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Doubt even your own shadow [Priv. Nadia]

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Mensaje por Lord Ahren Dom Ene 18, 2015 12:37 pm


La oscuridad llama...
No importa lo rápido que viaje la luz, siempre se encuentra con que la oscuridad ha llegado antes y la está esperando.





Rumania

En algun pueblo de la provincia de Transilvania...


Lo poblados rurales siempre se caracterizan por ser lugares donde la gente se conoce desde que nace hasta que muere, nadie que pase por esos lugares puede ser definitivamente alguien bienvenido, pues desde las épocas mas antiguas los moradores de estas aldeas desconfiaron por experiencia de todo aquel que era distinto,  por eso cuando ese extraño de largos cabellos negros y apariencia oriental llego al pequeño pueblo de Sarmasu todos tuvieron sus reservas, se trataba de un joven de mediana edad, carismático y adulador, convenía a quienes buscaban noticias del ancho mundo pero también desagradaba a los viejos de la aldea, puesto que veían en este retozos de la vieja oscuridad que hubiese aterrorizado los Carpatos en las historias que sus abuelos y bisabuelos le contaran, sin embargo ahora tenían delante suyo alguien que les recordaba ese antiguo horror, esa oscuridad infinita.
La primera noche el hombre conocido como Ahren se hospedo en la taberna del pueblo, en donde Ileana y Ecaterina, dos mujeres atendían a todos los que llegaban hasta la localidad, Ileana es una mujer de casi treinta y nueve años con un largo cabello negro, que enviudo ya hacia casi seis años luego de que su marido sufriera un accidente en las montañas, desde entonces ella se habia hecho cargo de la hosteria del pueblo en donde alardeaba de sus habilidades de cocina, una mujer que por dentro sufria la ausencia de su marido y sin embargo no se entragaba a ningun otro hombre, su hija era Ecaterina, una jovencita de cabellos rojizos que siempre buscaba la novedad, cansada de vivir en esa ciudad tan pequeña y pueblerina, deseaba encontrar alguien con quien huir de ese eterno aburrimiento, y cuando conocio al recien llegado no puedo mas que admirarse de su porte y presencia, desde entonces ella misma se habia acercado voluntariamente a Ahren, para conseguir, quizas, una salida prematura de su aburrimiento.


- Eres interesante pequeña - La voz del oriental engatuso ligeramente a la joven aquella noche mientras le servia vino en la mesa del comedor, sus ojos grises quizas hechizaron ligeramente a la de ojos verdes, Ahren tenia una especie de aura que provocaba sensaciones por demás interesantes en ella - Si lo deseas podemos hablar hasta tarde... necesito alguien que me informe sobre el pueblo, se ve interesante y me gustaria estar una temporada por aqui... -

Esa misma noche Ecaterina yacería en la misma cama de aquel extranjero, espiada por su madre desde las sombras del corredor, Ahren sabia de esta audacia de parte de la madre, manipulaba con desdén los deseos macabros y oscuros del cuerpo de esas mujeres, las torturaba psicologicamente, jugaba con las distintas oscuridades que manaban de su interior y las amplificaba a gusto entregándolas a sus juegos mas perversos; se divirtió con ambas durante algunos días, ante la estupefacta admiración de los hombres del pueblo que observaban como ambas mujeres no ocultaban el deseo por el extranjero, pero no todos estaban felices con esta nueva atraccion, Dimitriv el mas viejo de los que conformaban ese sacro consejo del pueblo envio una carta a Grecia en busca de la ayuda divina, lamentablemente lo que el viejo no comprendio es que aun en la mas densa oscuridad habia ojos que todo lo observaban, todo lo sabian, por ello mismo el horror llego a la ciudad cuando su cuerpo desmembrado fue hallado en la plaza central del pueblo: un acto macabro.

