- No tengo porque contestarte escoria… - respondí de muy mal humor, cubrí mejor mi cuerpo con la capa carmesí que llevaba puesta, refrescaba porque anochecía, no tenía planeado esto, ni quedarme hasta que oscureciera, maldito caballo, intente llamarlo pero este no apareció por ningún lado, patee el piso enojada.
Lo mire casi asesinándolo con la mirada, estaba de broma si creía que iba a ayudarle, aunque me pagara prefería mil veces matarlo que ayudarlo, todavía no había desaparecido de mi piel las heridas hechas no hace mucho, maldito muerto – tss… primero loca que ayudarte a ti… - comencé a caminar lejos de él, no sabía hacia donde solo me quería alejar de su presencia, no me gustaba me producía cosas extrañas y no quería sentir nada raro – si te mueves un ápice haré que te maten… - le advertí dándole la espalda mientras me alejaba.
Leliana- 244
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Ella encolerizo al reconocerme, era de esperarse, estaba claro que difícilmente me perdonara por aquel crimen que jamás había cometido, las pantas se vinieron contra mi, pero me negué a dar un paso atrás, y por suerte se detuvieron, hubiera preferido que la distancia de las estacas fuera un poco mayor, pero no parecía un buen momento para reclamar.
Mi presencia no solo la altero a ella, si no también al caballo, la mayoría de los animales odiaban mi presencia, me temían, sobre todo los gatos, y como buen animal, siguió sus instintos y hecho a correr, - no fue mi intención… - quise decir mientras señalaba al caballo ya lejos.. pero ella negó antes mi propuesta, antes de poder si quiera negociar algo. Ella no me quería cerca y yo me vería como un tonto insistiendo.
Que torpe había sido, porque alguien quien juro eliminarme me ayudaría, baje mi vista mientras aun oía su regaño. Y solo la levante cuando ella comenzó a caminar, era verdad que no sabia si lo que buscaba estaba en aquel inmenso bosque, pero claro estaba que sabia salir de el, pero ella? Ella parecía que iba en la dirección contraria a cualquier salida.
Y así como la mayoría de los animales odia mi presencia, había otros que me veían como uno mas de ellos, las aves, harían cualquier cosa que quisiera, aunque sus vidas se fueran en ello. Y con un suave silbido un pequeño amigo vino a mi hombro. Un petirrojo, su plumaje era negro y su pecho se volvía carmesí, - porque no guías a nuestra amiga – dije en vos alta, no me movería si así lo deseaba, pero tampoco me daría por vencido.
No tenia un motivo para pelear o hacerle daño, y quería demostrárselo, el pequeño ave voló en círculos sobre ella, cantando de forma dulce y agradable para llamar su atención – por favor? – dije en vos alta. Realmente necesitaba ayuda, ambos parecíamos necesitarla.
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Mi presencia no solo la altero a ella, si no también al caballo, la mayoría de los animales odiaban mi presencia, me temían, sobre todo los gatos, y como buen animal, siguió sus instintos y hecho a correr, - no fue mi intención… - quise decir mientras señalaba al caballo ya lejos.. pero ella negó antes mi propuesta, antes de poder si quiera negociar algo. Ella no me quería cerca y yo me vería como un tonto insistiendo.
Que torpe había sido, porque alguien quien juro eliminarme me ayudaría, baje mi vista mientras aun oía su regaño. Y solo la levante cuando ella comenzó a caminar, era verdad que no sabia si lo que buscaba estaba en aquel inmenso bosque, pero claro estaba que sabia salir de el, pero ella? Ella parecía que iba en la dirección contraria a cualquier salida.
Y así como la mayoría de los animales odia mi presencia, había otros que me veían como uno mas de ellos, las aves, harían cualquier cosa que quisiera, aunque sus vidas se fueran en ello. Y con un suave silbido un pequeño amigo vino a mi hombro. Un petirrojo, su plumaje era negro y su pecho se volvía carmesí, - porque no guías a nuestra amiga – dije en vos alta, no me movería si así lo deseaba, pero tampoco me daría por vencido.
No tenia un motivo para pelear o hacerle daño, y quería demostrárselo, el pequeño ave voló en círculos sobre ella, cantando de forma dulce y agradable para llamar su atención – por favor? – dije en vos alta. Realmente necesitaba ayuda, ambos parecíamos necesitarla.
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- Petirrojo:
Vidd- SSES - Moderador
- 278
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
El pueblo estaba del otro lado pero no quería tomar la misma dirección en la que él se encontraba por lo que había dado inicio a mi camino hacia el lado contrario, los tacos de mis botas iban quebrando rápitas secas sobre la tierra, pero se detuvieron cuando mi paso se vio interrumpido por un pequeño avecita, un petirrojo, suspire al sentir la voz molesta de él a mis espaldas, entonces sin que me viera sonreí de lado, acaso me estaba pidiendo por favor?, era una súplica aquello que escuchaba. Guarde silencio unos segundos antes de girar sobre mis pasos clavándole, a los lejos aun, la mirada a Vidd que seguía sin moverse.
- Tan insistente, a quien tienes que matar ahora escoria? – le hablaba en el mismo tono alto que él lo había hecho para pedir mi ayuda por segunda vez, realmente una parte de mi no quería ayudarlo pero si se humillaba y me lo pedía de esa manera podía divertirme un rato, quizás en una distracción podría matarlo, porque no, jugué con mis labios antes de volver a hablar – ok… hacia donde quieres ir?
No me moví de mi lugar, no quería tenerle demasiado cerca, yo aun no bajaba la guardia, alce la mano y el petirrojo atraído por el dulce aroma que mi piel desprendía se poso sobre esta, moviéndose de manera alegre, me distraje unos segundos en aquel pequeño animalito y sonreí de manera tranquila, natural, como si por un momento alejara todo lo demás y solo me centrara en los pequeños y hermosos detalles una vida como la de aquel ave, tan frágil como la de todo humano, admiraba su mortalidad, suspire y alzando la mano le indique al pequeño que podía irse volando si deseaba.
Ahora regresaba a donde estaba, coloque la capucha sobre mi cabeza cubriéndome un poco mejor del frio, me daba algo de intriga, tenía que admitirlo, saber a dónde se diría aquel monstruo proveniente de las entrañas del Inframundo, si se pasaba de listo y quería matar a alguien lo detendría pateándolo lo más fuerte que pudiese, me negaba a guiarlo hacia alguien al que pudiese hacerle daño, pero como desconocía lo que buscaba o a donde se dirigía y realmente quería aprovechar que se había humillado así… lo ayudaba – y bien escoria? Dirás a dónde vas o te tengo que dejar aquí?
Con todo aire de superioridad me di la vuelta para alejarme, sino venia corriendo como un perrito hasta mi no tenia porque esperarlo pero una rama, como si jugara conmigo por tratarlo mal se interpuso haciéndome tropezar y caer de boca al piso, las hojas se levantaron meciéndose en el aire y cayendo en cámara lenta sobre mí.
Tierra… trágame.
- Tan insistente, a quien tienes que matar ahora escoria? – le hablaba en el mismo tono alto que él lo había hecho para pedir mi ayuda por segunda vez, realmente una parte de mi no quería ayudarlo pero si se humillaba y me lo pedía de esa manera podía divertirme un rato, quizás en una distracción podría matarlo, porque no, jugué con mis labios antes de volver a hablar – ok… hacia donde quieres ir?
No me moví de mi lugar, no quería tenerle demasiado cerca, yo aun no bajaba la guardia, alce la mano y el petirrojo atraído por el dulce aroma que mi piel desprendía se poso sobre esta, moviéndose de manera alegre, me distraje unos segundos en aquel pequeño animalito y sonreí de manera tranquila, natural, como si por un momento alejara todo lo demás y solo me centrara en los pequeños y hermosos detalles una vida como la de aquel ave, tan frágil como la de todo humano, admiraba su mortalidad, suspire y alzando la mano le indique al pequeño que podía irse volando si deseaba.
Ahora regresaba a donde estaba, coloque la capucha sobre mi cabeza cubriéndome un poco mejor del frio, me daba algo de intriga, tenía que admitirlo, saber a dónde se diría aquel monstruo proveniente de las entrañas del Inframundo, si se pasaba de listo y quería matar a alguien lo detendría pateándolo lo más fuerte que pudiese, me negaba a guiarlo hacia alguien al que pudiese hacerle daño, pero como desconocía lo que buscaba o a donde se dirigía y realmente quería aprovechar que se había humillado así… lo ayudaba – y bien escoria? Dirás a dónde vas o te tengo que dejar aquí?
Con todo aire de superioridad me di la vuelta para alejarme, sino venia corriendo como un perrito hasta mi no tenia porque esperarlo pero una rama, como si jugara conmigo por tratarlo mal se interpuso haciéndome tropezar y caer de boca al piso, las hojas se levantaron meciéndose en el aire y cayendo en cámara lenta sobre mí.
Tierra… trágame.
Leliana- 244
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
El avecita había hecho bien su trabajo, mi voz había llegado a ella gracias al tiempo ganado por el pequeño, no podía evitar tener una sonrisa en mi rostro ahora que sabia que tenia su atención, pero cuando ella giro para mirar hacia donde me encontraba baje nuevamente mi rostro. Me sentía un niño jugando, realmente ella causaba algo diferente en mi.
- Matar? No no – me apresure a responder – estoy aquí por mi cuenta – me incomodaba hablar tan alto para que pudiera oír claro con la distancia, pero no tenia mas opciones de momento. Su segunda pregunto me alivio un poco, no quería hablar mucho de lo que debía de hacer para mi reino en los escasos momentos libres que conseguía – busco un lugar, pero no se si se encuentre en este bosque realmente -. Quise continuar pero ella volvía a gruñirme.
Volvió a darme la espalda, y al intentar dar un paso tras una extraña oferta para que me acerque, ella.. simplemente, se tropezó?? Se había desplomado en el piso, ella realmente era la misma que me había hecho frente con tanto fervor? No pude evitarlo y una pequeña risa se escapo de mi boca, pero me apresure a tapar los labios y correr hacia ella.
Una agradable sonrisa amistosa y mi mano que volvía extenderse hacia ella fueron mi oferta, no quería que le diera vergüenza o mas vergüenza, así que me apresure a hablar – Gracias! Por ayudarme – me sobe la nuca algo apenado – eh estado recorriendo este lugar un largo rato, varias horas de hecho -
Levante la vista el pequeño petirrojo se había quedado en una rama cerca de nosotros, normalmente se iban después de cumplir mis pedidos, tal vez, el se había encariñado.
Mi mirada se volvió al cielo, se hacia de noche, y en aquella época caía mas pronto de lo normal, y aunque no sintiera frio como una persona normal y desagradable escalofríos recorrió su espalda, sus ojos habían cambiado y su rostro desganado – busco una tumba, una vieja tumba, una lapida de roca negra, gris oscura… las flores no nacen a su alrededor – baje la vista, porque aquel sueño o recuerdo me ponían tan mal?
- has visto algo así? Sabes como llegar? -
- Matar? No no – me apresure a responder – estoy aquí por mi cuenta – me incomodaba hablar tan alto para que pudiera oír claro con la distancia, pero no tenia mas opciones de momento. Su segunda pregunto me alivio un poco, no quería hablar mucho de lo que debía de hacer para mi reino en los escasos momentos libres que conseguía – busco un lugar, pero no se si se encuentre en este bosque realmente -. Quise continuar pero ella volvía a gruñirme.
Volvió a darme la espalda, y al intentar dar un paso tras una extraña oferta para que me acerque, ella.. simplemente, se tropezó?? Se había desplomado en el piso, ella realmente era la misma que me había hecho frente con tanto fervor? No pude evitarlo y una pequeña risa se escapo de mi boca, pero me apresure a tapar los labios y correr hacia ella.
Una agradable sonrisa amistosa y mi mano que volvía extenderse hacia ella fueron mi oferta, no quería que le diera vergüenza o mas vergüenza, así que me apresure a hablar – Gracias! Por ayudarme – me sobe la nuca algo apenado – eh estado recorriendo este lugar un largo rato, varias horas de hecho -
Levante la vista el pequeño petirrojo se había quedado en una rama cerca de nosotros, normalmente se iban después de cumplir mis pedidos, tal vez, el se había encariñado.
Mi mirada se volvió al cielo, se hacia de noche, y en aquella época caía mas pronto de lo normal, y aunque no sintiera frio como una persona normal y desagradable escalofríos recorrió su espalda, sus ojos habían cambiado y su rostro desganado – busco una tumba, una vieja tumba, una lapida de roca negra, gris oscura… las flores no nacen a su alrededor – baje la vista, porque aquel sueño o recuerdo me ponían tan mal?
- has visto algo así? Sabes como llegar? -
Vidd- SSES - Moderador
- 278
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
No tome su mano, yo no iba a rebajarme como él, no quería su ayuda, aun así no pude evitar que mi rostro estuviese del mismo color que la capa que abrigaba mi cuerpo poseía, puse mejor la capucha sobre mi rostro y rápidamente me puse de pie, no quería tampoco sus gracias ni nada por el estilo… yo no quería saber nada con aquel hombre! Porque el destino seguía poniéndomelo adelante una y otra vez como si estuviese jugándome en contra o se estuviese burlando de mi un poco. Sin decir palabra alguna y poniendo cara de entre enojada y seria sacudí la capa apartando las hojas y la tierra sobre esta.
- Porque quieres ir a ese lugar… dicen que esta maldito – entonces me di cuenta – porque me extraña tu eres igual de horrible que ese lugar – murmure molesta, si conocía el lugar y no me gustaba porque incluso yo que controlaba a las plantas no había podido hacer nada ni una sola vez durante mis entrenamientos, al final todo lo que creaba allí terminaba muriendo y estas solo sufrían por lo que me había rendido en tratar de que algo creciera allí.
Suspire y emprendí de nuevo camino, mire atenta el piso por las dudas, no iba a caer dos veces en sus tontos juegos, por momentos se comportaban como niñas tontas, las escuchaba reír y tenía ganas de insultarlas pero iba a quedar muy mal empezar a insultar a las plantas en aquel momento por lo que me mordí el labio y me quede callara, para lo que él buscaba encontrar el camino que había tomado antes era el indicado, alejado y contrario a la salida del bosque, estaba en medio de sus entrañas, aquel valle maldito donde todo moría.
No tarde en encontrar el lugar, en todo momento miraba a ver si encontraba a mi caballo pero seguramente este había regresado al pueblo sin mí, maldito, apreté mis puños encerrando tela entre mis dedos, no sé cuanto caminamos pero apreciaba que fuese en silencio, pues no quería saber más de lo necesario, en realidad no quería tener nada que ver con Vidd, me detuve en seco ante nosotros se levantaba aquella tumba a unos cuantos metros pero donde yo me había detenido en el borde de donde todo comenzaba a morirse – hasta aquí llego yo… no pisare esas tierras – al igual que el resto de la vegetación mi alma se agitaba y lloraba por lo que nunca podría crecer en aquel lugar, por lo que había muerto allí y nunca más podría volver a ser, me pregunte que había, nunca había preguntaba quien estaba enterrado allí o la historia, supuse que me daba tanto rechazo el lugar que no me había dado curiosidad hasta ahora… - quién es? Un amigo?... – no sabía porque había dicho, repitiendo la pregunta que él antes me había formulado.
