[Draven] Sombras de luna.

***Una diligencia personal fue lo que me llevo hasta donde estaba, luego de haber visitado la tumba de alguien con el que luche incontables ocasiones, un oponente formidable sin duda alguna al que Draven que tiene mucho respeto.

Luego de eso el resto de la tarde me la dedique dando vueltas por la ciudad sin hacer gran cosa, observando con cuidado los edificios, asustando a los que intentaban intimidarme sin saber cuán grande es la fuerza de Draven, comiéndome con los ojos a cada chica bonita que se me pasaba por delante.

La noche cayo y yo había tomado un camino fuera de la ciudad, a un sitio en el que no había una sola alma, solo naturaleza, arboles, y el molesto chillido de los grillos que molestaría hasta al más apasionado por el campo. Saque una cajilla del bolsillo derecho de mi pantalón de la cual extraje un cigarrillo porque no tenía más nada que hacer en un momento como este, y necesitaba distraerme, razón principal por la que muchos fumadores no pueden dejar el vicio.

Lo lleve a mi boca y con el encendedor que saque del bolsillo izquierda del pantalón, luego de devolver la caja a su lugar, hice que el tabaco enrollado empezara a consumirse, y así empezar el no tan largo proceso de fumármelo.

En ese rato de caminata sin sentido, llegue por fin a un edificio, o lo que quedaba de el, era un templo en ruinas. Ahora, esta situación me hizo pasar por un pequeño “Deja vu”, ya que sentí que algo como esto me había pasado. Aquella vez fue el templo de Afrodita, a quien se supone que le pertenecía este? Me encontrare a una chica la cual me recibirá amablemente? O mi suerte es inexistente y no se repetirá dos veces.

Entre al templo, o mejor dicho estoy en el lado que se supone que es el interior, y para mi sorpresa me encontré una chica descalza de porte humilde, parecía ser de por aquí, aunque me pareció haber visto una lagrima resbalarse por su rostro.

A que se deben tus lagrimas pequeña?

El humo salía continuamente de mi boca, y mi ropa hacia contraste total con el área en el que me encontraba. Traía puesto un uniforme de gala militar el cual use para aquella visita, y a diferencia de ella yo si traía zapatos. Lo único que ambos teníamos en común es que al menos una prenda de lo que vestíamos era negra.

Draven es mi nombre.***

***Era linda, al menos hasta donde la iluminación en este lugar me dejaba apreciar, de pequeña estatura y con actitud tierna, una chica que recién había alcanzado la adultez, “carne fresca” diría yo en otra situación, pero este no era el lugar ni el momento para ver las cosas de esa forma. Althea era su nombre, lloraba por la perdida de un ser querido, se quejaba de la muerte y sus formas de manifestarse.

Draven no está perdido, simplemente estaba de paseo y me topé con este sitio.

Apague el cigarrillo con la palma de mi mano izquierda, cubierta con unos guantes de telas un poco caros pero que no eran difíciles de conseguir, y guarde los restos en el bolsillo frontal del saco, quizá le molestaba que Draven se comportara como una chimenea y lo que Draven menos quiere es incomodar a las señoritas.

La muerte eh… entiendo, no sé exactamente cómo te sientes, de hecho Draven no es la persona indicada para hablarte sobre qué tan cruel es la muerte, cuando soy lo suficientemente cruel para presentársela a las personas.

No es que la estuviese amenazando o algo por el estilo, pero no le iba a decir “Yo vivo una vida como cualquiera” cuando Draven disfrutaba de las batallas, los conflictos, las guerras y la muerte de sus adversarios.

Pero no debes llorar por la muerte, incluso si se trata de la de un ser querido.

Me agache lo suficiente para estar a su altura, y seque sus mejillas con mi mano derecha, también cubierta por uno de esos guantes de tela.

A Draven le enseñaron que una persona no muere cuando su corazón deja de latir, si no cuando ya nadie lo recuerda. En mi caso, olvido a todas las personas que han muerto, porque yo no recuerdo a los perdedores.