Ahren se mostro horrorizado ante esta situacion, y finalmente decidio alquilar el viejo castillo de la comarca para que la gente se sintiera mas tranquila con su lejana presencia, toda una vil treta de su parte para que la gente durmiera una vez mas en tranquilidad, esa misma noche y desde las altas murallas del viejo castillo elevo sus sombras con tenue indiferencia y dejo que la semilla de la discordia se sembrara entre la gente, pequeñas gotas de oscuridad que amplificaron sus deseos mas tenebrosos; los hombres y mujeres se comportaban de manera extraña, cada tanto se violentaban y luchaban entre si a plena luz del dia, la mayoria evitaba la luz del astro rey y solo salia por las noches en donde las fiestas se propagaban en vino y orgias, a veces en las casas de los mas adinerados, a veces en los campos a la vista de sus vecinos, habia un aire de libertinaje oscuro... y sentado en una habitacion lejos observando la decadencia humana, Lord Ahren esperaba en silencio la llegada de un emisario de Grecia, siempre acompañado de Ecaterina e Ileana, sus mas fervientes seguidoras...


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Mensaje por Kai Dom Ene 18, 2015 3:28 pm

Estaba con Panchito, sembrando nuevas flores en el santuario, los demás seguían intentando quitar la mala hierva del lugar, el sol brillaba y hacía un excelente clima; nada me hacía más feliz que poder continuar con mi misión, tenía que devolverle el brillo a este magnífico santuario. Mi cordero amigo y gran señor seguía correteando a diestra y siniestra-Panchito, por favor...ayuda a los otros-le pido amablemente, este me mira y aunque obediente parece molesto. Sí, puedo ser mando en ocasiones pero quiero acabar esto pronto, tenemos mucho aún por hacer.

Al ser la primera casa, las noticias pasan por aquí primero, nos llegó una carta de un lugar lejano, Transilvania, conocía historias de esos lugares pero no pensé que fueran a verse envueltos en tan peligrosos predicamentos como los mencionados en la carta:

Ayuda, por favor...
Han sucedido cosas terribles con la llegada de un extranjero, hay dos mujeres que no dudan en ser personas indecentes, son poders sobrenaturales, necesitamos ayuda.
Por favor, ayúdennos.


Pestañé un par de veces, no parecía tan importante ni tan peligroso el viaje, podría ser que esas mujeres fueran ya indecentes pero ciertamente, aquella carta tenía imprecnado el olor a la desesperación; no solo era aquello lo que los molestaba sino había una especie de oscuridad. Ya había atendido antes un pedido sobre desapariciones así que podría ir a calmar a ese par de mujeres lujuriosas, observé a Panchito y reuní a mis carnernos-Recuerden cuál es el plan...-los había entrenado para que pudieran proteger el Santuario mientras iba a solucionar los problemas, no iba a pelear pero podrían hacer algo para alertar a los demás. Panchito, el espírito de Aries, corrió hacia mí y me envolvió con su esencia, una vez envuelta y en gracia de mi protecto, tomo mis cosas y emprendo el peligroso viaje a tierras desconocidas.

Sufrí mucho, no me gustaban los viajes largos y menos cuando uno tenía que usar esa habilidad de viajar a la velocidad de la luz, terminaba vomitando al llegar-Qué asco...-decía mientras me lavaba la cara en un río cercano, para luego observar como un cuerpo aparecía flotando, dioses, ¿qué ocurrió aquí?-No me digas que Nessark está causando problemas...-dije suavemente, no podía creer eque mi amigo el devorador de hombres hubiera viajado tan lejos para comer. Al acercarme al poblado observo cómo algunas mujeres están peleándose, insultándose entre ellas; más adelante hay una pareja llenándose de besos para terminar sobre el suelo copulando cual animales.

Cubrí parte de mi rostro para evitar ver aquellas grotescas escenas, se escuchaban gritos provenientes de las casas, golpes y más gritos, no era de extrañarse que la situación había empeorado en el lugar; se siente un aura oscura, algo que me intranquiliza, las personas no parecen notar mi presencia porque están ensimismados en lo que están haciendo. Me quedo un momento parada y me golpeo con una puerta que acaba de ser abierta y un par de hombres emergen golpeándose, una trifulca.