- Porque quieres ir a ese lugar… dicen que esta maldito – entonces me di cuenta – porque me extraña tu eres igual de horrible que ese lugar – murmure molesta, si conocía el lugar y no me gustaba porque incluso yo que controlaba a las plantas no había podido hacer nada ni una sola vez durante mis entrenamientos, al final todo lo que creaba allí terminaba muriendo y estas solo sufrían por lo que me había rendido en tratar de que algo creciera allí.
Suspire y emprendí de nuevo camino, mire atenta el piso por las dudas, no iba a caer dos veces en sus tontos juegos, por momentos se comportaban como niñas tontas, las escuchaba reír y tenía ganas de insultarlas pero iba a quedar muy mal empezar a insultar a las plantas en aquel momento por lo que me mordí el labio y me quede callara, para lo que él buscaba encontrar el camino que había tomado antes era el indicado, alejado y contrario a la salida del bosque, estaba en medio de sus entrañas, aquel valle maldito donde todo moría.
No tarde en encontrar el lugar, en todo momento miraba a ver si encontraba a mi caballo pero seguramente este había regresado al pueblo sin mí, maldito, apreté mis puños encerrando tela entre mis dedos, no sé cuanto caminamos pero apreciaba que fuese en silencio, pues no quería saber más de lo necesario, en realidad no quería tener nada que ver con Vidd, me detuve en seco ante nosotros se levantaba aquella tumba a unos cuantos metros pero donde yo me había detenido en el borde de donde todo comenzaba a morirse – hasta aquí llego yo… no pisare esas tierras – al igual que el resto de la vegetación mi alma se agitaba y lloraba por lo que nunca podría crecer en aquel lugar, por lo que había muerto allí y nunca más podría volver a ser, me pregunte que había, nunca había preguntaba quien estaba enterrado allí o la historia, supuse que me daba tanto rechazo el lugar que no me había dado curiosidad hasta ahora… - quién es? Un amigo?... – no sabía porque había dicho, repitiendo la pregunta que él antes me había formulado.
Leliana- 244
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
La caminata fue amena y silenciosa, varias preguntas pasaron por mi cabeza pero mis labios no fueron capas de pronunciarlas, la seguía a varios pasos, no quería molestarla, estaba claro que mi presencia la incomodaba.
El bosque era mucho mas grande de lo que aun me imaginaba, pero algo me llamo la atención, el pequeño petirrojo que nos seguía en lo alto, había bajado la velocidad, y en un instante descendió y se quedo en un árbol observando, sin continuar nuestra ruta, supuse que al fin de cuentas no era cariño si no curiosidad lo que tenia y allí se había acabado.
El viento soplo fuerte, y en acto reflejo guarde las manos en mis bolsillos y levante los hombros, como si buscara resguardo, la noche no estaba lejos. Y cuando iba a proponer regresar ella se detuvo de golpe.
No había prestado atención alguna al camino y mucho menos lo que tenia enfrente, porque no avanzaría? Me hice a un lado y lo vi por mi mismo, el bosque había muerto allí, ni arboles ni flores, ni siquiera maleza gobernaba aquel lugar, la tierra negra y seca que llevaba a un figura aun mas negra, la lapida de piedra.
Había evitado responder sus preguntas hasta aquel momento, pero cuando repitió mi misma pregunta, solo tuve una respuesta – aun no lo se – sin pensarlo dos veces avance, mis botas se hundieron en aquella tierra inexpresiva y continúe avanzando hasta estar justo delante de la lapida y ahí y solo ahí sentí que una gran oz me abrió al medio, y sin poder evitarlo caí de rodillas y mis dedos se enterraron en aquella tierra muerta, la lapida era clara, ya no como en mis sueños, - Sarah Dishagge… hermana y amiga – las lagrimas brotaron de mis ojos como jamás lo habían hecho.
Y sin poder soportar la ola de recuerdos que se agolpeo en mi cabeza lleve mis manos a mis oídos y grite tan fuerte como pude… era un grito desgarrador, que abrió mi alma en dos, mi cosmos se elevo y mis ojos cambiaron, buscaba su alma, rasguñe la tierra para ver mejor, pero allí no había alma.. me deje caer de lado en la tierra, mi mano alcanzo la fría lapida, y pude verlo, la cabaña se quemaba, yo me arrastraba al cuerpo de mi hermana… había sangre por todos lados, - dios ayúdala - rogué, - POR FAVOR!! LA CABAÑA SE QUEMA – solo la risa de aquel hombre oí como respuesta – ayudalaaa! – volví a gritar, ella tenia la ropa desgarrada, demasiada sangre – saraah! – llore, envolví mi cabeza con mis brazos y me encerré en aquellas terribles memorias.
- Sarah… -
El bosque era mucho mas grande de lo que aun me imaginaba, pero algo me llamo la atención, el pequeño petirrojo que nos seguía en lo alto, había bajado la velocidad, y en un instante descendió y se quedo en un árbol observando, sin continuar nuestra ruta, supuse que al fin de cuentas no era cariño si no curiosidad lo que tenia y allí se había acabado.
El viento soplo fuerte, y en acto reflejo guarde las manos en mis bolsillos y levante los hombros, como si buscara resguardo, la noche no estaba lejos. Y cuando iba a proponer regresar ella se detuvo de golpe.
No había prestado atención alguna al camino y mucho menos lo que tenia enfrente, porque no avanzaría? Me hice a un lado y lo vi por mi mismo, el bosque había muerto allí, ni arboles ni flores, ni siquiera maleza gobernaba aquel lugar, la tierra negra y seca que llevaba a un figura aun mas negra, la lapida de piedra.
Había evitado responder sus preguntas hasta aquel momento, pero cuando repitió mi misma pregunta, solo tuve una respuesta – aun no lo se – sin pensarlo dos veces avance, mis botas se hundieron en aquella tierra inexpresiva y continúe avanzando hasta estar justo delante de la lapida y ahí y solo ahí sentí que una gran oz me abrió al medio, y sin poder evitarlo caí de rodillas y mis dedos se enterraron en aquella tierra muerta, la lapida era clara, ya no como en mis sueños, - Sarah Dishagge… hermana y amiga – las lagrimas brotaron de mis ojos como jamás lo habían hecho.
Y sin poder soportar la ola de recuerdos que se agolpeo en mi cabeza lleve mis manos a mis oídos y grite tan fuerte como pude… era un grito desgarrador, que abrió mi alma en dos, mi cosmos se elevo y mis ojos cambiaron, buscaba su alma, rasguñe la tierra para ver mejor, pero allí no había alma.. me deje caer de lado en la tierra, mi mano alcanzo la fría lapida, y pude verlo, la cabaña se quemaba, yo me arrastraba al cuerpo de mi hermana… había sangre por todos lados, - dios ayúdala - rogué, - POR FAVOR!! LA CABAÑA SE QUEMA – solo la risa de aquel hombre oí como respuesta – ayudalaaa! – volví a gritar, ella tenia la ropa desgarrada, demasiada sangre – saraah! – llore, envolví mi cabeza con mis brazos y me encerré en aquellas terribles memorias.
- Sarah… -
Vidd- SSES - Moderador
- 278
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Moví de lado mi labio ante su contestación, porque sino sabia de quien era la tumba tenia tanto afán por encontrarla, algo no me pintaba bien, mire hacia atrás los arboles se habían callado, la brisa no soplaba y los pájaros no cantaban, un silencio aterrador hizo que se me erizara la piel, me abrace a mi misma dándome cuenta en ese instante que Griffon se había adelantado en aquel terreno muerto, me mordí el labio, quería irme y dejarlo solo, estaba segura de que podría volver él solito, pero al igual que había pasado con el petirrojo, tenia curiosidad de saber ahora la historia de aquella negra lapida.
Entonces lo impensable sucedió, su grito desgarro el bosque y las aves volaron alto en el cielo, se me helo el cuerpo por completo, como si eso también me hubiese alcanzado a mi llegando a desgarrarme, apreté los dedos, un nombre… un lazo de sangre, un sentimiento perdido, olvidado, por fin encontrado, eso era lo que era esa tumba, no era él lo que estaba desgarrando el bosque, era el grito de la lapida lo que estaba provocando que las plantas sufrieran, atormentadas comenzaron a llorar, tape mis oídos, no era sabía lo que salía de ellos era sangre, por todos los demonios que estaba pasando?.
Me agache unos segundos, centrándome en mi misma, acallando los llantos de los arboles a mis espaldas, intentando calmar la agitación de mi respirar, silenciar el lamento de Griffon, mi cosmos se encendió cálido, poderoso, superando el de aquel hombre con creces, necesitaba calmarlo a él o mataría el bosque, me importaba poco si aquel monstruo moría o no pero no iba a permitirle matar a mis bebés!, sobre mi cadáver. No quería acercarme y en su desesperación que me lastimara entonces Venus reacciono y apareciendo ante mi me vistió para protegerme, entonces me adelante tocando aquel suelo maldito, corrí hasta donde estaba el juez de Griffon.
Mi mano toco su hombro invadiéndolo de calor, que era lo que te mantenía atado a ese dolor?... aquel recuerdo, aquella tumba… había pasado toda mi vida sufriendo pensando que mi hermano estaba muerto, yo sabía lo que se sentía, pero si no había otra cosa que él pudiese hacer, aun siendo el juez del inframundo, aun así sino había logrado traerla, sino había logrado protegerla entonces era inútil seguir con aquellas cadenas y sin pensarlo lo empuje con mi propio cosmos alejándome de él.
La tumba había comenzado a emitir un poder que estaba dormido, era odio, Vidd la había despertado, me erizaba los pelos de la nuca, Venus me despertó de nuevo para que actuara, mis manos tocaron aquella piedra maldita, me asuste de que comenzara a manchar mi armadura de negro, no la solté, no había opción, el mismo fuego, mi propio cosmos comenzó a quebrarla, mis dedos se enterraban en la piedra con fuerza desgarrándola, si quería salvar el bosque tenía que terminar con aquel odio, si quería… liberarlo a él.
No lo había entendido hasta ahora, no había logrado revivir el bosque en tantos años porque no había entendido que era lo que pasaba y ahora podía salvarlos… - descansa en paz… que tu alma sea guiada por Zeus y regrese pura por fin a los Elíseos donde perteneces - le ore a mi Dios, al creador de los hombres, le pedí por el alma de aquella que mantenía atado de manos a Vidd, me repetí de nuevo que no era por él, era por el bosque, mi cosmos se elevo aun más cubriendo mi cuerpo de fuego, pero era distinto a la ultima vez, ahora lo controlaba, la roca se quebró haciéndose cenizas y el silencio volvió a invadir el bosque, los arboles dejaron de llorar.
Un figura de luz se hizo presente durante apenas unos segundos en donde antes estaba la tumba, ahora la brisa arrastro las cenizas y mi cosmos se apago lentamente, Venus, manchada de negro de despego de mi y regreso al Olimpo, las ninfas se encargarían de purificarla, sin darme cuenta el cosmos que había emanado curaba la tierra muerta, Vidd… sin saberlo me había dado la respuesta para curar el bosque, pero a qué precio?.
Voltee a donde estaba, me acerque con pasos seguros mientras la hierba comenzaba a crecer verde, fresca como si estuviese cubierta por el roció de las mañanas, habría dañado su mente lo que acababa de hacer, estaría enojado?, si lo estaba cualquier cosa, me volví a repetir por milésima vez que no me importaba, pero no tenía ganas de que me atacara, porque entonces me obligaría a bajarle los dientes a patadas – Vidd? - mis labios pronunciaron su nombre en un susurro.
Entonces lo impensable sucedió, su grito desgarro el bosque y las aves volaron alto en el cielo, se me helo el cuerpo por completo, como si eso también me hubiese alcanzado a mi llegando a desgarrarme, apreté los dedos, un nombre… un lazo de sangre, un sentimiento perdido, olvidado, por fin encontrado, eso era lo que era esa tumba, no era él lo que estaba desgarrando el bosque, era el grito de la lapida lo que estaba provocando que las plantas sufrieran, atormentadas comenzaron a llorar, tape mis oídos, no era sabía lo que salía de ellos era sangre, por todos los demonios que estaba pasando?.
Me agache unos segundos, centrándome en mi misma, acallando los llantos de los arboles a mis espaldas, intentando calmar la agitación de mi respirar, silenciar el lamento de Griffon, mi cosmos se encendió cálido, poderoso, superando el de aquel hombre con creces, necesitaba calmarlo a él o mataría el bosque, me importaba poco si aquel monstruo moría o no pero no iba a permitirle matar a mis bebés!, sobre mi cadáver. No quería acercarme y en su desesperación que me lastimara entonces Venus reacciono y apareciendo ante mi me vistió para protegerme, entonces me adelante tocando aquel suelo maldito, corrí hasta donde estaba el juez de Griffon.
Mi mano toco su hombro invadiéndolo de calor, que era lo que te mantenía atado a ese dolor?... aquel recuerdo, aquella tumba… había pasado toda mi vida sufriendo pensando que mi hermano estaba muerto, yo sabía lo que se sentía, pero si no había otra cosa que él pudiese hacer, aun siendo el juez del inframundo, aun así sino había logrado traerla, sino había logrado protegerla entonces era inútil seguir con aquellas cadenas y sin pensarlo lo empuje con mi propio cosmos alejándome de él.
La tumba había comenzado a emitir un poder que estaba dormido, era odio, Vidd la había despertado, me erizaba los pelos de la nuca, Venus me despertó de nuevo para que actuara, mis manos tocaron aquella piedra maldita, me asuste de que comenzara a manchar mi armadura de negro, no la solté, no había opción, el mismo fuego, mi propio cosmos comenzó a quebrarla, mis dedos se enterraban en la piedra con fuerza desgarrándola, si quería salvar el bosque tenía que terminar con aquel odio, si quería… liberarlo a él.
No lo había entendido hasta ahora, no había logrado revivir el bosque en tantos años porque no había entendido que era lo que pasaba y ahora podía salvarlos… - descansa en paz… que tu alma sea guiada por Zeus y regrese pura por fin a los Elíseos donde perteneces - le ore a mi Dios, al creador de los hombres, le pedí por el alma de aquella que mantenía atado de manos a Vidd, me repetí de nuevo que no era por él, era por el bosque, mi cosmos se elevo aun más cubriendo mi cuerpo de fuego, pero era distinto a la ultima vez, ahora lo controlaba, la roca se quebró haciéndose cenizas y el silencio volvió a invadir el bosque, los arboles dejaron de llorar.
Un figura de luz se hizo presente durante apenas unos segundos en donde antes estaba la tumba, ahora la brisa arrastro las cenizas y mi cosmos se apago lentamente, Venus, manchada de negro de despego de mi y regreso al Olimpo, las ninfas se encargarían de purificarla, sin darme cuenta el cosmos que había emanado curaba la tierra muerta, Vidd… sin saberlo me había dado la respuesta para curar el bosque, pero a qué precio?.
Voltee a donde estaba, me acerque con pasos seguros mientras la hierba comenzaba a crecer verde, fresca como si estuviese cubierta por el roció de las mañanas, habría dañado su mente lo que acababa de hacer, estaría enojado?, si lo estaba cualquier cosa, me volví a repetir por milésima vez que no me importaba, pero no tenía ganas de que me atacara, porque entonces me obligaría a bajarle los dientes a patadas – Vidd? - mis labios pronunciaron su nombre en un susurro.
Leliana- 244
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
No podía soportarlo, una punzada en el pecho tan fuerte, jamás había sentido tanto dolor en siglos de pelear y morir, mi mano presiono con fuerza sobre mi corazón. Las lagrimas no se detendrían, los recuerdos solo eran suplantados por mas y mas recuerdos de un pasado que había sido olvidado con el transcurso de los años.