No son exactamente las palabras de ánimo que le dirías a una chica llorando, no soy muy bueno resolviendo predicamentos como este y Draven lo reconocía, pero al menos lo intentaba de una forma u otra.

Por cierto, de quien se supone que es este… templo? ***

***Hace mucho tiempo lo hacía a diario, ahora la frecuencia ha bajado pero lo sigo haciendo, a veces por diversión, a veces porque hay personas que merecen morir.

Draven no se guardaba antes preguntas de esa índole, le era honesto a la pequeña curiosilla que me aclaro cosas que sabía pero no con tanto detalle, como por ejemplo el que este templo le pertenecía a un olímpico, en este caso Deméter, esa que es aficionada a las plantas, animales, la tierra, todo lo que tenga que ver con la naturaleza. Por un momento pensé que esta chica no era normal por ningún lado, su cara era muy linda, su piel era muy suave, que tan definidos tendrá sus atributos femeninos?

Más importante que eso, ella tenía cosmos en su interior, aunque no se manifestaba con tanta intensidad como el mío. Quizá ella lo mantenía dormido por su propio bien, o desconocía sus capacidades sobrehumanas.

No es que Draven este apurado a seguir paseando, así que acepto tu oferta preciosa.

Me había dejado llevar por el jalón de manos sin quitarle la mirada de encima, no quería sospechar de ella de una forma negativa, pero tenía que ser precavido. Hasta la cosa más hermosa en el mundo puede ser la más peligrosa, y yo no sería el primero en comprobar si aquello era verdadero.

Y bien, hacia donde llevas a Draven pequeña?

La respuesta podría no llegar nunca, era sorpresa? Que así sea entonces, pero que no me hiciera matarla si todo esto se trata de una mala jugada del destino.

Mejor aún, sabes de tus capacidades escondidas? Tienes un cosmos con el potencial de igualar al de Draven, y no cualquiera puede hacer eso muñeca.

No trataba de intimidarla con la mirada, pero era un hombre al que le gustaba la sinceridad, y castigaba a los que no me eran sinceros cuando quería saber algo, pero siempre hacia una excepción con las mujeres sin importar que, eran mi vicio favorito.***

***De un momento fuimos de haberle preguntado un poco acerca de su identidad, a una caminata no muy larga a una pequeña casita en medio del verdoso campo. Ella evadió responder la pregunta, se noto en esa pausa prolongada y el cambio tan brusco de tema desde el momento que puse un pie dentro de su hogar, hasta el si quería o no azúcar en él té que me daría.

Sin Azúcar

No era hombre de estar tomando te o café, prefería algo como un buen trago de licor, o agua, o inclusive algún jugo de frutas natural ya que esos siempre son buenos, pero aceptaría con gusto todo lo que Althea tuviese que ofrecerme hasta que consiga saber todo lo que quiero.

Calle y tome asiento en una de las sillas de madera que iban junto al pequeño comedor, mirando la casa con atención todo mí alrededor como si estuviese buscando algo en específico. Draven se sorprendió por la calidad de vida que tenía la pequeña preciosura en un sitio como este, el que consideraba no el más cómodo de todos ya que vivo en un sitio más ostentoso, pero me recordaba al pequeño pueblo en el que fui criado antes de meterme al mundo que conozco ahora, mi casa era así de pequeña como esta y siempre soñaba con ser reconocido, tenerlo todo, desde fortuna hasta mujeres, y estaba feliz con lo que había alcanzado hasta ahora mas no satisfecho porque sabía que podría obtener aún más.

Mato instintivamente, Draven simplemente sabe a quién debe de matar y a quien no, porque las personas siempre querrán venganza. Aunque…

Ahora que lo notaba, tenía bonitas piernas la pequeña Althea, era lo único semidescubierto de todo eso que llevaba puesto. Pero, no, no era el momento de estar morboseando.

…también mato a los que no me son sinceros, esos a los que les hago preguntas y no me responden con la verdad, porque Draven sabe cuándo alguien le miente.