Todo está sumido en caos, no puedo entender qué pudo haber causado esto, creo que hubiera preferido encontrarme con mi asesino amigo que con esta gente-Vengo a ayudar...-me digo a mí misma y continúo caminando, trato de llegar a algún lugar en el que no parece haber actividad alguna, fuera del pueblo. Tengo que regresar a ayudarlos pero solo siento residuos de maldad en ellos, no logro identificar la fuente de todo ese caos; me siento un momento en la pradera a unos metros de la salida/entrada del pueblo a observar todo, debo meditar para aclarar mi mente y pensar en una solución.

La bulla, los gritos y demás cosas no permiten que pueda concentrarme, lo más sensato sería quizá eliminar a todos estos seres que no sabe lo que están haciendo, caidos en desgracia y sumidos en la desesperación-Pobres almas...-quizá habría caido un hechizo sobre ellas o algún dios estaría jugando, lo segundo parecía más real y acorde a lo que conozco, para los dioses los humanos solo son herramientas que utilizan para sus fines. Son egoistas...aunque yo también lo soy.

La Luz de la luna alumbra la noche, parece iluminar un ligero camino que conduce a una estructura también a unos pocos metros del centro de la ciudad-Si voy por allá, ¿encontraré respuestas?-pregunto, Panchito parece inquieto y me pide que nos quedemos y dejemos esos asuntos, que nos concentremos a la gente, pero la Luna me susurra cosas o eso creo. La luz toca mi corazón y trato de decidir lo que debo hacer, si quedarme aquí para observar y pensar qué puedo hacer con ellos o intentar averiguarlo por mis propios medios en aquél lugar-No es tan difícil...-podría pedir ayuda pero tengo que ser lo suficientemente fuerte para afrontar estas dificultades sola. Aunque tengo el presentimiento de que esas almas ya están perdidas y no pueden salvarse.

Camino hasta llegar al lugar donde parece ser más fuerte el aura negativa, las aves no cantan, solo cuervos parecen posarse en las ramas de los árboles esperando o aguardando que algo suceda, personalmente no me agrada cuando alguien se me queda mirando-Podría tocar...podría explorar-lo más sensato era preguntar quién vivía en este lugar y tratar de obtener información, no se escuchaba por ningún lado los mismos gritos que en la ciudad, llamé a la puerta, no tenía miedo ni me sentía nerviosa...solo tenía dudas, dudas si estaría o no haciendo lo correcto.

El aire soplaba y helaba la sangre de todo aquél que podría andar sin abrigo, para suerte mía vestía un pantalón campana, una blusa y una casaca de cuero; resolvería lo que estaba ocurriendo.
Kai
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Mensaje por Lord Ahren Lun Ene 19, 2015 1:51 pm

El silencio reinaba en la extensa habitación, la oscuridad se veía cercenada ligeramente por el anaranjado de pequeñas llamas que las velas sostenían ante un amenazante brisa que las hacia temblar y crepitar sobre montones de parafina derretida, la habitación se extendía en un gran cuadro de tapices y sofá perfectamente acomodados para marcar un camino desde su entrada hacia lo que parecía ser la cama de dos plazas que descansaba sobre un pequeño pedestal mas alto que el resto de la habitación, en ella descansaban los cuerpos desnudos de dos mujeres, estas dormían tranquilamente y el aroma de su perfume inundaba la habitación, mas sin embargo la única presencia es la de un hombre de cabellos blancos de pie frente a la ventana, su mirada esta perdida en la vasta inmensidad de la noche, su cuerpo desnudo del torso para arriba muestra múltiples tatuajes y cicatrices, y aun asi lo que mas resalta de el son sus orbes carmín que no se aparta del camino, una sonrisa se dibuja sobre sus labios al ver la presencia de una mujer de largos cabellos rojizos y una presencia distinta, por un instante duda sobre que debe hacer, se acaricia la barbilla en actitud meditabunda y luego de unos instantes se gira hacia la cama, su paso es lento y firme, al sentarse junto a los cuerpos deja que su dedo indice recorra lentamente la piel de la mas joven, la cual da un leve respingo y se incorpora levemente, un beso suave le da la bienvenida a la noche como todas las noches, luego es la mayor quien imita el movimiento y ambas se acercan a su amo, abrazándose contra el y observándolo con un brillo inusual en sus orbes.    