Una mano se poso sobre mi hombro, pero solo fue un momento, y cuando iba a voltear a ver, una fuerte energía me despidió, empujándome lejos de aquella tumba. No intente incorporarme, solo gire a ver, era todo lo que mis fuerzas me permitieron. Sentado sobre aquella tierra negra, limpie mis ojos y vi como Venus, no, Leliana elevaba su cosmos, y poco a poco la roca se iba rompiendo, no me anime a detenerla, no por no enfrentarla, si no porque creía que hacia lo correcto.
La explosión de la lapida negra, trajo paz al ambiente, mas no a mi a cabeza. Pequeñas partículas de energía emanaron del bosque hasta formar una figura de pie sobre la tumba. Extendí mi mano hacia aquella luz, y juraría que la figura había hecho lo mismo hacia mi. – Perdóname, fue mi culpa, debí estar ahí –las lagrimas emanaron mas fuertes que antes, habiendo que mi vista se nuble, logrando apenas ver como aquella luz se disipaba.
Venus abandono a Leliana y esta comenzó a caminar hacia mi, la tierra se volvía fértil a una velocidad jamás antes vista y la hierba comenzaba a crecer fuerte y sana, yo aun sentado en aquel suelo mantenía mi cabeza baja, la larga cabellera caía sobre mi rostro, y aquel enorme peso sobre mi cuerpo permanecía latente.
Aquel susurro se volvió dulce al llegar a mi oído, ella era cálida, y como si se tratase de la medicina perfecta, mis ánimos comenzaron a cambiar – debería agradecerte – aparte el cabello de mi rostro, y la vi desde el piso – sabes, te envidio, eres vida en cambio yo … - mire mi mano convertirse en huesos y volver a la normalidad al instante – soy lo contrario – me incorpore despacio y limpie mi ropa por encima.
- has traído paz al único alma que ame alguna vez, a la única familia real que tuve en alguna vida pasada – volví a restregar mis ojos con la manga de mi abrigo – te debo mas de lo que te pudiera pagar alguna vez – y sin pensarlo dos veces, y corriendo riesgo de que aquella mujer que tanto me odiaba y buscaba mi muerte aprovechara para atacarme di un paso hacia ella y la envolví en mis brazos – muchas gracias… Leliana – ella podría llamarme basura, espectro, juez o como quisiera, pero yo jamás olvidaría su nombre.
La noche había caído por completo, y el bosque ahora parecía mucho mas tranquilo que antes. Pero el pueblo no estaba cerca de todos modos, y mi presencia había espantado al caballo de Leliana. Un chasquido de mis dedos alcanzo, Y por el camino del bosque las flamas violáceas se veían pasar a lo lejos. A varios metros ya, la sepulcral bestia se vio con claridad. Pero su aspecto fue cambiando a cada paso que daba, dejando de ser una montura de huesos para tomar la forma de un percheron negro. Bajo la cabeza en mi presencia y dejo que acaricie su frente.
- Deja que al menos te alcance hasta el pueblo – dije mientras subía al caballo y extendía la mano para ayudarla a subir. Le debía demasiado y no sabia como pagarle.
Una mano se poso sobre mi hombro, pero solo fue un momento, y cuando iba a voltear a ver, una fuerte energía me despidió, empujándome lejos de aquella tumba. No intente incorporarme, solo gire a ver, era todo lo que mis fuerzas me permitieron. Sentado sobre aquella tierra negra, limpie mis ojos y vi como Venus, no, Leliana elevaba su cosmos, y poco a poco la roca se iba rompiendo, no me anime a detenerla, no por no enfrentarla, si no porque creía que hacia lo correcto.
La explosión de la lapida negra, trajo paz al ambiente, mas no a mi a cabeza. Pequeñas partículas de energía emanaron del bosque hasta formar una figura de pie sobre la tumba. Extendí mi mano hacia aquella luz, y juraría que la figura había hecho lo mismo hacia mi. – Perdóname, fue mi culpa, debí estar ahí –las lagrimas emanaron mas fuertes que antes, habiendo que mi vista se nuble, logrando apenas ver como aquella luz se disipaba.
Venus abandono a Leliana y esta comenzó a caminar hacia mi, la tierra se volvía fértil a una velocidad jamás antes vista y la hierba comenzaba a crecer fuerte y sana, yo aun sentado en aquel suelo mantenía mi cabeza baja, la larga cabellera caía sobre mi rostro, y aquel enorme peso sobre mi cuerpo permanecía latente.
Aquel susurro se volvió dulce al llegar a mi oído, ella era cálida, y como si se tratase de la medicina perfecta, mis ánimos comenzaron a cambiar – debería agradecerte – aparte el cabello de mi rostro, y la vi desde el piso – sabes, te envidio, eres vida en cambio yo … - mire mi mano convertirse en huesos y volver a la normalidad al instante – soy lo contrario – me incorpore despacio y limpie mi ropa por encima.
- has traído paz al único alma que ame alguna vez, a la única familia real que tuve en alguna vida pasada – volví a restregar mis ojos con la manga de mi abrigo – te debo mas de lo que te pudiera pagar alguna vez – y sin pensarlo dos veces, y corriendo riesgo de que aquella mujer que tanto me odiaba y buscaba mi muerte aprovechara para atacarme di un paso hacia ella y la envolví en mis brazos – muchas gracias… Leliana – ella podría llamarme basura, espectro, juez o como quisiera, pero yo jamás olvidaría su nombre.
La noche había caído por completo, y el bosque ahora parecía mucho mas tranquilo que antes. Pero el pueblo no estaba cerca de todos modos, y mi presencia había espantado al caballo de Leliana. Un chasquido de mis dedos alcanzo, Y por el camino del bosque las flamas violáceas se veían pasar a lo lejos. A varios metros ya, la sepulcral bestia se vio con claridad. Pero su aspecto fue cambiando a cada paso que daba, dejando de ser una montura de huesos para tomar la forma de un percheron negro. Bajo la cabeza en mi presencia y dejo que acaricie su frente.
- Deja que al menos te alcance hasta el pueblo – dije mientras subía al caballo y extendía la mano para ayudarla a subir. Le debía demasiado y no sabia como pagarle.
Vidd- SSES - Moderador
- 278
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Tuve una sensación de pesadez, como si el aire estuviese denso, insoportable, era él que provocaba aquel cambio en el lugar, ya no era la tumba sino el pesar que sentía Griffon por un pasado que aparentemente atormentaba aquel alma incapaz de morir, dispuesta a sufrir una y otra vez las mismas heridas, una maldición a mi entender, no podría siquiera imaginármelo, era dolorosa incluso hacerlo, pero porque me importaba tanto aquel estúpido Juez al que en primer lugar quería tener lejos de mi vista.
Porque lo has ayudado?
No lo sé… no lo hice por él, fue por el lugar que tanto anhele curar y ahora por fin pude.
Sabes, no sabes mentir.
Calla no eh pedido tu opinión.
Esa molesta voz en mi interior que molestaba constantemente, solo significaba que el sello se debilitaba, de lo contrario no la solía escuchar, últimamente este perdía fuerza con más frecuencia, era más débil, no sabía que era… tal vez el no querer pedirle a Ludvik su sangre, no tenía la misma confianza que había mantenido con… él, mire a mi alrededor, sabía que estaba allí, sonreí y le pedí en silencio que se encargara de guiar a aquel pequeño alma. Lo mire unos segundos, pero no le ayude en absoluto a levantarse, él podía por su cuenta y si no, no era mi problema que se quedara allí llorando, ya había hecho lo que creía estaba bien… no por él, me repetí de nuevo.
Me sorprendió el abrazo, no me desagrado... pero parte de mi o mejor dicho gran parte de mi seguía odiándolo sin sentido alguno, por lo que lo aparte de un empujón, mirándolo de mala gana, solo que no le dije nada, no tenia porque insultarlo... ni golpearlo, ni matarlo, de momento, mis heridas aun cicatrizaban, hice un ademas de molestia sacudiendo la capa cuando me aparte.
Que eran todas esas palabrerías, no tenía interés en sus halagos, no proviniendo de un ser del Inframundo como él, me molestaban… tomaban porque si lo que les antojara, no me importaba lo que el anciano me había dicho, no era el tiempo de mi amigo de irse y no lo admitiría jamás, Hades y sus espectros enclenques pagarían por haberme quitado algo tan preciado como era él para mi, así que ninguna idea podría hacerme cambiar de idea, yo no confiaba en él, podía actuar de lo más tierno o hacerse el bueno pero no creía ni un poco que lo fuera, era un monstruo muerto como todos los demás que sin dudarlo pelearía hasta matar todo lo que tuviese al lado sin impórtale.
Ellos son así, no puedes cambiarlos.
- Es una lástima, no deseaba traer ninguna paz a tu alma precisamente – mis palabras eran tajantes, aun así lo había ayudado en cierto punto y ahora me lamentaba por eso pero mi intención iba más allá que solo ayudar a ese tipo – descuida no quiero que tu me devuelvas nada, solo apártate de mi vista… - camine a su lado sin prestarle atención pero me parece en seco cuando pronuncio mi nombre, solo tres personas en este mundo conocían mi nombre verdadero, me voltee hecha una furia y las raíces que pasaban por debajo nuestro se levantaron para atravesarlo por todos lados – quien eres!? Vuelve a llamarme por mi nombre escoria y te matare una y mil veces si es necesario! Aparte de mi vista!!
Y de la nada un caballo apareció, pero no era el mío, estaba tan muerto como él, pobre ser, lo mire detenidamente antes de volver a clavar la mirada en Vidd que ahora me ofrecía la mano para montar con él, estaba de broma – porque me tomas? Nada en este bosque puede hacerme daño, deberías ser tu el que tenga miedo de que la tierra se lo trague – y como si lo deseara la tierra comenzó a temblar bajo los cascos del caballo, agrietándose.
Voltee de nuevo retomando el camino, puse la capucha carmín sobre mi cabeza, caminaba con prisa, como si la noche me asustara, como si algún ser pudiese a mi hacerme algo, no iba a saltarme un caballero de la nada a atacarme y si era así acabaría con este sino se apartaba, el bosque me escuchaba a mí y los animales no me preocupaban, quien se creía que era?, una niña tonta y débil, delicada como una princesa?
JA, le tendrías que haber partido la boca.
Cállate de una maldita vez!
Ahora estaba realmente enojada, apreté con fuerza la capa entre mis dedos, arrugando la tela, la cerré mejor para cubrirme del frio, no podía hacer nada con el clima pero no iba a matarme un poco de frio. Lo pensé de nuevo, realmente debería haber aprovechado para matarlo mientras estaba llorando en el piso sufriendo.
Porque lo has ayudado?
No lo sé… no lo hice por él, fue por el lugar que tanto anhele curar y ahora por fin pude.
Sabes, no sabes mentir.
Calla no eh pedido tu opinión.
Esa molesta voz en mi interior que molestaba constantemente, solo significaba que el sello se debilitaba, de lo contrario no la solía escuchar, últimamente este perdía fuerza con más frecuencia, era más débil, no sabía que era… tal vez el no querer pedirle a Ludvik su sangre, no tenía la misma confianza que había mantenido con… él, mire a mi alrededor, sabía que estaba allí, sonreí y le pedí en silencio que se encargara de guiar a aquel pequeño alma. Lo mire unos segundos, pero no le ayude en absoluto a levantarse, él podía por su cuenta y si no, no era mi problema que se quedara allí llorando, ya había hecho lo que creía estaba bien… no por él, me repetí de nuevo.
Me sorprendió el abrazo, no me desagrado... pero parte de mi o mejor dicho gran parte de mi seguía odiándolo sin sentido alguno, por lo que lo aparte de un empujón, mirándolo de mala gana, solo que no le dije nada, no tenia porque insultarlo... ni golpearlo, ni matarlo, de momento, mis heridas aun cicatrizaban, hice un ademas de molestia sacudiendo la capa cuando me aparte.
Que eran todas esas palabrerías, no tenía interés en sus halagos, no proviniendo de un ser del Inframundo como él, me molestaban… tomaban porque si lo que les antojara, no me importaba lo que el anciano me había dicho, no era el tiempo de mi amigo de irse y no lo admitiría jamás, Hades y sus espectros enclenques pagarían por haberme quitado algo tan preciado como era él para mi, así que ninguna idea podría hacerme cambiar de idea, yo no confiaba en él, podía actuar de lo más tierno o hacerse el bueno pero no creía ni un poco que lo fuera, era un monstruo muerto como todos los demás que sin dudarlo pelearía hasta matar todo lo que tuviese al lado sin impórtale.
Ellos son así, no puedes cambiarlos.
- Es una lástima, no deseaba traer ninguna paz a tu alma precisamente – mis palabras eran tajantes, aun así lo había ayudado en cierto punto y ahora me lamentaba por eso pero mi intención iba más allá que solo ayudar a ese tipo – descuida no quiero que tu me devuelvas nada, solo apártate de mi vista… - camine a su lado sin prestarle atención pero me parece en seco cuando pronuncio mi nombre, solo tres personas en este mundo conocían mi nombre verdadero, me voltee hecha una furia y las raíces que pasaban por debajo nuestro se levantaron para atravesarlo por todos lados – quien eres!? Vuelve a llamarme por mi nombre escoria y te matare una y mil veces si es necesario! Aparte de mi vista!!
Y de la nada un caballo apareció, pero no era el mío, estaba tan muerto como él, pobre ser, lo mire detenidamente antes de volver a clavar la mirada en Vidd que ahora me ofrecía la mano para montar con él, estaba de broma – porque me tomas? Nada en este bosque puede hacerme daño, deberías ser tu el que tenga miedo de que la tierra se lo trague – y como si lo deseara la tierra comenzó a temblar bajo los cascos del caballo, agrietándose.
Voltee de nuevo retomando el camino, puse la capucha carmín sobre mi cabeza, caminaba con prisa, como si la noche me asustara, como si algún ser pudiese a mi hacerme algo, no iba a saltarme un caballero de la nada a atacarme y si era así acabaría con este sino se apartaba, el bosque me escuchaba a mí y los animales no me preocupaban, quien se creía que era?, una niña tonta y débil, delicada como una princesa?
JA, le tendrías que haber partido la boca.
Cállate de una maldita vez!
Ahora estaba realmente enojada, apreté con fuerza la capa entre mis dedos, arrugando la tela, la cerré mejor para cubrirme del frio, no podía hacer nada con el clima pero no iba a matarme un poco de frio. Lo pensé de nuevo, realmente debería haber aprovechado para matarlo mientras estaba llorando en el piso sufriendo.
Leliana- 244
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Mis intentos de agradecimiento no habían sido bien recibidos, hasta se podría haber dicho que habían sido repudiados, pero conociéndome eso no alcanzaría para que me rinda en mi intento de conocer mas a aquella joven.
Cuando subi al caballo ella demostró desprecio una vez mas a mi invitación, y hasta agrieto la tierra debajo nuestro. Arvak, asustado había dado un pequeño salto en el lugar y ahora se mantenía de pie en el aire, pero ella no lo había notado porque ya nos había dado la espalda y se marchaba por el camino del bosque, con la palma de mi mano acaricie la llamas de la crin del caballo y este comprendió que la siguiera despacio, sus cascos no golpeaban el piso, y las flamas se mantenían tenues.
Cuando parecía pasar frio me quite el abrigo y acelerando el paso, pase a su lao dejando caer mi abrigo en sus hombros – por favor, acéptalo – realmente me disgustaría mucho tener que detenerme a recoger del suelo mi abrigo o peor esquivarlo porque me lo lanzara a la cabeza.