Nuevamente mis palabras salieron naturales, mi intención no era matarla del miedo, no quería matarla en general, pero quería que supiera que yo no era el tipo de personas que toleraban esos pocos modales.

Pero descuida, yo no mato mujeres. Mucho menos señoritas bonitas tiernas y preciosas como tu, a ellas Draven las trata como reinas.

Carcajadas llenas de soberbia resonaron en el interior de la pequeña vivienda, que se detuvieron súbitamente en cuestión de segundos. Me quite los guantes ya que uno estaba húmedo y el otro tenía una mancha de quemadura, junto a eso me puse en pie por un momento solo para quitarme el maldito saco de encima y desabotonar un poco la camisa, hacia un poco de calor en este sitio y quería estar lo más ventilado posible, pero Draven no quería molestar a la pequeña en su propia casa.

Esta es la parte en el que Draven insiste y pregunta, que guardas en tu interior Althea?***

***La calor no solo me afectaba a mí, sino también a la anfitriona quien se quitó ese chal verde que traía sobre su vestido, y vi lo suficiente como para que mi imaginación empezara a trabajar sobre lo que hay debajo de su ropa, era joven y con un físico atractivo, aunque no era para nada como Afrodita en cuanto a su forma de ser, se notaba la inocencia, lástima que estaba expuesta a un ser que podría acabar corrompiéndola en algún momento.

Cuando trataba de decirme lo que quería saber, se puso nerviosa y las palabras no salían fluidas, más bien se tomaba un poco de tiempo con cada una pero escuche parte de lo que creí que iría a oír, ella era una diosa, y si me esforzaba en terminar la oración, tomando en cuenta el lugar en el que estábamos antes de venir a esta pequeña y acogedora casa…

Eres Deméter.

Tome un sorbo del te, ya que estaba esperando a que dejara de tirar vapor para tomarlo sin que me quemara la lengua en el proceso. Draven estaba sorprendido eso si, la historia se le estaba repitiendo aunque las actoras principales de cada una fueran polos opuestos de la misma moneda.

Notando uno que otro detalle, mientras miraba sus pechos de forma disimulada note algo que cualquiera con buenos ojos hubiese visto a primera vista, ella no llevaba nada bajo ese vestido, al menos en la parte superior, y tuve la corazonada de que esa prenda era lo único que llevaba puesto.

Draven lo encuentra interesante…

Termine con el té en cuestión de un trago más, tome asiento y le mire a los ojos de forma natural, como si la estuviese analizando con la vista. Camine hasta quedar detrás de ella, a sus espaldas, Draven no terminaba de creer el que se había encontrado otra diosa en su estado natural. Al final le puse una mano sobre el hombro, tratando de animarla.

Tranquila pequeña, no tienes por qué ponerte nerviosa, Draven no te hará nada malo.

En aquel momento no me había puesto en pie simplemente para eso, también había venido a confirmar mis sospechas desde otra perspectiva y de momento todo me parecía indicar que era cierto, lo que incitaba a Draven a querer ayudar a la joven a establecerse como diosa y sacarse la lotería. Pero por mientras, volví a tomar asiento en la silla en la que estaba antes.

Y qué tipo de trato llevas con ella? Dejas que controle tu cuerpo o eres libre de tomar tus propias decisiones?

Habían varios tipos de recipientes para lo dioses, esos que vendían sus cuerpos y se los dejaban a los dioses, esos a los que le arrebataban toda voluntad, esos que aprovechaban el poder adquirido, y podría seguir y seguir, quizá terminaría en media hora.

Por cierto, Draven es el dios de la guerra.***

***Confía en mí, preciosa, no te haría nada que no quisieras que te hiciera, de cualquier manera el placer es mío.

Ella era un alma en armonía con la dios que residía en ella, ambas eran una sola persona y no se armaban pelea sobre el control del cuerpo, era un caso extraño considerando que era la primera vez que conocía a una persona que tuviese un trato con su dios de esa forma.

Primero que nada, no es Ares, es Draaaaaven.