- Mis queridas sombras, deben prepararse, pues tenemos una invitada muy importante que llego desde Grecia, deben vestirse y recibirla como es debido... - Como siempre su voz brota como un manantial de promesas incumplidas, con ese tono engatusador que solo los dioses provocan y nadie realmente puede imitar, sus orbes rojizas recorren el cuerpo desnudo de ambas mientras acaricia sus mejillas, instantes después ambas dejan solo a Ahren quien meditando aun sentado en la cama observa a la infinita oscuridad de la noche, con algunas preguntas en sus mente que no puede contestar inmediatamente   - No eres quien esperaba, pero por ahora deberias bastar, pequeña carnerito... -

Con una parsimonia tranquilizadora el albino se puso en pie y camino hacia el baño de la habitacion, se ducharía y volvería hacia la recepción, donde sus dos sombras lo estarían esperando con la invitada.
Ileana la mayor se encontraba en la puerta, con un vestido largo negro, su escote ligeramente sugerente y sus lentes de marco negro le daban una presencia imponente pero sofisticada, aparto la puerta de par en par haciendo que la visitante pudiese ver al interior sin ninguna clase de problema, descendió un par de escalones hasta donde la dorada pudiese verle y entonces sonrió con total encanto, indico con la mano la entrada e hizo una ligera reverencia mientras la observaba a los ojos.


- Bienvenida señorita, debe haber sido un largo viaje, mi señor le da la bienvenida y espera que pueda alojarse aquí, lejos de los problemas y la ansiedad del pueblo...   - la mujer entonces se dio la vuelta indicando a la recien llegada que la siguiera, cuando entrara al lugar Nadia podria observar una entrada a medios tonos, con tapices rojizos y barandales dorados, una entrada que llevaba a un primer piso mediante dos escaleras que flanqueaban una fuente de tonos dorados que brillaba ausente de agua, mientras la mujer no quitaba la vista de encima de la huesped, la cual le indicaba que pronto el señor del castillo la recibiria.

Mientras tanto en el cuarto de Ahren, la joven Ecaterina se encargaba de secar el cuerpo de la deidad minuciosamente sin olvidar siquiera un espacio, disfrutando del tacto de su mano por sobre la toalla contra el cuerpo del albino, este imperturbable no apartaba la vista de la puerta de entrada, pronto aparto a la joven y comenzó a dejarse vestir, llevaba un traje negro con algunos ribetes rojizos, y el detalle de una camisa roja con una corbata negra, era todo un espectáculo  a la vista y cuando decidio ir al encuentro de su invitada lo hizo apareciendo en lo alto del primer piso, desde donde observo a la recien llegada con una sonrisa placentera, ocultando todo rastro de su naturaleza.


- Bienvenida a Sarmasu, usted debe de ser la emisaria del santuario al cual he escrito - dijo Ahren mientras indicaba a la mujer que la guiara por la escaleras hasta su posicion - Temia que la carta no llegara a tiempo antes de que la situacion se descontrolara... - Era una mentira, sin lugar a dudas, sin embargo no habia manera de que la recien llegada supiera que aquel que habia escrito la carta estaba hace mucho tiempo muerto...

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Mensaje por Kai Lun Ene 19, 2015 3:42 pm

Empezaba a hacer algo de frío y parecía que no abrirían la puerta-Quizá este lugar también está en desgracia...-susurré, el viento corría y mantenía mi cuerpo caliente un poco pero no quería realmente irradiar mi cosmo por temor a que quizá alguien me descubriera; sin embargo, la presencia de Panchito era una pista y es que-No podría ignorarte...-le digo suavemente, aunque no presente él me escuchaba.