- enserio prefieres caminar toda la noche y día para llegar al pueblo? – intente sonreír nuevamente y decir algo para animarla a subirse, pero si alguna vez había hablado de aquella forma con una mujer, difícilmente lo recordaba, intente balbucear algo pero nada salió bien de lo que quería decir, así que solo deje de intentarlo y solo montaba a su lado.
- si quieres puedo dejar que montes a Arvak a donde gustes y yo caminar a casa, le caes bien - dije acariciando el lomo del animal – y el volverá a mi con mi llamado luego – ella se veía realmente bonita bajo la luz que emanaba Arvak.
Resople y mire al frente, aquella mujer era testaruda, parecía gustarle ignorarme y maltratarme sin argumentos validos. Yo no había siquiera rosado un cabello del hombre muerto por el cual me culpaba a mi y a mi dios, claro era que eso fue así porque mis ordenes no tenían algo que ver con el. Yo solo la había sacado de aquella sala, de la presencia de aquel juez pirómano y salvado, no intencionalmente, de ver la muerte de aquel hombre tan añorado por ella. Yo suponía que si las imágenes se repitiesen una y otra vez en su mente, y ella viera como la vida lo abandonara… su mente ahora seria frágil… una lagrima callo por mi mejilla. Debía pensar en otras cosas.
Decidí bajar del caballo y mantener a Arvak entre los dos – puedes subir si deseas, su fuego no te quemara y te daría algo de calor – mis pies y los cascos de mi compañero volvían a tocar el césped. No tenia intención de continuar chocando contra la pared inútilmente, así que me mantuve en silencio y mi mirada se perdió entre los arboles en dirección contraria de la figura de aquella esbelta mujer.
Cuando subi al caballo ella demostró desprecio una vez mas a mi invitación, y hasta agrieto la tierra debajo nuestro. Arvak, asustado había dado un pequeño salto en el lugar y ahora se mantenía de pie en el aire, pero ella no lo había notado porque ya nos había dado la espalda y se marchaba por el camino del bosque, con la palma de mi mano acaricie la llamas de la crin del caballo y este comprendió que la siguiera despacio, sus cascos no golpeaban el piso, y las flamas se mantenían tenues.
Cuando parecía pasar frio me quite el abrigo y acelerando el paso, pase a su lao dejando caer mi abrigo en sus hombros – por favor, acéptalo – realmente me disgustaría mucho tener que detenerme a recoger del suelo mi abrigo o peor esquivarlo porque me lo lanzara a la cabeza.
- enserio prefieres caminar toda la noche y día para llegar al pueblo? – intente sonreír nuevamente y decir algo para animarla a subirse, pero si alguna vez había hablado de aquella forma con una mujer, difícilmente lo recordaba, intente balbucear algo pero nada salió bien de lo que quería decir, así que solo deje de intentarlo y solo montaba a su lado.
- si quieres puedo dejar que montes a Arvak a donde gustes y yo caminar a casa, le caes bien - dije acariciando el lomo del animal – y el volverá a mi con mi llamado luego – ella se veía realmente bonita bajo la luz que emanaba Arvak.
Resople y mire al frente, aquella mujer era testaruda, parecía gustarle ignorarme y maltratarme sin argumentos validos. Yo no había siquiera rosado un cabello del hombre muerto por el cual me culpaba a mi y a mi dios, claro era que eso fue así porque mis ordenes no tenían algo que ver con el. Yo solo la había sacado de aquella sala, de la presencia de aquel juez pirómano y salvado, no intencionalmente, de ver la muerte de aquel hombre tan añorado por ella. Yo suponía que si las imágenes se repitiesen una y otra vez en su mente, y ella viera como la vida lo abandonara… su mente ahora seria frágil… una lagrima callo por mi mejilla. Debía pensar en otras cosas.
Decidí bajar del caballo y mantener a Arvak entre los dos – puedes subir si deseas, su fuego no te quemara y te daría algo de calor – mis pies y los cascos de mi compañero volvían a tocar el césped. No tenia intención de continuar chocando contra la pared inútilmente, así que me mantuve en silencio y mi mirada se perdió entre los arboles en dirección contraria de la figura de aquella esbelta mujer.
Vidd- SSES - Moderador
- 278
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Realmente no podía comprender por todos los dioses porque ese tipo seguía siguiéndome a pesar de decirle que no deseaba que me regresara el favor o que me acompañara, no quería su caballo y ahora mucho menos su maldito abrigo, porque simplemente no podía darse media vuelta y regresar a su mugroso y oscuro mundo, que era lo que hacía que se me pegara como un chicle, me estaba volviendo loca, no quería pelear con él realmente pero estaba logrando provocar en mi un sentimiento que nunca antes había nacido y era violento.
Cuando se bajo del caballo y quedo del otro lado suspire deteniéndome de golpe, me quite el abrigo y lo puse sobre el corcel muerto, no lo entendía, estaba suponiendo o que me estaba subestimando o tratando de tonta, yo era la capitana de los guardianes del cielo, no necesitaba ni su abrigo ni mucho menos que me llevara, si quisiese ya estaría en el pueblo, sin necesidad de caminar, caminaba porque quería despejar mi mente y él no me dejaba, estaba taladrando mis sentidos como si fuese algo de vitalidad para él hacerlo.
- Mira… creo que no estás entendiendo la situación aquí juez de Griffon, no estás hablando con una simple niña de ciudad que necesita que un tonto la proteja, quieres que peleemos de nuevo, realmente es lo que quieras?
Rompe sus huesos, muéstrale que la última vez fue un desliz!, matémoslo ahora!
No…
Eres… realmente aburrida!!!! Déjame salir!
Repito, no y mi voluntad aun es fuerte.
Mi mano se extendió hacia el frente y las raíces volvieron a nacer creciendo alrededor de las patas del caballo y las suyas, apresando a ambos, a amo y mascota para que me dejaran en paz, seguí caminando esta vez, realmente iba a lograr que me enojara y terminara queriendo prenderle fuego, me tranquilice… porque me sigues!?, sacudí la cabeza, que molesto, porque era su nombre lo único en lo que pensaba ahora, que molestia que era realmente me fastidiaba, apreté el paso alejándome de los dos – Y YA DEJA DE SEGUIRME ACOSADOR PERVERTIDO!!!!!!!!! – le grite mientras me alejaba de ellos, le iba a partir más que la nariz si se volvía a acercar a mí, eso era lo que era un pervertido, por eso me estaba siguiendo!, qué horror! Malditos espectros del inframundo, seguro todos eran igual de molestos.
Cuando se bajo del caballo y quedo del otro lado suspire deteniéndome de golpe, me quite el abrigo y lo puse sobre el corcel muerto, no lo entendía, estaba suponiendo o que me estaba subestimando o tratando de tonta, yo era la capitana de los guardianes del cielo, no necesitaba ni su abrigo ni mucho menos que me llevara, si quisiese ya estaría en el pueblo, sin necesidad de caminar, caminaba porque quería despejar mi mente y él no me dejaba, estaba taladrando mis sentidos como si fuese algo de vitalidad para él hacerlo.
- Mira… creo que no estás entendiendo la situación aquí juez de Griffon, no estás hablando con una simple niña de ciudad que necesita que un tonto la proteja, quieres que peleemos de nuevo, realmente es lo que quieras?
Rompe sus huesos, muéstrale que la última vez fue un desliz!, matémoslo ahora!
No…
Eres… realmente aburrida!!!! Déjame salir!
Repito, no y mi voluntad aun es fuerte.
Mi mano se extendió hacia el frente y las raíces volvieron a nacer creciendo alrededor de las patas del caballo y las suyas, apresando a ambos, a amo y mascota para que me dejaran en paz, seguí caminando esta vez, realmente iba a lograr que me enojara y terminara queriendo prenderle fuego, me tranquilice… porque me sigues!?, sacudí la cabeza, que molesto, porque era su nombre lo único en lo que pensaba ahora, que molestia que era realmente me fastidiaba, apreté el paso alejándome de los dos – Y YA DEJA DE SEGUIRME ACOSADOR PERVERTIDO!!!!!!!!! – le grite mientras me alejaba de ellos, le iba a partir más que la nariz si se volvía a acercar a mí, eso era lo que era un pervertido, por eso me estaba siguiendo!, qué horror! Malditos espectros del inframundo, seguro todos eran igual de molestos.
Leliana- 244
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Ella me alejaba nuevamente, no podía comprender porque era tan complicado con alguien, con Cyril todo había sido mucho mas sencillo, y aun después de que allá intentado entregarme como comida para sus sirenas. El razonamiento de la socialización entre personas no me ayudaría de todas formas. Y cuando volvió a explotar en cólera, simplemente volvería a seguirla pero las raíces que invoco se ataron en las patas de Arvak y en mis tobillos.
Me tomo un tiempo liberarme con fuego de aquellas plantas pero cuando escuche su grito me detuve de golpe, mi rostro estaba completamente rojo – per.. ver.. ti.. do?!! – el caballo relincho como si se burlara de mi y ella simplemente se alejo.
- que mujer.. – dije rezongando, y en cuanto iba a gritarle lo primero que pasara por mi cabeza, una flama violácea apareció frente a mi y de ella callo en mis manos el libro de las almas – justo ahora? – dije algo molesto, alguien estaba en sus últimos momentos cerca de aquel lugar, de hecho eran dos almas las que debería de cegar.
De un salto monte en Arvak, y este corrió en la dirección tomada por aquella joven tan bonita, su galope rápido como un rayo solo aminoro la marcha al pasar junto a ella, para que la lograra ver de perfil, mi brazo perdió la carne frente a ella y mi ropaje se volvió oscuro, y solo luego de eso el animal volvió a acelerar el paso.
Unos minutos mas adelante en por el camino se diviso una tenue luz salir por las ventanas de una casa precaria, desmonte y Arvak busco un lugar donde mantenerse oculto. La puerta estaba sin llave y a pocos metros una cama rustica y algo haraposa intentaba mantener en calor a un anciano de gran edad, el sonrió al verme y luego lo invadió una profunda toz, parecía saber a que venia, me arrodille junto a su cama y en la mesa de luz había un vaso con algo de agua.
Se lo extendí al tiempo que afuera caía el primer trueno de una tormenta que llegaba por sorpresa. No tardo en diluviar mas fuerte, y que la tormenta eléctrica empeorara considerablemente. Las ultimas llamas de la leña en la chimenea se apagaban, y en cuanto en el libro comenzaron a aparecer sus pecados acaricie casi como un hijo a un padre la frente del anciano – descansa en paz – dije cuando un segundo trueno caía cerca al mismo tiempo que la puerta de la casa se abría sin permitirme ver con claridad la figura que lo atravesaba.
Seria la el segundo nombre?
Me tomo un tiempo liberarme con fuego de aquellas plantas pero cuando escuche su grito me detuve de golpe, mi rostro estaba completamente rojo – per.. ver.. ti.. do?!! – el caballo relincho como si se burlara de mi y ella simplemente se alejo.
- que mujer.. – dije rezongando, y en cuanto iba a gritarle lo primero que pasara por mi cabeza, una flama violácea apareció frente a mi y de ella callo en mis manos el libro de las almas – justo ahora? – dije algo molesto, alguien estaba en sus últimos momentos cerca de aquel lugar, de hecho eran dos almas las que debería de cegar.
De un salto monte en Arvak, y este corrió en la dirección tomada por aquella joven tan bonita, su galope rápido como un rayo solo aminoro la marcha al pasar junto a ella, para que la lograra ver de perfil, mi brazo perdió la carne frente a ella y mi ropaje se volvió oscuro, y solo luego de eso el animal volvió a acelerar el paso.
Unos minutos mas adelante en por el camino se diviso una tenue luz salir por las ventanas de una casa precaria, desmonte y Arvak busco un lugar donde mantenerse oculto. La puerta estaba sin llave y a pocos metros una cama rustica y algo haraposa intentaba mantener en calor a un anciano de gran edad, el sonrió al verme y luego lo invadió una profunda toz, parecía saber a que venia, me arrodille junto a su cama y en la mesa de luz había un vaso con algo de agua.
Se lo extendí al tiempo que afuera caía el primer trueno de una tormenta que llegaba por sorpresa. No tardo en diluviar mas fuerte, y que la tormenta eléctrica empeorara considerablemente. Las ultimas llamas de la leña en la chimenea se apagaban, y en cuanto en el libro comenzaron a aparecer sus pecados acaricie casi como un hijo a un padre la frente del anciano – descansa en paz – dije cuando un segundo trueno caía cerca al mismo tiempo que la puerta de la casa se abría sin permitirme ver con claridad la figura que lo atravesaba.
Seria la el segundo nombre?
Vidd- SSES - Moderador
- 278
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
No entendía porque seguía intentando seguirme o querer parecer bueno, ya tenía un concepto bastante grabado a fuego en mi frente sobre los habitantes del Inframundo, era muy complicado que con un gesto tonto de caballero me quitara la idea, además que era bastante cruel con los hombres, sino los necesitaba para algo o eran de mis guerreros prefería mantenerlos lejos, era por una cuestión de piel, una pelea infinitamente interminable con la diosa que llevaba el mismo nombre que mi constelación. Para ella los hombres eran algo importante, casi como el agua para el cuerpo, para mí solo eran…
Mis pensamientos se dispersaron, como si el tiempo se detuviera el caballo y su jinete pasaron a mi lado, aquel brazo hizo que un escalofríos recorriera mi columna e instintivamente lleve mis dedos bajo la capa acariciando la herida que aun no cicatrizaba del todo, esos ojos que presagiaban muerte, es lo que era al fin y al cabo.
Uno no puede cambiar lo que es – mientes, yo era todo menos lo que soy hoy Venus – sigues siendo la misma niña de aquel entonces – no eres mi madre – no, pero te conozco tan bien como tú a mi dulce flor – a que viene? – piensa un poco y encontraras la respuesta, no necesitas ser la sabia Athenea para descubrir lo que está frente a ti – humm… hacia mucho que no hablabas.
Y Venus volvió a guardar silencio, mofe algo molesta, hay estaba de nuevo aquella actitud caprichosa que había vuelto cuando mi hermano volvió a mi lado, era como si todo mi pasado, quien era antes hubiese vuelto de repente, olvidando la mujer distante y fría que era, para volverme más infantil… como si buscara recuperar el tiempo perdido, entonces entendí y me amargue más, me moleste con mi armadura un poco, con aquella voz que toda mi vida me había acompañado, con su calidez, con su tono dulce, me enfade y apresure el paso.
El caballo estaba distante pero no tan alejado de una pequeña cabaña, un vago recuerdo y un último suspiro, una estrella se apago, una vida consumida, una lagrima derramada, no me acerque no porque no quisiese sino porque la muerte estaba haciendo su trabajo y yo era, como había dicho, vida, no buscaba acercarme a él, afirme la capucha sobre mi cabeza cuando la lluvia comenzó a caer, estaba resguardada bajo las ramas de un árbol, estas se movieron crujiendo al paso, formando un pequeño refugio como si protegieran algo preciado, apoye mi cuerpo contra el tronco acurrucándome mejor de la lluvia, viendo a la distancia.
- Era su hora? No puedo volverlo a la vida como lo hago con ustedes? – el árbol susurro a mi oído y nuevas lagrimas fueron derramadas, entonces escuche su voz en mi oído y mi sangre se helo por completo, mis manos temblaron, voltee algo asustada para ver a Rayner parado a mi lado o al menos una imagen de él que miraba en dirección a la cabaña.