A Draven no le gusta cuando alguien le confunde con Ares, lo siente como una forma de despreciarle dado a que el no sucumbió al poder de un olímpico como los demás recipientes, como por ejemplo Hefestos, el tipo en la reunión no le paraba de besar los pies a Zeus simplemente porque su “lado divino” tomo control de sus acciones, de su voluntad, no seré un títere como ellos.

Mi caso es totalmente diferente, “Ares” es solo un vejestorio con el que fusione mi alma, de vez en cuando me habla, pero suele estar callado y nunca se entromete en mis asuntos, ese es el tipo de trato que tenemos.

La pequeña tenía mucho que aprender, era imposible para Althea el vivir escondida en esta pequeña casa sin llevar ropa interior y someterse a estas condiciones de vida, el mundo estaba lleno de peligros, personas a las cuales debía matar, lugares que debía destruir, guerras que debía disfrutar, y ella no podía estar envuelta en esos juegos de niños.

Desafortunadamente Draven solo conoce a algunos olímpicos, pero supondré que Persefone está en las profundidades del infierno en los brazos de Hades, desconozco si alguna vez sale de ese sitio a tomar sol o aire fresco, pero es seguro que ahí se encuentra.

Draven había respondido las dudas de la pequeña e inocente diosa de la naturaleza, y ella respondió las suyas de una manera un tanto dificultosa, ambos habíamos terminado nuestras bebidas, que más quedaba por hacer en esta noche? Llevarla al olimpo sonaba como el plan ideal, mas no me gustaba forzar a las mujeres a hacer cosas que no querían, quizá ella se sentía cómoda en este sitio y Draven solo iría a llevarla a un lugar lo suficientemente corrompido como para que ella lo repudie.

No es que quiera llenarte de esperanzas, pero si vienes al olimpo podrías dar un buen paso a encontrarte con ella, Draven te garantiza que tarde o temprano se verán, pero no te aseguro que sea con prontitud.

Draven no era bueno haciendo de motivador, tampoco sabía hacer cambiar la manera de pensar de una persona para que hiciera algo que Draven creyera que era lo correcto, de que forma la llevaría sin tener que forzarla? Que cosa hay en el olimpo que ella no tenga en este sitio y no sea un bien material?

En el olimpo tienes todo. un palacio esperando a tu retorno, con ropa hasta para llevar debajo de ese vestido, joyas, lujos, infinitos jardines, ninfas que cumplirán tus deseos. Podras visitar a Draven cuantas veces quieras.

Reí nuevamente, con esa soberbia que me caracterizaba, desconociendo si había logrado que la pequeña entrara en razón y me acompañara al olimpo, aunque Draven sabía que ella no se desprendería de este sitio tan fácil, lo preveía en su respuesta.

O hay algo más que necesites?***

***Su negativa era comprensible, la vida de personas como nosotros sin importar nuestro pasado, es complicada en muchos sentidos. Si ella aceptara venir se vería envuelto en conflictos divinos, vería de cerca los cambios que suceden en la tierra por culpa de nuestras acciones, ella ya no vería la vida con la misma mirada inocente que tiene ahora, más a Draven le importaba su seguridad, cuando más personas descubran quien es ella realmente empezaran a visitarla, ofrecerle tratos o incluso vendrán a amargarle la vida hasta el punto que sea un callejón sin salida para Deméter.

Tu padre era muy sabio al decirte eso, aunque debes escuchar a Draven, habrá otros que te pueden encontrar por pura casualidad así como yo, pero podrían tener malas intenciones.

La pequeña ya no se encontraba en la misma habitación que Draven, de hecho podía verla al otro lado de una pantalla en la que podía ver su silueta oscura quitándose su vestido, me tenía tanta confianza para irse a desnudar a otra habitación sabiendo que hay un hombre extraño en su casa, así de inocente era esta pequeña, quizá tenía que enseñarle una cosa o dos antes de que tomara su decisión.