Ciertamente, mi espíritu gozaba de la libertad que le brindaba, nos llevábamos muy bien y me sentía segura al saber que no estaba sola realmente en esta misión o en el mundo, muy difiícilmente se puede llegar a confiar en alguien-Mejor nos vamos...-doy un paso e inmediatamente la puerta se abre. Una mujer de cabellos negros parece darme la bienvenida, discretamente observo su escote "Vaya..." pienso, aquí sí que la gente es dotada. Podía notar el aire que tenía a su alrededor, parecía normal pero las marcas que podía observarse en su cuerpo...marcas rojas "¿Cómo se producirán esas marcas?" Quizá se había rascado porque la piel se veía algo irritada.

Noté lo maravilloso que se veía el lugar, existía un gran contraste con la situación en el pueblo, hice un pequeño saludo porque me encontraba más que nada maravillada por lo que podía observar, di un paso hacia delante-Muchas gracias...-pensé que realmente no encontraría nada en medio de esta desesperación, pero este lugar lejos estaba de ser como el pueblo. Se sentía una calidéz y una gran paz, un ambiente un tanto...sospechoso. "Alojarme...no estoy segura de esto, Panchito" pienso rápidamente, sigo a la bella dama hasta el interior del lugar.

No podía quejarme, realmente no quería hacerlo "Todo esto es hermoso" realmente lo era, notar los detalles a la perfección de tan magnífico lugar, ¿qué podría encontrar aquí? "Un castillo en este lugar, con un príncipe o un vampiro" embocé una sonrisa ante aquél pensamiento. Noté una escalera, bueno la estructura es grande así que es lógico que tuviera más de una planta, pronto vería al Amo y Señor del lugar, era extraño pensar que así serían las cosas-Disculpe...-no dije nada más, iba a preguntar quién era el dueño de tan precioso sitio pero mis ojos me hicieron fijar en la persona que estaba ahí en lo alto, un joven de cabellos platinos y con un traje negro, resaltando cada facción de su rostro y jugando con los colores "Sí, tiene estilo..."

Se presentó como la persona que había enviado la carta, pero algo no cuadraba en todo el cuento, un lugar hermoso en medio de una catástrofe con un bello hombre que decía ser aquél que envió tan desesperado mensaje y con dos mujeres que podrían ser aquellas que la nota describía-Muchas gracias...-le digo, no podía fiarme pero tampoco debía sacar conclusiones tan apresuradas, aún si fuera la persona extranjera causante de esto, ¿qué debía hacer? "Quizá...atacarlo y vencerlo para traer paz" Ushh Panchito, por favor.

-Querido señor no se preocupe, no podíamos tardar luego de leer la nota, soy Nadia Dileri, la Santa de Aries, ¿puedo conocer su nombre?-pregunté suavemente, los perfiles eran diferentes, lo que pensaba de lo que era en realidad, no dejaba de observar el lugar, no podría estar tranquila o podría ignorar todas las señales de peligro y actuar imprudentemente.

Acomodo mi cabello lentamente-Quisiera si no es mucha molesta, conocer un poco más sobre la situación, su carta fue bastante...breve-le digo mirándolo con cierta duda, quería realmente terminar con esto rápido y regresar al Santuario...para esperer a que la diosa se manifestara y me dijera que no estaba por gusto ahí.