- Es su trabajo… me pregunto si le pagan bien – rio despreocupado como siempre – está bien Leliana, puedes dejarme ir, realmente era mi momento, no los culpes ni a él ni al hermano de tu Dios, no creo que sea un trabajo agradable, no necesitan más gente que los odie no crees?, es como tener un trabajo desagradable te imaginas si hubiésemos tenido que hacer lo mismo que ellos? – negó con la cabeza de manera frenética – ves? Cambia el punto de vista, comprende, escucha… siente… acaso no eres la mejor para eso? Ahhh – se desperezo – ya debo irme cuídate canosa, promete cuidar del cabeza hueca de Luv!
- Rayner… l-lo prometo… amigo.
Y la figura de aquel que para mi seguía siendo mi estrella guía, mi amigo, mi dios, desapareció tan suave como había aparecido, me quedo un hueco en el pecho pero estaba cálido, entonces volví la mirada a la cabaña y de esta al corcel.
Era entonces su momento?, sonreí con amargura, agachando un segundo la mirada, mi cuerpo cayó de rodillas y mis dedos buscaron las caricias de la hierba húmeda debajo mío, así que tu deber es guiarlos cuando su alma llega a su fin?, que triste debe ser quien eres… entonces lo comprendí todo y mis manos buscaron cubrir mi rostro mientras rompía en un llanto desconsolado por lo cruel que había sido, yo… no era así, a mi alrededor comenzaron a acrecer flores que desprendían un dulce aroma tranquilizador, yo me había olvidado cómo era realmente, como había dejado que eso pasara?.
Mis pensamientos se dispersaron, como si el tiempo se detuviera el caballo y su jinete pasaron a mi lado, aquel brazo hizo que un escalofríos recorriera mi columna e instintivamente lleve mis dedos bajo la capa acariciando la herida que aun no cicatrizaba del todo, esos ojos que presagiaban muerte, es lo que era al fin y al cabo.
Uno no puede cambiar lo que es – mientes, yo era todo menos lo que soy hoy Venus – sigues siendo la misma niña de aquel entonces – no eres mi madre – no, pero te conozco tan bien como tú a mi dulce flor – a que viene? – piensa un poco y encontraras la respuesta, no necesitas ser la sabia Athenea para descubrir lo que está frente a ti – humm… hacia mucho que no hablabas.
Y Venus volvió a guardar silencio, mofe algo molesta, hay estaba de nuevo aquella actitud caprichosa que había vuelto cuando mi hermano volvió a mi lado, era como si todo mi pasado, quien era antes hubiese vuelto de repente, olvidando la mujer distante y fría que era, para volverme más infantil… como si buscara recuperar el tiempo perdido, entonces entendí y me amargue más, me moleste con mi armadura un poco, con aquella voz que toda mi vida me había acompañado, con su calidez, con su tono dulce, me enfade y apresure el paso.
El caballo estaba distante pero no tan alejado de una pequeña cabaña, un vago recuerdo y un último suspiro, una estrella se apago, una vida consumida, una lagrima derramada, no me acerque no porque no quisiese sino porque la muerte estaba haciendo su trabajo y yo era, como había dicho, vida, no buscaba acercarme a él, afirme la capucha sobre mi cabeza cuando la lluvia comenzó a caer, estaba resguardada bajo las ramas de un árbol, estas se movieron crujiendo al paso, formando un pequeño refugio como si protegieran algo preciado, apoye mi cuerpo contra el tronco acurrucándome mejor de la lluvia, viendo a la distancia.
- Era su hora? No puedo volverlo a la vida como lo hago con ustedes? – el árbol susurro a mi oído y nuevas lagrimas fueron derramadas, entonces escuche su voz en mi oído y mi sangre se helo por completo, mis manos temblaron, voltee algo asustada para ver a Rayner parado a mi lado o al menos una imagen de él que miraba en dirección a la cabaña.
- Es su trabajo… me pregunto si le pagan bien – rio despreocupado como siempre – está bien Leliana, puedes dejarme ir, realmente era mi momento, no los culpes ni a él ni al hermano de tu Dios, no creo que sea un trabajo agradable, no necesitan más gente que los odie no crees?, es como tener un trabajo desagradable te imaginas si hubiésemos tenido que hacer lo mismo que ellos? – negó con la cabeza de manera frenética – ves? Cambia el punto de vista, comprende, escucha… siente… acaso no eres la mejor para eso? Ahhh – se desperezo – ya debo irme cuídate canosa, promete cuidar del cabeza hueca de Luv!
- Rayner… l-lo prometo… amigo.
Y la figura de aquel que para mi seguía siendo mi estrella guía, mi amigo, mi dios, desapareció tan suave como había aparecido, me quedo un hueco en el pecho pero estaba cálido, entonces volví la mirada a la cabaña y de esta al corcel.
Era entonces su momento?, sonreí con amargura, agachando un segundo la mirada, mi cuerpo cayó de rodillas y mis dedos buscaron las caricias de la hierba húmeda debajo mío, así que tu deber es guiarlos cuando su alma llega a su fin?, que triste debe ser quien eres… entonces lo comprendí todo y mis manos buscaron cubrir mi rostro mientras rompía en un llanto desconsolado por lo cruel que había sido, yo… no era así, a mi alrededor comenzaron a acrecer flores que desprendían un dulce aroma tranquilizador, yo me había olvidado cómo era realmente, como había dejado que eso pasara?.
Leliana- 244
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
La puerta se había abierto y por ella había entrado un joven, el nombre apareció automáticamente en el libro, justo debajo del que había sido su abuelo. Era demasiado joven… un niño en comparación con otros, tenia toda la vida por delante.
El niño me miro con odio, mal entendía la situación, me aparte y sali de la pequeña casa, los gritos del joven se perdieron entre los truenos, mi figura se veía alargada en la sombra producida por la luz de los relámpagos y el barro la mal formaba.
Tal vez aquella era la verdadera forma del monstruo que era, el suelo se sintió extraño bajo mis pies, algo andaba mal, demasiado mal para creerlo cierto, un rayo cayo a metros de mi, golpeando contra la base de un gran árbol. Todo sucedió muy pronto, el grito del joven, el árbol cayendo, actué rápido pero solo pude detener un objetivo, la sangre mancho mi ropa, salía con fuerza, o tal vez era el agua la que hacia que todo se tiña de rojo mas rápido.
Los ojos del joven sosteniendo mi mirada, mientras yo sostenía el árbol sobre su cabeza y el apuñalaba mi pecho – eres débil – dije apartándolo con una mano, el joven trastabillo y callo de espaldas – si hubieras sido fuerte tu abuelo viviría ahora! – mentía, pero buscaba darle una razón para seguir – entrena, fortalécete, y búscame cuando seas alguien! – deje que el árbol caiga sin dañar a nadie y me di la vuelta.
Tome el puñal por el mango y lo arranque de mi carne para luego dejarlo caer. Caminaba lento, parecía cansado, y de cierta forma lo estaba, obligado a ver siempre el peor rostro de las personas, recibir su odio por llevar al otro mundo a sus seres preciados, pero eso no cambiaria. Pude ver el fuego de Arvak ya a varios metros, cuando la tierra se abrió, y las manos comenzaron a salir, de que se trataba aquello, acaso era un mala broma?
Y fue cuando comprendí la tormenta inesperada. Y ahora los muertos se abrían paso hacia la superficie, debíamos hallar los objetos robados antes de que no quedara una tierra por la cual luchar para gobernar. Patee la cabeza del primero muerto que atravesó a la superficie, la carne podrida y los huesos roídos se separaron con facilidad. Cuando el numero de cuerpos fue demasiado abrí mi boca y aspire con fuerza separando las almas de los cuerpos y devorándolas, los cadáveres cayeron inertes nuevamente y taparon los hoyos de tierra evitando que salgan mas detrás de ellos. Era probable que nos encontráramos sobre una fosa común era normal en los pueblos pequeños como del que estaba cerca.
Caí sobre el pasto de espaldas, todo me dio vueltas, las imágenes de los recuerdos de aquellas personas comenzaron a pasar por mi mente, si absorbía un alma mas correría riesgo de perder mis propias memorias. Lleve mis manos a mis sienes, mi cabeza se partía. Me levante como pude y me apoye a un lado de caballo, debía hacer algo, o el caos no tendría marcha atrás.
El niño me miro con odio, mal entendía la situación, me aparte y sali de la pequeña casa, los gritos del joven se perdieron entre los truenos, mi figura se veía alargada en la sombra producida por la luz de los relámpagos y el barro la mal formaba.
Tal vez aquella era la verdadera forma del monstruo que era, el suelo se sintió extraño bajo mis pies, algo andaba mal, demasiado mal para creerlo cierto, un rayo cayo a metros de mi, golpeando contra la base de un gran árbol. Todo sucedió muy pronto, el grito del joven, el árbol cayendo, actué rápido pero solo pude detener un objetivo, la sangre mancho mi ropa, salía con fuerza, o tal vez era el agua la que hacia que todo se tiña de rojo mas rápido.
Los ojos del joven sosteniendo mi mirada, mientras yo sostenía el árbol sobre su cabeza y el apuñalaba mi pecho – eres débil – dije apartándolo con una mano, el joven trastabillo y callo de espaldas – si hubieras sido fuerte tu abuelo viviría ahora! – mentía, pero buscaba darle una razón para seguir – entrena, fortalécete, y búscame cuando seas alguien! – deje que el árbol caiga sin dañar a nadie y me di la vuelta.
Tome el puñal por el mango y lo arranque de mi carne para luego dejarlo caer. Caminaba lento, parecía cansado, y de cierta forma lo estaba, obligado a ver siempre el peor rostro de las personas, recibir su odio por llevar al otro mundo a sus seres preciados, pero eso no cambiaria. Pude ver el fuego de Arvak ya a varios metros, cuando la tierra se abrió, y las manos comenzaron a salir, de que se trataba aquello, acaso era un mala broma?
Y fue cuando comprendí la tormenta inesperada. Y ahora los muertos se abrían paso hacia la superficie, debíamos hallar los objetos robados antes de que no quedara una tierra por la cual luchar para gobernar. Patee la cabeza del primero muerto que atravesó a la superficie, la carne podrida y los huesos roídos se separaron con facilidad. Cuando el numero de cuerpos fue demasiado abrí mi boca y aspire con fuerza separando las almas de los cuerpos y devorándolas, los cadáveres cayeron inertes nuevamente y taparon los hoyos de tierra evitando que salgan mas detrás de ellos. Era probable que nos encontráramos sobre una fosa común era normal en los pueblos pequeños como del que estaba cerca.
Caí sobre el pasto de espaldas, todo me dio vueltas, las imágenes de los recuerdos de aquellas personas comenzaron a pasar por mi mente, si absorbía un alma mas correría riesgo de perder mis propias memorias. Lleve mis manos a mis sienes, mi cabeza se partía. Me levante como pude y me apoye a un lado de caballo, debía hacer algo, o el caos no tendría marcha atrás.
Vidd- SSES - Moderador
- 278
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Un trueno hizo que cubriera mis oídos, un destello, levante la mirada cuando un árbol caía, me sobresalte un poco, vi a un niño y a Vidd… lo había salvado?, vi desde donde estaba el cuchillo en su pecho, no entendí que había sucedido en ese lapso que duro milésimas de segundos, fue todo muy rápido y cuando me quise dar cuenta baje la mirada porque sentía que algo se novia a mis pies.
No pude evitar soltar un grito cuando una mano sujeto mi tobillo, otra más, mi pierna, otra más, ambas piernas estaban sujetas, por todos los dioses que no estaba en una película de terror!, me había quedado dormida acaso?, mi mano se prendió fuego y queme una de las manos que me sujetaba pero cuando quemaba una dos más me sujetaban, las raíces iban quitándome de encima los cuerpos que se acercaban y por instinto levante la mirada hacia donde estaba Vidd, no, no era obra de él, entonces Hades?, pero Vidd parecía confundido y también comenzaba a quitárselos de encima, me concentre.
- Dile a tu dios que se detenga!!!
No lograba ponerme de pie, ahora peleaba por zafarme, había cometido el error de querer levantarme y tropecé cayendo de frente, ahora también apresaban mis brazos, mi cosmos se encendió, pensé en que no estaban realmente vivos, que no estaba matando a nadie que no lo mereciera, ellos ya habían muerto, mi cabello se volvió rojo y enseguida se convirtió en fuego, mi cuerpo fue encendiéndose para liberarse pero era como la hidra, una cabeza cortada, dos que crecían!, me distraían, la lluvia hacia que al entrar en contacto con mi cabello vapor saliera de este, estaba… asustada, me daban miedo realmente, no esperaba que me afectara pero ver a los que ya habían salido, comencé a paralizarme y aquellas manos muertas arrancaron la capa carmesí cuando forseajaba para soltarme, las plantas… mi cosmos volvió a encenderse buscando ayuda de las raíces del árbol que tenía junto a mí, estas comenzaron a hacer estragos en el piso pero fue peor, porque bajo estas enredados había más cuerpos y estos salieron con mayor facilidad cuando invoque su ayuda.
- Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!
Le di una patada con fuerza a la cabeza de uno de los muertos, esta se quebró pero el cuerpo no dejo de moverse, por dios!, mis piernas y brazos estaban arañados, volvía a encender fuego en mis manos desesperada por querer quitármelos de encima pero me sentí tan asqueada, débil que me costaba trabajo apartarlos, logre hacer cenizas el brazo de uno pero eso no los detenía. VIDD!
Déjame salir!!! No pienses en ese idiota, yo los matare de nuevo a todos!
No, no de nuevo, no la desencadenaría de nuevo, la última vez solo había logrado hacerme daño a mí misma, si ahora que no estaba concentrada la liberaba, entonces no sabía si lograría volver a mi estado normal una vez que estuviese fuera de las garras de aquellos muertos vivientes.
No pude evitar soltar un grito cuando una mano sujeto mi tobillo, otra más, mi pierna, otra más, ambas piernas estaban sujetas, por todos los dioses que no estaba en una película de terror!, me había quedado dormida acaso?, mi mano se prendió fuego y queme una de las manos que me sujetaba pero cuando quemaba una dos más me sujetaban, las raíces iban quitándome de encima los cuerpos que se acercaban y por instinto levante la mirada hacia donde estaba Vidd, no, no era obra de él, entonces Hades?, pero Vidd parecía confundido y también comenzaba a quitárselos de encima, me concentre.
- Dile a tu dios que se detenga!!!
No lograba ponerme de pie, ahora peleaba por zafarme, había cometido el error de querer levantarme y tropecé cayendo de frente, ahora también apresaban mis brazos, mi cosmos se encendió, pensé en que no estaban realmente vivos, que no estaba matando a nadie que no lo mereciera, ellos ya habían muerto, mi cabello se volvió rojo y enseguida se convirtió en fuego, mi cuerpo fue encendiéndose para liberarse pero era como la hidra, una cabeza cortada, dos que crecían!, me distraían, la lluvia hacia que al entrar en contacto con mi cabello vapor saliera de este, estaba… asustada, me daban miedo realmente, no esperaba que me afectara pero ver a los que ya habían salido, comencé a paralizarme y aquellas manos muertas arrancaron la capa carmesí cuando forseajaba para soltarme, las plantas… mi cosmos volvió a encenderse buscando ayuda de las raíces del árbol que tenía junto a mí, estas comenzaron a hacer estragos en el piso pero fue peor, porque bajo estas enredados había más cuerpos y estos salieron con mayor facilidad cuando invoque su ayuda.
- Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!