Saque la cajita de cigarros de mi bolsillo, tome uno y lo encendí, ignorando por completo el hecho de que a ella quizá no le agrada el olor del tabaco siendo consumido por el fuego. Me levante de mi asiento y me acerque a la pantalla, a estas alturas ella apenas se estaba poniendo su ropa interior, pero yo no podía ver nada, no quise ver de hecho por puro respeto.

No sé cuánto tiempo viviste aquí, ni qué tipo de vida llevaste en este sitio, pero si decides irte de esta casa ya sea para buscar a tu amiga o ir con Draven al olimpo, encontraras problemas por todas partes, peligro.

Entre a la habitación en la que ella se encontraba, ya que ella ya estaba lo suficientemente cubierta para poder seguir conversando cara a cara, mirándole fijamente a los ojos, esforzándome lo suficiente para no comerme su cuerpo con solo verla.

Tu inocencia te traerá muchos más peligros del que piensas, yo te dije que no te haría nada, y Draven se mantiene bajo esas palabras, pero que te hace pensar que algo de lo que dije era verdad? Confías en mí, bien, pero está completamente segura de que debes hacerlo? El solo hecho de que ingenuamente pensaste que era una buena persona te podría estar trayendo “problemas” en este preciso momento, sabes cuantas cosas podría estar haciéndote en este momento? Y todo porque decidiste dejar pasar a un extraño.

Retire el cigarrillo de mis labios solo para quitar las cenizas del área ya consumida, moviéndolo levemente con los dedos.

El mundo, ir con tu amiga, el olimpo, inclusivamente aquí, problemas los hay en todas partes y no sirve de nada que huyas tratando de evitarlos. Draven te ofrece una vida diferente en el olimpo, lleno de problemas? Seguro, pero la diferencia es que estarás acompañada por personas que no necesariamente sean la más amistosas, pero la mayoría de ellas querrán ayudarte a quitarte tus problemas de encima.

Esta chica era una total cabeza dura, mi último recurso era quemar este lugar y forzarla a tomar una decisión, pero Draven no quería hacer eso, no se supone que las haga llorar de tristeza, se supone que las haga gemir por el placer.

Aunque si quieres ignora las palabras de Draven? Quieres buscar a tu amiga? Búscala, ve y confía en todos los que se te crucen en el camino, ve y trata de evitar los problemas que tu padre te dijo que evitaras, Draven solo te dirá que la vida no es color de rosa, cuando la encuentres que se supone que harás? “Llevártela” del inframundo, bien, solo conseguirás que Hades este respirando sobre tu nuca y no tendrás un lugar “seguro” y sin problemas. Te quedas con ella? Problemas.

Suspire, liberando humo de tabaco en el proceso, sí que se me hacía fastidioso, molesto, tener que andar argumentando con una chica que apenas empezaba a ver la vida en “soledad” cuando yo lo había hecho durante todos estos años, la única diferencia está en el que yo afronte la vida y la amolde a mi manera, pero ella, ella intenta ignorarlos como si de esa manera se solucionan.

Está bien, haz lo que se te plazca.***

***Ella recapacito, entendió que necesitaba primero ir al olimpo antes de siquiera pensar en aventurarse a otros sitios como el inframundo, mas no me esperaba que se pusiera a hacer tratos conmigo poniendo su ida al olimpo sobre la mesa, como si ganara algo teniéndola en el olimpo dando vueltas.

Fumar mata, no fumar también mata.

Encerré el cigarrillo aun encendido en mi puño, desmenuzándolo y dejando que sus restos se esparcieran por la habitación.

Pequeña, entiendo que es la única persona importante que tienes en todo este maldito mundo, pero las cosas no funcionan de esa manera. Yo no gano nada si te ayudo, vas al olimpo, y? no es que llevándote este adquiriendo algo.

Me incline hasta estar a su altura, poniendo mi mano sobre su rostro mientras me miraba a los ojos con esperanzas de que fuese positivo con su propuesta.

Draven te ayudara a conocer y saber, eso lo hago muy bien.

Reí pícaramente sin esperar que ella supiese que era lo que me dio gracia en esas palabras, ella no dio una interpretación específica aunque me imaginaba sobre que se trataba, pero yo me tome la libertad de entenderlas de otra forma, una un poco más divertida.