Muchas cosas pasaron por mi mente, nada relevante. Solo la intranquilidad que todo esto causaba en mí.
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Mensaje por Lord Ahren Miér Ene 28, 2015 3:49 am

Por un instante se detuvo en el mas completo silencio, observando a los ojos a la joven, tan pequeña, tan frágil en apariencias y sin embargo tenia esa esencia que amaba, esa mezcla del brillo estelar con las sombras que la humanidad brinda con cada pensamiento: lo sentía, ella misma manifestaba parte de su cosmos como un ser aparte, uno que parecía o quizás, anhelaba tener vida...  En ese mismo instante notó que algo que su alter ego le habia dicho le molestó, mientras caminaba, Ahren pensaba para si mismo que donde viven dos, pueden vivir tres... antes de seguir avanzando con serenidad por los pasillos tapizados y de hermosos cuadros volvio su blanca tez hacia la mujer y la observo a los ojos detenidamente por su pregunta. 

- Mi nombre es Ahren von Heine, heredero del Baron Von Heine... estoy aqui en mis vacaciones anuales, solia ser un buen destino este segun mi padre, lamento no recibirle ni conocerle en mejores condiciones, Lady Dileri...   - El leve tintineo de su voz hace que la piel de la pelinegra que esta tras ellos (Ecaterina, la menor) se erice completamente, esta celosa, no puede contener la idea de que otra mujer tenga la atencion de su señor, esto hace que una sonrisa se dibuje en los labios de Ahren quien entonces se detiene presentando finalmente a la mujer    - Esta es mi fiel secretaria Ecaterina, ella le proveera todo lo que necesite en su estadia aqui... por cierto, es verdad deberia explicarle mejor la situacion... -

Volvio su mano a un lado señalando a Nadia la entrada a la gran sala, en ella habia una pequeña mesa con una ajedrez en medio, un par de sillas muy comodas de madera enfundadas en fino tapiz y finalmente, frente a ambos la pintura de un hombre de largos cabellos negros y tez palida, Ahren se detuvo frente a ella y la observo detenidamente, ambos eran tan distintos como la noche y el dia, Ahren lucia un cabello platinado hermoso, y unos ojos carmin que podian atravesar cualquier velo, mientras el ser delante de ellos casi que se parecia a un...

Pintura:

- Vampiro... lo parece, en verdad imagine que este era el castillo del mismisimo Dracul... pero incluso, este lugar no es mas que otro atractivo turistico, tome asiento por favor Lady Dileri.   - Mientras decia esto indico a su secretaria que trajera una botella de vino tinto y una de agua, mientras se sentaban por primera vez Erebo poso sus ojos sobre Nadia, estaba tallandola con la mirada, buscando cada curva y cada gesto, estaba practicamente imitandola, muy dentro de Ahren fuera de la percepcion de Nadia una masa oscura empezaba a tallarse con lentitud, con parsimonia, esta tenia alma, tenia vida... pero sobre todo tenia intensas ganas de tomar una forma real; pero solo fue un instante, inmediatamente Ahren se cruzo de piernas y comenzó a pensar en lo que debia contar a la joven.  

- Ah... en verdad es algo desafortunado lo que ocurre en el pueblo, la gente enloquece, y pelea por la mas mínima cosa, usted debe haberlo visto con sus propios ojos... apenas y pude rescatar a Ecaterina e Ileana del lugar en el que se encontraban, creo que es por la epoca... hace tiempo en esta zona se llevaba a cabo un ritual pagano para la epoca de los carnavales... una fiesta estival en la que jovenes y doncellas dejaban que su lado oscuro se enfrentara a ellos y al derrotarlo, permitian su madurez aflorar... - Ecaterina sirvio la copa de vino a ambos y una extra de agua por si Nadia evitara beber el alcohol, aunque muy fino y delicioso, tal vez hubiese algo de recato en la dama... algo que el mismo Ahren habia pensado por cortesia, inmediatamente giro el vaso varias veces y entonces volvio a hablar - Sin embargo... veo que la situacion continua ¿Porque una dorada del santuario que paso por el pueblo no se detuvo y detuvo con sus habilidades a todos aquellos que sufren alli?   - La pregunta tenia un dejo de ironia... ¿Porque Nadia no habia detenido a nadie en su paso? el primer atisbo de oscuridad en el alma de la dorada comenzaba a asomar y eso permitia que una oscura sombra sonriera desde lo mas recondito de la habitacion.