Le di una patada con fuerza a la cabeza de uno de los muertos, esta se quebró pero el cuerpo no dejo de moverse, por dios!, mis piernas y brazos estaban arañados, volvía a encender fuego en mis manos desesperada por querer quitármelos de encima pero me sentí tan asqueada, débil que me costaba trabajo apartarlos, logre hacer cenizas el brazo de uno pero eso no los detenía. VIDD!
Déjame salir!!! No pienses en ese idiota, yo los matare de nuevo a todos!
No, no de nuevo, no la desencadenaría de nuevo, la última vez solo había logrado hacerme daño a mí misma, si ahora que no estaba concentrada la liberaba, entonces no sabía si lograría volver a mi estado normal una vez que estuviese fuera de las garras de aquellos muertos vivientes.
Leliana- 244
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Me había deshecho de aquellos cadáveres y había creído que con eso bastaría para detenerlos, pero me había equivocado el lugar estaba infectado de aquellas cosas, * regresen a su mundo * pensé, pero estaba seguro de que no les agradaba su mundo después de todo, aquellas no eran buenas almas, eran almas pecadoras, almas de asesinos, ladrones, violadores, la basura de la tierra arrojada a nuestro mundo para que sean torturados por el daño hecho en vida.
Los gritos de aquella mujer me pusieron los pelos de punta, seguía por allí? Gire tan rápido como pude pero solo logre ver como ella había empeorado las cosas, las raíces habían roto la tierra facilitando que los muertos treparan a la superficie – es una broma?! – solté a Arvak y este me siguió mientras corría hacia ella, patee el brazo de un cadáver que la sostenía de una pierna, y ayude a liberarse de los demás, mire dentro de la fosa, y veía como su capa roja iba cayendo mas al fondo.
Sujetándola de la cintura la levante por encima de mi hombro y la recosté sobre Arvak el cual se alejo con mi orden lo suficiente como para que no la hiera a ella. Me aferre a mis recuerdos, los rostros nuevos, las batallas peleadas, mi hermana… una lagrima callo por mi mejilla perdiéndose bajo la lluvia mientras mi cosmos no solo crecía, si no que me envolvía en forma de fuego, mi cosmos creció tanto como nunca antes lo había hecho, y nuevamente volví a aspirar con fuerza arrancando las almas de aquellos cuerpos, comiendo mas de lo que debía… y como si de una explosión se tratara al terminar solo pude sentir que el silencio me envolvía.
Caí de rodillas y mi brazo que aun era de huesos se apoyo en un árbol a mi lado, debía dar una vida para salvar otras, las raíces del árbol y su base comenzaron a morir, pudriéndose de adentro hacia afuera, y un golpe en seco hizo que el árbol imponente se desmoronara sobre el hueco creado por Venus en la tierra, aquello serviría para detenerlos un tiempo, pero no sabría cuanto.
El efecto de las almas en mi cuerpo había tardado por la gran cantidad, pero no tardo en golpear mi mente, mi manos se enterraron en el barro, y una bocanada de sangre callo por mi boca. Los rostros comenzaron a volverse borrosos, y cosas que jamás había vivido ahora se veían tan claras. Mis ojos estaban blancos, había perdido demasiada sangre por distraído y eso me jugaba en contra. Me desplome de espaldas junto al árbol caído y apoye mi mano sobre la herida quemándola con fuego. La lluvia no se detendría y los muertos tampoco.
- ahí que evacuar a la gente – dije en vos alta pero para mi mismo – esta no puede ser la hora de nadie – arroje el peso hacia adelante y primero andando en mis rodillas para luego levantarme con dificultad silbe al caballo para que vuelva.
- debemos hacer algo – dije – perdón, debo – no debía pluralizar con ella.
Los gritos de aquella mujer me pusieron los pelos de punta, seguía por allí? Gire tan rápido como pude pero solo logre ver como ella había empeorado las cosas, las raíces habían roto la tierra facilitando que los muertos treparan a la superficie – es una broma?! – solté a Arvak y este me siguió mientras corría hacia ella, patee el brazo de un cadáver que la sostenía de una pierna, y ayude a liberarse de los demás, mire dentro de la fosa, y veía como su capa roja iba cayendo mas al fondo.
Sujetándola de la cintura la levante por encima de mi hombro y la recosté sobre Arvak el cual se alejo con mi orden lo suficiente como para que no la hiera a ella. Me aferre a mis recuerdos, los rostros nuevos, las batallas peleadas, mi hermana… una lagrima callo por mi mejilla perdiéndose bajo la lluvia mientras mi cosmos no solo crecía, si no que me envolvía en forma de fuego, mi cosmos creció tanto como nunca antes lo había hecho, y nuevamente volví a aspirar con fuerza arrancando las almas de aquellos cuerpos, comiendo mas de lo que debía… y como si de una explosión se tratara al terminar solo pude sentir que el silencio me envolvía.
Caí de rodillas y mi brazo que aun era de huesos se apoyo en un árbol a mi lado, debía dar una vida para salvar otras, las raíces del árbol y su base comenzaron a morir, pudriéndose de adentro hacia afuera, y un golpe en seco hizo que el árbol imponente se desmoronara sobre el hueco creado por Venus en la tierra, aquello serviría para detenerlos un tiempo, pero no sabría cuanto.
El efecto de las almas en mi cuerpo había tardado por la gran cantidad, pero no tardo en golpear mi mente, mi manos se enterraron en el barro, y una bocanada de sangre callo por mi boca. Los rostros comenzaron a volverse borrosos, y cosas que jamás había vivido ahora se veían tan claras. Mis ojos estaban blancos, había perdido demasiada sangre por distraído y eso me jugaba en contra. Me desplome de espaldas junto al árbol caído y apoye mi mano sobre la herida quemándola con fuego. La lluvia no se detendría y los muertos tampoco.
- ahí que evacuar a la gente – dije en vos alta pero para mi mismo – esta no puede ser la hora de nadie – arroje el peso hacia adelante y primero andando en mis rodillas para luego levantarme con dificultad silbe al caballo para que vuelva.
- debemos hacer algo – dije – perdón, debo – no debía pluralizar con ella.
Vidd- SSES - Moderador
- 278
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Fue algo brusco y rápido pero internamente le agradecía que me hubiese sacado de aquel lio, realmente me había asustado un poco y solo cuando estuve sobre su caballo, fuera de peligro me di cuenta de las pequeñas heridas que había ganado, en ese momento Venus me había pedido que acudiera al Olimpo pero me negué, solo pude conectar mi alma con esta que reposaba en mi hogar para informarle a mi Dios y cuando regrese en si aquel corcel regresaba al lugar en donde se encontraba su amo
Me baje por un momento sin saber porque me preocupe por el estado en que encontré al juez, luego me di cuenta de que me estaba preocupando por mi enemigo y me avergoncé de tal cosa, estaba en mi en realidad querer siempre mantener todo a salvo pero no esperaba que me preocupara por él exactamente.
- Que sean sus muertos no me hace ajena al problema, es mi deber también ayudar a evacuar… si estás cansado quédate, no quiero que seas un estorbo – sacudí un poco mi ropa llena de tierra, mi cabello estaba algo alborotado pero lo ate en una colita alta para que no me molestara, no era momento de verse “bien” aunque habría deseado no haber perdido mi capa, realmente me gustaba aquella prenda.
Lo mire como si lo estuviese revisando con la mirada – el pueblo no está muy lejos de aquí, podremos llegar rápido en tu… caballo – si se lo podía llamar aun de esa manera, porque solo tenía la apariencia pero dudaba que fuera realmente un caballo todavía, solo era un conjunto de huesos y fuego pero si lo decía en voz alta quizás ofendiera a su amo o incluso a la bestia y prefería evitarme ahora los problemas con ellos, teníamos otros de que ocuparnos primero.
Me recordé para mis adentros que no lo estaba ayudando a él, estaba haciendo lo que debía hacer, tampoco le estaba pidiendo ayuda, él solo iba a colaborar, era todo, nada de compañerismo, ni amistad… ni encariñarse!, me preguntaba porque tenía que recordármelo, si realmente me molestaba aquel hombre, entonces porque tenía la necesidad de “engañar” con palabras a mi mente para que no pensara lo contrario?. Mire por sobre su hombro el árbol caído, había sido mi culpa, sino le hubiese pedido que usara sus raíces para ayudarme… ese hombre frente a mí no tendría que haberlo matado para cerrar la fosa, suspire y espere a que él me dijera si podía seguir o no, dependía su respuesta si avanzaba sola o contaba con Griffon.
Me baje por un momento sin saber porque me preocupe por el estado en que encontré al juez, luego me di cuenta de que me estaba preocupando por mi enemigo y me avergoncé de tal cosa, estaba en mi en realidad querer siempre mantener todo a salvo pero no esperaba que me preocupara por él exactamente.
- Que sean sus muertos no me hace ajena al problema, es mi deber también ayudar a evacuar… si estás cansado quédate, no quiero que seas un estorbo – sacudí un poco mi ropa llena de tierra, mi cabello estaba algo alborotado pero lo ate en una colita alta para que no me molestara, no era momento de verse “bien” aunque habría deseado no haber perdido mi capa, realmente me gustaba aquella prenda.
Lo mire como si lo estuviese revisando con la mirada – el pueblo no está muy lejos de aquí, podremos llegar rápido en tu… caballo – si se lo podía llamar aun de esa manera, porque solo tenía la apariencia pero dudaba que fuera realmente un caballo todavía, solo era un conjunto de huesos y fuego pero si lo decía en voz alta quizás ofendiera a su amo o incluso a la bestia y prefería evitarme ahora los problemas con ellos, teníamos otros de que ocuparnos primero.
Me recordé para mis adentros que no lo estaba ayudando a él, estaba haciendo lo que debía hacer, tampoco le estaba pidiendo ayuda, él solo iba a colaborar, era todo, nada de compañerismo, ni amistad… ni encariñarse!, me preguntaba porque tenía que recordármelo, si realmente me molestaba aquel hombre, entonces porque tenía la necesidad de “engañar” con palabras a mi mente para que no pensara lo contrario?. Mire por sobre su hombro el árbol caído, había sido mi culpa, sino le hubiese pedido que usara sus raíces para ayudarme… ese hombre frente a mí no tendría que haberlo matado para cerrar la fosa, suspire y espere a que él me dijera si podía seguir o no, dependía su respuesta si avanzaba sola o contaba con Griffon.
Leliana- 244
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Ella volvió sobre el caballo y se bajo de este al estar cerca, limpie con un puño la sangre que manchaba mi mentón pero solo logre mancharme mas con el barro de las manos, tenia nauseas y aun todo me daba vueltas, espere un momento mientras escuchaba su charla.
No sabría cuento tiempo mas podría estar de pie, realmente no sabia como era que en aquel momento lo estaba, lentamente mis recuerdos se afianzaron y alegre me anime a sonreír, no había perdido aquellos rostros conocidos, pero tampoco podía seguir utilizando aquella habilidad por un largo tiempo o debería despedirme de todo lo que conocía.
Me acerque a Arvak y sostuve la montura con firmeza, de un salto monte sobre este y sujetando del brazo a Venus la ayude a montar detrás mío. – el día que me convierta en un estorbo yo mismo acabare con mi vida – el camino por el bosque era zigzagueante y largo, y posiblemente lleno de obstáculos teniendo en cuenta nuestro alrededor.
Arvak asintió con la cabella y comenzó a correr en línea recta mientras se elevaba poco a poco como si fuera subiendo por una colina invisible, en pocos minutos corríamos por sobre el bosque, todo seria mas rápido así. – sujetate – dije, simplemente porque me costaba hasta tratar de armar otra palabra.
Cada algunos minutos mi cuerpo quedaba inconsciente, dependiendo de Arvak para llegar a destino mientras rogaba en mi mente porque Hades me de fuerzas para recuperarme. El descenso fue rápido, los cuatro cascos de Arvak golpearon las calles cubiertas de piedras, era un pueblo pesquero, y de donde estábamos se podía ver el mar, o lo que sea que fuera aquel demonio de agua que ocupaba su lugar, las olas eran impresionantes y volvían remolinos que rompían contra la costa, el lugar parecía un maldito pueblo fantasma, el silencio de lo que debería ser un montón de gente en las calles se hizo notar, miráramos a donde miráramos aquello parecía el final. El mar invadiría la tierra, los rayos caían demasiado cerca y en cualquier momento los muertos saldrían del bosque para llegar a aquel lugar.
Baje del caballo y eche una rápida ojeada a todos lados, la sangre volvió a caer de mi boca pero me apresure a limpiarme – ideas? – me dirigí a mi nueva compañera…
No sabría cuento tiempo mas podría estar de pie, realmente no sabia como era que en aquel momento lo estaba, lentamente mis recuerdos se afianzaron y alegre me anime a sonreír, no había perdido aquellos rostros conocidos, pero tampoco podía seguir utilizando aquella habilidad por un largo tiempo o debería despedirme de todo lo que conocía.
Me acerque a Arvak y sostuve la montura con firmeza, de un salto monte sobre este y sujetando del brazo a Venus la ayude a montar detrás mío. – el día que me convierta en un estorbo yo mismo acabare con mi vida – el camino por el bosque era zigzagueante y largo, y posiblemente lleno de obstáculos teniendo en cuenta nuestro alrededor.
Arvak asintió con la cabella y comenzó a correr en línea recta mientras se elevaba poco a poco como si fuera subiendo por una colina invisible, en pocos minutos corríamos por sobre el bosque, todo seria mas rápido así. – sujetate – dije, simplemente porque me costaba hasta tratar de armar otra palabra.
Cada algunos minutos mi cuerpo quedaba inconsciente, dependiendo de Arvak para llegar a destino mientras rogaba en mi mente porque Hades me de fuerzas para recuperarme. El descenso fue rápido, los cuatro cascos de Arvak golpearon las calles cubiertas de piedras, era un pueblo pesquero, y de donde estábamos se podía ver el mar, o lo que sea que fuera aquel demonio de agua que ocupaba su lugar, las olas eran impresionantes y volvían remolinos que rompían contra la costa, el lugar parecía un maldito pueblo fantasma, el silencio de lo que debería ser un montón de gente en las calles se hizo notar, miráramos a donde miráramos aquello parecía el final. El mar invadiría la tierra, los rayos caían demasiado cerca y en cualquier momento los muertos saldrían del bosque para llegar a aquel lugar.
Baje del caballo y eche una rápida ojeada a todos lados, la sangre volvió a caer de mi boca pero me apresure a limpiarme – ideas? – me dirigí a mi nueva compañera…
Vidd- SSES - Moderador
- 278
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Que me sujetara fuerte a qué?, me negué un poco a querer rodear su cintura por lo que mis manos se aferraron a su ropa, apretando contra su espalda un poco mi cuerpo, no era un viaje agradable, prefería mantener mis pies sobre la tierra si me lo preguntaban, si tan solo mi caballo hubiese sido la mitad de valiente que el de él, aunque pensándolo el mío aún estaba vivo y era lógico que temiera morir a diferencia de este. Me mantuve en silencio no porque no tuviese algo que decir, siempre tenía algo que acotar pero preferí callarme por un rato, no era como si no hubiese notado su estado o… lo otro, no era lenta, ni mucho menos tonta, tal vez, después de todo, Griffon no era tan cruel o los otros no eran como me los imaginaba, pero me costaba tanto hacer todos mis pensamientos a un lado y darles una oportunidad.