Hazme una mejor oferta y Draven lo tomara en consideración, mientras tanto puedes ir empacando tus cosas.

Me enderece y me dirigí hacia el comedor a buscar mi saco, para luego salir de la pequeña y calurosa casa para recibir algo del aire frio nocturno, era mejor que ese sitio poco ventilado aunque cumplía su función en caso de lluvias o noches heladas.***

***Me sentía con ganas de tomar unos buenos tragos, relajarme en mi sofá y dormir una larga siesta después de todo esto, Deméter insistiendo en encontrarse con Perséfone, era casi como en la mitología, aunque realmente no recuerdo si ella se lamentaba al saber el paradero de su hija. De cualquier forma me había vuelto egoísta con la pequeña, desde cuando le pedía cosas a cambio a las señoritas solo por un simple favor como hacerla encontrarse con alguien? Eso iba en contra de todo lo que le dije de que las trataba como “reinas”.

De momento no sabía qué hacer, no era de decepcionar a mi público cuando me pedían un espectáculo como ese. Ella llego poco tiempo después de que salí, no se veía para nada animada, Draven comprendía el por qué, estaba dejando lo único que tenía atrás junto a su pasado, los recuerdos de su difunto padre y quizá todos los buenos momentos que vivió aquí, solo para enfrentarse a la cruel realidad, la vida fuera de esas cuatro paredes.

Suspire cuando me dijo que no tenía nada que ofrecerme, por un leve momento, una fracción de segundos, una milésima del tiempo que transcurría sin frenos, me derretí ante sus palabras, más que un simple apego por lo bien desarrollado que estaba su cuerpo, sentía lastima por su situación.

Descuida, Draven ya no te cobrara el favor.

Me incline nuevamente para estar a la altura de su rostro, algo a lo que ya estaba empezando a acostumbrarme, quizá le molestara el olor a tabaco impregnado en mi ropa pero eso era lo de menos.

Te ayudare a encontrarla, de acuerdo?

Ahora había firmado un trato como si fuese un mercenario, más que trato lo hice ver como una promesa sin garantías algunas. Me enderece por enésima vez y le extendí la mano a Althea, quien después de una charla no tan armónica, acepto irse al olimpo con Draven a ocupar su lugar como la diosa de la naturaleza y todo eso.

Por cierto, que edad tienes?***

***A Draven le sorprendió ver su estado de ánimo cambiar de un momento a otro, antes llevaba esa cara larga, ahora sonreía de oreja a oreja agradecida por que un hombre apasionado por las peleas le ayudaría a encontrar a su amigo, que por cierto esperaba que fuese igual de bonita, aunque ya me imaginaba que sería una chica que recién llegaba a adultez.

Tengo veinticinco, no tengo un hogar aparte del olimpo, no tengo familia, me gusta beber, fumar, tomar y pasar mi tiempo con chicas lindas y tiernas como tú. No tengo mascotas, no me llaman la atención.

Respondí a todas sus preguntas de forma inmediata mientras pensaba en una forma rápida de irnos de este sitio, a lo que se me ocurrió la transportación que uso de cualquier lado con destino a mi templo, aunque esa la desventaja, solo era hacia mis dominios. Normalmente la usaba en mí mismo, pero supongo que poder llevar dos o más personas.

Permíteme

Tome su valija con la mano izquierda para que no se le cansara el brazo, y luego la cargue sobre mi hombro derecho, con su cabeza boca abajo a mis espaldas, sosteniéndola de las piernas lo más fuerte posible. No pude hacer más que reírme ante la situación, me daba un poco de gracia.
Un circulo azul apareció debajo de nosotros, era más amplio de los normal porque esta vez éramos dos personas quienes lo usábamos, el cual lentamente se elevaba alrededor de nosotros y nos desmaterializaba o algo por el estilo, llevándonos directamente a mi habitación en mi palacio en el olimpo***

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Hasta aqui llega el tema