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Mensaje por Kai Miér Ene 28, 2015 4:34 am

Lo observaba casi de pies a cabeza-Mucho gusto...-le dije haciendo una ligera reverencia, me explicó que solo estaba de vacaciones, realmente "Esto no tiene sentido..." pensé. Pero las palabas del joven anfitrión me sacaron de mis pensamientos-¿Eh? claro...mucho gusto Señorita Ecaterina-le dije suavemente, la miré detenidamente, una bella mujer a decir verdad-Espero nos llevemos bien-dediqué una tierna sonrisa, aún cuando sentía algo de desconfianza.

-Sí...la situación...-repetí suavemente, me guió a una gran sala con algunos elementos típicos de una sala de estudio o trabajo, había un cuadro que me llamó la atención, dos hombres y el anfitrión se detuvo para observar la obra de arte, aquellos hombres me recordaron a un amigo-¿Vampiro?-pregunté intrigada, esas cosas no existían pero "Si Neesark conoce una sirena, ¿existen los campiros?" medité. Asentí ante su comentario y me senté-Comprendo, vaya...parece saber mucho del lugar y su historia-le digo mientras observo el lugar. Sentía sus ojos sobre mí, me movía un poco algo intranquila, no me gustaba que me miraran de esa manera tan fija y como escaneándome.

Cuando se movió me sobresalté, pensé que haría algún ataque o algo "Cielos, estar en el Santuario y pensar que todos son nuestros enemigos me tiene así" pensé, suspiré pesadamente tratando de alejar aquellos absurdos pensamientos. El chico empezó a hablar sobre la situación del pueblo e hizo alución a un ritual pagano-Comprendo, esos rituales...parecen peligrosos-le digo, ¿qué dios podría estar detrás de todo esto? Seguía pensando en Nessark pero era imposible, él se comía a la gente...no la torturaba.

Llevo una mano a mi frente para masajearla, debería pedirle ayuda a Sin y los otros; observé las copas y no dudé en tomar la copa de vino-Muchas gracias por su...hospitalidad-él había roto el silencio, con su primera pregunta casi me atoro, tosí un instante-Bueno, lo que sucede es que no es algo que esté en ellos lo que causa que se comparten de esa manera...-miré la copa-Aún si los detengo ahora pasado un rato volverá a lo mismo, tengo que...eliminar el problema de raíz para solucionarlo-llevé la copa a mis labios para probar el líquido carmesí, era diferente a cualquier vino.

"Detenerlos para que vuelvan a matarse..." pensé un instante *No pierdas el tiempo, encáralo y derrótalo, no hay tiempo qué perder, Nadia* me decía Panchito desesperándose *No socialices con el enemigo, Nadia míralo bien, ¿lo ves tan desesperado?*

Me estiré un poco sobre el sillón y entonces pestañeé un par de veces-Entonces, ¿usted no tiene ni idea de quién puede estar detrás de todo esto?-pregunté, empezaba a sentir algo de calor y movía mi mano para darme el aire que parecía faltarle a mi cuerpo-No pensé que tomaría con tanta calma la situación...Ahren, parecía mucho más desepserado cuando envió la carta-lamentablemente ese pedazo de papel no tenía firma por lo que no sabía si realmente había sido él.

"¿Encararlo? No estoy segura..." me dije a mí misma tratando de encontrar soluciones en el vino que bebía-Por la extraña energía que rodea al pueblo...puedo casi afirmar que es acción de una divinidad-terminé el contenido de mi copa-Lamento que hasta ahora haya tenido que arreglárselas solo, pero no se preocupe yo me encargaré de esto-no me sentía muy segura, "¿qué voy a hacer? Encarar al dios y decirle que se detenga, quizá se disculpe y cada uno regrese a casa...Sí, claro" tenía dudas, dudas sobre mi capacidad y las intensiones del joven.
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