Me baje del caballo tras él, mire a nuestro alrededor, el lugar estaba desierto y un mal sabor se adueñó de mi boca, o los del pueblo tenían un lindo bunker, que dudaba, o lo peor había ya pasado y no habíamos logrado hacer nada por ellos, lo que hizo que se me hiciera un nudo en la garganta, suspire y me quede mirándolo, arquee una ceja, como si no me hubiese dado cuenta de eso de nuevo, mofe molesta – ideas tengo pero tú eres un estorbo en tu situación y no podrás ni ayudar ni nada, te desmayaras antes de que logremos algo… si es que queda algo por hacer – murmure molesta, el fuego bailaba en mi mirada y con brusquedad tome a Vidd del cuello de su ropa arrastrándolo.
Abrí sin dificultad la puerta de la primera casa, la puerta estaba abierta, no tenía seguro, lo que me extraño, mi mano enseguida apunto a la chimenea y esta se encendió, el fuego ardió y comenzó a quemar la madera dispuesta para calentar la pequeña casa, casi lo avente sobre el sillón y cerré la puerta, la trabe, por alguna razón tenía un mal presentimiento, cerré las ventanas – quítate la camisa… crees que no vi eso? estas lleno de sangre. Sanaremos tus heridas antes de averiguar qué pasa, además ere tú el más indicado para pararlos o llama a tu dios o a alguno de tus amigos – mientras le hablaba caminaba algo insistente por la casa, todas estaban hechas de la misma manera, por lo que no tarde en encontrar toallas tras una puerta, tome algunas, una la coloque sobre mi cabello, no era inmune a la lluvia, ni al frio por lo que prefería mantenerme seca, puse una sobre la cabeza de Vidd y deje las otras a un lado, él estaba lleno de barro y sangre, si lo iba a tener cerca prefería no tener que verle en ese estado, encontré un botiquín y algunas cosas más como agua y algo de comida, pero ni un rastro de los habitantes de la casa, tampoco note signos de pelea, los truenos cayeron con más fuerza y afuera el azote del viento y la lluvia golpeaban contra las persianas bajas de la casa, suspire y volví a donde estaba Vidd.
- No hago esto por ti, te lo dije, no quiero que seas un estorbo y no tengo ganas de ver cómo te suicidas por serlo… - explique antes de que tuviese alguna idea errónea, tome una de las toallas, aunque estuviese enojada o él me molestara, en cierto modo, no podía evitar mi naturaleza, era una bruja pero una buena, mordía pero mi veneno no siempre mataba, también curaba, era ambas cosas en el mismo recipiente, era muy propio de mí que actuara con tranquilidad y dulzura cuando alguien estaba herido o necesitaba ayuda – así que tu dios también perdió lo suyo?
No quería que se hiciese silencio entre ambos, moje una toalla con agua y con cuidad limpie su labio, una mezcla de tierra y sangre, la tela se manchó enseguida, la lluvia afuera empeoraba y no solo estaba preocupada por la situación en el pueblo, como debía de estar el mundo, no pudiendo con eso mi cabeza iba a mil por horas, había problemas en el Olimpo, mi compañero se había pasado de la raya y yo en vez de ir estaba aquí con mi “enemigo”. Suspire algo agotada, quizás por eso no quería moverme por un rato, necesitaba acomodar las ideas.
Me baje del caballo tras él, mire a nuestro alrededor, el lugar estaba desierto y un mal sabor se adueñó de mi boca, o los del pueblo tenían un lindo bunker, que dudaba, o lo peor había ya pasado y no habíamos logrado hacer nada por ellos, lo que hizo que se me hiciera un nudo en la garganta, suspire y me quede mirándolo, arquee una ceja, como si no me hubiese dado cuenta de eso de nuevo, mofe molesta – ideas tengo pero tú eres un estorbo en tu situación y no podrás ni ayudar ni nada, te desmayaras antes de que logremos algo… si es que queda algo por hacer – murmure molesta, el fuego bailaba en mi mirada y con brusquedad tome a Vidd del cuello de su ropa arrastrándolo.
Abrí sin dificultad la puerta de la primera casa, la puerta estaba abierta, no tenía seguro, lo que me extraño, mi mano enseguida apunto a la chimenea y esta se encendió, el fuego ardió y comenzó a quemar la madera dispuesta para calentar la pequeña casa, casi lo avente sobre el sillón y cerré la puerta, la trabe, por alguna razón tenía un mal presentimiento, cerré las ventanas – quítate la camisa… crees que no vi eso? estas lleno de sangre. Sanaremos tus heridas antes de averiguar qué pasa, además ere tú el más indicado para pararlos o llama a tu dios o a alguno de tus amigos – mientras le hablaba caminaba algo insistente por la casa, todas estaban hechas de la misma manera, por lo que no tarde en encontrar toallas tras una puerta, tome algunas, una la coloque sobre mi cabello, no era inmune a la lluvia, ni al frio por lo que prefería mantenerme seca, puse una sobre la cabeza de Vidd y deje las otras a un lado, él estaba lleno de barro y sangre, si lo iba a tener cerca prefería no tener que verle en ese estado, encontré un botiquín y algunas cosas más como agua y algo de comida, pero ni un rastro de los habitantes de la casa, tampoco note signos de pelea, los truenos cayeron con más fuerza y afuera el azote del viento y la lluvia golpeaban contra las persianas bajas de la casa, suspire y volví a donde estaba Vidd.
- No hago esto por ti, te lo dije, no quiero que seas un estorbo y no tengo ganas de ver cómo te suicidas por serlo… - explique antes de que tuviese alguna idea errónea, tome una de las toallas, aunque estuviese enojada o él me molestara, en cierto modo, no podía evitar mi naturaleza, era una bruja pero una buena, mordía pero mi veneno no siempre mataba, también curaba, era ambas cosas en el mismo recipiente, era muy propio de mí que actuara con tranquilidad y dulzura cuando alguien estaba herido o necesitaba ayuda – así que tu dios también perdió lo suyo?
No quería que se hiciese silencio entre ambos, moje una toalla con agua y con cuidad limpie su labio, una mezcla de tierra y sangre, la tela se manchó enseguida, la lluvia afuera empeoraba y no solo estaba preocupada por la situación en el pueblo, como debía de estar el mundo, no pudiendo con eso mi cabeza iba a mil por horas, había problemas en el Olimpo, mi compañero se había pasado de la raya y yo en vez de ir estaba aquí con mi “enemigo”. Suspire algo agotada, quizás por eso no quería moverme por un rato, necesitaba acomodar las ideas.
Leliana- 244
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Miraba en dirección al bosque cuando sentí el fuerte tirón de la ropa, aquella mujer me arrastro dentro de una de las casas y arrojo sobre un sillón mi cuerpo como si se tratase de una carga sin importancia, encendió el fuego y busco toallas y un botiquín, no habían pasado 3 minutos desde que estábamos allí pero creo que ella ya había recorrido todo el lugar mas veces que sus verdaderos inquilinos.
El fuego comenzaba a ambientar el lugar, le hacia caso mientras la observaba como iba y venia, y aunque me quite la camisa cuando lo pidió de aquella forma casi como una orden era verdad, mi cuerpo estaba cubierto de sangre, pero la herida de mi pecho ahora era una cicatriz de quemadura, podía limpiarme pero no había mucho mas que hacer con ella.
Quise explicar el porque de mi situación pero ella, no se detenía un segundo, dejo caer una de las Toallas secas sobre mi cabeza, y aparte la tela de mis ojos para ver como seguiría aquello, con ambas manos seque mi pelo por encima ayudando a que se oreara bien.
- Las heridas no son problemas, sano… “rápido” – Eche mi cuerpo hacia adelante y deje que la toalla caiga sobre mis hombros – aunque digas que no lo haces por mi, te lo agradezco – tome la toalla con una mano y la pase por mi pecho limpiándome un poco. – allá atrás tuve una oportunidad de sacarnos solo porque literalmente me comí las almas de aquellos cuerpos, pero solo debo comer cuando es necesario, esa cantidad es la causante de mi estado actual, pasara, pero llevara un momento – explique tan breve y rápido como pude, ella era impulsiva y sabia que me callaría en cualquier momento – no puedo volver a hacer eso, no sin consecuencias grabes – frote mi nuca y mire el fuego.
Su pregunta era buena, y dude solo unos segundos – si, y no fue el único, también su hermano. Poseidón y por el aspecto del intento de cielo que nos rodea, supongo que paso algo similar en el Olimpo, o me equivoco? – Ella limpio mi rostro con una toalla, sonreí sin mirarle, entendía que al parecer no le gustaba que fuera tan agradable con ella, supuse que era por lo de su amigo difunto.
- Por parte de mi reino yo me hare cargo, mi dios no vendrá aquí, no puedo exponerlo, y en cuanto a compañeros, prefiero no involucrarlos tampoco – era verdad, tal vez era un tonto, pero prefería cargar yo mismo con los problemas que se me interponían.
Me puse de pie y camine hasta la chimenea parándome a un lado, me quite los borsegos altos y los deje a un lado para que se secaran, mis pies sintieron la madera del suelo, era suave alguien le había puesto esmero a aquella casa. Ahí lo recordé – muchas de estas casas tienen habitaciones subterráneas - , donde se entra por una puerta en el suelo, levante la alfombra que cubría el centro de la habitación, pero no había puertas, o manijas, o indicio de que pudiera haber alguna. – bueno tal vez esta no la tiene, pero tal vez allá otra que si – mire algo apenado a Venus, - la gente tiene que estar en alguna parte – me negaba a creer que habíamos llegado tarde, no lo aceptaría tan fácil.
El fuego comenzaba a ambientar el lugar, le hacia caso mientras la observaba como iba y venia, y aunque me quite la camisa cuando lo pidió de aquella forma casi como una orden era verdad, mi cuerpo estaba cubierto de sangre, pero la herida de mi pecho ahora era una cicatriz de quemadura, podía limpiarme pero no había mucho mas que hacer con ella.
Quise explicar el porque de mi situación pero ella, no se detenía un segundo, dejo caer una de las Toallas secas sobre mi cabeza, y aparte la tela de mis ojos para ver como seguiría aquello, con ambas manos seque mi pelo por encima ayudando a que se oreara bien.
- Las heridas no son problemas, sano… “rápido” – Eche mi cuerpo hacia adelante y deje que la toalla caiga sobre mis hombros – aunque digas que no lo haces por mi, te lo agradezco – tome la toalla con una mano y la pase por mi pecho limpiándome un poco. – allá atrás tuve una oportunidad de sacarnos solo porque literalmente me comí las almas de aquellos cuerpos, pero solo debo comer cuando es necesario, esa cantidad es la causante de mi estado actual, pasara, pero llevara un momento – explique tan breve y rápido como pude, ella era impulsiva y sabia que me callaría en cualquier momento – no puedo volver a hacer eso, no sin consecuencias grabes – frote mi nuca y mire el fuego.
Su pregunta era buena, y dude solo unos segundos – si, y no fue el único, también su hermano. Poseidón y por el aspecto del intento de cielo que nos rodea, supongo que paso algo similar en el Olimpo, o me equivoco? – Ella limpio mi rostro con una toalla, sonreí sin mirarle, entendía que al parecer no le gustaba que fuera tan agradable con ella, supuse que era por lo de su amigo difunto.
- Por parte de mi reino yo me hare cargo, mi dios no vendrá aquí, no puedo exponerlo, y en cuanto a compañeros, prefiero no involucrarlos tampoco – era verdad, tal vez era un tonto, pero prefería cargar yo mismo con los problemas que se me interponían.
Me puse de pie y camine hasta la chimenea parándome a un lado, me quite los borsegos altos y los deje a un lado para que se secaran, mis pies sintieron la madera del suelo, era suave alguien le había puesto esmero a aquella casa. Ahí lo recordé – muchas de estas casas tienen habitaciones subterráneas - , donde se entra por una puerta en el suelo, levante la alfombra que cubría el centro de la habitación, pero no había puertas, o manijas, o indicio de que pudiera haber alguna. – bueno tal vez esta no la tiene, pero tal vez allá otra que si – mire algo apenado a Venus, - la gente tiene que estar en alguna parte – me negaba a creer que habíamos llegado tarde, no lo aceptaría tan fácil.
Vidd- SSES - Moderador
- 278
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Aunque sanaran rápido, quemarse no era la manera más agradable como yo lo veía, suspire, no iba a discutirle, estaba atrapada en este pueblo con él, no es como si algo me retuviese, podía volver al Olimpo si lo deseaba pero me preocupaba la gente del lugar y no lograba entender del todo porque a él también le importaban, busque sus ojos pero estaban ocultos por la toalla y el cabello que ahora le caía sobre el rostro, sentí calor en mis mejillas, la chimenea estaba dando mucho calor, aparte la mirada al fuego para desviarla de su pecho desnudo y marcado, era igual que Akroma, las marcas de las batallas les habían dejado infinitas heridas sobre la piel, muy distinto a Mordeth que al igual que yo poseíamos otro modo de pelear lo que nos mantenía lejos de las cicatrices, mi corazón latió al pensar en los tres al mismo tiempo, demasiado alborotada! Shhh.
Silencie las voces y aparte todo pensamiento de mi mente, había otras cosas de que preocuparse en ese momento, rebusque en el cinto que llevaba atado a la cintura y se extendía hasta mi pierna enganchándose en esta también, era un estuche grande que había estado cubierto por la capa que había quedado en valla a saber dónde, por suerte nada se había roto o perdido, los frasquitos no eran de vidrio era una ventaja, acrílico resistente gran invento – entonces no lo hagas, deja de comerlas si te hace mal… porque no buscas otra manera menos… cruel o más civilizada de curarte – le lance tres frasquitos con un líquido de un rojo espeso. Para cuando necesitara recuperarse no necesitaba comer almas, podía beber eso, ardía mucho por dentro pero las heridas sanaban tan rápido como habían sido causadas – con uno basta para recuperarte – no sabía porque lo estaba ayudando, de nuevo aquel latido fuerte que azoto mi pecho.
Torcí la boca dudando si responderle – si… también mi Dios – murmure algo molesta, mientras me ponía de pie y desabrochaba el estuche de mi pierna y mi cintura y lo dejaba sobre la pequeña mesa ratona frente al fuego – deberías confiar más en tus compañeros – le dije refregando su rostro con fuerza terminando de limpiarlo, deje la toalla a su lado en el sillón donde estaba sentado y me hundí en el individual en donde me había acomodado subiendo los pies abrazando las piernas contra mi pecho – si necesitas ayuda no deberías dudar en pedirla a quienes te cuidan las espaldas no crees?.
Mi mirada se perdió en el fuego, yo acaso no estaba haciendo lo mismo, debería pedirle ayuda a Akroma, a Akari o a Mordeth en este momento y no lo estaba haciendo, sentí todo muy alterado en el Olimpo cuando me comunique hacia unos minutos con ellos y mi mente estaba preocupada en la tontería que Akroma estaba haciendo, no debería estar aquí sentada! Y sin embargo no tenía ganas de moverme, necesitaba ordenar mi mente un momento, me dolía.
- Si en alguna parte… - murmure sin pensar, sin poder apartar la mirada del fuego – no puedes ver si hay almas vivas cerca…? - que horrible pensamiento acababa de tener, quería dejar a la gente y a todo esto atrás e ir corriendo al Olimpo a decirle a Mor que estaba bien y salir corriendo hacia el santuario para detener a Akroma, que estaba haciendo aquí sentada con Vidd! – sino ves nada no hay nada que hacer – mi voz parecía alterada y nerviosa y mis manos temblaron un poco, me mordí el labio, ya no me sentía amenazada por aquel hombre, había dejado que estuviese sentado a mi lado, tal vez… había aceptado lo que Ryan me había dicho antes de irse, que Vidd no era tan malo como yo creía de los del Inframundo, generalizando, supongo que no importaba en reino, cada uno era como era, lo había aprendido con Akroma que era del santuario y ahora era un amigo importante en las filas de Zeus, mi cabezas dio vuelta y pensé que me iría a caer de costado contra el piso de lleno, pero en un reflejo me acomode de nuevo. Estornude.
Silencie las voces y aparte todo pensamiento de mi mente, había otras cosas de que preocuparse en ese momento, rebusque en el cinto que llevaba atado a la cintura y se extendía hasta mi pierna enganchándose en esta también, era un estuche grande que había estado cubierto por la capa que había quedado en valla a saber dónde, por suerte nada se había roto o perdido, los frasquitos no eran de vidrio era una ventaja, acrílico resistente gran invento – entonces no lo hagas, deja de comerlas si te hace mal… porque no buscas otra manera menos… cruel o más civilizada de curarte – le lance tres frasquitos con un líquido de un rojo espeso. Para cuando necesitara recuperarse no necesitaba comer almas, podía beber eso, ardía mucho por dentro pero las heridas sanaban tan rápido como habían sido causadas – con uno basta para recuperarte – no sabía porque lo estaba ayudando, de nuevo aquel latido fuerte que azoto mi pecho.
Torcí la boca dudando si responderle – si… también mi Dios – murmure algo molesta, mientras me ponía de pie y desabrochaba el estuche de mi pierna y mi cintura y lo dejaba sobre la pequeña mesa ratona frente al fuego – deberías confiar más en tus compañeros – le dije refregando su rostro con fuerza terminando de limpiarlo, deje la toalla a su lado en el sillón donde estaba sentado y me hundí en el individual en donde me había acomodado subiendo los pies abrazando las piernas contra mi pecho – si necesitas ayuda no deberías dudar en pedirla a quienes te cuidan las espaldas no crees?.
Mi mirada se perdió en el fuego, yo acaso no estaba haciendo lo mismo, debería pedirle ayuda a Akroma, a Akari o a Mordeth en este momento y no lo estaba haciendo, sentí todo muy alterado en el Olimpo cuando me comunique hacia unos minutos con ellos y mi mente estaba preocupada en la tontería que Akroma estaba haciendo, no debería estar aquí sentada! Y sin embargo no tenía ganas de moverme, necesitaba ordenar mi mente un momento, me dolía.
- Si en alguna parte… - murmure sin pensar, sin poder apartar la mirada del fuego – no puedes ver si hay almas vivas cerca…? - que horrible pensamiento acababa de tener, quería dejar a la gente y a todo esto atrás e ir corriendo al Olimpo a decirle a Mor que estaba bien y salir corriendo hacia el santuario para detener a Akroma, que estaba haciendo aquí sentada con Vidd! – sino ves nada no hay nada que hacer – mi voz parecía alterada y nerviosa y mis manos temblaron un poco, me mordí el labio, ya no me sentía amenazada por aquel hombre, había dejado que estuviese sentado a mi lado, tal vez… había aceptado lo que Ryan me había dicho antes de irse, que Vidd no era tan malo como yo creía de los del Inframundo, generalizando, supongo que no importaba en reino, cada uno era como era, lo había aprendido con Akroma que era del santuario y ahora era un amigo importante en las filas de Zeus, mi cabezas dio vuelta y pensé que me iría a caer de costado contra el piso de lleno, pero en un reflejo me acomode de nuevo. Estornude.
Leliana- 244
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Ella había cambiado, parecía diferente a la joven que me había gritado en el bosque, atrape los pequeños frasquitos en el aire, un liquido espeso en su interior brillo carmesí con el reflejo del fuego de la chimenea. Tal vez me creía vampiro, en el pasado me habían dicho zombie, así que no me extrañaba. Asentí con la cabeza agradeciendo y los guarde en mi abrigo que reposaba a un lado en el sillón. – dejar de comer almas? – ya no era opcional para mi, baje mi mirada. Tal vez pueda comer menos con aquellos frascos si realmente sanaban mi cuerpo, pero mi alma necesitaba de otras, aquella era mi maldición.
Ella confirmo el estado de Zeus, alguien había golpeado a los tres grandes al mismo tiempo, y había salido intacto, alguien demasiado estúpido o inteligente, pero quien seria capas de algo así, me parecía algo inalcanzable para un humano, aun si ese humano fuera un caballero.
Aquel lugar se volvió cálido, agradable, me acerque a la ventana, la lluvia caía copiosamente, apenas se podían distinguir las cabañas de enfrente, el fuego de Arvak ya no se veía, había regresado a mi mundo hasta que lo volviera a llamar, *confiar en mis compañeros?*, entendía que no supiera como era el inframundo, cada uno tenia sus propias misiones, y a los que realmente podía llamar, prefería que salieran heridos. Yo era un juez, yo debía cuidar de los espectros a mi cargo, aunque para otros se trataran de herramientas, para mi eran algo mas.
Quite la toalla de mis hombros y la deje sobre el respaldar de una silla de madera. Cuando ella lo dijo, - de hecho si puedo verlas! – mis ojos cambiaron al instante, volviéndose negros como la noche y en ellos el resplandor amarillo intenso de mis pupilas cambio mi forma de ver el mundo. No importaba si hubiera tormenta, paredes o humo espeso, yo podía ver las almas atreves de todo, pero las casas estaban… vacías, volví a la ventana rápido. Las lagrimas cayeron por mis mejillas nuevamente, ahí estaban, pude verlas, las almas volando en círculos entre la tormenta – todo el pueblo… - cubrí mis ojos con mis manos, había llegado demasiado tarde, había fallado como juez..
- tienes razón, no ahí nada que hacer – volví junto al fuego y me quede mirándolo fijamente, me agache y comencé a jugar con las llamas, metía mi mano en ellas, no me quemaban… era normal aquello. Escuche su estornudo y me sobre salte poniéndome de pie – resfrió? – no sufría las enfermedades como los humanos – tu no moriste para unirte a tu dios verdad? – debía ser aquello, su alma era suya, ella estaba viviendo su primer vida, por eso es que su presencia debía ser tan cálida, agradable, evite sonreírme.
Ella ya había revisado la cabaña pero yo solo me había quedado en aquel asiento, revise ambas plantas de la cabaña y encontré una camisa seca, un diseño escoses rojo con líneas negras, realmente me era indistinto, arremangue sus mangas, revisando encontré un cobertor limpio, y al bajar nuevamente se lo extendí – tal vez sea conveniente que te abrigues mas – lo deje a un lado, era posible que lo rechazara nuevamente. Me senté junto a las llamas, esta vez en el piso de madera. El crepitar se sentía agradable a los oídos, pero no cubría el sonido de la tormenta.
- como fue que te uniste a … Zeus? – pregunte mirándola de lado, siempre tenia aquella curiosidad, también había preguntado a mi pequeña hermana como se había convertido en general. Pero con Venus, solo después de preguntar me di cuenta que seria un tema difícil de tratar con migo, su amigo había sido portador del alma de aquel dios… tal vez aun hablando poco había hablado de mas… torpe.
Ella confirmo el estado de Zeus, alguien había golpeado a los tres grandes al mismo tiempo, y había salido intacto, alguien demasiado estúpido o inteligente, pero quien seria capas de algo así, me parecía algo inalcanzable para un humano, aun si ese humano fuera un caballero.
Aquel lugar se volvió cálido, agradable, me acerque a la ventana, la lluvia caía copiosamente, apenas se podían distinguir las cabañas de enfrente, el fuego de Arvak ya no se veía, había regresado a mi mundo hasta que lo volviera a llamar, *confiar en mis compañeros?*, entendía que no supiera como era el inframundo, cada uno tenia sus propias misiones, y a los que realmente podía llamar, prefería que salieran heridos. Yo era un juez, yo debía cuidar de los espectros a mi cargo, aunque para otros se trataran de herramientas, para mi eran algo mas.
Quite la toalla de mis hombros y la deje sobre el respaldar de una silla de madera. Cuando ella lo dijo, - de hecho si puedo verlas! – mis ojos cambiaron al instante, volviéndose negros como la noche y en ellos el resplandor amarillo intenso de mis pupilas cambio mi forma de ver el mundo. No importaba si hubiera tormenta, paredes o humo espeso, yo podía ver las almas atreves de todo, pero las casas estaban… vacías, volví a la ventana rápido. Las lagrimas cayeron por mis mejillas nuevamente, ahí estaban, pude verlas, las almas volando en círculos entre la tormenta – todo el pueblo… - cubrí mis ojos con mis manos, había llegado demasiado tarde, había fallado como juez..
- tienes razón, no ahí nada que hacer – volví junto al fuego y me quede mirándolo fijamente, me agache y comencé a jugar con las llamas, metía mi mano en ellas, no me quemaban… era normal aquello. Escuche su estornudo y me sobre salte poniéndome de pie – resfrió? – no sufría las enfermedades como los humanos – tu no moriste para unirte a tu dios verdad? – debía ser aquello, su alma era suya, ella estaba viviendo su primer vida, por eso es que su presencia debía ser tan cálida, agradable, evite sonreírme.
Ella ya había revisado la cabaña pero yo solo me había quedado en aquel asiento, revise ambas plantas de la cabaña y encontré una camisa seca, un diseño escoses rojo con líneas negras, realmente me era indistinto, arremangue sus mangas, revisando encontré un cobertor limpio, y al bajar nuevamente se lo extendí – tal vez sea conveniente que te abrigues mas – lo deje a un lado, era posible que lo rechazara nuevamente. Me senté junto a las llamas, esta vez en el piso de madera. El crepitar se sentía agradable a los oídos, pero no cubría el sonido de la tormenta.
- como fue que te uniste a … Zeus? – pregunte mirándola de lado, siempre tenia aquella curiosidad, también había preguntado a mi pequeña hermana como se había convertido en general. Pero con Venus, solo después de preguntar me di cuenta que seria un tema difícil de tratar con migo, su amigo había sido portador del alma de aquel dios… tal vez aun hablando poco había hablado de mas… torpe.
Vidd- SSES - Moderador
- 278
Re: Un minuto de silencio (Vidd)
Pareció emocionarse por el descubrimiento o más bien por recordar que podía hacer tal cosas, suspire, conteniendo luego el aire, como si esperara una noticia importante, pero su voz acompañada de aquella lagrima confirmo que no habíamos logrado, ninguno de los dos, salvar a nadie en aquel pueblo, me volví a enojar conmigo misma, con el Inframundo, con la lluvia y los malditos truenos, con el que había robado más que objetos, ahora comenzaba a robar vidas, futuros que podrían haber sido brillantes, no perdonaría a quien fuese el culpable. Me sentí tremendamente frustrada y agotada, como si quisiese que el tiempo se detuviese allí mismo y me dejara descansar un rato, me sentí pesada.
- Moriría por él pero para servirle no eh tenido que morir si es a eso a lo que te refieres, mi vida corre más lenta que la de los mortales, aun así soy vulnerable a ciertas cosas como… resfríos supongo – murmure mirándolo de reojos, era desagradable el hecho de saber que para servirle a Hades tenías que haber muerto, pero era de esperar que en el Inframundo no hubiese gente “viva” por decirlo de algún modo.
Lo vi perderse por las escaleras que se dirigían al piso de arriba, voltee el rostro hacia la ventana, podía escuchar perfectamente como la tormenta empeoraba afuera, aproveche que él no estaba para ir a la cocina y regresar. Para cuando Vidd había bajado yo tenía una taza entre mis manos y otra aun humeante que lo esperaba sobre la mesa ratona, tenía la mirada perdida en el fuego que chispeaba cuando la madera se consumía.
Iba a decirle algo de manera tajante pero evite su mirada y tome sin chistar la manta, hacia frio y ya me había mojado bastante, no era que quisiese admitirlo, era bastante testaruda y no me gustaba que alguien al que no lograba comprender que quería u odiaba, me ofreciera ayuda, suspire hundiendo mi rostro en la taza, dejando que el aroma a café invadiera por completo mis pulmones y se enredara con mi pelo plateado.
- Porque deseaba ser fuerte para proteger a los demás… para poder encontrar a mi hermano… es todo lo que te diré – murmure casi con una voz que se ahogaba en la taza que tenía entre mis manos, esta estaba caliente, pero el contenido ya lo había bebido todo, quería llorar por alguna razón pero no lo haría frente a Vidd, con una mano cubrí mi cabeza con la manta y sin darme cuenta había cerrado los ojos sumergiéndome en un sueño pesado.
La tasa vacía resbalo de mis dedos y cayó al piso, no se partió por la distancia pero hizo un ruido seco, aun así este no me despertó, quería descansar un rato… por favor quería que todo se detuviera unos instantes, mientras dormía tranquila la tela del jean que llevaba se iba oscureciendo, manchándose en lo que era sangre, por querer ver las heridas de Vidd había olvidado las mías, que irónico poner por encima de la vida propia la del ser que antes había querido asesinar y que en un momento odiaba de manera ciega por un crimen que tal vez no había siquiera cometido. Me había quedado dormida enroscada en mi misma en una posición algo incomoda, pero el cansancio había podido más que la comodidad.
- Moriría por él pero para servirle no eh tenido que morir si es a eso a lo que te refieres, mi vida corre más lenta que la de los mortales, aun así soy vulnerable a ciertas cosas como… resfríos supongo – murmure mirándolo de reojos, era desagradable el hecho de saber que para servirle a Hades tenías que haber muerto, pero era de esperar que en el Inframundo no hubiese gente “viva” por decirlo de algún modo.
Lo vi perderse por las escaleras que se dirigían al piso de arriba, voltee el rostro hacia la ventana, podía escuchar perfectamente como la tormenta empeoraba afuera, aproveche que él no estaba para ir a la cocina y regresar. Para cuando Vidd había bajado yo tenía una taza entre mis manos y otra aun humeante que lo esperaba sobre la mesa ratona, tenía la mirada perdida en el fuego que chispeaba cuando la madera se consumía.
Iba a decirle algo de manera tajante pero evite su mirada y tome sin chistar la manta, hacia frio y ya me había mojado bastante, no era que quisiese admitirlo, era bastante testaruda y no me gustaba que alguien al que no lograba comprender que quería u odiaba, me ofreciera ayuda, suspire hundiendo mi rostro en la taza, dejando que el aroma a café invadiera por completo mis pulmones y se enredara con mi pelo plateado.
- Porque deseaba ser fuerte para proteger a los demás… para poder encontrar a mi hermano… es todo lo que te diré – murmure casi con una voz que se ahogaba en la taza que tenía entre mis manos, esta estaba caliente, pero el contenido ya lo había bebido todo, quería llorar por alguna razón pero no lo haría frente a Vidd, con una mano cubrí mi cabeza con la manta y sin darme cuenta había cerrado los ojos sumergiéndome en un sueño pesado.
La tasa vacía resbalo de mis dedos y cayó al piso, no se partió por la distancia pero hizo un ruido seco, aun así este no me despertó, quería descansar un rato… por favor quería que todo se detuviera unos instantes, mientras dormía tranquila la tela del jean que llevaba se iba oscureciendo, manchándose en lo que era sangre, por querer ver las heridas de Vidd había olvidado las mías, que irónico poner por encima de la vida propia la del ser que antes había querido asesinar y que en un momento odiaba de manera ciega por un crimen que tal vez no había siquiera cometido. Me había quedado dormida enroscada en mi misma en una posición algo incomoda, pero el cansancio había podido más que la comodidad.
Leliana- 244
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